Capítulo 26: Nuevo Hogar

El taxi que habían tomado Adam y James estacionó frente a los grandes portones de reja de la mansión de Adam, el mentor de The Voice le pagó al taxista y junto a su hijo bajaron del auto.

Adam: llegamos James a tu nuevo hogar.

Comentó con felicidad, al notar a su hijo muy callado volteó a mirarlo, repentinamente preocupado.

Adam: ¿estás bien?

James tragó saliva y asintió sin despegar la mirada de la gran mansión.

James: aunque ya la haya visto por fotos me sigue impresionando.

Comentó con absoluta sinceridad, Adam soltó una risita, le rodeó los hombros con su brazo y lo escoltó hacia la entrada.

Adam: entremos, estoy muy ansioso por mostrarte tu cuarto.

Dijo sin borrar la sonrisa de felicidad que adornaba su rostro, James rodó los ojos y apartó el brazo de Adam de encima suyo, estaba repentinamente molesto, su padre actuaba como si no hubiera ocurrido nada, como si no lo hubiera obligado a mudarse con él a Los Ángeles.

James: no creás que todo está arreglado, que todo está bien, sigo muy enojado con vos, yo quería quedarme en Minnesota con mi familia y amigos pero me obligaste a venir acá.

Le espetó fulminándolo con la mirada, Adam en lugar de mostrarse preocupado, rió, esa actitud molestó aún más a James.

Adam: sé que estás enojado James, no es una novedad pero ya se te pasará.

Comentó su padre con un exceso de confianza y tranquilidad, James abrió la boca indignado ¿quién se creía? le iba a demostrar lo contrario.

James: capaz que el enojo no se me pase tan rápido como crees o esperás.

Adam lo miró fijamente, repentinamente serio, de repente esbozó una gran sonrisa y comentó con más tranquilidad todavía.

Adam: sé que me terminarás perdonando.

James se cruzó de brazos y arqueó una ceja.

James: ¿por qué estás tan seguro?

Comentó a la defensiva, se había puesto nervioso de repente.

Adam: porque me querés aunque te empeñés en demostrar lo contrario.

Dicho eso Adam dio un paso hacia él, James retrocedió asustado.

Adam: admitilo de una vez James.

James: no.

Negó con una actitud demasiado defensiva, Adam lo notó y sin previo aviso lo aprisionó en un abrazo.

James: ¡hey!

Se quejó James molesto, el castaño trató de soltarse pero no lo consiguió ya que Adam afianzó el agarre.

Adam: por favor hijo, admitilo así dejamos de discutir y nos empezamos a llevar mejor, estoy cansado de que me ladrés siempre, quiero que empecemos a pasar momentos padre e hijo, como una familia normal.

James se quedó quieto, las palabras de Adam eran demasiado fuertes para él porque tenía razón, lo quería pero aún no estaba dispuesto a ceder, planeaba mantenerse enojado y molesto con la excusa de que había perdido todo al mudarse a Los Ángeles, lo que le preocupaba a James era que notaba a Adam más determinado que nunca, su padre ya no estaba dispuesto a darle más tiempo.

Adam: te puedo llevar a recorrer la cuidad, podemos ir a algún restaurante mientras me comentás cuales son tus pasatiempos favoritos y cosas así, hacer más programas padre e hijo James.

James suspiró, se sentía abrumado.

James: aún no Adam, no estoy preparado para nada de eso todavía, necesito tiempo.

Dijo eso último en tono de ruego.

Adam: estoy cansado de escuchar siempre lo mismo.

Se quejó Adam enojado y frustrado, deshizo el abrazo pero sujetó a su hijo de los brazos y lo miró con expectación.

Adam: ¿cuánto más tiempo necesitás?

James desvió rápidamente la mirada.

Adam: James...

El castaño se mantuvo en silencio, su padre lo zarandeó con suavidad para captar su atención, James volvió a mirarlo.

Adam: ¿cuánto más tiempo necesitás?

Volvió a preguntar Adam aprovechando que había conseguido que James lo mirara, su hijo suspiró y dijo con nerviosismo.

James: no sé ¿okay?

Adam notó el evidente tono de nerviosismo en su voz, sonrió victorioso, eso sólo podía significar que James se estaba resistiendo, prácticamente ya lo había perdonado y sólo le faltaba dejar su orgullo de lado y empezar a tratarlo mejor, Adam dijo feliz.

Adam: ese no sé es lo mismo que nada, sé que me perdonaste James porque siempre supiste que tenía razón en traerte aquí aunque no estés conforme con la idea, el problema es que sos muy orgulloso para reconocerlo.

James tragó saliva, todo lo que decía Adam era cierto, pensó "maldito Adam", su padre comentó con felicidad.

Adam: el silencio otorga, no me estás contradiciendo.

James abrió la boca para rebatir pero Adam lo interrumpió.

Adam: dame una oportunidad James.

Pidió su padre por enésima vez, el corazón de James empezó a latir deprisa, miró rápidamente el portón de la mansión y luego a Adam.

James: ¿y si me mostrás la mansión?

Propuso para zafar de esa conversación, Adam soltó una estruendosa carcajada.

Adam: ¿no era que ya la conocías?

Preguntó con una ceja arqueada, James añadió rápidamente tratando de sonar convincente.

James: pero no conozco mi habitación y quiero conocerla.

Lo único que quería realmente era eludir esa conversación en la que sabía que estaba perdiendo, Adam sonrió victorioso, había ganado la reciente discusión, decidió no presionar más a su hijo por el momento.

Adam: de acuerdo, vamos, te la voy a mostrar.

Dijo soltándolo, James suspiró aliviado, sin embargo las siguientes palabras que pronunció Adam hicieron que ese alivio que acababa de sentir se esfumara de golpe.

Adam: esta conversación queda pendiente James, después la retomaremos.

James no dijo nada, simplemente se limitó a alejarse de su padre y acercarse al portón de entrada, agarró la manija y trató de abrirlo pero no pudo, soltó la manija y volteó a mirar a Adam.

James: okay... ¿cómo rayos abro esto?

Preguntó con una ceja arqueada, su padre sonrió y sacó un pequeño control automático del bolsillo de su jean, oprimió un botón y el portón se abrió, Adam y James pasaron y cuando el portón se cerró, empezaron a caminar por un sendero bordeado de flores y piedras hacia la entrada de la mansión.

James miraba boquiabierto el jardín, era espectacular, lleno de árboles, canteros, flores, plantas, hasta había un estanque con una fuente y el pasto parecía de revista.

James: wow...

Balbuceó, escuchó como Adam reía y volteó a mirarlo.

Adam: el jardín está un poco distinto a como lo debés haber visto en las fotos hijo.

Se encogió de hombros y agregó con una sonrisa de satisfacción.

Adam: les pedí a los jardineros que lo mantienen que plantaran más flores y plantas exóticas, quería impresionarte al igual que con tu habitación.

James se desacomodó el pelo con su mano, claramente nervioso.

James: no tenías por qué haberte molestado Adam.

Adam: no fue ninguna molestia, te lo aseguro, si logro sacarte una sonrisa es todo lo contrario, me gusta verte feliz.

James asintió sin saber que decir y desvió rápidamente la mirada hacia un punto del jardín, cuando se detuvieron frente a la puerta principal, el castaño se quedó mirando los detalles de ornamentación, era una puerta muy lujosa al igual que cada detalle de la mansión y objeto que hubiera dentro de ésta.

Adam sacó una llave del bolsillo y abrió la puerta, entraron e inmediatamente la realidad golpeó a James, a partir de ese día viviría allí, suspiró y comentó.

James: aún no puedo creer que esté acá.

Adam sonrió.

Adam: pero estás aquí James, mejor sería que te hagás la idea de que esta mansión es tu nueva casa.

Una sirvienta, que llevaba puesto un delantal de trabajo, salió de la cocina, atravesó la sala y se acercó a saludarlos.

Lindsay: buenos días señor Levine.

Dijo con una sonrisa radiante.

Adam: hola Lindsay.

Dijo Adam cordialmente devolviéndole el saludo, Lindsay fijó su mirada en James.

Lindsay: este apuesto chico debe ser su hijo.

Adam asintió con una gran sonrisa.

Adam: así es, su nombre es James Levine.

James: Diamond.

Corrigió rápidamente James con una mirada de pocos amigos, Adam lo miró con el ceño fruncido.

Adam: tu apellido es Levine, como el mío, sos mi hijo, es una cuestión de lógica.

James se encogió de hombros y dijo testarudamente.

James: me da igual lo que digás, mi apellido es Diamond, así figura en mi documento Adam.

Adam esbozó una sonrisa victoriosa.

Adam: haré que lo cambien, ahora figurarás como James Levine.

James: no te atreverías...

Empezó a decir James con los ojos entrecerrados, su padre se cruzó de brazos y dijo con una mirada seria.

Adam: claro que si, me gusta más el apellido Levine.

James palideció de repente y abrió la boca, sorprendido, Adam hablaba en serio, el castaño se negaba a cambiar su apellido a Levine, quería seguir siendo Diamond.

James: pero...

Empezó a reclamar indignado, sin embargo el sonido del timbre cortó lo que fuera que estaba por decir.

Lindsay: ya llegaron.

Dijo la sirvienta, James la miró confundido.

James: ¿quiénes acaban de llegar?

Adam estaba a punto de hablar pero Lindsay se le adelantó.

Lindsay: los padres del señor Levine joven James.

Adam miró mal a Lindsay, él tenía que decírselo a su hijo, no era una noticia para tomar a la ligera, estaban hablando de los abuelos de James, el castaño abrió los ojos como platos, eso no se lo esperaba, cuando consiguió salir de su estado de shock gritó con horror.

James: ¡¿qué?!

Adam se preocupó por su reacción, se acercó sigiloso a James.

Adam: tranquilo hijo...

James lo miró excesivamente asustado, preocupado, alterado y confundido.

James: ¡no Adam! ¡no me pidás que me tranquilice! ¡no me calmo una mierda!

Lindsay quedó con la boca abierta al escuchar esa mala palabra, en la mansión Levine jamás se mencionaba una mala palabra, ella y todos los demás empleados eran educados, al igual que Adam.

James: ¡mis abuelos están en el portón ansiosos por conocerme y yo aún no estoy preparado para verlos! ¡no puedo! ¡es demasiado!

Siguió gritando James al borde de un ataque de nervios, Adam trataba de calmarlo pero sin conseguir resultado.

Adam: hijo... no tenés que preocuparte, todo va a estar bien, es una promesa, tranquilo.

James: ¡no!

Gritó James con testarudez y fatalidad, miró de un lado a otro y dijo en un murmullo perfectamente audible para Adam.

James: ya era, yo me largo.

Quiso correr pero Adam fue más rápido, lo atrapó justo a tiempo, lo tenía sujeto de ambos brazos y lo miraba con seriedad, su hijo no tardó en quejarse.

James: ¡soltame Adam! ¡no me podés retener aquí en contra de mi voluntad!

Gritó James con enojo, impotencia y frustración, lo único que deseaba era huir y esconderse, quería evitar a sus abuelos a como diera lugar, no estaba preparado emocionalmente para conocerlos, debido a que Adam no pensaba soltarlo, James se movió bruscamente de un lado a otro para conseguir zafarse de su agarre pero no lo logró, Adam siempre le ganaba porque era más fuerte que él, era muy difícil escapar de Adam, por ese motivo James trataba de evitar que lo atrapara, de ahí a que lo consiguiera era otra historia.

Adam: ¿a dónde pensás ir? ¿acaso te vas a esconder otra vez en un placard?

Preguntó Adam haciendo alusión al día en el que fue a buscar a James a la casa de Kendall y su hijo se escondió de él en el placard del cuarto de Katie, James abrió la boca indignado.

James: no te atrevás a burlarte de mí Adam.

Dijo con tono amenazante, su padre soltó una risita y comentó divertido.

Adam: no me burlo, sólo lo digo porque es muy común en vos esconderte cuando no querés enfrentar a alguien.

James se encogió de hombros y se justificó con despreocupación.

James: no todo el mundo tiene la fortaleza para eso, yo soy una persona débil emocionalmente ¿okay?

Adam rió y dijo unas palabras que a James no le gustaron escuchar.

Adam: lo sé pero ahora vas a tener que ser fuerte, tenés que conocer a tus abuelos.

James lo miró con los ojos como platos, se soltó rápidamente de su agarre y retrocedió un par de pasos.

James: no Adam...

Se quejó cubriéndose el rostro con sus manos unos segundos con la intención de serenarse y mantener la compostura, finalmente retiró las manos al tiempo que miraba preocupado y molesto a su padre, no había conseguido calmarse en absoluto.

James: ¿por qué me hacés esto? ¿no podés tener un poco de consideración?

Suspiró y añadió.

James: es muy fuerte para mí conocer a mis abuelos el mismo día en que me mudo a Los Ángeles, deberías saberlo.

Adam lo miraba apenado.

Adam: lo entiendo James, creeme que si pero no pude hacer nada, mis padres son muy obstinados, no querían esperar más tiempo, estaban esperando que llegaras para conocerte, traté de hacerlos entrar en razón pero no hubo caso.

James se quedó unos momentos en silencio, perdido en sus pensamientos, de repente puso expresión de enojo y señaló a Adam.

James: vos lo sabías.

Lo acusó furioso, Adam dio un paso hacia él pero James dio otro hacia atrás manteniendo la distancia.

Adam: James...

James: sabías que hoy iban a venir y me lo ocultaste.

Espetó el castaño cruzándose de brazos, Adam suspiró.

Adam: te lo iba a decir...

James lo cortó abruptamente.

James: ¡¿cuándo?! ¡¿cuándo carajos pensabas decírmelo?!

Adam: hijo...

James: ¡hijo nada! ¡no puedo creer que me hayás hecho esto! ¡estoy muy molesto con vos Adam!

Respiró grandes bocanadas de aire tratando de calmarse, cuando creyó que lo había conseguido preguntó en un tono gélido.

James: ¿desde cuándo lo sabés?

Adam: ¿qué?

Preguntó Adam arqueando una ceja, James soltó una risa irónica y comentó con poca paciencia.

James: no era tan difícil la pregunta pero bue... te la vuelvo a repetir y con más detalles.

Adam: no me faltés el respeto James.

Comentó Adam repentinamente molesto, James dijo aún más molesto.

James: no me preguntés estupideces entonces y contestame ¿desde cuándo sabías que mis abuelos iban a venir hoy?

Adam se desacomodó el pelo con su mano y dijo con sinceridad.

Adam: desde anteayer.

James frunció el ceño.

James: o sea... desde el día en que casi me traes aquí, el mismo día que salí en las noticias.

Adam asintió, James lo fulminó con la mirada.

James: tuviste tiempo de sobra para decírmelo sin embargo decidiste callarte.

Adam se cruzó de brazos y espetó con una mirada seria.

Adam: no soy el único aquí que guarda secretos.

James arqueó una ceja, claramente confundido por esa indirecta.

James: ¿ah? ¿qué estás insinuando? como que me perdí.

Adam: ese día me di cuenta que me ocultaste algo, me refiero a cuando estábamos hablando por celular, estuviste a punto de decirme algo pero te arrepentiste a último momento, no soy estúpido.

Adam notó como el color del rostro de James se había esfumado de repente, estaba muy pálido, eso sólo consiguió aumentar aún más su curiosidad.

Adam: ¿por qué estás tan pálido?

James: no estoy pálido.

Contestó rápidamente James con la voz temblorosa, Adam también notó eso.

Adam: si que lo estás y también te tiembla la voz.

James: no me tiembla la voz.

Mintió descaradamente James.

James: dejá de imaginar cosas.

Adam rió con maldad.

Adam: estás hablando con Adam Levine, tengo un oído muy desarrollado, a mí no me podés engañar James.

El mentor de The Voice se cruzó de brazos y miró a su hijo con suma curiosidad.

Adam: ¿qué me estás ocultando?

James lo miró asustado.

James: nada.

Adam negó con la cabeza, luego miró a su hijo con seriedad.

Adam: no me mientás.

Ordenó, James lo miró preocupado, Adam dio unos cuantos pasos en su dirección pero James retrocedió manteniendo la distancia entre ellos, su padre se detuvo y lo miró con mucha seriedad.

Adam: decimelo ya, no te lo estoy proponiendo, es una orden.

James se cubrió el rostro con sus manos unos segundos, finalmente retiró las manos y miró a Adam al tiempo que decía tratando de sonar convincente.

James: no te estoy ocultando nada ¿cuántas veces tengo que repetirlo? no seás tan paranoico, te lo agradecería porque mi paciencia se agotó.

Adam nuevamente intentó acercarse a James, dio un paso hacia él pero su hijo retrocedió.

Adam: James...

Dijo con una expresión muy seria, demasiado seria desde el punto de vista de James, el castaño se dio cuenta que no valía la pena mentirle así que finalmente admitió.

James: bueno si, te estoy ocultando algo.

Sonrió y agregó ante la estupefacta mirada de Adam.

James: ¿feliz?

Adam aún lo miraba sorprendido, no podía creer que James lo reconociera, su hijo sonrió con malicia.

James: suerte en averiguarlo Adam, la necesitarás porque no pienso decírtelo.

Adam abrió la boca indignado, James rió a carcajadas al ver su cara de desconcierto, cuando logró parar se secó una lágrima que había derramado involuntariamente por la risa.

James: que boludo soy, estuve preocupado desde hace tiempo porque temía que lo descubrieras pero...

Rió un poco más ante la atónita mirada de Adam y comentó divertido.

James: no tendría que haberme preocupado en primer lugar.

Se encogió de hombros y agregó con una gran sonrisa que derrochaba confianza.

James: es simple, si no quiero no te lo digo y ya, no tendría que haberme hecho tanto drama.

En un abrir y cerrar de ojos Adam se había acercado a él y lo había sujetado de ambos brazos, James lo miró sorprendido, su padre se había movido muy rápido, no tuvo tiempo de alejarse.

James: pero... ¿qué?

La mirada de Adam era muy seria, James tragó saliva repentinamente preocupado, se arrepintió de haberlo provocado.

Adam: no debiste haber dicho todo lo que dijiste recién James, no fue muy inteligente de tu parte.

James volvió a tragar saliva y preguntó un poco nervioso.

James: ¿por qué no?

Adam esbozó una sonrisa maliciosa.

Adam: porque descubrí que lo que me estás ocultando es realmente importante y no pararé hasta averiguarlo, ahora descubrir de que se trata se volvió una prioridad, antes si le di importancia pero no la que se merecía, lo que me estás escondiendo es demasiado importante y debo saberlo.

James trató de mantener la calma por lo que contestó con naturalidad.

James: por eso te deseé suerte Adam, no lo averiguarás.

Adam: ya veremos.

Comentó Adam mirándolo fijamente, James se sintió diminuto e intimidado por la intensidad de su mirada, tenía que reconocer que su padre era obstinado, en ese momento la sirvienta los interrumpió.

Lindsay: lamento interrumpir su conversación ¿o debo decir discusión? en fin...

Miró hacia un punto de la sala unos momentos y luego volvió a mirar a Adam y James.

Lindsay: sus padres ya llegaron señor Levine.

James giró rápidamente la cabeza y abrió los ojos como platos al ver a sus abuelos mirándolo fijamente ¿desde cuándo estaban allí? pensó "¡maldición! ¡no pude esconderme y todo por quedarme discutiendo con Adam!", Adam también los miró y no tardó en soltar a su hijo pero le apoyó una mano en la espalda para evitar que escapara.

Adam: padre, madre.

Dijo y sonrió, miró a James y luego volvió a mirar a sus padres.

Adam: les presento a mi hijo, James Levine.

James estaba tan impactado y nervioso que no corrigió a Adam, dejó que lo llamara Levine en lugar de Diamond, el castaño vio con horror como sus abuelos caminaban hacia su dirección con gigantes sonrisas plasmadas en sus rostros, en un acto de desesperación le dijo en un murmullo a Adam.

James: mandales saludos a mis abuelos de mi parte, me voy a explorar el piso de arriba.

Quiso huir pero Adam lo sujetó del brazo.

Adam: ah no, vos te quedás aquí.

Ordenó en voz baja para evitar que sus padres lo escucharan, afortunadamente para él y James, sus padres no tenían un oído tan desarrollado como el suyo así que no escucharon su intercambio de palabras.

Patsy: hola James.

Lo saludó su abuela con una emoción incontrolable.

Patsy: estoy muy contenta de conocerte finalmente, hace días que estaba esperando tu llegada.

Le dijo y esbozó una cálida sonrisa, James tragó saliva, su abuelo se dio cuenta que estaba nervioso.

Fred: tranquilo chico, no mordemos.

Bromeó con humor, estaba igual de sonriente que Patsy, James soltó una risita, aún así seguía nervioso.

Adam: mi hijo es muy tímido.

Recalcó Adam, ya se los había contado a sus padres pero venía bien recordarles aquél dato, Patsy sonrió con ternura.

Patsy: aww pero que chiquito.

Se acercó a James y sin previo aviso le apretó las mejillas con sus dedos, el castaño hizo un gesto de dolor.

Patsy: es tan apuesto, igual que el padre.

Lo alabó una vez lo hubo soltado.

Fred: tu hijo tiene tus ojos Adam, exactamente el mismo tono de verde que vos.

Notó Fred, Adam no pudo evitar sonreír y comentar con orgullo.

Adam: lo sé, fue lo primero que noté al verlo por primera vez.

James se refregó las mejillas con sus manos, las tenía doloridas luego del cariño que le había dado su abuela, el castaño miró hacia otro lado, Adam se aclaró la garganta para darle a entender que tenía que saludar, James bajó las manos, lo miró fastidiado y luego miró a sus abuelos.

James: no puedo con esto.

Dijo simplemente, dio media vuelta y subió corriendo la escalera directo hacia donde creía estaba su habitación, Patsy y Fred quedaron atónitos, Adam miró la escalera por donde se había marchado James y luego miró a sus padres.

Adam: les advertí que era muy pronto para venir de visita, James necesita tiempo.

Dijo Adam en defensa de su hijo, sus padres asintieron apenados.

Patsy: lo lamento.

Fred: no pudimos resistirnos.

Lo que le molestaba a Adam era que ya les había contado a sus padres con lujo de detalles todo lo que había ocurrido desde el día en que se enteró que tiene un hijo, todo lo que vivieron él y James y aún así sus padres insistieron en venir a ver a su nieto.

Adam: sé que están ansiosos por estar con James, por conocerlo, por lograr que los acepte en su vida, lo sé porque yo siento lo mismo pero debo advertirles que ganarse el afecto de mi hijo es complicado, yo aún estoy tratando de conseguirlo.

Sus padres lo miraron con tristeza, Adam prosiguió.

Adam: James se cierra ante muchas situaciones adversas y su visita hoy es una de ellas.

Patsy y Fred asintieron.

Patsy: creo que será mejor que nos vayamos entonces.

Comentó mirando a Fred, él asintió.

Fred: si, me encantaría quedarme a conversar con mi nieto pero si Adam dice que necesita tiempo debemos dárselo.

Adam asintió conforme.

Adam: gracias por entender.

El mentor de The Voice los acompañó a la puerta, luego miró la planta de arriba, suspiró y subió en busca de su hijo, lo encontró sentado en el suelo del pasillo con la espalda apoyada en la pared, Adam no podía verle la cara puesto que James tenía escondido el rostro entre sus brazos, aún así pudo darse cuenta que estaba llorando, era capaz de oír sus sollozos.

Adam sintió una puntada en el pecho, había visto llorar a su hijo una sola vez, fue el día en que le dijo que es su padre y que su madre lo había entregado en adopción, no le gustaba verlo llorar, Adam se sentó en el suelo a su lado y lo abrazó, James no se resistió, en lugar de eso le correspondió el abrazo por primera vez y lloró con más intensidad.

Adam: tranquilo hijo, ya pasó.

Dijo dándole palmaditas en la espalda tratando de consolarlo, James no contestó, se aferró más a él y permaneció sollozando unos cuantos minutos más hasta que logró calmarse y se separó poco a poco de Adam, volvió a recargar la espalda en la pared y se secó las lágrimas con el dorso de su mano, estaba avergonzado por la escena que acababa de hacer, le parecía patético, se sintió en la necesidad de justificarse.

James: no sé que me pasó Adam, no es muy común en mí llorar y la razón es que no me gusta hacerlo porque me parece patético, es una debilidad.

Adam le apoyó una mano en el hombro al tiempo que le ofrecía una sonrisa consoladora, James dejó de mirar la finísima baranda de madera de la escalera y fijó sus ojos verdes en su padre.

Adam: objetivamente no es patético y a mí no me parece una debilidad James, en mi opinión está bien llorar si uno tiene un motivo para hacerlo.

James asintió, en eso su padre tenía toda la razón, Adam suspiró y confesó.

Adam: yo lloré la noche en que tu madre me confesó que tengo un hijo y que sos vos.

James abrió grandes los ojos, tragó saliva y preguntó con la voz entrecortada.

James: ¿de... de verdad?

Adam asintió con una mirada seria.

James: ¿no me estás mintiendo Adam?

Adam: nunca te mentiría con algo así.

James se secó otra lágrima y preguntó.

James: ¿por qué lloraste?

Su padre lo miró con una ceja arqueada, no podía creer que le estuviera preguntando aquello.

Adam: ¿cómo que por qué?

James iba a hablar pero Adam se explicó primero.

Adam: lloré de impotencia por haber perdido 18 años de estar a tu lado y no poder hacer nada para remediarlo, lloré de bronca por no haber descubierto antes que Mary estaba embarazada, lloré de tristeza por lo sucedido...

James: ya me quedó claro.

Lo cortó James, se había puesto nervioso de repente, siempre le pasaba eso cuando Adam se ponía en modo sentimental, su padre rió y sin pedirle permiso lo abrazó.

Adam: la próxima no me hagás preguntas tan obvias James.

Comentó divertido, James trató de soltarse de su agarre pero Adam no lo dejó alejarse, lo abrazó más fuerte y pidió en un ruego.

Adam: dejame que te abrace por un rato, por favor.

James bufó y recargó su mejilla en el pecho de su padre, rindiéndose al abrazo, Adam aprovechó que James había dejado de luchar para envolverlo mejor entre sus brazos, el mentor de The Voice esbozó una sonrisa de felicidad y apoyó su mentón arriba de la cabeza de James.

James: últimamente me das muchos abrazos.

Escuchó Adam que James decía, Adam sonrió aún más y dijo unas palabras que a James le llegaron al fondo del corazón.

Adam: porque sos mi hijo, te quiero y no hay nada que podás hacer para cambiar eso.

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