Bill vió aterrorizado como su mejor amigo Zed, estaba muriendo. Con rapidez llamó a la policía.

Bill: ¡911! ¡Tengo un herido!— dijo alarmado caminando en círculos al rededor del otro rubio.

Policía-kun: ¡Vamos para allá!— avisó decidido.— ¿Cuál es su estado?— preguntó con preocupación para tomar apuntes de lo sucedido.

Bill: Casado.— contestó confundido el Cipher.

Policía-kun: No, señor. ¡Del herido!— aclaró enfadado por la incoherente respuesta del joven tras la linea telefónica.

Bill: Ah, disculpe. Él es soltero.— respondió mirando a su amigo.

Policía-kun: ¡No, idiota! ¿¡Cómo está!?— bramó impaciente el oficial empezando a cabrearse.

Bill: Yo, muy bien. Y ¿Usted?— preguntó sonriente apoyando el teléfono entre su hombro y su oreja para comer Doritos.

Policía-kun: ¡¡¡NO!!!¿¡QUÉ CÓMO ESTÁ EK HERIDO!?— gritó desesperado y enfadado por las estúpidas respuestas que daba e rubio.

Bill: Pues, herido. Para eso lo llamé— dijo relajado apreciando el bello dorito que tenía en sus dedos.

Policía-kun: — suspiró cansado— ¿Dónde está usted?

Bill: Con el herido.

Policía-kun: —se tragó sus maldiciones o quedaría revocado de su puesto.— Pero, ¿En qué parte?— preguntó presionando el puente de su nariz.

Bill: En el suelo. Sabe que ya ni venga ya sé murió.

Fin :v