(Antes de comenzar, para q no se confundan, Cristian tiene lentes y siempre lleva traje, Rodolfo siempre lleva cubrebocas y... no sé que más decir, digamos que es más bajito)

Era una tibia tarde de verano en la antigua Grecia- NO YA.

Eran las 6 de la mañana en el colegio, varios de los maestros tenían que entrar temprano, antes de que comenzaran las clases. Esta vez sólo eran dos: Cristian, él siempre llegaba antes que todos los maestros para preparar su material, y Rodolfo, quien impartía la primera clase de ese día. Ambos se encontraban en la sala de maestros, un silencio incómodo crecía hasta que Rodolfo volteó a ver al contrario y le dirigió una amable sonrisa.

—Buen día.—Dijo.—

—...No se dice "buen día".—Contestó con un tono bastante serio.—

—¿Eh...?—

Cristian rodó los ojos.—Es plural expresivo, uno no dice "gracia", dice "gracias".—

—Bueno... está bien, buenos días.—El otro simplemente dijo, confundido.—

Suspiró.—Buenos días.—

Se quedaron en un silencio incómodo hasta que llegaron los demás maestros, luego cada uno impartió su clase hasta que llegó el primer receso, Cristian regresó de su clase a la sala de maestros y el contrario estaba nuevamente ahí, sentado. Rodolfo sonrió cálidamente, a lo que el otro sólo desvió la mirada. Se quedaron viéndose por unos segundos, y esta vez el más alto fue quien tomó la iniciativa para romper el silencio.

—Cómo pueden ser tan fastidiosos esos niños, eh?—Dijo con una voz cansada y molesta.—

El profesor de historia soltó una pequeña carcajada.—Sí... pero son buenos muchachos, al final y son niños.—

—Tienes razón pero... me sorprenden los niveles a los que pueden llegar, ya sabes, hay quienes dicen que son el peor grupo, y no lo niego, son tan molestos...—

—Hmm, pues yo creo que cada maestro tiene su manera de verlos.—Dijo ahora en un tono un poco más obvio e incómodo.—

—Pues, son los mismos niños, ¿No? Y yo los veo como unos completos estúpidos.—Cruzó los brazos, su mirada intimidante parecía no hacerle efecto a Rodolfo, pero por dentro estaba derritiéndose.—

—Si, supongo... pero aun así la manera de verlos es diferente y eso incluye el como los tratas y como te tratan a ti...—El más bajo no se rindió ante la posición del otro.—Por ejemplo... en mi clase aunque sea me sacan un par de sonrisas, son bastante alegres y lindos, te dan regalos y la clase es emocionante... ahí es donde te das cuenta de que amas tu profesión, porque-...—

Antes de que pudiera decir una palabra más, Cristian golpeó la mesa con su palma y se acercó a él, dirigiéndole la misma mirada amenazante.

—Pues lo que debería ser, y digo "debería" porque hay muchos maestros que piensan que los alumnos son sus amigos y NO...-hizo una pausa.—...Es que tienen que dar el conocimiento debido y listo. No tendrían por qué estar dando regalos sacar sonrisas o cualquier otra idiotez.—Habló en un tono que no se oía para nada feliz, y sonaba hasta un poco celoso...—

Las manos de Rodolfo temblaban un poco, no podía evitar sentirse intimidado por el otro maestro, pero al mismo notó lo guapo que se veía cuando estaba enojado- no! No debía pensar en eso ahora, tan sólo estaba siendo egoísta. Frunció el seño.

—Pues por mí está bien.—Se levantó y salió de la sala de maestros.—

Cristian sonrió, sabía que había vencido, como siempre en todos y cada uno de los debates de los que formaba parte, pero al mismo tiempo su sonrisa se debía a la reacción que le dio el otro profesor, definitivamente de ahora en adelante amaría molestarlo.

Hola pendejetes.

No se crean JAJAJAJA, los capítulos serán cortos, no tenemos tanta imaginación mi amiga y yo para esta historia, es sólo bait.

De todas maneras espero que la disfruten, al fin y al cabo sólo la hice por diversión. 

Sin más que mencionar por acá, me despido.

Adiós muchachos 🩷🤍🖤.