Adam corrió hacia James, se arrodilló a su lado, lo sujetó de los brazos y lo zarandeó tratando de hacer que recuperara la consciencia, como no lo conseguía gritó con frustración.
Adam: ¡James! ¡despertate! ¡por favor!
A pesar de sus gritos James no se despertaba, un policía que estaba cerca y vio todo se acercó en su ayuda.
Policía: ¿pasó algo señor Levine?
Adam lo miró con desesperación, aún sujetaba a su hijo de los brazos.
Adam: mi hijo no despierta, estaba borracho...
Policía: no se preocupe, va a estar bien.
Dijo tratando de calmarlo, Adam lo miró mal.
Adam: ¡no va a estar bien! tengo miedo que esté en un estado de coma.
Dijo muy asustado, el policía se quedó pensativo unos momentos hasta que se le ocurrió una idea.
Policía: si quiere puedo llevar a su hijo al hotel en el que se está hospedando señor Levine.
Adam sonrió, estaba conforme con la idea.
Adam: si, se lo agradecería.
Adam soltó a su hijo y se puso de pie, el policía se acuclilló al lado de James, lo agarró y lo alzó.
Policía: allá tengo estacionado el auto.
Dijo haciendo un gesto con la cabeza para que Adam mirara el auto patrullero, cuando Adam lo vio asintió y el policía caminó cargando a James hasta allí, una vez frente al auto, Adam le abrió la puerta trasera y el policía recostó a James en el asiento de atrás, luego ambos subieron al auto.
Adam se sentó en el asiento del copiloto y el policía manejó hasta el hotel donde se estaban hospedando Adam y los demás mentores de The Voice esos días.
🎵🎵🎵🎵
En el hotel, James se encontraba recostado en la cama de Adam mientras él llamaba a un médico para que lo examinara, cuando el médico llegó al hotel, le hizo varios exámenes clínicos a James.
Adam: ¿y? ¿qué tiene?
Le preguntó Adam ansioso al médico.
Médico: quedesé tranquilo señor Levine, James no tiene nada.
Adam lo miró con incredulidad, luego contestó con el ceño fruncido.
Adam: ¿cómo que no tiene nada?
Señaló a James y preguntó molesto.
Adam: ¿por qué no despierta entonces?
El médico sonrió.
Médico: se nota que es un padre muy miedoso, no hay de qué preocuparse, el chico tiene una resaca fuerte, simplemente eso, ya despertará y cuando lo haga no se sentirá muy bien que digamos pero usted no se preocupe.
Adam: ¿cómo que no se sentirá muy bien?
Preguntó Adam alterado, el médico suspiró, Adam sí que era un padre difícil de tranquilizar.
Médico: tendrá los típicos efectos de una resaca, si alguna vez se emborrachó sabrá que no son agradables.
Adam asintió.
Médico: bueno me retiro, un placer conocer a su hijo en persona.
Adam sonrió orgulloso.
Adam: gracias.
El médico comentó sorprendido.
Médico: no estaba enterado de nada, no sabía que tenía un hijo señor Levine.
Adam: nadie lo sabía, ni yo.
Aclaró Adam con excesiva sinceridad, el médico lo miró confundido, el mentor de The Voice rápidamente agregó.
Adam: uno de estos días haré una entrevista explicando todos los detalles, gracias por revisar a mi hijo.
El médico sonrió.
Médico: por nada, hasta luego.
Adam le abrió la puerta y el médico se marchó, Adam se acercó a la cama de James, lo miró fijamente durante un rato y luego lo regañó a pesar de que sabía que su hijo no podía oírlo.
Adam: que sea la última vez que me asustás de esa manera James.
🎵🎵🎵🎵
Unas cuantas horas después... James se despertó confundido y desorientado, quiso abrir los ojos pero la luz del día era muy cegadora por lo que los volvió a cerrar y esperó pacientemente para poder adaptarse.
Luego de unos minutos decidió volver a abrir los ojos, los abrió lentamente, la luz le seguía molestando pero era soportable, aunque eso no era lo único que le molestaba, tenía además un terrible dolor de cabeza, sentía que le martillaban el cráneo, soltó un quejido.
De repente notó que estaba recostado en una cama y no se acordaba como había llegado hasta allí.
James: ¿en dónde estoy?
Preguntó un poco asustado y analizó el lugar, era un cuarto lujoso de un hotel, James frunció el ceño.
James: ¿qué rayos...?
De repente Adam apareció por una puerta lateral, había escuchado su voz, James al verlo se sobresaltó, se sentó bruscamente en la cama, inmediatamente se arrepintió de haberlo hecho puesto que ese movimiento le ocasionó una fuerte puntada en el lado izquierdo de su cabeza.
James se llevó rápidamente la mano hacia la zona dolorida y cerró los ojos fuertemente, escuchó la voz de Adam un poco lejana.
Adam: tranquilo James, despacio, te vas a marear.
Eso era justamente lo que James estaba sintiendo en esos momentos además de la fuerte jaqueca, mareos, se tambaleó ligeramente, agarró la colcha que cubría la cama con una de sus manos y la apretó fuertemente formando un puño, abrió lentamente los ojos y se encontró con la preocupada mirada de su padre.
James: ay, es cierto.
James bajó la mano de su cabeza y miró a Adam unos momentos en silencio, estaba muy confundido ¿cómo había ido a parar allí? no recordaba nada.
James: ¿qué...?
Tomó aire y prosiguió.
James: ¿qué pasó Adam? ¿qué hago aquí? lo último que recuerdo es que me estaba yendo lejos el bar y me costaba muchísimo caminar, veía todo borroso y distorsionado, la vista se me empezó a nublar de repente y...
Finalmente comprendió lo que había pasado, miró a Adam con el ceño fruncido.
James: ¿hace cuánto estoy inconsciente?
Adam suspiró y lo miró analizándolo.
Adam: hace un par de horas ¿cómo te sentís?
James: mal, pésimo... ¡ay!
Se quejó de repente, Adam se acercó rápidamente a él, se arrodilló a su lado y lo sujetó de los brazos, estaba excesivamente preocupado desde que lo encontró borracho en ese bar.
Adam: hijo, hijo.
Habló tratando de captar su atención, James lo miró con una expresión de gran dolor en el rostro, Adam le preguntó con nerviosismo.
Adam: ¿estás bien?
James levantó ambos brazos soltándose del agarre de Adam y se llevó las manos a la cabeza, cerró los ojos con fuerza e hizo una mueca, se tomó su tiempo para contestar, si tenía que ser sincero... nunca se había sentido tan mal en su vida.
James: no, no estoy bien.
Comentó con los ojos aún cerrados.
James: me duele muchísimo la cabeza Adam, siento que me clavan agujas por todas partes, es una sensación horrible.
Su padre se relajó, soltó un suspiro y se puso de pie.
Adam: eso se llama resaca.
James abrió los ojos, bajó una de sus manos mientras que con la otra se masajeaba la cabeza, levantó la mirada hacia su padre y lo miró mal.
James: lo sé.
Adam: hijo... no quiero volver a verte borracho nunca más ¿quedó claro?
Lo regañó Adam, James abrió la boca para contestar pero su padre no lo dejó hablar.
Adam: cuando estabas inconsciente te dije algo que no llegaste a escuchar, lógicamente.
James: ¿qué?
Preguntó James con curiosidad, Adam lo miró con seriedad y dijo con firmeza.
Adam: que sea la última vez que me asustás de esa manera James.
Su hijo entrecerró los ojos y lo miró molesto, Adam añadió con autoridad.
Adam: la próxima vez pensá dos veces antes de tomar tanto.
James bajó la mano de su cabeza y contestó desafiante.
James: la próxima vez tratá de no hacerme la vida imposible, de esa forma no tendría la necesidad de tomar.
Adam soltó una risa irónica.
Adam: ¿así que yo te hago la vida imposible?
James se cruzó de brazos y añadió enojado.
James: si, no te hagás el sorprendido Levine.
Adam suspiró y dijo un poco más calmado.
Adam: James mi intención no es hacerte la vida imposible, vos lo ves así pero...
James levantó una mano para evitar que Adam siguiera hablando, hizo un gesto de dolor por hacer ese movimiento brusco, cerró los ojos un momento tratando de recuperarse.
James: ay...
Abrió lentamente los ojos y miró a su padre.
James: ya, no tengo ganas de hablar.
Con mucho cuidado se recostó en la cama y miró hacia otro lado, después de un momento de silencio comentó desafiante.
James: apenas me sienta mejor me voy de aquí.
Adam: apenas te sientás mejor vas a hablar conmigo y de ahí te vas.
Replicó su padre, James giró rápidamente la cabeza para mirarlo e hizo una mueca de dolor.
James: la puta madre...
Se quejó en voz baja con los ojos cerrados.
James: estúpido alcohol, estúpido fernet, estúpido dolor de cabeza...
Adam no pudo evitar reír por el comentario de su hijo, James abrió los ojos y lo miró mal.
James: no.
Adam: no ¿qué?
Preguntó su padre con una ceja enarcada, repentinamente divertido, James soltó un suspiro de frustración, pensó "maldito Adam".
James: que no me voy a quedar en este estúpido hotel a hablar con vos, apenas me sienta mejor me voy y no hablamos nada.
Adam frunció el ceño.
Adam: hijo no te pongás caprichoso por favor, estás grande ya.
Dijo un poco exasperado, James bufó, luego se quejó, se agarró la cabeza con ambas manos y cerró los ojos dolorido, su padre se preocupó porque ya había perdido la cuenta de cuantas veces había visto a James cerrar los ojos y poner expresión de dolor por cualquier cosa que hiciera.
James: ¡mierda! me voy a morir, me está matando este dolor de cabeza...
Dijo dramáticamente, Adam se sentó en el borde de la cama a su lado y le apoyó una mano en la frente, James abrió lentamente los ojos y lo miró, le agarró un escalofrío porque se dio cuenta que realmente tenían los mismos ojos, los ojos de Adam eran del mismo tono de verde que los suyos.
Adam: ¿es normal que te duela así la cabeza?
Preguntó su padre con el ceño fruncido, sin embargo James no lo escuchó, estaba perdido en sus pensamientos.
Adam: ¿James?
James: ah... tus ojos.
Adam lo miró confundido, James lo señaló y tragó saliva.
James: tenés los mismos ojos que yo Adam, son del mismo tono de verde que los míos, estoy seguro.
Adam sonrió con orgullo y felicidad, James quedó más impactado que antes porque notó que Adam también tenía su misma sonrisa.
James: también tenés...
Tragó saliva de nuevo y dijo en un murmuro.
James: mi misma sonrisa.
Adam sonrió más todavía.
Adam: lo sé, lo noté la primera vez que te vi James.
Dijo con absoluta sinceridad, James abrió grandes los ojos, sorprendido.
James: ¿de verdad?
Adam asintió con una sonrisa radiante.
Adam: si, cuando me abriste la puerta de tu casa y tus amigos dijeron tu nombre, cuando te llamaron... ahí me di cuenta que sos mi hijo, te analicé meticulosamente y noté que tenés el mismo color de ojos que yo, además tenés otros rasgos parecidos a mí por no decir que sos igual a mi padre cuando era joven.
James no dijo nada, desvió la mirada a algún lugar de la habitación y permaneció en silencio, la reciente confesión de Adam había sido muy fuerte para él, no podía creer que fuera igual a su abuelo cuando tenía su misma edad.
Adam ya se lo había dicho antes pero eso era cuando él no le creía absolutamente nada, cuando no estaba convencido de ser su hijo, ahora las cosas eran diferentes.
Luego de un momento de silencio en el que su padre no comentaba nada esperando que hablara, James soltó un suspiró, miró a Adam a los ojos y finalmente comentó con timidez.
James: no me gustan estos momentos tan emotivos.
Adam rió a carcajadas y le sacó la mano de la frente.
Adam: en fin... lo que te preguntaba es si es normal que te duela de esta forma la cabeza.
James frunció el ceño.
James: no lo sé.
Luego se encogió de hombros.
James: le hago un favor al mundo si me voy.
Adam lo miró en shock unos momentos y luego lo retó.
Adam: ¡no hablés así!
James cerró repentinamente los ojos, hizo una mueca de dolor y se llevó una mano a la cabeza.
James: ¡ay!
Abrió los ojos y miró mal a Adam.
James: ¡bajá la voz Adam! ¡me estás haciendo doler más la cabeza! ¡date cuenta!
Adam ignoró su comentario, le apoyó una mano en el brazo y dijo con preocupación, seriedad y enojo.
Adam: no me digás que estás pensando en suicidarte.
James abrió los ojos con sorpresa, no podía creer que Adam haya creído que hablaba en serio, puso cara de ofendido y levantó abruptamente el brazo para que Adam le quitara la mano de encima.
James: por supuesto que no, era una joda.
Aseguró, Adam lo miraba con desconfianza, sin creerle todavía, James suspiró.
James: de verdad Adam, estaba bromeando, no tenés sentido del humor.
Adam se relajó notoriamente, le sonrió.
Adam: ese humor es morboso, no me gusta.
James: okay, tenés razón, pasa que soy muy bromista.
Y sonrió también, su padre lo miró con suficiencia, sonriendo más todavía, James borró su sonrisa y lo miró con el ceño fruncido.
James: ¿y ahora qué? ¿por qué me mirás así? ¿qué te da gracia? ¿me tragué un payaso?
Preguntó exasperado, Adam rió a carcajadas dejando a James muy confundido.
Adam: sos muy gracioso James.
Comentó con una sonrisa, luego aclaró con alegría.
Adam: mi mirada era de felicidad.
James: ¿felicidad?
Preguntó James con una ceja levantada, Adam asintió con una sonrisa.
Adam: te das cuenta que me estás tratando mejor ¿no?
James se puso nervioso al instante y dijo poco convencido.
James: no.
La verdad era que si se lo proponía, si quisiera podía llevarse bien con Adam, después de todo había sido uno de sus ídolos antes de enterarse que era su padre, además Adam no tenía la culpa de lo que había pasado, la culpable era su madre y James lo sabía muy bien pero simplemente se negaba a ceder.
Se negaba a aceptar a Adam en su vida y el hecho de que su padre quisiera llevárselo a Los Ángeles en contra de su voluntad lo ayudaba a apartarlo, lo ayudaba a rechazarlo y no sólo eso, él ya tenía padres, eso también le jugaba en contra a Adam, él no necesitaba dos padres, ya tenía uno y lo había criado desde que era un bebé.
Otro motivo por el que James se negaba a ceder con Adam era que le tenía miedo a los cambios, siempre había sido así, rebelde, fuerte y rudo a simple vista pero cobarde en cuanto a temas difíciles de sobrellevar se tratase y el que Adam fuera su padre cambiaba su vida drásticamente, le daba un giro de 180 grados.
La risa de Adam sacó a James de sus pensamientos.
James: ¿qué te reís así?
Preguntó molesto, luego dijo con falsa confianza.
James: nada que ver, no es así, sigo muy enojado porque me querés llevar a tu estúpida ciudad natal.
Adam: si seguro.
James bufó.
James: de verdad.
Adam suspiró y dijo con sinceridad.
Adam: lo lamento por eso James pero yo amo Los Ángeles.
James: y yo amo Minnesota.
Contestó James desafiante y repentinamente enojado, no podía creer que Adam aún quisiera llevárselo ¿cuándo entendería que él ya tenía una familia y mejores amigos en Minnesota? Adam sonrió con suficiencia.
Adam: la diferencia es que yo soy tu padre por lo tanto tenés que venir conmigo aunque no quierás James, además sabés perfectamente que mi vida está allá.
James: y vos sabés perfectamente que la mía está aquí.
Discutió James testarudamente, Adam lo miró fijamente.
Adam: si pero vas a tener que empezar una nueva vida en Los Ángeles, no tenés opción hijo.
James: andate a la mierda.
Molesto y enojado, se dio la vuelta poniéndose de costado en la cama, dándole la espalda a su padre y mirando la pared tratando de ignorar su presencia.
Adam: te dejaré pasar ese insulto sólo porque estás enojado y con resaca.
James rechinó los dientes furioso, pensó "estúpido Adam", sintió como su padre le apoyaba una mano en el brazo.
Adam: te dejo descansar, después hablamos.
James: ¿quién te dijo que yo quiero hablar?
Se quejó James, Adam no le contestó, le sacó la mano del brazo, se puso de pie y se marchó de la habitación, James agarró un almohadón y lo abrazó mientras se perdía en sus pensamientos.
"Okay... descansaré un rato hasta que se me pase el dolor de cabeza, la realidad es que no me puedo ir aunque lo intente, no puedo caminar siquiera con esta jaqueca, okay James, tranquilo, mantené la calma, apenas se me pase el dolor me levanto y me voy antes de que Adam vuelva, no voy a hablar nada porque no hay nada de que hablar, está decidido" pensó con determinación y acomodó su cabeza en la almohada.
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