Me levanto de la silla y me cuelgo de la mochila para salir de clase, fuera me encuentro con Pol y Gerard.

—Vida paradisiaco-Pastoral— Dice Gerard mirando el móvil— No sale nada.

—Quiere decir que estamos apalancados y no los esforzamos—Digo yo.

—Por eso nos quiere poner cachondos con el poema porno—Oigo decir a Marc por detrás.

—La poesía escritura y el porno no es lo mismo Einstein—Le aclaro yo.

—Merli me encanta— vuelve a hablar Geri— La idea de hacer trampas es... quiero más horas con Merli.

—Calma, calma Geri— Dice Pol.

—Las chicas se han quedado flipadas cuando he recitado a Shakespeare—Dice Marc.

—Tengo que confesarlo— Digo yo— Nos has conquistado.

—¿Que dices?— Pregunta Pol.

—¿Enserio?—Dice Geri.

—Vas a una tía y le dices: Pinto mis años con la belleza de tus días—Empieza a recitar Marc.

—¿Y que?—Pregunta Pol.

—Las bragas acaban en el suelo—Respondo yo.

—Te la follas seguro—Dice Marc.

—Pensará que eres marica—Defiende Geri.

—Pues a mi me gusta que sea así—Digo yo defendiéndolo.

—¿Enserio, ahora mismo te liarias con Marc?

—No llegaremos a esos extremos—Digo yo.

—Claro, a las chicas hay que darles algo más—Vuelve a hablar Marc—Hay mucha competencia.

—Si, como Merli que debe follar a saco—Dice Pol.

—Mira quien habla— Dice Geri— El que va cada tarde a la peluquería de la madre de Berta.

—Ya— Respond ePol mientras caminamos hacia las escaleras— Pero las visitas a la peluquería de su madre se han acabado.

Todos nos quedamos callados unos segundos.

—¿Habéis roto?—Preguntó yo.

—No,todavía no pero me taladra mucho—Confiesa Pol— Todo el día amor, mi amor, cariño... Enserio que plasta macho.

Se acerca Bruno y pasa un brazo por encima de mis hombros mientras todos subimos las escaleras, una profesora pasa por el lado contrario y Pol la saluda.

—Hola Laia.

Los chicos excepto mi hermanos se le quedan mirando.

—Está si que está buena—Dice Geri.

—Es un avión de combate—Dice Pol.

—Me la follaba aquí mismo—Dice Marc.

—Woao chicos, que respeto por las mujeres—les digo yo.

—Calla que tú el año pasado en vacaciones me taladrabas la cabeza con el Italiano—Dice mi hermano— Además te has quedado sin amigas porque solo te querían cuando salías con Fede porque eras popular.

Golpe bajo.

—Laia es mayor—Dice Geri— Debe tener veinticinco tacos o así.

Pol y Marc bufan al unísono para mostrar su desacuerdo.

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Acaba de sonar el timbre de la última tarde y salgo corriendo del insti cuando oigo a alguien llamarme.

—Martina—Me giró y veo a Pol—¿Tienes planes para esta tarde?

—Tengo que colocar las cosas en mi parte de habitación, la otra parte es de Bruno, cosas de mudanza.

—Es que..—Comienza a decir— Necesito hablar contigo.

—No puedo salir—respondo yo— pero si vienes y me ayudas a ordenar podremos hablar y luego si quiere podemos ir por un helado.

—Me parece bien—Dice el sonriendo—Pero tengo allí la moto.

—Pol, me dan miedo las motos.

El de gira y me mira.

—Tranquila, iré despacio—Me responde el mientras llegamos al lado de la moto.

El me tiende un casco, el de sienta y yo después rodeando su cintura con mis brazos y pegándome a su espalda para poder ir más segura.

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Abro la puerta con las llaves y pasamos dentro.

—¿Abuela?—Pregunto yo y ella aparece por la puerta de la cocina— He invitado a un amigo a comer.

—Hola guapo—Le dice mi abuela y se acerca para darle dos besos.

—¡Vamos!, Ayudadme a poner la mesa—Dice mi abuela.

Vamos a la cocina y comienzo a coger la vajilla para pasársela a Pol.

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Subimos a mi habitación y empiezo a desempacarlo todo, lo primero es mi ropa, que voy a poner en el armario aunque le robe el espacio a Bruno. También sacó algunas fotos de cuando estaba en Italia y algunos adorno más que pongo en mi lado de la habitación.

—Son increíbles—Dice Pol, y cuando me giró le veo leyendo unas letras de canciones que escribí.

—Eres la primera persona que las lee—Le digo sonriéndole—¿Te gustan?

—Me encantan—Dice el.

—¿No me tenía que contar algo?—Le pregunto yo.

—Si pero vamos a dar una vuelta como me dijiste.

—Bueno, deja que me cambie—Le digo yo y el sale de la habitación.

Me pongo esto:

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—¿A que se refería Bruno con que no tienes amigas?—Pregunta el.

—Cuando vivía en Italia tenía muchas amigas, hasta que conocí a Fede, mi ex, por el me aleje de ellas y cuando intenté volver ellas ya no querían saber nada de mi. La gente solo se acercaba a mi porque salía con el guay de la clase, cuando terminamos me quede sola.

Sin darnos cuenta hemos llegado a la puerta de un restaurante. Entramos y vamos a una mesa.

—Pagó yo—Le advierto a Pol.

—Soy un caballero, invite yo—Me contradijo el y se levantó para ir a pedir.

Me quedo esperando.

—Aqui viene la cena—Dice Pol colocando la bandeja en la mesa.

Me quedo en mis pensamientos hasta que noto un golpe en la cara y me doy cuenta de que Pol que ha tirado una patata.

—¡Imbecil—Le digo yo riéndome.

—No, solo Pol—Dice el sonriendo.

—Que gracioso—Digo rodando los ojos—¿Que me querías decir?

—He intentado dejar a Berta pero ha habido un percance y quería saber que pensabas. Berta me ha dicho que tiene dos semanas de repaso, y como vaya a ser padre me muero.

—¿Tu ni sabes para que existen los métodos anticonceptivo?— Digo yo un poco alucinada.

—Se debió romper el condon o yo que se, joder.

—A ver—Comienzo a decir— Lo primero es que se haga la prueba y si da positiva ya decidiréis si queréis tenerlo o no.

—Estoy jodido.

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Estoy en la entrada de casa despidiéndome de Pol.

—Lo he pasado muy bien—Comienzo a decir.

—Yo también, Gracias por ayudarme— dice el.

Estamos muy cerca y de repente noto que me rodea con los brazos, yo apoyo mi cabeza en su hombro, después de unos segundo Pol se separa.

—Creo que vamos a ser grande amigos—Dice el mientras se coloca el casco y se va.