Seré tu héroe/Confrontación

Narradora:

Los rayos del Sol de la mañana traspasaban el gran ventanal de una habitación, anunciando el amanecer de un nuevo día. Cierto chico rubio se encontraba dormido sobre el pecho de su novio, mientras esté acariciaba suavemente su cabello, quien llevaba un par de minutos despierto.

La noche anterior se la pasaron entre acaricias y besos, tras haber hecho aquel acto de amor momentos antes, quedando grabados en la memoria de ambos. El amor que se tenían era palpable, cualquiera que los viera le parecería hermoso.

El mayor beso la frente de su amado cuidando de no despertarlo, quería disfrutar cada minuto de ese momento junto a él, pero todo tiene su final. Los toques a la puerta lo sacaron de su ensoñación poniéndolo en estado de alerta, a su vez, logró despertar al rubio.

Quien tocará?-preguntó apenas abrió los ojos

Sea quien sea, no deben verme aquí no vayan a tomárselo mal-respondió el más alto con nerviosismo

Ambos se dispusieron a levantarse, agarrando sus respectivas ropas y vistiéndose con rapidez. Una vez que el mayor se escondiera en el baño, la puerta de la habitación fue abierta mostrando ser Nathalie.

Adrien, la limusina te espera afuera y saldrán en 10 minutos-anunció cerrando la puerta nuevamente

El susodicho dio un suspiro de alivio, soltando el aire que inconscientemente había retenido, se volteó al escuchar la puerta del baño ser abierta. Observando así, a su novio y sus kwanis.

Esa es nuestra señal-anunció el ojiazul, mirando hacía la puerta con una mueca de fastidio-no quiero ir a la escuela hoy-se quejo haciendo un leve puchero

*risita* yo tampoco, pero es nuestra obligación-afirmó con una sonrisa, el otro también sonrió

El rubio se acerco al otro, dándole un rápido beso en la mejilla para luego agarrar su bolso, el cual él había arreglado el día anterior, antes de salir de la habitación seguido de un kwani no muy contento. El ojiazul soltó una leve risita al ver tal escena, antes de transformarse e ir directo a su casa.

Llegando más rápido de lo que creía, entró al lugar donde se des-transformó. Le dio una galleta a Truno y, seguidamente, se dispuso a cambiarse de ropa puesto que la que tenía estaba algo sucia. Agarro su bolso y salió a paso rápido no sin antes de despedirse de sus padres, momento donde su madre le dio su desayuno.

Llegaré tarde, llegaré tarde pensó el chico, mientras empezaba a correr los pocos kilómetros que le faltaban para llegar al colegio. Una vez allí, recobró el aliento y agradeció internamente el haber llegado a tiempo.

Su alivio duro poco al notar la limosina que traía a su novio en el lugar, lo que era extraño ya que apenas lo dejaban, esta se iba. Entonces, la puerta de la limosina se abrió, dejando ver al hombre que jamás pensó ver.

Gabriel Agreste.

P.O.V de Marín

¿Qué hacía él aquí? Según Adrien, el Sr. Agreste era un hombre muy ocupado, por lo tanto, era extraño verlo en persona. Sus ojos, fríos y serios, hicieron contacto visual con los míos provocándome un pequeño escalofrío.

Súbete al auto. Tenemos mucho de que hablar-ordenó

¡Feliz navidad a todos! Luego de mucho tiempo, volví a actualizar. Ya me encuentro un poco mejor, así que trataré de actualizar más seguido. Espero les guste. Besos <3

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