— ¿Van a seguir con eso? Ya les dije que fue decisión propia, Zim no tiene nada que ver.

— Dios, por qué te esfuerzas tanto en defender a ese idiota, no puedo creer que te hayas puesto de su lado.

— Dib, tiene razón T/N, solo porque le tengas pena no significa que debas ser buena con el, da asco en todo sentido, no merece tu piedad — hablo Gaz, en medio de la discusión de sus mayores.

Luego de llegar a la casa, T/N sé empeño en hacer parecer que todo fue su culpa, lo cual enojaba más a los hermanos, que no soportaban la idea de que ella estuviera defiendo a alguien como el.

— Y yo no puedo entender por qué le tienen tanto odio, si me dijeran de una vez cuál es el problemas los entendería, pero no puedo odiar a alguien solo porque a ustedes no les cae bien.

— Es enserio, ¿Tanto te importa esa cosa que conociste apenas hoy? Prefieres confiar en el, que en nosotros que hemos estado contigo desde que llegaste — hablo Dib irritado.

— Eso no fue lo que dije, solo quiero saber que tiene para que me prohíban hablar con el.

— Podría hacerte una lista de todas las cosas por las cuales odiamos a Zim, pero a juzgar por tu actitud, parece que no creerías ni una sola palabra de lo que te digamos... — contesto Gaz, agarrando la mano de su hermano — Ya pasamos por esto muchas veces, no eres ni la primera ni la última que no nos cree, pero no necesitamos convencerte, no necesitamos convencer a nadie más.

— Solo, alejate de el, no es alguien en que puedas confiar, es un monstruo T/N, solo va a terminar haciéndote daño... — fue lo último que dijo el mayor, para salir de la sala junto a su hermana.

Ambos subieron por las escaleras sin enunciar ningún sonido más, T/N, empezó a sentir culpa de haber discutido con ellos.

Todo estaba tan bien hasta hoy, si no fuera por Zim, en este momento se estaría riendo y jugando con los hermanos. Tal vez ellos tenían razón, tal vez no debería volver a hablarle, tal vez sea una persona horrible y solo sea el “monstruo” que dicen que es.

Incluso, aunque hace rato parecía ser la persona más amable y cariñosa del mundo con su robot. No podía creer que ellos estuvieran hablando así de la misma persona que ella conocio hace rato.

Decidió dejar de pensar en esas cosas, para dedicarse a comer su cena, incluso aunque fuera estando sola en el comedor. Dib y Gaz se habían retirado sin siquiera comer ¿Debería guardarles se comida?

Lo único que tenía claro es que, si quería que su relación con los Membrana siguiera igual de bien que cuando llegó, ya no debería juntarse con Zim...

///

Nuevamente, T/N se encontraba caminando junto a los Membrana, este sería su segundo día de escuela y no quería arruinarlo de nuevo. Mientras caminaban los hermanos tenían una pequeña discusión nuevamente, pero está vez, giraba entorno a lo del otro día.

— ¿Cómo dejaste que T/N tuviera que sentarse juntos a esa cosa? Ya entiendo porque tanto alboroto ayer — Hablo la menor mientras seguía los pasos de su hermano.

— Intenté evitarlo, pero recuerda que no podemos hacer nada pasado si es que no queremos levantar sospechas, ya de por sí he tenido que estar en la misma clase que el para mantenerlo vigilado por órdenes de papa, no hay nada que podamos hacer por ahora.

— Pobre T/N, ya me imagino lo asqueroso que debe de ser sentarse atrás de alguien tan repugnante — se burló la pelipurpura con asco en su palabras.

— Ja, tienes razón, ninguna persona en su sano juicio quisiera estar junto a ese miserable, por eso siempre está solo desde que llegó aquí — contesto el mayor de igual forma que su hermana.

Luego de algunos comentarios iguales, los hermanos Membrana rieron todo el camino a la escuela, y aunque T/N quería decir algo, prefirió quedarse callada está vez y no decir nada estúpido otra vez.

— Mh, oye T/N, si esa lagartija llega a molestarte aunque sea una sola vez, puedes decirnos nosotros nos encargaremos de ponerlo en su lugar — Menciono Gaz al estar ya en la entrada del colegio.

— Ah, entiendo, muchas gracias Gaz — contesto con pocos ánimos.

— Bien, será mejor que nos separemos ahora, no queremos llegar tarde de nuevo — fue lo último que dijo Dib, antes de despedirse de su hermana, la cual le contesto con un susurro “vigilalos.” para luego cada uno irse por su lado.

Al llegar al salón de clases, T/N estaba más tranquila, pues en su camino al colegio parecía que las cosas ya estaban bien con los Membrana.

Paso tranquilamente hacia su asiento dando una pequeña mirada a su compañero de enfrente por un instante, este no la volteo a ver ni un poco, pero eso no importaba ahora, la clase estaba por empezar.

...

Ya a la hora del almuerzo, Gaz y T/N tenían una agradable conversación en una de las mesas del comedor, mientras esperaban a qué Dib, llegará con la comida de la última.

— Y así, es como me pase todo el demo en una sola noche — hablo Gaz, dándole un mordisco a lo que parecía ser un sándwich opaco.

Al verlo, T/N no puedo evitar recordar aquel sandwich que le ofreció ese pequeño robot el otro día, a diferencia de este, ese era muy colorido y feliz, por otro lado los sandwiches de esta escuela eran apagados y tristes.

— Mmm, ni ganas dan de comer en esta ciudad — pensó en voz alta, mientras perdía el apetito.

— Oh, no, no señorita, por algo fui a traerte tu comida, así que te comes todo — dijo divertido Dib llegando a la mesa con dos platos de comida, Gaz ya había ido por el suyo antes así que no le trajo a ella.

— Uhg, pues no la culparía si no quiere comer esas cosas, esto ni parece comida... Daría lo que fuera por una buena pizza o algo — hablo la menor mientras sacaba su mini consola de juegos y seguía comiendo su sandwich sin ganas.

— Ya, ya, no hay de otra, es esto o morir de hambre, así que no quiero que dejen ni una sola parte del plato... Menos el puré, no creo que deban comerse esa cosa, aunque mueran — menciono Dib, poniendo su cuchara sobre el mencionado puré, viendo como este se quedó estático por un segundo y luego poco a poco se fue hundiendo en la oscuridad dentro de la cosa a la que llaman comida.

— Ja, creo que voy a morir intoxicada aquí — respondió T/N divertida mientras jugaba un poco con su comida también, tenía colores tan apagados que parecía comida de muertos.

Luego de un rato de intentar comer esa cosa, los tres decidieron que ya lo dejarían hasta ahí y cada uno iría a hacer sus propias cosas.

— Oye T/N, ¿Estás segura de que no quieres venir conmigo al comité estudiantil?

— Dib tiene razón, no deberías quedarte sola durante el tiempo de club, podrías venir conmigo también si quieres — contesto Gaz al comentario de su hermano, pero antes de que cualquiera dijera algo más, pararon al ver a alguien interesante.

Los hermanos Membrana se miraron cómplices, al ver a Zim sentado solo en una mesa apartado en una esquina, veía con asco la comida en su plato y tocaba con un tenedor lo que fuera que fuera esa cosa. Parecía que merecía un pequeño castigo por lo del otro día.

— Mm, tenemos tiempo — dijo la pelipurpura con una sonrisa en su rostro, ambos empezaron a caminar hacia su dirección y T/N no tuvo más de otra que seguirlos — Bueno, que tenemos aqui, una pobre y fea cucaracha verde.

— Mm, ¿que pasa Zim? Acaso, no quieres comerte a los de tu especie — le siguió Dib refiriéndose al asqueroso pegote verde que se encontraba en sus platos.

Zim, solo los ignoraba mientras en su mente solo pasaba por su cabeza la idea de matar a esos dos idiotas, no soportaba a esos humanos pero quiera o no, no podía hacerles daño de ningún tipo.

— Ey, lagartija, no me ignores — replicó el mayor, tirando la bandeja de comida lentamente sobre el contrario, las demás personas que se encontraban en la cafetería miraban la escena con diversión.

Zim, al sentir que una parte líquida rozaba quemando su piel, salto de sorpresa y empezó a rodar en el piso por el dolor que sentía, la gente alrededor solo se  burlaba de el.

— Uhg, que asco, una cucaracha verde revolcándose en el piso... Parece, que alfin encontraste en dónde perteneces — continuo la menor dandole una pequeña patada para apartarlo de su camino y seguir con lo que hacía antes.

T/N, al ver tal escena no pudo decir ni una sola palabra, la forma en la que lo trataron era tan distinta a la forma en que la tratan a ella, ho hizo nada para detenerlos por miedo y solo siguió sus pasos con temor.

Antes de salir por completo, decidió darse la vuelta a observarlo por última vez, lo único que podía ver era como los demás niños arrojaban los restos de comida y basura sobre el mientras reían a más no poder.

Zim, solo se retorcía de dolor pero a nadie parecía importarle, en busca de ayuda y sin saber que hacer, observó a la humana con desesperación, pero está, solo lo observó un momento y luego se fue.

Otra vez, fue abandonado.