Capítulo 4
Allí se encontraban juntos sin poder creer lo que estaba sucediendo, poder sentir el calor junto con el palpitar de sus corazones acelerados a causa de las excesiva emociones
Tantos días y noches llorando mientras gritaba por aquel amor prohibido, días que pasaba rogándole al universo que los juntara para siempre y que no dejara que solo sea uno más de esos amores imposibles que nadie aceptaría.
Y allí abrazados, se sentían completos como una joya partida en mil pedazos que después de mucha dificultad finalmente estaba completa.
Kagome no quería separarse pero tenia que hacerlo, después de todo sus amigos seguían ahí obsevandolos con incertidumbre y cierta molestia por lo que lentamente fue alejándose del pelinegro.
Naraku no lo permitió, Sujeto su cintura con posesividad atrayéndola hacia él en un beso lleno de amor y ternura en un intento desesperado de transmitir todos sus sentimientos a través del contacto entre sus suaves labios.
No sabe cuánto tiempo pasó, talves solo fueron unos segundos o quizás fueron minutos lo que si sabe es que es esperaba que el tiempo de detuviera para así hacer de ese momento eterno.
Todos los presentes miraron la escena con asco y odio dirigido a aquella amiga que ahora en sus mentes era una traidora, solo por haber cometido el terrible error de enamorarse de el enemigo.
InuYasha no quiso seguir viendo aquella escena, pues según el se suponia que Kagome debería pertenecerle, esperando y rogando por su amor siendo ella totalmente sumisa el. Más ingenuo y estúpido no podría ser.
Lleno de colera junto con fuerte sentimiento de traición decidio en ese instante que "si no era de el no seria de nadie"
El medio demonio perro con agilidad desenvainando su espada esperó un momento en el que nadie se diera cuenta, acercándose a Kagome con decisión atravesó el corazón de la joven sacerdotisa con precisión
Luego envaina su espada y se aleja pareciendo celebrar su 'victoria'.
Naraku siente cómo su corazón se desgarra al ver cómo el amor de su vida cae sobre él, y cómo sus hermosos y relucientes ojos se ensombrecen
Con mucho esfuerzo y dolor Kagome acaricio el pálido rostro miró con ternura los cristalinos ojos carmesí de su amado susurrándole cuánto lo amaba antes de que su cuerpo cediera ante la pérdida de sangre.
Naraku observa atónito la escena ante sus ojos, La impotencia y la desesperación lo inundan al darse cuenta de que podría haber hecho algo para evitarlo.
Naraku la sostuvo en sus brazos desapareciendo de aquel lugar no sin antes prometer destruir todo aquello que el Inu-gami quería.
Al llegar a su castillo rodeado de un campo de fuerza creado por miasma, acostó aquel cuerpo frío de la mujer que amaba en un futon
No podía traerla al mundo de los vivos, el ya lo había intentado poniéndole un fragmento de la perla de Shikon al igual que kohaku pero por alguna razón desconocida no funcionaba
La tristeza lo invade, dejándolo sin fuerzas. Todo es demasiado abrumador, no puede evitar sentir un enorme vacío en su interior. Naraku se siente abatido, perdido y sin rumbo. El dolor lo supera y suelta un llanto amargo.
Ahora él solo se pregunta ¿tenías que se tú?
Fin
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