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Hay un momento en la vida de todo omega o alfa en el que surge el deseo de encontrar a tu destinado, y aunque claro en los cuentos de hadas, en las historias de loa abuelos e inclusive de los padres en todos aquellos relatos siempre se escuchaba que esa pareja llegaba en el momento preciso de tu presentación, en realidad era muy distinto. En efecto algunas personas conocían a sus parejas destinadas el día de su presentación como alfas u omegas, pero otras inclusive tardaban años en encontrarse.
Park Jimin se sintió decepcionado cuando a los quince años no encontró a su destinado. Min Yoongi no se sintió decepcionado cuando no pudo encontrar a su destinado a los trece años, sabe perfectamente que lo encontrará algún día, pero está vez no será pronto. Quizás el destino quiere que se encuentren en futuros próximos, o inclusive en otras vidas, pero el hecho de buscar un destinado se había hecho totalmente polvo y se lo había llevado el viento con el paso del tiempo.
Hoy es un día especial para ambos, es el primer día en la universidad para Min Yoongi, por fin estaría en una de las más prestigiosas universidades de Seúl, había optado por diversas licenciaturas y no podía decidir muy bien en cual encajaría mejor, pero se había decidido más temprano que tarde, él siempre ha adorado y anhelado ser profesor, impartir clases a los más pequeños para que pudieran aprender más y más cada día, siempre había admirado a todos sus profesores y el como le impartían clases con ánimos de enseñar, y él quería experimentar esas mismas sensaciones, lo anhelaba con todo su corazón, quería ser ese aquel que guíe a sus alumnos por el buen camino y lo haría.
—¿Estás seguro de que estarás bien? —su madre omega estaba muy preocupada, Yoongi seguía atando las agujetas de sus tenis mientras escuchaba a su madre detrás suya, ella en verdad estaba demasiado preocupada—. Puedo ir si gustas...
—Mamá —Yoongi soltó un suspiro y la miro por sobre su hombro, ya había terminado con las agujetas—, tengo veintidós, puedo cuidarme solo, además la universidad sólo queda a unas cuadras, no tienes nada de qué preocuparte.
Yoongi es consciente de que su madre tiene miedo de que algo malo le pase, siempre ha sido sobreprotectora y se volvió más cuando se separo de su madre alfa, pero no importaba, seguramente se preocupaba por el hecho de que hubiera "alfas malos" como ella siempre les llamaba, que pudieran hacerle daño, pero la realidad era que había pocas probabilidades por el momento, así que no debía preocuparse de nada.
—Volveré a las dos —menciono Yoongi—, y descuida, vendré a ayudarte en la cocina, así que no te preocupes por preparar algo para comer.
—Esta bien —suspiro con resignación—, ¿prometes que te cuidaras mucho?
—Sí.
—¿Y qué no aceptarás ningún tipo de droga?
—Sí...
—No te olvides de rechazar las insinuaciones de los alfas, no quiero que uno de esos abusivos tontos alfas te dañe.
—¡Mamá! —Yoongi rodo los ojos—. Sabes bien que no me interesan ese tipo de cosas, además sé cuidarme solo, tengo a la mejor instructora en esos aspectos —su madre le regalo una sonrisa en respuesta—, te veo más tarde.
—¡Nos vemos, cariño! —dijo su madre animada mientras miraba a su hijo abrir la puerta principal para irse—. ¡Que tengas un excelente primer día!
Mientras una madre preocupada y orgullosa se despedía de su cachorro ahora universitario, un alfa cerraba la puerta de su departamento y caminaba perezosamente hacia la universidad, Park Jimin detestaba los inicios de clases, y más porque en toda la semana debía estar presente o sino los profesores lo reportarían y lo darían por desaparecido y se volvería un drama inaguantable para su propio ser, soltó un largo resoplido, sintiendo el cuerpo pesado y los ojos totalmente cansados, quizás no debió quedarse tan tarde jugando video juegos, pero ya no importaba, el daño estaba hecho y además le había ganado varias partidas a su mejor amigo, así que lo demás quedaba totalmente relegado.
Soltó un largo bostezo mientras seguía su camino, la zona en donde permanece es calmada y agradecía que lo fuera, porque cuando tienes un dolor de cabeza provocado por una resaca es espantoso cuando estás rodeado de ruidos fuertes, así que definitivamente es afortunado.
El sonido del tono de llamada de su teléfono celular lo hizo rodar los ojos, el alfa no tardo en sacar el aparato del bolsillo izquierdo de su pantalón y miro la pantalla, sonrió ladino, su mejor amigo le está llamando. No tardo en deslizar su dedo pulgar en la pantalla para contestar aquella llamada.
—¿Ahora que es lo que quieres? Sí es para que te cubra en clases, ni creas que lo haré, Jeon.
—¡Buenos días para ti también, Jimin! Oh, ¿qué como esta mi mañana? ¡Está excelente! Gracias por preguntar, amigo —Jimin soltó una risa al escuchar aquel tono tan sarcástico de parte de Jungkook—. Tienes que mejor en tus modales, ¿no lo crees?
—¡Ya! —Jimin relamió sus labios—. No me disculparé por eso, ¿qué es lo que quieres?
—Sólo quería saber si estaremos en clases esta semana.
—Sabes que sí, no podemos faltar, así como así, mucho menos cuando son los primeros días de clases, ya sabes —hizo un ademan con su mano derecha—, los profesores nuevos, alumnos y toda esa mierda.
—Cierto... —escucho un largo resoplido—, hoy entrarán nuevos.
—Lo sé.
—No puedo esperar a verlos, ¿crees que haya omegas lindos?
—Jeon Jungkook ¿vas de casería de nuevo? —Jimin sonrió ladino, la idea no estaba nada mal—. Los nuevo siempre son más ingenuos y fáciles de manejar.
—Es por eso que me agrada la idea de ir a por uno y no sé, quizás pasar el rato —soltó una risa, Jimin no tardo en imitarlo—, pero espero valga la pena el esfuerzo.
—Supongo que lo valdrá —menciono Jimin, mientras divisaba la parada de autobús—, te veré en unos minutos, y más te vale llevar algo con que anotar.
—¿Mi teléfono celular cuenta como algo para anotar?
—Supongo.
—Entonces es lo único que llevaré, te veo luego.
Sin más Jungkook corto con la llamada, Jimin alejo el teléfono de su rostro y soltó un largo resoplido, la mañana era fresca y lograba que su rostro se sintiera fresco, no tardo en terminar su camino hacia la parada del autobús, estaba vacía, sólo esperaba que el transporte no hiciera de las suyas y se tardase más de lo previsto, usualmente eso no sucede a menudo, pero había unas veces que inclusive era desesperante.
Los minutos comenzaron a pasar y a pesar de que ahora el segundero parecía ir cada vez más lento, Jimin no estaba desesperado, llegar tarde por culpa del transporte público le daba lo mismo, además esto solo significaba que no le dejarían entrar y no es como si le importará mucho en realidad, estaba a punto de distraerse un poco con los mensajes de números diversos que le llegaban y quizás darles respuesta pues podían tratarse de los omegas con los cuales había estado en fiestas anteriores de la facultad, pero no pudo, no cuando un aroma suave, dulce, y atrayente llego a sus fosas nasales, la combinación era simplemente fascinante, mandarina, miel y un ligero toque de vainilla, olfateo el aire levemente mientras miraba con atención a quien pudiera estar lo más próximo posible a él, no tardo en dar con aquella persona, complexión delgada y levemente fina, ojos gatunos y piel tan pálida como la nieve, cabellos rubios cenizos y levemente largos que cubrían su frente, un omega demasiado lindo pero no completamente atractivo para Jimin, aunque su lobo... él decía todo lo contrario.
Jimin dejo de mirar a aquel omega y se dispuso a seguir analizando los mensajes de sus anteriores ligues, puede que inclusive consiga salir con alguien después de clases para tener un poco de diversión después de un día aburrido.
El omega que había llegado a la parada de autobuses tenía la respiración acelerada debido a que había corrido para lograr que el tiempo no se le perdiera en lo más mínimo, y al menos había logrado llegar antes de que el próximo autobús hiciera su parada en aquel lugar, a sus fosas nasales llegó un peculiar aroma, el de un alfa, por supuesto reconoció que se trata de la persona que se encuentra justo allí, pero el aroma no le resulto desagradable, una combinación de chocolate amargo, whiskey y un ligero y casi imperceptible toque de canela el cual le provocaba una ligera picazón en la nariz. Al principio descubrió que ese alfa le miro, pero le resto importancia al igual que él, así que decidió ignorarlo por completo.
Yoongi miraba hacia la carretera, esperando que al menos el transporte se apresurase en llegar, pero por más que miraba no podía ver en realidad nada, así que solamente le quedaba esperar y rogarle a la diosa luna de que no se tardase tanto el transporte, y a pesar de que se sentía calmado, el aroma de ese alfa le estaba haciendo sentir ligeramente mareado y molesto, porque ese olor a canela era simplemente picante y le hacía cosquillas en la nariz, no le gustaba.
Miro hacia el alfa que parecía despreocupado, Yoongi frunció ligeramente el ceño al verlo, ¿acaso ese alfa no conoce los neutralizadores de aroma? Debería de ponerse un poco, porque en verdad le estaba molestando su aroma, Yoongi no es alguien que se fastidie tan fácilmente, pero... está vez si se siente irritado por ese aroma y ni siquiera entiende la razón.
—Disculpa —decidió hablar, porque no estaría soportando ese aroma, el alfa dejo de mirar su celular para disponerse a mirarlo, aquellos ojos intimidantes y a la vez somnolientos lo hicieron estremecerse un poco—, ¿p-podrías ponerte neutralizador? Tu aroma es muy fuerte...
Jimin elevo una ceja al escucharlo, ¿su aroma es muy fuerte? No lo entiende, recordó lo que había hecho antes de salir, y sí, se había rociado con un poco de neutralizador para evitar problemas sobre todo con los omegas en celo, así que su aroma era prácticamente imperceptible, ¿cómo era posible que ese omega se atreviera a decir que su aroma es muy fuerte?
—¿Qué? —Jimin sonrió ladino—. Tengo neutralizador puesto.
—Pues no parece —Yoongi llevo su mano a su nariz para cubrirla—, puedo percibir tus aromas a distancia y son muy fuertes, deberías ponerte neutralizador...
—Ya te dije que sí me eché —dijo Jimin con fastidio.
—Pues parece todo lo contrario.
—Ajá —Jimin rodo los ojos—, aunque si hablamos de aromas fuertes, el tuyo es demasiado dulce, joder —sonrió ladino—, aunque a diferencia de ti, el tuyo me encanta, omega.
Yoongi esta vez fue quien rodo los ojos, dejo de mirar al alfa y se dispuso a volver su vista a la carretera, esperaba que ese autobús se apareciera de una buena vez, y más porque ahora mismo estaba sintiendo la intensa mirada de aquel alfa sobre él.
—¿Qué tanto miras? —pregunto Yoongi sin apartar la vista de la carretera.
—Nada en especial —contesto Jimin mientras se encogía de hombros—, no tienes nada que pueda mirar en realidad.
Bueno, quizás eso si ofendió el orgullo del omega un poco. Yoongi no tardo en devolver la mirada hacia Jimin.
—Pues tú tampoco tienes nada que pueda ver.
—¿Bromeas, omega? —Jimin relamió sus labios sin dejar de sonreírle a aquel omega—. Todos los de tu casta siempre voltean a mirarme, soy atractivo de la cabeza a los pies, admítelo, inclusive apuesto a que a ti te gusta lo que ves.
—No quisiera bajarte de tu nube de ego, pero no eres atractivo.
—Mentiroso.
—¿Podrías dejar de hablarme? —Yoongi soltó un bufido—. Que molesto.
Jimin soltó una suave risa para sí mismo, usualmente los omegas no se ponen así cuando se trata de él, pero esta situación le parecía inclusive extraña, pero la dejaría pasar, al menos esperar el autobús dejo de ser tan aburrido con la presencia de aquel tan simpático omega que no le gustaba su aroma.
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