Capítulo 44: Gracias Papá

Kevin tenía a James cargado sobre su hombro, lo bajó y lo dejó en la sala de la mansión Levine.

Kevin: mandale saludos a tu padre de mi parte.

Le pidió como si todo estuviera bien, como si James no estuviera enojado con él por haberlo traído de nuevo a la mansión, el castaño arqueó una ceja al tiempo que lo miraba con incredulidad.

James: ¿vos sos boludo todo el día por naturaleza o te pagan?

Kevin se encogió de hombros, dio media vuelta y se retiró, James puso sus labios en una fina línea, estaba molesto.

James: ¡ya que le voy a mandar saludos! ¡andate a la mierda!

Justo Lindsay pasaba a la sala con un plumero, estaba quitando la tierra de los muebles de la mansión y ahora le tocaba limpiar la sala, miró asombrada a James.

Lindsay: James... tiene que hablar con más propiedad.

Le aconsejó, James rodó los ojos.

James: como sea ¿dónde está Adam?

Preguntó mirando hacia todos lados, sin poder localizar a su padre ¿dónde se había metido? James había supuesto que estaría esperándolo en la puerta de entrada de la mansión, o quizás en el portón de reja, listo para regañarlo por haberse escapado pero se equivocaba.

Lindsay: salió.

Contestó Lindsay mientras plumereaba una silla, ocasionando que James volteara a mirarla rápidamente, había quedado totalmente sorprendido con su respuesta ¿Adam se había ido? ¿a dónde? ¿por qué no había esperado que él llegara para retarlo? era insólito viniendo de Adam, su padre extremadamente sobreprotector, estricto y autoritario.

James: ¿ah sí?

Preguntó James para asegurarse de que de verdad Adam no estaba en la mansión, la empleada asintió, James se rascó la barbilla.

James: que raro... pensaba que iba a estar acá para darme un sermón sobre que no tengo que ser tan rebelde y bla, bla, bla y que después me iba a prolongar la penitencia o algo así.

Lindsay sonrió.

Lindsay: en mi opinión parecía contento cuando salió.

James la miró sin poderlo creer.

James: ¿posta?

Lindsay volvió a asentir, James se cruzó de brazos y se recostó en uno de los muebles.

James: súper raro, que querés que te diga, igual... no me importa.

Dijo encogiéndose de hombros, Lindsay no le creía nada pero no quiso meterse, eran temas personales.

Lindsay: bueno... voy a seguir limpiando.

James: dale, yo me voy al jardín a mirar el paisaje.

Anunció James y se retiró.

                          🎵🎵🎵🎵

James se encontraba en el lujoso solárium de la enorme pileta de la mansión Levine, estaba sentado en una cómoda reposera, con los brazos extendidos sobre los apoyabrazos y con la vista fija en las numerosas palmeras que bordeaban el solárium, James amaba las palmeras.

Tenía sus auriculares puestos y el celular en una mano, estaba escuchando las canciones de la banda que tenía con sus mejores amigos "Big Time Rush" porque los extrañaba mucho y escuchar las canciones que habían grabado juntos le traía buenos recuerdos.

James sonrió con nostalgia al recordar todas las veces que se habían juntado con los chicos para componer las canciones, recordó las juntadas hasta tarde en el garage de la casa de Kendall, de Carlos, de Logan y hasta en el garage de su propia casa, como Katie, la hermanita pequeña de Kendall, a veces iba a verlos tocar, James también extrañaba mucho a Katie.

De repente se puso un poco triste por ella porque también recordó como la niña intentó hasta lo imposible para impedir que Adam se lo llevara a Los Ángeles, como no pudo hacer nada porque... vamos, estaban hablando de Adam Levine, la persona que tiene todo el poder al ser el padre de James.

Se puso triste al acordarse del día que se marchó de Minnesota, cuando fue a su casa con Adam, para despedirse de los demás porque se iba a vivir a Los Ángeles, vinieron imágenes de ese día a su mente, el llanto de Katie porque no quería que se fuera, el abrazo con Kendall, Carlos, Logan, Evan, Katie, Beatríz y sus padres adoptivos, el consuelo que le dieron sus amigos, las palabras de sus padres adoptivos y de Beatríz.

Una lágrima rodó por la mejilla de James, el castaño se la secó de inmediato y cambió la canción que estaba escuchando, la cual era "All Over Again", poniendo en su lugar la canción "Nothing Even Matters", suspiró y volvió a mirar el jardín, de repente sintió como un auricular se le salía de la oreja, alguien se lo había quitado, volteó rápidamente encontrándose con Adam, quien lo miraba sonriente.

James palideció ¡estaba escuchando las canciones de su banda! ¡si Adam se llevaba el auricular a la oreja reconocería su voz y la de los chicos y estaría perdido!

Adam: ¿qué estás escuchando hijo? tengo mucha curiosidad por saber el género de música que te gusta.

Dijo Adam sonriente mientras se llevaba el auricular al oído, James le arrebató con brusquedad el auricular de la mano antes de que consiguiera ponérselo en la oreja, fue justo a tiempo, pausó la canción, bloqueó el celular apretando el pequeño botón del costado, para que no se viera el nombre de la canción en la pantalla y se aclaró la garganta, Adam lo miró confundido.

Adam: hey ¿por qué tan nervioso?

Preguntó Adam soltando una risita pero sin darle mayor importancia al tema, James tragó saliva pero agradeció que su padre no hubiera sospechado nada.

James: no, por nada.

Mintió mientras se rascaba la nuca y miraba hacia otro lado, se sacó el otro auricular, luego dejó los auriculares arriba del celular y miró a Adam.

James: ¿a dónde fuiste?

Inquirió intentando cambiar de tema, Adam esbozó una gran sonrisa cuando James le preguntó aquello.

Adam: a comprarte algo.

Contestó encogiéndose de hombros, James lo miró con el ceño fruncido, Adam soltó una risita.

Adam: es una sorpresa, acompañame hasta la casa.

James estaba totalmente desconcertado, pensó "¿qué onda?".

James: pensé que estabas enojado conmigo.

No pudo evitar comentar, Adam negó, sonriente.

Adam: no, para nada.

James estaba sorprendido por el buen humor de su padre, no podía creer que no le hubiera dicho algo por haberse escapado por la ventana del cuarto, ni por haber cortado su llamada cuando intentó comunicarse con él, ni por haber apagado el celular, de verdad que no lo entendía.

Adam: vamos James.

Lo apremió Adam rodeando la reposera en la cual se encontraba sentado su hijo, se detuvo delante de él, se agachó, lo agarró de la muñeca y lo hizo levantarse.

Adam: vení por favor.

Pidió otra vez, caminó por el jardín mientras llevaba a James agarrado de la muñeca, entraron en la mansión, Adam se detuvo en la sala y soltó a su hijo.

Adam: esperá acá, ya vuelvo.

Le indicó con una sonrisa y se marchó, James arqueó una ceja, más confundido que antes, no entendía absolutamente nada, vio que Lindsay estaba haciéndose la de plumerear uno de los muebles pero en realidad estaba con toda su atención puesta en ellos, James entrecerró los ojos.

James: vos sabés algo, decimelo ya.

Exigió mientras la señalaba, Lindsay soltó una risita nerviosa y se señaló.

Lindsay: ¿yo?

Preguntó haciéndose la tonta, James puso ambas manos en su cintura y asintió, mirándola con suspicacia.

James: si, vos, hablá.

Lindsay esbozó una sonrisa de disculpa.

Lindsay: hum... no puedo James, el señor Levine me pidió que no le diga nada.

Le explicó y empezó a plumerear una mesita, James rodó los ojos.

James: ¿por qué tanto misterio? no me gustan las sorpresas.

Se quejó mientras se cruzaba de brazos, berrinchudo, antes de que Lindsay pudiera contestar Adam regresó a la sala con una caja envuelta en papel de regalo y adornada con un moño en sus manos, caminó hasta detenerse delante de James y le tendió la caja, su hijo lo miró con una ceja arqueada.

Adam: es un regalo como forma de disculpa por no haberte apoyado con lo del boliche.

Le explicó Adam un poco incómodo, James finalmente comprendió todo, entendía la actitud de Adam, por qué se mostraba tan contento y de buen humor, por qué no lo había regañado y por qué ahora se mostraba incómodo, se sentía culpable.

James quedó aún más sorprendido que antes, no podía creer que Adam hubiera cambiado de opinión ¿acaso estaba soñando o algo así? ¿o era una broma pesada? ¿dónde estaban las cámaras?

Dudoso agarró la caja que le tendía su padre, la cual se movió ligeramente en sus manos, haciendo que James se desconcertara.

James: okay... esto es raro, estoy ansioso por saber que hay dentro de la caja pero antes de preguntar qué es... quiero saber qué te hizo cambiar de opinión Adam.

Pidió mirándolo con atención, Adam escondió los brazos detrás de su espalda y suspiró.

Adam: bueno... cuando entré a tu cuarto y vi esa especie de soga que habías armado para escapar, debo admitir que al principio me molesté y por dos razones, una... me habías desobedecido y escapado cuando sabías que tenías que cumplir una penitencia y otra... fue muy peligrosa la manera en que escapaste James, pudiste haberte caído y no me hubiera perdonado si te pasaba algo ya que en parte sería mi culpa...

James lo cortó.

James: no es así, no iba a ser precisamente tu culpa, sino mía.

Dijo apoyándose una mano en el pecho y sujetando la caja del regalo con su otra mano, Adam negó.

Adam: si hubiera sido mi culpa, el asunto es que traté de llamarte pero no me atendías, luego apagaste el celular, ahí fue cuando le pedí a Kevin que te buscara y en el tiempo que estuve esperando que te trajera... me senté en el sillón a pensar y me di cuenta que fui demasiado duro contigo, no te merecías esa penitencia en primer lugar, por eso dejé pasar el hecho de que te escaparas, a lo que voy es que debí ser más comprensivo contigo y apoyarte desde un primer momento, actué de manera estúpida cuando ví las noticias en la tele sobre tu discusión con ese chico en el boliche, me arrepentí así que quise compensarte, se me ocurrió comprarte algo como forma de disculpa y de hacer las paces así que le dije a Lindsay que me iba a ir a una tienda de mascotas.

Finalizó Adam y esbozó una sonrisa tímida, esperando que James lo perdonara, el castaño quedó en silencio unos momentos, pensando en todo lo que le había dicho Adam y alterando los nervios de su padre porque temía que su hijo siguiera enojado con él.

Finalmente James lo miró con el ceño fruncido.

James: te tomó varios días darte cuenta ¿eh?

Le reclamó ofendido ¿para qué negarlo? estaba un poco molesto, por más que Adam le estuviera pidiendo disculpas y le hubiera comprado un regalo, su padre suspiró y se desacomodó su negro pelo con una mano.

Adam: por favor hijo, no me reprochés más, estoy arrepentido, de verdad, por eso te acabo de pedir disculpas y te compré el regalo.

Lindsay: perdonelo, por favor.

Le pidió Lindsay a James en tono apaciguador, no pudiendo controlarse y metiéndose en la conversación, intentando que padre e hijo hicieran las paces.

James: no hace falta que me lo pidás.

Le dijo James a Lindsay haciéndose el serio, luego miró a su padre y esbozó una gran sonrisa.

James: ya lo perdoné.

Adam sonrió radiante, sintiéndose notoriamente aliviado, sin previo aviso se abalanzó sobre James y lo envolvió en un abrazo, haciendo que la caja que sujetaba su hijo en sus manos se le escapara y cayera al suelo, un pequeño ladrido salió de ésta.

Adam: gracias hijo.

Le dijo feliz, aún manteniéndolo en sus brazos, James le dio unas palmaditas en la espalda.

James: si, si, ya, de nada.

Luego apartó a su padre y se acomodó su castaño pelo con una mano.

James: demasiado cariño para mi.

Adam soltó una carcajada.

Adam: ¿por qué sos un hijo tan arisco?

Preguntó divertido, James lo miró desafiante al tiempo que se cruzaba de brazos.

James: ¿y vos por qué sos un padre tan cariñoso? no soy fan de las muestras de afecto.

Adam negó con una sonrisa, divertido, luego miró preocupado la caja que yacía en el suelo, se agachó, la recogió y se la devolvió a James.

Adam: espero que no le haya dolido.

Dijo refiriéndose a lo que había dentro de la caja e hizo una mueca, James arqueó una ceja.

James: ¿acaso es una mascota?

Preguntó ya que era demasiado obvio, Adam sonrió, delatándose, James se emocionó, amaba los animales.

James: wow, genial.

Dijo sentándose en el suelo con la caja de regalo delante de él, rompió el envoltorio, la abrió y la cabeza de un perrito se asomó por ésta, James esbozó una gran sonrisa, era un cachorro muy lindo, alzó al animalito y lo envolvió en sus brazos.

James: me encanta, amo a los animales Adam, muchas gracias, es el mejor regalo que me podías haber dado.

Adam sonrió feliz, había acertado, sin embargo las siguientes palabras que pronunció su hijo causaron que se pusiera incómodo.

James: ahora no me voy a sentir tan solo.

Comentó James acariciando el pelaje de su nueva mascota, Adam se aclaró la garganta e intentó cambiar de tema, sabía que James se refería al hecho de haber perdido a Kendall, Carlos y Logan cuando él decidió llevárselo a vivir con él a Los Ángeles.

Adam: ¿qué nombre le vas a poner a tu nueva mascota James?

Le preguntó mientras se sentaba en el piso frente a él y observaba a James jugar con el perrito, lo cual le causó ternura, no pudo evitar sonreír, su hijo permaneció pensativo, mirando al cachorro.

James: aún no lo sé pero ya pensaré en algo.

Comentó despreocupado mientras acariciaba al animalito y le sonreía, Adam estalló en carcajadas.

Adam: no seás así hijo, no podés dejarlo sin nombre, elegí uno.

Pidió, James dejó de mirar al perrito, levantó la cabeza, fijó sus verdes ojos en su padre y sonrió.

James: okay.

Se llevó un dedo a la barbilla y permaneció pensativo unos segundos hasta que finalmente eligió uno.

James: Toby.

Adam sonrió.

Adam: buena elección James, me encanta.

James: gracias papá.

Dijo James sin pensar, luego se alarmó ¿acababa de llamar papá a Adam? si, no podía creerlo, le había salido llamarlo así y no entendía por qué, se aclaró la garganta y miró a Adam, quien lo miraba impresionado.

James: digo... Adam.

Se corrigió esbozando una sonrisa nerviosa, Adam estaba en estado de shock, su hijo, por primera vez, lo había llamado papá sin que él tuviera que pedírselo y era una sensación maravillosa, se sentía pleno de felicidad.

Adam: no te corrijás, me encanta que me llamés así.

Dijo y sonrió, James se puso incómodo.

James: hum... en realidad se me escapó, no creo poder llamarte así seguido...

Adam: ¿por qué no?

Cuestionó Adam con el ceño fruncido.

Adam: ¿por qué te empeñás en hacerme la contra?

James suspiró.

James: prefiero no hablar de eso Adam, sino vamos a terminar discutiendo de nuevo y acabamos de hacer las paces.

Adam lo miró serio.

Adam: quiero saber.

Insistió, James volvió a suspirar y después se encogió de hombros.

James: okay, vos lo has pedido, lo hago porque todavía sigo enojado porque me has traído a vivir acá.

Adam frunció el ceño.

Adam: eso es infantil James y lo sabés.

James lo miró desafiante.

James: a mi no me parece infantil para nada, es una forma de protesta porque extraño Minnesota, extraño mi casa, extraño a Kendall, Carlos, Logan, Katie, Beatríz y a mis padres adoptivos.

Admitió, Adam pensó bien su respuesta.

Adam: y yo te iba a extrañar a vos si te dejaba viviendo ahí, además...

Miró a su hijo con intensidad y añadió.

Adam: perdí 18 años de estar con vos, no pude estar presente el día de tu nacimiento, en cada uno de tus cumpleaños, no pude verte crecer, ir al colegio, no pude verte haciéndote amigo de Kendall, Carlos y Logan, no pude...

James: okay, ya.

Lo interrumpió James y se rascó la nuca.

James: me resulta incómodo hablar de esto.

Adam suspiró, frustrado por la actitud de James, su hijo sí que era difícil, decidió no amargarse por el momento, en su lugar recordó como momentos antes James lo llamó "papá" y eso fue suficiente para levantarle el ánimo y hacer que volviera a ponerse contento, Adam miró al perrito que permanecía en las manos de su hijo, acercó su mano y acarició el suave pelaje del animalito, sonrió.

Adam: okay, podemos hablar después, ahora juguemos con tu perrito, creo que es una buena incorporación en la familia.

James sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo cuando escuchó a Adam decir la palabra "familia", se quedó pensando y sí, Adam era su familia ahora.

Adam: ¿te parece James?

Propuso Adam mirando a su hijo sonriente, sacándolo de sus pensamientos, James le devolvió la sonrisa, Adam se asombró, no podía creer el comportamiento de su hijo ese día, primero lo llamaba papá y ahora lo estaba empezando a tratar bien, no podía estar más feliz y agradecido.

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