Desde hace unos días unas compañeras, molestaban a nuestro tierno castaño, por ser gay.

— Das vergüenza, para nuestra escuela— espetó una de ellas empujándolo.

— Te vas a quedar solo, ¿¡Quién querría estar con un chico como tú!?— gritó la otra empujándolo de tal manera que lo hizo caer al suelo.

Al caer Dipper no sabía como reaccionar, ser molestado por chicos era más normal, que tener unas agresoras chicas siendo hombre. Las lágrimas de culpa se asomaron a sus ojos marrones haciendo reír a las que seguían comentando idioteces.

— ¿Qué está pasando aquí?— preguntó Bill con voz calmada pero por dentro quería matar a esas chicas.

— Hacer justicia.— dijo una de ellas con una sonrisa.

— ¿Justicia...eh?— contestó acercándose al castaño que sabía que si se paraba Bill lo iba a matar a él.— Amor. ¿Estás bien?

— ¿¡AMOR!?— gritaron atónitas al unísono las chicas.

— Ven, Pino.— susurró dulcemente Bill cargando a su novio como una princesa.— Son unas malditas. No vuelvan a meterse con MI novio. O de lo contrario... Se las verán conmigo. Si tienen la valentía de meterse con un chico claro que no habrá problema si ese otro sea yo. ¿Verdad?

— Pero, Bill. Ustedes nunca parecen ser unidos en las clases.— rió una chica.

— Lo sé. Es un acuerdo mutuo. Si me la pasara pegado a Dipper sería complicado para ambos. Sobre todo para mí, ya que... No puedo controlar mis hormonas.— dijo pícaro dejando heladas a las chicas incluyendo al Pines.

— ¡BILL MUCHA INFORMACIÓN!—  chilló Dipper.

— Soy el chico más codiciado de la universidad, pero, él único que me tiene es Dipper Pines. Vayan a esparcirlo si no es mucha molestia.

Bye ideas :')