2- ¿Hay alguien más?
Después del día previo, Rodolfo aún pensaba en lo sucedido. En serio Cristian debía ser así todo el tiempo? Qué le habrá sucedido para llegar a ser tan frío y amargado? No lo sabía, y eso lo mataba por dentro. Mientras tanto en su clase, estaba sellando los últimos cuadernos con un poco de prisa pues hacían falta pocos minutos para que comenzara la siguiente clase. Ya estaba a punto de irse pero los niños seguían pidiéndole que calificara sus apuntes y se hacía tarde.
"Demonios! Voy a salir tarde..." era lo que pensaba al mismo tiempo que preparaba una disculpa para el siguiente profesor. Cuando finalmente abrió la puerta del salón, se topó con la cara que menos quería ver ahora, era Cristian.
—O-oh... ...de- de verdad disculpe, profesor, estaba terminando de sellar y los alumnos me detuvieron y... y...—Se detuvo cuando notó lo guapo que se veía el contrario en su traje, se quedó pasmado por unos eegundos.—
El de lentes se quedó callado y luego avanzó sin dirigirle ni una sóla palabra, con una cara de enojo y seriedad extrema. Cuando su clase terminó, al salir del salón se topó con Octavio, el profesor de inglés. Ambos iban de regreso al salón de maestros.
—¿Qué ondaaaa? ¿Cómo estás, amigo?—Octavio le ofreció su mano a Cristian.—
El hombre trajeado soltó una leve carcajada.—Hace rato me hicieron esperar afuera cuando ya era hora de mi clase, pero bueno, no es la gran cosa. ¿Qué hay de ti?—
—Bueno...—Octavio sonrió.—Puess me enteré de que una alumna mía se saltó la clase y... espero que no me regañen por ello.—Suspiró.—
—Que mal...—Respondió Cristian.—Y ¿Qué te parece si vamos a comer? Para despejarnos un poco y, ya sabes... olvidarnos de todo esto.—Dijo, excepto que sin sonreír, como siempre.—
—¡Pero qué buena idea! ¿Qué tal este viernes? Hay junta de consejo.—En cambio, el otro sonreía abiertamente.—
—Excelente, ya quedamos.—
Ambos se quedaron quietos unos segundos. Pasó el rato, una cosa llevó a la otra y Cristian ahora estaba encerrado en un cubículo del baño con el profesor de inglés. Cada vez estaba más desesperado por los besos que éste le daba, las ganas se le subían a la cabeza y solo podía imaginar los miles de escenarios que podrían ocurrir ahí. Apenas pudo abrir la boca para mencionar algo.
—Espera- espera... recuerda que todavía están los alumnos y no quisiera que entren y nos vean así...—Su voz era baja y agitada.—Tenemos que esperar al viernes.—
Entonces, Octavio se detuvo también y sonrió.—Bien... seré paciente pero me desharé de estas ganas el viernes.—
Ambos profesores salieron del baño como si nada hubiese pasado y cada quién se fue por su lado.
Bueno, ahí quedó el primer capítulo de la noche, pq les voy a regalar 2 ‼️‼️‼️
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