Capítulo 9:Reuniendo información

¿Que se hace en una cita?.

Esa era la pregunta que rondaba por la cabeza de Bell el cual estaba caminando por los pasillos de su sede sin destino alguno.

Ya habían pasado dos días desde que Celty le hizo esa petición de tener una cita con ella y como era obvio Bell acepto ya que se lo había prometido quedando en que saldrían ese domingo teniendo aún unos cuantos días para ello.

Pero había un problema en todo eso y ese es que Bell no sabía que hacer en una cita ya que nunca había tenido una.

Cuando era niño solo pensaba en jugar con Anya a cualquier tontería además de estudiar con Hedin.

Cuando sobrepasó los diez años se centro completamente en el entrenamiento físico y en estudiar y obviamente seguía jugando con Anya.

Y ahora que era un adolescente ya no se centraba mucho en esas cosas, lo único que hacía era vagar por la ciudad, ir al calabozo y hacer los exámenes de Hedin.

Nunca había conocido a una chica con la cual tener una cita, lo más cercano a una es cuando salía con Anya a comprar cosas para comer siendo mayormente dulces o ir a almorzar al bar de Mia aunque mayormente siempre iba Allen con ellos.

No tenía experiencia en ese ámbito.

—esto es complicado —susurro sin dejar de caminar.

Celty le había pedido eso como pago por haberlo ayudado a estudiar y no quería fallarle, quería que esa cita fuera especial para demostrarle lo muy agradecido que estaba con la ayuda que recibió.

No quería que fuera un completo desastre y terminara decepcionada.

Pero por más que pensaba y pensaba no se le ocurría que hacer para ese momento.

—creo que no tengo otra opción —pensó seriamente.

Talvez no tenía nada de experiencia en ello pero no estaba solo.

Tenía una enorme familia la cual podía aconsejarlo con esos temas aunque no fuera la mejor idea.

Pero no tenía de otra....

Le pediría consejos a sus compañeros al fin de cuentas ¿Que tan malo podía ser?.

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—¿El que?.

—¿Que se hace en una cita?.

Nos encontramos en el sótano de la familia Freya donde estaba cierto elfo oscuro buscando algo en unas enormes cajas y junto a él había un pequeño perrito el cual estaba sentado.

Ellos eran Hogni y su mascota Satanás.

Y frente a ambos estaba Bell con una libreta y un lápiz para escribir la información más importante que escuchara.

—cita —susurro Hogni—. Así que ya estas en ese momento de la vida.

—¿Cuál momento?.

—una cita......es el primer paso en el ritual de apareamiento.

—¿Ritual?.

Para Bell siempre sería muy confuso la manera de hablar de Hogni

Pero era información valiosa.

—ritual de.....apareamiento —susurro Bell escribiendo esas palabras en la libreta—. ¿Que más sabes sobre las citas?.

—es uno de los momentos más difíciles de la vida ya que tienes que tener tus estadísticas muy altas si quieres triunfar

—mis estadísticas.......la última vez que actualice mi estado aun estaban en H.

—no me refiero a esas, me refiero a las estadísticas de la vida......carisma, belleza, popularidad, socializar, valentía y muchas más, si esas estadísticas están muy bajas da por hecho que vas a fracasar la misión.

—¡Guau! —ladró el pequeño perro por lo dicho por su dueño.

—subir mis......estadísticas —susurro Bell volviendo a escribir en su libreta—. ¿Y como hago eso?.

—tienes que hacer misiones secundarias antes de ir a la misión principal si no quieres fracasar o puedes arriesgarte sin entrenamiento, muchos lo logran a la primera —al decir esas palabras Hogni saco una pequeña pelotita de la caja—. La encontré.

Después de eso la dejo caer al suelo y Satanás empezó a jugar empezando a correr por todo ese lugar siguiendo a la pelota.

—¿Y que tan alto tengo que tener mis estadísticas?.

—eso depende de tú pareja, algunas son demasiado exigentes y tienes que tener tus estadísticas muy altas, incluso tener mucho dinero y otras no lo son tanto, simplemente con tener el carisma alto basta.

—entiendo, entiendo —susurraba mientras escribía en su libreta.

—tienes que llevar equipados ítems que aumenten tus estadísticas, por ejemplo una capa que te de más dos de valentía y más tres de carisma o una camisa que te de más cinco de belleza, tienes que equiparte lo que creas que es más conveniente, te recomiendo que lleves los zapatos que tienen más cuatro de suerte, pueden ser de utilidad.

A pesar que Bell no entendía nada aún así seguía escribiendo en su libreta el más mínimo detalle.

—muy interesante y todo pero......¿Que se hace en una cita? —volvió a hacer la pregunta inicial Bell.

—.........no se, mis estadísticas no son lo suficientemente altas para superar esa misión así que no se que es lo que se hace —respondio el elfo con un aura depresiva—. Normalmente no es una de mis misiones principales así que la dejo a un lado.

—que mal —susurro Bell decepcionado.

A pesar que no había recibido información importante estaba agradecido con Hogni ya que ahora sabía que tenía que subir sus estadísticas.

—¿Y con quien vas a salir? ¿Con Horn? Si es así te recomiendo que pases de la misión y tomes la de acabar con el dragón negro, será más fácil.

—¿Que? Claro que no, es con alguien más —respondio Bell extrañado que mencionaran a la humana.

—entiendo......entonces suerte en ello y si fallas siempre puedes venir aquí a reponer tu HP y mana antes de regresar a intentarlo otra vez.

—¡Claro! Gracias Hogni, adiós Satanás.

—¡Guau!.

Y con eso dicho Bell se fue del sótano dejando solo al elfo con su mascota.

—cielos, Bell esta loco para tomar una misión peligrosa........espero que le vaya bien —susurro para después seguir con lo suyo.

Volviendo con Bell.

Este estaba caminando por los pasillos leyendo los datos que acababa de escribir.

—es un tanto confuso pero creo que lo empiezo a entender —pensó marcando los datos más importantes—. Pero aun no es suficiente información, tengo que investigar más.

Si quería que ese día fuera perfecto para Celty tenia que estar lleno de información, no podía fallarle.

Y ya sabía muy bien a quienes preguntarle esta vez.

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—¿Que tú que?.

Nos encontramos en el enorme comedor de la sede de la familia Freya donde Bell estaba sentado en uno de los tantos asientos y sentados frente a él habían cuatro hobbit los cuales miraban con sorpresa al albino.

—¿Que se hace en una cita? —pregunto con ilusión de que aclararan su duda.

—.....

—.....

—.....

—.....

Los cuatro hermanos quedaron en silencio al escuchar eso volteandose a ver entre ellos con expresiones perplejas.

Todo para que segundos después.....

—¡JAJAJAJAJAJAJAJA!.

Sus risas retumbaran en el comedor haciendo que Bell frunciera el ceño.

—¿Que es tan gracioso? —pregunto Bell enojado.

—¡El muy imbecil no sabe que se hace en una cita!.

—¡Que estúpido!.

—¡¿Acaso esa información no ha llegado a papá Hedin para que te lo haya enseñado!.

—¡Que patético!.

Bell frunció el ceño con enojo al escuchar las burlas de los hermanos aunque ya se esperaba que algo así sucediera, ellos siempre aprovechaban cada ocasión para burlarse de alguien.

Incluso empezó a preguntarse porque les fue a pedir consejos si ya sabía como eran.

—parece que te faltan leer muchos más libros conejo.

—los tontos libros de héroes han quemado sus neuronas.

—quiere hacer competencia con Anya.

—jajaja.

—van a responder mi pregunta ¿Si o no? —pregunto con el ceño fruncido empezando a enojarse.

Los hermanos al escuchar esas palabras dejaron de reír y se voltearon a ver entre ellos con expresiones confusas.

—¿Ustedes saben que se hace en una cita? —pregunto Berling a sus demás hermanos.

—.........no.

Bell solo se dio una palmada en el rostro al escuchar esa respuesta, ni siquiera sabía porque esperaba algo de ellos si ese cuarteto de enanos solo salían de la sede a crear desastres haya afuera.

—yo diría que ir al calabozo y hacer una competencia para ver quien mata más monstruos.

—o quizás ir a un concurso de quien come más.

—o tener un combate a muerte.

Bell al escuchar esas opciones rápidamente saco su libreta y empezó a anotarlas.

Cualquier idea era valiosa en esos momentos.

Alfrigg solo nego levemente al escuchar los comentarios de sus hermanos menores. Obviamente él como el mayor tenia un poquito más de conocimiento.

—una cita no es algo que se pueda tomar a la ligera Bell, creo que lo mejor sería que hagas lo que a ti y a tú acompañante les parezca mejor en vez de tomar recomendaciones de alguien más —aconsejo el hobbit mayor viendo al albino.

—buena idea pero el problema es que no se que hacer así que por eso busco opiniones.

—pues le estas pidiendo consejos a las personas equivocadas.

—si me acabo de dar cuenta —susurro Bell haciendo que los otros hermanos se enojaran.

—¿Y con quien vas a salir? —pregunto Alfrigg curioso—. ¿Con la loca de Horn? Si es así da por fracasada tú cita ya que dudo que esa tipa se quede contenta con cualquier cosa que hagas.

—¿Horn? Claro que no —respondio Bell extrañado de que volvieran a nombrar a la humana.

—bueno, ya es algo........ahora lárgate que queremos comer.

—¡Fuera conejo mutante!.

—¡Ve a pedir consejos de apareamiento a otro lado!.

—¡Conejo en celo!.

Bell soltando un suspiro por los comentarios de los hobbits salió del comedor un poco decepcionado por no haber conseguido nada de información.

—bueno, al fin de cuentas no esperaba nada de ellos —susurro volviendo a caminar por los pasillos de la sede.

Después observo los consejos que le habían dado y no le parecieron los mejores, dudaba mucho que a Celty le gustará una cita en el calabozo para ver quien mataba más monstruos.

—aaah esto esta siendo más complicado de lo que pensé —suspiro Bell con cansancio.

Jamás pensó que en su primera cita tendría que investigar mucho, de hecho él pensaba que solo era caminar y ya pero se dio cuenta que era más que eso.

Era un momento especial en el cual se hacían muchas cosas en el transcurso del día buscando hacer feliz a su acompañante, eran más complejos de lo que él creía.

—Hogni y los tontos hermanos no me pudieron ayudar mucho —pensó Bell viendo su libreta.

Ya le había pedido ayuda a algunos chicos de la familia y no tuvo un buen resultado.

Así que pensó que ya era hora de pedir una opinión femenina en todo eso, quizás ayudarían más.

—y ya se quien puede ayudarme —y con esos pensamientos Bell siguió caminando en dirección a su nuevo destino.

El día para recolectar información a penas estaba comenzando.

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—¿Cita?.

Fueron las palabras que susurraron un grupo de chicas al escuchar lo dicho por el albino.

En el lugar donde nos encontramos ahora era en la enfermería de la sede donde Bell estaba sentado en una camilla y esparcidas en todo ese lugar habían cinco curanderas las cuales miraban perplejas a Bell, entre ellas estaba Heith.

—si, me preguntaba si ustedes sabían que tengo que hacer en una cita para que sea especial —volvió a preguntar esperanzado de recibir aunque sea una pequeña información útil.

Las cinco chicas se voltearon a ver entre sí sorprendidas aún no pudiendo creer que el conejo vago y perezoso de la familia fuera a tener una cita.

Aunque segundos después Heith borro su sorpresa para ser cambiada por una sonrisa alegre.

—así que por fin tú y Horn decidieron tener una cita formal —dijo Heith con una sonrisa feliz.

—y dale con eso.

—¿Eh? ¿Acaso no vas a tener una cita con Horn? —pregunto una elfa de cabello azul curiosa.

—claro que no ¿Porque todos creen que voy a tener una cita con Horn? —pregunto Bell cada vez más confundido.

—bueno, tú y ella siempre se la pasan juntos y nosotras pensamos que.......sabes que, olvidalo —dijo Heith negando levemente y sentarse en una cama—. ¿Puedes repetirme otra vez tú pregunta?.

—¿Que se hace en una cita para que sea especial? —repitió su pregunta esperanzado.

Las chicas teniendo un poco de emoción sobre eso se acercaron al albino y se sentaron cerca de él.

Muchos pensarían que todos los miembros de la familia Freya eran unos completos amargados y que solo pensaban en entrenar y en su diosa pero estaban completamente equivocados.

Desde hace unos años atrás las cosas habían cambiado en la sede volviendo las cosas un poco más tranquilas ya no escuchándose discusiones por todos lados por cualquier tontería y eso era algo que algunas personas de afuera habían notado preguntándose porque habían cambiado tanto sin saber que Freya tuvo mucho que ver con ese cambio desde que cierto pequeño conejo llegó a la familia.

Lastimosamente no pudo borrar las batallas a muerte que siempre tenían en los entrenamientos aunque gracias a esos entrenamientos eran muy fuertes, fuera de eso se habían vuelto algo tranquilos aunque si los provocaban pues habrian problemas.

—cita......¿Freya‐sama y Hedin saben sobre esto? —pregunto una chica loba de cabello negro curiosa sentada a la par del albino.

—no, aun no les he contado —respondio Bell pensando si pedirle consejos a ellos también aunque con Hedin dudaba.

—¿En que concepto va la cita? —pregunto Heith sentada en la cama frente a Bell—. ¿Porque van a salir?.

—¿Uh? Pues ella me ayudo con ciertas cosas y yo como agradecimiento le dije que me podía pedir lo que quiera y ella eligió una cita, solo es una salida por agradecerle por la ayuda.

—.......

Las chicas al escuchar esa respuesta se voltearon a ver entre ellas con expresiones sorprendidas al darse cuenta de lo que significaba ello.

—¿Y tú crees que esa cita solo es una manera de agradecimiento que se le ocurrió? —pregunto una amazona que era curandera por sorprendente que parezca.

—si ¿Que otro significado tendría? —pregunto Bell extrañado haciendo que las demás chicas de dieran una palmada en el rostro.

A excepción de la loba la cual lo tomo del cuello con sus brazos y empezó a estrangularlo.

—¡De verdad que eres un conejo idiota! —grito aplicando toda la fuerza que tenia.

—¡Oye espera! —grito Bell intentando liberarse del agarre.

—aaaah no se porque no me sorprende —dijo Heith soltando un suspiro.

—jeje Bell siempre ha sido así —rio una elfa rubia con gracia.

—a pesar que ha sido educado por Hedin hay una parte de su estupidez que no quiere salir de él —dijo la amazona tirándose en la cama—. Me compadezco de la chica que lo invito a salir.

—Luna suéltalo —pidió Heith a la loba ahora conocida como Luna la cual lo soltó aún no pudiendo creer que fuera un idiota.

Bell fácilmente podría liberarse del agarre pero Luna era una nivel cuatro fuerte y si quería liberarse tendría que haber usado mucha fuerza y dañarla un poco.

A Bell no le gustaba lastimar a las mujeres a menos que fueran sus enemigas como sucedió con ciertas hermanas elfas.

—así que una cita como agradecimiento por haberte ayudado —susurro Heith llevando un dedo a la barbilla—. Por curiosidad ¿De que raza es?.

—una elfa.

—¡No Bell, ya te jodiste! —grito la amazona aun tirada en la cama.

—eso es ofensivo —susurro la elfa rubia enojada por el grito de su amiga y la otra elfa de cabello azul asentía en confirmación.

—una elfa, esto será más difícil de lo que pensé —dijo Luna bajando la mirada—. Para empezar nunca he tenido una cita con Freya‐sama para saber que se hace en una.

—para empezar nunca tendrás una cita con Freya‐sama ¿Enserio crees que tienes alguna oportunidad? —pregunto la amazona con burla desde la cama.

—¿Que dijiste?.

Y la beastman lentamente la volteo a ver con una expresión de enojo marcandose las venas en su frente.

—que Freya‐sama nunca te va a considerar a ti como una posible cita, es la realidad.

—¿Y tú si acaso? ¿Que clase de amazona se convierte en curandera? Oh ya se, eres tan pésima en el combate cuerpo a cuerpo que no sabían que hacer con una carga como tú así que te mandaron como enfermera para que sirvieras de algo.......amazona sin gracia.

—retira lo que dijiste, Freya‐sama dijo que mi magia de curación sería muy útil para poder ayudar a los demás, ella confía en mi.

—le das lastima, eso es lo que quiso decirte.

—¡Maldita desgraciada!.

Y perdiendo la paciencia la amazona se lanzó hacia la loba y caer ambas al suelo dándose golpes y jalones de cabello.

—ya comenzaron otra vez...........iré por alcohol que ya se acabo —susurro la elfa de cabello azul saliendo de la enfermería siendo seguida por la otra elfa con una sonrisa nerviosa.

Ambas eran niveles dos, no querían estar en medio de un combate de dos niveles cuatro salvajes.

—¡Chicas calmense! Bell esta aquí para pedirnos consejos, debemos de ayudarlo —dijo Heith intentando que las dos dejaran de pelear no siendo la primera vez que eso sucedía.

—¡¿Y tú que lobita?! ¡Eres una guerrera nomas porque el puesto de lavar platos ya lo tenía alguien más!.

—¡Esta ni siquiera es tú familia! ¡Deberías de estar en la familia Ishtar como una prostituta más!.

—¡¿Ah?! ¡No me compares con esas sucias mujeres! ¡Para tú información sigo siendo pura!.

Mientras ellas peleaban Bell seguía sentado con un rostro en blanco no sabiendo que hacer.

—¡Chicas comportense frente a Bell! ¡¿Que imagen es la que están dando?! —grito Heith queriendo separarlas.

Pero en eso Luna lanzó un puñetazo hacia la amazona la cual se agacho dándole a Heith en el rostro.

—.......

La enfermería quedó en silencio al ver eso, ambas chicas con el rostro pálido al ver lo que habían hecho.

Y Bell al ver como un hilo de sangre bajaba por la nariz de Heith lentamente se fue poniendo de pie y retrocediendo.

—H‐Heith, perdón, el g‐golpe no iba para tí —de disculpo la loba intentando controlar su miedo.

—yo no hice nada —hablo la amazona nerviosa.

—así que ninguna de ustedes dos quiere entender a las buenas —susurro Heith con la mirada oscurecida haciendo que un escalofrío cruzara por la espalda de ambas—. ¿Quieren que me ponga ruda? Pues bien, lo han logrado.

—¡No Heith espera!.

Y antes de que hicieran algo Bell salió de la enfermería y cerró la puerta escuchando los sonidos de golpes y de cosas siendo destruidas en el interior.

—ugh aquí me fue peor, no recibí ni un consejo —pensó Bell alejandose de la puerta y empezar a caminar ignorando por completo los sonidos de golpes en el interior.

Al ser chicas tenía muchas más esperanzas de que le dieran mejores consejos pero al final fueron de menos utilidad que Hogni o los hermanos Gulliver.

—esto se está complicando cada vez más —pensó apoyándose por la ventana y observar la ciudad mientras soltaba un suspiro.

Estaba en el tercer piso de la sede.

Algunos de sus compañeros estaban en el patio de la sede entrenando como ya era normal.

La verdad es que tampoco tenía esperanza en ninguno de ellos, sus opciones se estaban acabando y no se le ocurría quien más podía ayudarle.

A menos que.....

—mmmm creo que ella podría ayudarme —pensó Bell recordando a una persona—. Espero que no esté tan ocupada y pueda darme algún consejo.

Y con esos pensamientos Bell salió corriendo de la sede en dirección a su nuevo objetivo.

Mientras en la enfermería.

—¡Ya basta! —grito Heith respirando con dificultad viendo a sus dos compañeros con el cabello desarreglo al igual que ella—. ¡Dejemos de pelear y ayudemos a Bell!.

—ella comenzó —susurro Luna cruzándose de brazos y apartar la mirada.

—solo dije verdades —dijo la amazona copiando la acción de la loba.

—dejen de comportarse como niñas —dijo Heith acomodando su cabello para después voltear a ver el lugar donde estaba su amigo—. Lo siento por eso Bell pero volvamos al tema inicial, tengo unos cuantos consejos que te pueden ayudar much.......¿Bell?.

La chica se extraño al no ver a Bell por ningún lado de la enfermería.

—¿Donde esta ese conejo? —susurro Luna viendo hacia todos lados.

—creo que se fue —dijo la amazona negando levemente.

—genial, por culpa de ustedes se fue, ahora su cita será un desastre ¡Éramos su única esperanza! —exclamo Heith viendo enojada a ambas las cuales solo apartaron la mirada—. Aaaaah solo espero que tome algún buen consejo y su cita no salga mal, por su mirada parecía que le hacía mucha ilusión.

—tranquila, es Bell, estoy segura que se las sabe arreglar.

—......eso espero.....

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Volviendo con el albino.

—¡Esto es vida! —exclamo el conejo feliz bebiendo un enorme tarro de jugo de piña para después comer sus espagueti con albóndigas—. La comida de aquí siempre es la mejor.

—jajaja obviamente enano, ya era hora que volvieras aquí, ya tenias unas semanas de no pasar a comer.

La que dijo esas palabras fue una enana que no tenía nada de enana.

Ella era Mia, antigua capitana de la familia Freya y ahora dueña del bar de la anfitriona de la fertilidad.

O como Bell la miraba, como su tía.

—perdón lo que pasa es que he estado yendo todos los días a la biblioteca que se me olvida pasar a saludar —se disculpo el conejo para después devorar una albóndiga.

—mmm bueno, lo importante es que estas aquí comiendo, ¿A la cuenta de quien agregó lo que haz comido?.

—a la cuenta de Allen —respondió dándole un trago a su jugo de piña.

Mia solo sonrió con gracia al escuchar eso, le gustaba hacer eso ya que siempre era divertido ver como un furioso gato llegaba a reclamarle ya que una larga cuenta de comida había llegado para él sin saber porque y encima de todo es que ya se lo habían descontado de su cuenta bancaria.

Eran pequeñas bromas que hacía Bell con Allen o incluso con los hermanos Gulliver.

Una vez lo hizo con Hedin para ver que sucedía y pues se arrepentio, Mia nunca supo que fue lo que sucedió pero Bell estuvo traumado por un largo tiempo.

—me alegra ver que sigues igual de animado que siempre.

Ya que estaba el bar algo vacío Mia decidió platicar con su antiguo alumno.

Y si, Bell fue entrenado por Mia cuando cumplió doce años.

El albino había pasado por distintos entrenamientos con los más fuertes de la familia.

¿El entrenamiento más difícil? Los de Hogni.

—oye si algún día quieres puedes trabajar aquí como mesero, estoy seguro que atraerás muchos clientes o mejor dicho clientas —dijo Mia viendo una mina de oro en Bell.

—lo pensaré aunque por el momento estoy bien —dijo terminando el último bocado de su comida—. Aaaah esto estuvo delicioso, extrañaba esto.

—oye a todo esto ¿Que querías? —pregunto Mia curiosa.

—¿Uh?.

—cuando entraste dijiste que querías preguntarme algo importante pero después empezaste a ordenar comida ¿Que era lo que querías preguntarme.

—ah cierto, se me había olvidado —susurro recordando el motivo principal por el que llegó allí—. ¿Que se hace en una cita?.

—.....

Mia al escuchar esas palabras se sorprendió un poco ya que era raro que el albino hablara sobre esas cosas.

A menos que.....

—.....Bell......¿Acaso Horn y tú......?.

—¡Que no!.

Bell ni siquiera entendía porque relacionaban a Horn cada vez que hacía esa pregunta ¿Que tenía que ver ella con todo eso?.

—ya veo, así que no es Horn, a esa chica por lenta se le fue el tren.

—¿Uh? ¿A que se refiere?.

—a nada pequeño conejo —dijo tomando el plato y el tarro en los que había comido Bell—. Y respecto a tú pregunta no te puedo ayudar, nunca le he prestado atención a esas cosas.

Bell se desánimo al escuchar eso, su tía Mia era alguien sabia así que esperaba que pudiera darle algún consejo pero por lo visto no podía hacerlo.

—lo que si se es que tienes que llevar a tú acompañante a comer —dijo volteando a verlo con una sonrisa—. Así que no dudes en venir a comer aquí, me gustaría conocer a esa chica, les haré un descuento especial.

—¡¿Enserio?! ¡Muchas gracias! —agradeció Bell feliz de recibir ayuda de parte de la enana.

Parece que las cosas ya iban mejorando.

—¡Bell nya!.

Aunque Bell salió de su emoción al sentir como alguien se lanzó a abrazarlo viendo que esa persona era la animada gata Anya.

—¡No sabía que estabas aquí nya! —dijo la gata feliz.

—Anya ¿Que haces aquí? —pregunto Bell confundido al ver a la gata con traje de camarera.

—la muy idiota rompió unos cuantos platos cuando vino a comer así que esta trabajando aquí como castigo —explico Mia llevando los platos sucios al interior de la cocina.

—jejeje ya llevo una semana aquí nya —dijo la gata con una sonrisa alegre dejando de abrazar al albino y sentarse a su lado—. Así que lo siento nya, no podremos ir a comprar dulces por un buen tiempo.

—que mal y gracias a tí teníamos el descuento ya que le caes bien a la señora.

—estoy segura que a ti también te hará el descuento —dijo moviendo su cola de un lado a otro—. Por cierto ¿Que haces aquí nya? Escuche que le estabas haciendo una pregunto a mamá Mia.

—oh eso, solo le estaba pidiendo consejos sobre que hacer en una cita.

La gata abrió los ojos con sorpresa al escuchar esas palabras.

—.....¿Horn......?.

—.........

—creo que no.........nya —la gata detuvo su pregunta al ver el rostro en blanco de Bell teniendo más que clara su respuesta.

—oye Anya ¿Tú sabes que tengo que hacer en una cita?.

—¡Jajaja! Claro que no nya, nunca he tenido una cita para saber eso, con los únicos chicos que salgo es contigo y Allen nya —respondio honestamente con una animada sonrisa.

—si, tienes razón, perdón por preguntarte eso.

—pero una vez escuche que en las citas a las chicas les gusta ir de compras nya, quizás eso te sirva de algo.

Bell al escuchar eso saco su libreta y lo anoto siendo una información muy importante.

—y que también se abrazan y se besan.

—.....

—¡Y duermen juntos!.

—entiendo —susurro Bell anotando todo en la libreta—. ¿En donde escuchaste eso?.

—de unas amazonas que iban pasando por la calle cuando estaba barriendo fuera del bar nya —dijo con una expresión inocente—. Espero haber sido de ayuda.

—créeme Anya, fuiste de más ayuda que otros.

—¡Anya ve a limpiar los baños que se taparon!.

—¡Nyooooooo quiero!.

—¡Hazlo gata holgazana!.

—lo siento, tengo que irme..........nya.

Y con un aura desanimada la gata se puso de pie y camino hacia los baños directo a su cruel destino.

Mientras Bell observo su libreta viendo que ahora tenía información mucho más importante que al principio.

Ya iba avanzando.

Pero aun no era suficiente, tenía que investigar más si quería que fuera especial.

Muy curioso.

Si a Bell le preguntaran sobre la historia de Orario, la historia elfica, sobre todos los pisos del calabozo, cosas científicas o problemas matemáticos este pudiera responder como todo un científico.

Y alguien así no sabía que hacer en una cita....

Era muy inteligente y muy tonto a la vez.

—creo que ya tengo a mi próximo objetivo para recolectar información —pensó Bell pensando en un gato de cabello negro—. Aunque dudo que me ayude en algo.

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Patio de la familia Freya.

Los miembros que habían estado entrando ya habían abandonado el lugar para ir a explorar el calabozo quedando el patio vacío.

O bueno, no tan vacío.

Tirado en el césped con los ojos cerrados estaba Allen disfrutando de la brisa de ese día, estaban en el mes donde Orario tenia brisas y vientos muy refrescantes, le gustaban mucho esos días.

—.......

Allen también era otro que se había relajado mucho, ya no era tan agresivo como en el pasado aunque si lo provocaban se volvía en la persona más violenta.

Pero fuera de eso era alguien tranquilo si no se metían con él.

—creo que más tarde iré a dar una vuelta por el calabozo, mientras tanto dormiré un poco —pensó el gato relajando su cuerpo para poder dormir.

Pero antes de que su cuerpo se relajará.....

—¡¿Pero que mierda?!.

Una piedra le cayó en la cabeza haciendo que se sentará enojado buscando con la mirada al culpable.

—hola bigotes.

—¡Maldito conejo desgraciado, deja de hacer eso! —grito Allen furioso lanzando un rápido golpe hacia Bell el cual por poco pudo esquivarlo.

—¡Espera Allen, no vengo a pelear! —grito el albino viendo como el gato tomaba su lanza para atacarlo.

—tienes tres segundos para darme una buena razón para no matarte —dijo apretando los dientes con ira.

—bueno, vine aquí para que me dieras un consejo.

—¿Consejo? ¿Y para eso me despiertas con una piedra en la cabeza? —pregunto enojado.

—es algo que hago desde niño, no quiero que se pierdan las costumbres.

Allen solo chasqueo la lengua con fastidio al escuchar eso, de verdad detestaba que el albino siempre hiciera eso aunque al ser nivel seis los golpes casi no los sentía pero aun así lo enfurecia.

Aunque ese enojo no le duraba mucho ya conociendo como era Bell.

—eres un dolor de cabeza —dijo dejando su lanza apoyada en la pared y cruzarse de brazos—. ¿Y bien? ¿Que dijiste que querías?.

—que me dieras unos cuantos consejos.

—¿Consejos? ¿De que? ¿De cómo hacer que dejes de ser un idiota?.

—no, lo que pasa es que.....

—¿Le estás pidiendo consejos al gato pulgoso? ¿Es enserió?.

Una tercera voz femenina se escucho en el patio de entrenamiento haciendo que Allen volviera a fruncir el ceño con enojo.

—¿Uh? ¿Horn? —susurro Bell al ver a la chica caminando hacia ellos.

—debes de estar muy desesperado para pedirles consejos a ese gato —dijo viendo con desprecio a Allen.

—¿Ah? ¿Y la tsundere que hace aqui? —pregunto el gato enojado haciendo que Horn frunciera el ceño—. Mejor ve a hacer lo que mejor sabes hacer que es......nada.

—no he venido a verte a tí pulgoso, estaba buscando a Bell.

—claro, tienes que estar buscando su atención para poder seguir viviendo.

—¡Cierra lo boca!.

Allen y Horn nunca se han llevado bien, por alguna razón cada vez que se miran siempre terminan discutiendo por alguna tontería, eran como el agua y el aceite.

—¿Para que me estabas buscando Horn? —pregunto Bell curioso.

—Freya‐sama me dijo que fueras a la torre de Babel a verla, parece que quería decirte algo —respondio volteando a verlo—. Eso era todo.

—"y también es que por dentro me moría por verte Bell, te odio pero a la vez quiero que me des atención".

—......

Una vena apareció en la frente de Horn al escuchar como el gato fingía hacer su voz y decir esas palabras.

—tienes escrita la palabra tsundere en la cara.

—de verdad que eres muy odioso.

—¿Que? ¿Acaso quieres pelear conmigo? ¿Eres idiota acaso?.

—tranquilo, el puesto de idiota es tuyo y no pienso quitártelo.

—......estúpida niña engreída.

Bell solo observaba la tensión que se había formado alrededor de ambos sintiendo que pronto se lanzarían al ataque.

—¡Ja! Incluso puedo derrotarte sin siquiera tocarte, así de inútil eres.

—pues inténtalo maldito gato mierdero.

—¿Eh?.

Bell se extraño al escuchar como una rara música de batalla empezó a sonar alrededor  de ellos.

La batalla ya había iniciado.

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Allen se ha encontrado con una Horn salvaje.

Allen saca a Bell Cranel.

Bell:¿Pero que?.

Allen:el conejo puede derrotarte sin siquiera moverse.

Horn:Eso ya lo veremos.

La Horn salvaje utiliza puñalada.

........

Bell y Allen han esquivado el ataque.

Horn:tsk.

Allen:¿Eso es todo?.

Horn:¡Callate!.

Allen:¡Ja! ¡Acaba con ella conejo!.

Bell:.......

Bell ha utilizado encanto.

Es super efectivo.

Los puntos de Horn han sido reducidos a cero.

Bell ha ganado el combate.

Obtienes 500 de experiencia.

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¿Uh?.

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¿Que es esto?.

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¡Bell esta evolucionando!.

Bell:¿Que?.

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Allen ha cancelado la evolución.

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—¿Que fue eso? —susurro Bell extrañado viendo como todo había regresado a la normalidad.

Mientras Allen con una sonrisa de burla se acercó a Horn la cual estaba de rodillas con una expresión frustrada.

—eso es hacer trampa —dijo la chica enojada.

—te dije que podría derrotarte sin siquiera tocarte.

—¡Ni siquiera hiciste nada!.

—por eso.

—oigan se que se llevan mal pero en estos momentos necesito unos consejos así que peleen en otro momento —se únio Bell a la platica queriendo escuchar los consejos de Allen antes de ir con su diosa, quizás Horn también pudiera ayudarlo.

—tsk ¿Que mierda quieres preguntar? —pregunto Allen con fastidio mientras Horn solo ponía atención.

—¿Que se hace en una cita?.

—.....

Ambos quedaron sorprendidos al escuchar esa pregunta y mucho más Horn la cual sintió algo raro dentro de ella.

—¿Cita? ¿Cita con el médico? —pregunto Allen alzando una ceja.

—no idiota, una cita de esas normales.

—¿Cómo me dijiste?.

—es......

Bell y Allen guardaron silencio al escuchar a Horn hablar.

—¿La cita es con esa elfa que me presentaste ese día? —pregunto bajando la mirada.

—¡Claro, es con ella! —y Bell respondio feliz haciendo que la humana apretara los puños—....... ¿Horn?.

Bell se confundió al ver como esta se puso de pie dándoles la espalda y empezar a caminar.

—¿Quieres un consejo para que la cita sea inolvidable? Llévala a un acantilado y empujala desde allí.

Y con esas palabras Horn se fue dejando a ambos chicos en el patio, con Allen con el rostro el blanco al escuchar ese consejo.

—es tsundere hasta la muerte —dijo Allen negando levemente para después voltear a ver a Bell el cual estaba anotando el consejo de Horn en su libreta—. ¡Pedazo de idiota, no anotes eso!.

—estoy bromeando nada más —dijo guardando la libreta—. Aunque no se porque Horn dio ese consejo, quizás no sabe mucho del tema.

—tsundere, eso es lo que.

—tú eres igual.

—mejor cierra la boca conejo.

—....

—....

—....

—....

—¿Y bien?.

—¿Y bien que?.

—¿Me vas a dar un consejo? —pregunto volviendo a sacar su libreta y su lápiz.

—¿Y yo que mierda voy a saber de esos temas? A mi no me interesan —respondio el gato volviéndose a tirar al cesped—. No puedo creer que me hayas despertado por algo tan estúpido.

—no es estúpido, para mi es importante.

—lo que sea pero a mi no me interesa —dijo cerrando los ojos—. Además que es una cita, escuche que en esas cosas las mujeres van donde les da la gana y el hombre solo las sigue, ni deberías de preocuparte por eso.

—yo le prometí a Celty que prepararía todo por ella.

—¿Celty?.

—es con la chica que voy a salir.

—mmm da igual.........¿Acaso no ibas con Freya‐sama? Si tanto te preocupa eso pregúntale a ella.

—¿Crees que me quiera ayudar?.

—lo más probable, ahora lárgate que me molestas.

—.....bien, gracias por nada Allen —y con esas palabras el albino se dio la vuelta y empezó a alejarse del lugar—. No esperaba nada de ti y aún así me decepcionaste.

—solo lárgate y déjame dormir.

Y después de unos segundos Bell ya se había ido del lugar dejando solo al gato el cual abrió los ojos viendo el cielo azul con nostalgia.

—con que una cita —susurro viendo las nubes pasar recordando a una chica de cabello blanco—. Me pregunto que será de Deneve.........probablemente este en el calabozo como era normal en ella......da igual.

Y con esos pensamientos volvió a cerrar los ojos para intentar dormir aunque una gran cantidad de agua le cayó encima haciendo que se despertara de golpe.

—¡¿Pero que mierda?!.

—¡Jajaja!.

Lleno de ira Allen levanto la mirada viendo como en el tercer piso habían cuatro hobbits viéndolo con burla con una cubeta vacía en sus manos.

—¡El lugar donde tienes que dormir es en tú cuarto, no en el patio gato pulgoso!.

—¡Esto es por ponerme en ridículo frente a Freya‐sama en el entrenamiento!.

—¡Al menos te has dado una ducha el día de hoy!.

—¡Siento un olor a tierra mojada!.

—¡Malditos trozos de mierda! —grito Allen explotando de ira tomando su lanza y lanzarse a matar a los cuatro hobbits los cuales se seguían burlando de él.

Si, las cosas en la familia Freya siempre eran animadas sin importar el día.

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Un rato después.

En lo alto de la torre de Babel.

Bell iba caminando a paso lento en dirección a la habitación de su diosa para saber que es lo que quería.

Se sentía un poco decepcionado ya que no recibió buena información a excepción de la invitación de Mia y los datos de Anya, fuera de eso no tuvo buenos resultados con nadie más.

—Celty de verdad que le gustan los retos —pensó estando más cerca de la habitación de su diosa viendo a Ottar apoyado en la pared con los brazos cruzados—. Hola capitán.

—hola Bell —saludo el hombre tranquilamente.

—oye una duda ¿No te aburres de estar todo el día de pie frente a una puerta? —pregunto Bell curioso deteniéndose frente a él.

—no.

—.....

—.....

—.....

—.....

—¿Enserio?.

—si.

Bell solo se encogió de hombros no entendiendo porque Ottar no se aburría de estar así.

—¿Te sucede algo? —y esta vez Ottar hizo una pregunta captando la atención del conejo—. Te noto como........decepcionado.

—mmmmm.

Bell solo observo al hombre dudando si preguntarle a él también o no.

Bueno, en esos momentos cualquier información era bienvenida.

—¿Que se hace en una cita? —pregunto Bell curioso haciendo que el grandote alzara una ceja.

—¿Saldrás con Horn?.

—.........no.........¿Tú sabes que se hace en una?.

Ottar llevo su mirada al techo del pasillo pensando en que responder.

—la verdad no tengo mucho conocimiento en ese tema —susurro.

—si, ya me lo esperaba.

—podrías elogiar su vestimenta una vez veas a esa persona.

Bell al escuchar esas palabras rápidamente saco su libreta y empezó a anotarlo.

—en el pasado conocí a una chica con la que hacía grupo cuando era nivel dos para ir al calabozo, era alguien que le gustaba que le elogiaran la vestimenta así que me imagino que deberías hacer eso.

—Por fin un buen dato —susurro Bell anotando todo—. ¿Algo más?.

—se me acabo el conocimiento.

—bueno, peor es nada —pensó Bell guardando la libreta—. Gracias capitán, fuiste de más ayuda que Allen o los hermanos tontos.

—no se porque esperabas algo de ellos, ahora entra que Freya‐sama te está esperando.

—¡Claro! Gracias.

Rápidamente Bell se fue haciendo que Ottar soltara un suspiro.

—espero que Freya‐sama no se ponga celosa.

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—Freya‐sama, ya estoy aquí.

Bell sin siquiera tocar abrió la puerta y entró a la habitación de su diosa viendo como esta estaba tranquilamente sentada en uno de sus cómodos sofás.

—Bell que bueno verte.

Con una alegre sonrisa la diosa se puso de pie y fue a abrazarlo.

—últimamente ya no vienes a visitarme pequeño conejo —dijo separándose un poco del abrazo y verlo con una expresión de regaño—. ¿Se puede saber porque ya no vienes mucho muchachito?.

—jejeje perdón, lo que pasa es que he estado ocupado en unas cuantas cosas.

—bueno, no importa —y volviendo a sonreír Freya se separo del abrazo y volvió a sentarse en el sofa—. Adelante, siéntate, sabes muy bien que está es tú habitación también, puedes dormir conmigo cuando quieras.

—ya no soy un niño —susurro sentándose a la par de su diosa—. Ya tengo dieciséis años.

—¿Enserio? A mis ojos sigues siendo ese pequeño conejo.

—Freya‐sama.

—jaja perdón, solo es una broma —inclinándose un poco Freya tomó un plato con galletas que estaba en la mesa—. ¿Quieres?.

—¡Claro!.

Con una sonrisa Bell tomó unas cuantas galletas haciendo que la diosa sonriera con cariño.

Le gustaba verlo así de feliz, aun recordaba a ese pequeño Bell sucio y desnutrido que le presento Hedin teniendo en ese entonces una alma hecha pedazos, una alma que en su momento fue hermosa dándose cuenta por los pequeños fragmentos blancos que aun flotaban a su alrededor.

Y ahora.....

Su alma era una muy hermosa, una llena de alegría e inocencia, aun habían unas manchas negras por allí, unas manchas que aparecieron desde que mato a las hermanas Dis no desapareciendo desde entonces.

Pero daba igual, a Freya no le importaba solo el alma de Bell si no él mismo, le hacía feliz tenerlo cerca y abrazarlo y ver como con cada abrazo su alma brillaba levemente.

Aunque últimamente había notado como su alma había brillado de esa manera y no con ella.

Le daba curiosidad saber que lo había ocasionado.

—¿Y porque me mando a llamar Freya‐sama? —pregunto Bell curioso masticando una galleta.

—pues porque quería verte, como dije ya tenías un tiempo de no visitarme y empecé a extrañarte.

—ugh perdón por eso.

—tranquilo, lo importante es que ya estas aquí.

—prometo venir a visitarla más a menudo.

Después de eso ambos quedaron en silencio disfrutando de las galletas hasta que Freya recordó cierto detalle.

—por cierto, hoy mientras observaba la ciudad con mi espejo divino pude ver como andabas caminando de un lado a otro ¿Que estabas haciendo? Si se puede saber —pregunto Freya tomando el plato vacío dispuesta a ir a traer más galletas.

—ah eso, andaba buscando información sobre que es lo que tengo que hacer en una cita.

Mismo plato que se hizo pedazos en el momento en que Bell dijo esas palabras.

—.......¿Que? —pregunto Freya con una sonrisa falsa.

—una cita.

—.....¿C‐Con el medico?.

—no, con una chica..........y tenga cuidado con el plato roto, puede herirse.

Bell le quito ambos pedazos del plato a su diosa y los llevo a una mesa alejada para que ella no se lastimara.

—entiendo........así que una cita —susurro la diosa bajando la mirada.

—Freya‐sama.

¿En que momento sucedió? ¿Cuando Bell empezó a relacionarse con una chica al punto de tener una cita?.

Por un momento pensó que era Horn pero lo descarto ya que ella se lo hubiera dicho antes así que tenía que ser otra persona.

Alguien le estaba quitando a su niño y no sabía quién era.

—estuve recolectando información pero no logré saber nada importante, solo unos cuantos consejos —dijo un poco desanimado.

—jeje entiendo.

—¿Freya‐sama?.

La diosa levantó su mirada y vio a su hijo favorito con una sonrisa.

—¿Quien es? ¿Como se llama? ¿Cuantos años tiene? ¿De que raza es? ¿A que familia pertenece? ¿En donde se conocieron? ¿Cuanto tiempo llevan de conocerse? ¿Te ha hecho algo raro? ¿Porque van a tener una cita? ¿Te gusta? ¿Te iras de la familia? ¿Me dejaras sola?.

—¡Freya‐sama alto! —pidió Bell al ver que había empezado a hablar sin parar—. Una pregunta a la vez.

—........

Freya soltó un largo suspiro para intentar calmarse viendo con los ojos entrecerrados a Bell.

—ya veo, por eso su alma estaba brillando un poco más de lo normal, porque se estaba reuniendo con una chica —pensó no pudiendo evitar sentirse celosa.

—¿Ya se calmo?.

—¿A que familia pertenece esa chica? ¿Es aventurera o civil? —pregunto curiosa.

—pertenece a la familia Astrea.

Freya abrió los ojos sorprendida al escuchar esas palabras.

—¿Una niña de Astrea? ¿Quien es? —pregunto con mucho interés.

—se llama Celty, es una elfa de cabello verde.

Freya empezó a recordar cosas de cuando fue a visitar a Astrea recordando que al fondo siempre había una elfa leyendo un libro.

—vaya, así que es esa tierna elfa, no sabía que ustedes eran cercanos —dijo dejando su enojo inicial por curiosidad.

—pues nos conocimos hace algún tiempo y ahora somos amigos —susurro levemente avergonzado haciendo que la diosa sonriera.

—¿Y porque van a tener una cita? ¿Acaso ustedes....?.

—¡No! Es una cita como agradecimiento por su ayuda.

—¿Ayuda?.

Bell rápidamente puso al tanto a su diosa de todo para que entendiera la situación.

—y eso es todo, ahora ando reuniendo información para que sea una buena cita.

Freya solo nego levemente al ver lo despistado que era el albino.

Era más que obvio que esa elfa estaba enamorada de él, pudo haberle pedido tantas cosas como recompensa pero pidió una cita, le gustaba Bell.

Aunque tampoco la culpaba, su niño era muy lindo, era imposible que no la enamorara.

—¿Y reuniste información?.

—si pero no son buenas ideas —susurro Bell sacando su libreta.

—¿Allí anotaste los consejos?.

—si.

—¿Puedo leerlos?.

—claro.

Bell le entrego la libreta a Freya y esta la tomó empezando a leer con curiosidad para saber que le habían aconsejado sus demás hijos.

—.......

Y tan solo basto leer los primeros párrafos para......

—¡Jajajajaja!.

Que Freya estallará en carcajadas para confusión de Bell.

—¡Jajaja! ¡¿Estadísticas?! Apuesto que esto fue idea de Hogni —rio intentado controlar su risa aunque le era difícil—. ¿Ir al calabozo para competir? Jajaja esto tuve que ser idea de Berling.

—¿No son buenas ideas?.

—de buenas no tienen nada jajaja.

Freya no pudo evitar sentir algo de ternura al ver todos los consejos que le dieron sus hijos intentando aportar algo aunque fueran malos.

De verdad se sentía feliz que su familia haya cambiado mucho con el pasar de los años.

—aaaah esto es muy difícil —susurro Bell desanimado haciendo que Freya sonriera.

Esa faceta de su hijo era nueva, normalmente era alguien despreocupado pero allí estaba preocupado por una cita.

A veces olvidaba que ya no era un niño.

—Bell.

—¿Si?.

—¿Porque quieres que esa cita sea especial? Normalmente buscarías la información en un libro o simplemente dejarías que la otra persona decidiera que hacer ¿Porque ahora preocuparte tanto por ello?.

—......

Bell solo bajo la mirada al escuchar esa pregunta.

—¿Esa chica Celty es especial para tí?.

Talvez Freya se sentía muy celosa de que otra chica estuviera captando la atención de Bell pero si podía ayudarlo entonces lo haría sin dudar.

—ella......no me juzgo —susurro.

—¿Uh?.

—Celty nunca me juzgo —hablo con una mirada suave.

—tú asesora Eina nunca lo hizo.

—ella me conoce desde antes que me convirtiera en el famoso Gloomy, lo único que recibi de su parte fue un fuerte regaño por las acciones que tome —dijo con tristeza—. Fuera de la familia no tengo ningún amigo, una vez conocen mi verdadera identidad se alejan de mi y me juzgan, nunca me dan ni una sola oportunidad.

Freya se enojo al ver como el alma de Bell fue cubierta por una leve tristeza queriendo tener enfrente a esas personas y darles una lección.

—siempre era lo mismo, tan solo se daban cuenta que era Gloomy me miraban horrorizados y al día siguiente ya no sabía nada de ellos, pareciera que la amistad que estábamos formando no significo nada.

Celty no era la primera amiga que hacía Bell fuera de la familia, antes de ella conoció a muchos más que desgraciadamente terminaron alejandose de él, de vez en cuando se los encontraba por la ciudad pero estos lo ignoraban como si nunca lo hubieran conocido.

Aunque Bell demostraba que no le importaba la verdad es que lo entristecia.

—pero Celty no fue así, ella siguió a mi lado aun sabiendo quien era y no me tuvo miedo......me sonrió de una manera genuina sin temor en sus ojos.

Ese día, un día después de que Bell le revelará su identidad a Celty sintió una enorme felicidad al ver que ella había regresado para darle unas galletas como agradecimiento.

Esa sonrisa que le regalo en ese momento quedo grabada en su mente.

—ella es especial para mi y por eso quiero verla sonreír en esa cita, quiero agradecerle y demostrarle lo muy feliz que estoy de haberla conocido.......quiero que sea un día muy especial para ella —terminó de hablar con una sonrisa.

—.......

Mientras Freya solo observo a su hijo, precisamente a su alma.

Y lo único que pudo hacer fue sonreír.

—él aún no se ha dado cuenta de lo que él mismo siente —pensó con ternura viendo la leve vergüenza en el rostro de su hijo—. Es nuevo verlo así.......me pregunto que pensara Hedin de todo esto.

—lo único que yo quiero es verla sonreír, ella me ha ayudado mucho ahora yo quiero devolverle todo lo que ha hecho por mi.........quiero que sonría.

—......entiendo.

—¿Freya‐sama?.

La diosa de la belleza dejo la libreta en una mesa y volteo a verlo con una sonrisa.

—con esos consejos no lograrás que sonría, al menos con la gran mayoría.

—¿Entonces?.

—pues aquí estoy yo, yo te diré todo lo que tienes que saber para que sea la mejor cita, después de todo soy una diosa con mucha sabiduría.

—¿Enserio me va a ayudar? —pregunto Bell con ilusión.

—si pero tienes que prometerme que vas a respetar a esa chica y no fallarle en esa cita, si fallas me enojare contigo.

—¡Lo prometo! —exclamo Bell con mucha determinación en sus ojos.

—perfecto, ahora relájate en el sofá que está será una platica muuuuy larga, eres un chico muy inteligente así que se que lograrás entender todo.

Bell obedecio y se relajo mientras Freya le contaba todo lo que tenía que saber para tener una buena cita.

Le daba celos, muchos celos que una chica le este robando a su conejo pero a la vez se sentía feliz al ver como esa chica se había convertido en alguien especial para Bell.

A veces con su espejo divino observaba como Bell caminaba con una expresión desanimada por las calles.

Pero ahora cada vez que lo miraba era con una sonrisa yendo hacia la biblioteca de Orario.

Quien diría que todo eso era por esa elfa.

Su alma brillaba mucho más que antes así que era más que obvio que se sentía feliz al lado de ella.

Así que por esa razón lo ayudaría para seguir viéndolo asi de feliz.

—mi pequeño se está enamorando, quien lo diría.

Las próximas horas Bell se la pasaría en la habitación de Freya recibiendo todo tipo de información para que su cita sea un éxito.

La mejor de todas.

===Fin del capítulo===

Bueno aquí termina el capítulo de hoy espero que les haya gustado si es así voten y comenten que les pareció ya que eso me motiva a seguir escribiendo.

Sin más que decir me despido adiós cuídense y no tomen drogas.

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