II
Eijiro fue corriendo a su habitación para buscar su teléfono y volvió, se le había hecho horriblemente tarde e Iida seguramente lo regañaría por ello, llamándole irresponsable. Secretamente admitía que se lo merecía, había ignorado 10 veces su alarma y sólo se despertó cuando su Katsuki lo fue a tirar de la cama, literalmente hablando.
—Hoy vendrá Hoshi después de la escuela.—Escuchó a su pareja decirle, él asintió e hizo una nota mental de comprar los aperitivos favoritos de su hermana. Además, debía comprarle artículos de limpieza personal, ya que se había dado cuenta de que su hermana ya no tenía shampoo, ni crema y sólo tenían una barra muy delgada de jabón corporal de la cual sabía que no le había dicho nada para no molestarlo, pero era bueno que se hubiera dado cuenta. —¡Deja de dar vueltas como un maldito pollo al spiedo!
—M-mi mochila–
Katsuki cerró los ojos resignado, ¿Qué había visto en él? No lo sabía, pero lo amaba aun si a veces le desesperaba. —¿Eres idiota? La traes colgada en la espalda.
El pelirrojo dejó de dar vueltas y vio de reojo su espalda para comprobar lo que había dicho el mayor era cierto. Se río nerviosamente, y Katsuki soltó un suspiro pesado, su esposo no tenía remedio. —Ya vete.
Eijiro asintió y se fue corriendo hacia la puerta, pero luego regresar a las apuradas al lado de su esposo y, sin permitirle decir algo, lo beso. Ya con esto hecho pudo irse en paz, con algo de suerte nadie se habría dado cuenta de que aún no llegaba al trabajo.
Definitivamente el horario de las 7 a.m. no era lo suyo.
—Idiota. — Murmuro el rubio antes de irse a su habitación por su propia mochila, debía apurarse llegaría tarde a su trabajo como el pelirrojo.
Al salir de su departamento, se aseguró de cerrar bien la puerta, ya que el día anterior no la habían cerrado con llave. Guardó su juego de llaves y, acomodando su mochila sobre sus hombros, comenzó a caminar hacía el elevador, donde se encontró a la señora chismosa del edificio. Si bien ella vivía un piso más arriba -que curiosamente era el último- siempre se enteraba de todo lo que pasaba en cada piso del edificio, a veces incluso de cosas que pasaban en la cuadra entera. Él le hizo caso omiso durante todo el trayecto del elevador, ella le habló y le hablo, pero Katsuki prefería no involucrarse.
Las puertas del elevador se abrieron y Katsuki salió lo más rápido que pudo, no le importaba si chocaba con alguien o si se caía, todo era mejor que estar a solas con esa mujer.
—¡Nos vemos a las cuatro y media de la tarde, joven Kirishima!—El rubio se crispo cuál gato y detuvo sus pasos.
"La loca incluso sabe mis horarios"
(...)
Eijirō entró con toda la normalidad del mundo a su trabajo. No era la primera vez que llegaba tarde, así que sabía que si fuera tan tarde Midoriya o Uraraka ya le hubieran marcado a su celular para decirle que Iida lo estaba buscando, y como ninguno de los dos lo hizo significaba que no debía ser tan tarde... O prefirieron no interferir está vez...
Por ahora, puso su fe en que la primera opción sea la cercana a la realidad.
En su defensa, no había sido su intención llegar tarde. Pero las noticias del día anterior lo habían mantenido en vela durante gran parte de la noche.
No sabía que existía un poder como ese, ni siquiera tenía noción de que existieran los dones para la fertilidad en primer lugar. El caso era que no supo cómo sentirse al respecto, por un lado, se sentía feliz ya que eso significaba que había una pequeña posibilidad de que él y su Katsuki podrían ser padres casi de forma natural. Pero por otro lado, se sentía fatal por pensar en eso, no podía pedirle algo tan egoísta a su esposo.
Katsuki aún tenía que llegar al primer puesto en el ranking de los héroes, no podía quitarle esa meta. Además, él era tan despistado que muchas veces se olvidaba cerrar la puerta con llave. Denle tiempo, aún se estaba acostumbrando a vivir en un lugar que no fuera la casa de sus padres o los dormitorios de la academia, era normal olvidar ciertas cosas... ¿Cierto?
—Kirishima-Kun—Susurró una voz cerca de su oido, su piel se erizo y por reflejó se puso recto cual soldado al escuchar a un generar gritar: '¡Firmes!'
Incluso hasta exclamo: —¡Yo no fui! —
Todos dejaron de hacer lo que estaban haciendo en ese momento y voltearon a ver al pelirrojo, quien se había puesto tan rojo que su cara se mimetizaba con su cabello. Volteo a mirar en dirección al origen de esa voz, encontrándose a la tierna novia de la persona de la cual se quería esconder. —Uraraka, no me asustes así por favor. Mi pobre corazón no lo aguantará.— Pidió mientras se tocaba el pecho, en un intento de que su corazón se tranquilizara.
—¿Acaso te asustan en tu casa? — Preguntó la castaña con confusión. Ella conocía a Bakugō desde primero de preparatoria, quien en ese tiempo era muy agresivo y explosivo, literalmente. Aunque tenía entendido que actualmente era más tranquilo y ocupaba más el diálogo.
—No me refiero a eso, más bien me asustan en la calle
Uraraka tardo en procesarlo, pero una vez que lo hizo se río por lo bajo mientras se tapaba la boca, Kirishima frunció el entrecejo.
—Lo siento.— Dijo la castaña. —Pero si te hace sentir mejor, no le diré a Tenya-Kun que llegaste tarde.— Dijo sonriendo.
—Gracias.— Le agradeció el pelirrojo con una mirada triste, la castaña perdió su sonrisa e inclino un poco su cabeza para hallar los ojos rubí de su amigo
—No quiero meterme en tu vida, pero al iniciar este trabajo dijimos junto a Deku-Kun y Tenya-Kun que, si algún día necesitábamos hablar con alguien, estaríamos para escuchar. Así que aquí estoy.
Kirishima sonrió, la verdad nunca espero ser tan cercano a la chica frente a él.
— ¿Es por lo del incidente de Fukuoka?
—Algo así.— Respondió rascándose la nuca. —Iré a cambiarme, hablemos mientras investigamos al villano sombra.— Eso fue lo único que acoto antes de irse a los vestidores.
Uraraka lo vio con algo de pena, sabía que su compañero estaba en un dilema. Uno triste del cual no se podría salir con "Todo estará bien", porque sólo había dos soluciones: Una era quedarse callado con ese deseo atorado en su garganta, mientras la otra era decirle al rubio que era lo que su corazón anhelaba desde aquel incidente en Fukuoka.
Lamentablemente, parecía que su compañero estaba eligiendo la primera opción.
Eijirō salió de los vestidores y comenzó a caminar a la par de Uraraka hacia la biblioteca de la agencia, sería otro día ocupado buscando pistas sobre un poder de sombras. Otro día más de los dos meses que llevaban así, y aún no encontraban nada.
—Entonces...—Sus palabras se vieron interrumpidas al ver a un chico peliverde con la cara estampada contra la mesa, totalmente dormido y con un libro abierto entre sus manos. —Deku-kun— Lo llamo mientras le tocaba el hombro. El mencionado se despertó de golpe, tenía unas enormes ojeras debajo de los ojos. —¿Te quedaste aquí toda la noche?
—¿Ya amaneció? — Preguntó el peliverde algo desorientado mientras se restregaba los ojos antes de dirigir su somnolienta mirada hacia la ventana de la biblioteca. Inmediatamente los volvió a cerrar, había demasiada luz para sus sensibles ojos.
—Si sigues así te acusaré con Todoroki-kun, a ver si a él si le haces caso de no excederte. —Amenazó la mujer, el peliverde abrió los ojos y la vio con preocupación.
—No le digas nada a Shōchan, no lo preocupes por nada.
—¡¿Por nada!?—Y así inició una pelea verbal entre la castaña y el peliverde. Eijirō sonrió, a decir verdad, ya se había acostumbrado a las peleas de amigos y era divertido verlas, siempre y cuando no lo metieran a él.
Ochaco suspiró con frustración y se sentó frente al peliverde, Eijirō la siguió y se sentó en medio de ambos chicos.
—Por cierto, ¿Ocurre algo Kirishima-kun? Te ves preocupado. — Comentó el peliverde, volviendo a agarrar el libro que había tenido en sus manos anteriormente. —¿Ocurrió algo con Kacchan?
"Que directo" Pensó Eijirō con una sonrisa que luego desapareció.
—¿Es por lo de la entrevista con Miyamoto-sensei? — Preguntó está vez la castaña.
Eijirō pensó que definitivamente esos dos eran personas directas con las demás personas, porque cuando se trataba de sus parejas siempre activaban el modo tímido, a menos de que los hicieran enfadar.
—Si, ayer estaba dispuesto a dejar ese deseo egoísta atrás. Pero tenía que pasar esa entrevista.—Explicó el pelirrojo, llevándose sus manos a su cara para ocultarla. —Ahora no se cómo sentirme al respecto, por un lado me siento alegré, porque no es completamente imposible que Katsuki y yo tengamos un hijo biológico, y por otro lado me siento fatal al pensar en que hay una pequeña posibilidad.— Dijo mientras se recostaba en la mesa, ocultando de su rostro.
Izuku y Ochaco se vieron mutuamente y luego vieron a su compañero.
—No creo que sea un deseo egoísta—Comenzó a decir la castaña. —Todos tenemos un deseo que involucra a más personas. Unos son sobre las metas de la vida y otros sobre la vida personal. Algunos tienen ambos, otros sólo tienen uno.— Miró hacia el techo de la biblioteca y pensó en todo lo que anhelaba actualmente, ayudar a sus padres económicamente y más adelante, tener una vida feliz al lado de Tenya. Regresó su vista a la persona depresiva a su lado. —Si le preguntas a Bakugō-Kun no será por egoísmo, será porque de verdad lo quieres. Un deseo se convierte en uno egoísta en el momento en el que quieres forzar a una persona a cumplir tus deseos sin considerar su opinión.—
Kirishima levantó la mirada, muchísimo más tranquilo tras escucharla. Él no había pensado de esa forma en eso, el peliverde comenzó a hablar y Eijirō dirigió su mirada hacia él.
—Kacchan no es una persona irracional y lo sabes Kirishima-kun. Si se lo propones se que no te contestara inmediatamente, pero pensara cuidadosamente respecto a eso. En ti y en sus propias metas, antes de darte una respuesta final.— Dejo nuevamente de lado su libro, a estas alturas seria en vano tenerlo. La vista le daba vueltas y ver letras sólo lo estaba mareando aún más. —Si te pide tiempo para pensarlo, dáselo, no lo presiones con el tema o de lo contrario dará una respuesta que realmente no quiere dar.—
Eijirō se quedó pasmado, no reacciono ni siquiera cuando la puerta de la biblioteca se abrió de golpe, dejando ver a un preocupado joven de cabellos bicolores. Su mente seguía enfrascada en la conversación, eso que decían los chicos no sonaba mal, pero... ¿Debía hacerlo?
Escena extra : TodoDeku (Si no te gusta el ship puedes saltarte hasta la nota)
La puerta se abrió de golpe e Izuku y Ochaco dejaron de discutir el hecho de que Kirishima se había quedado pasmado, o en palabras de la castaña: "¡Deku-kun, lo rompiste!" Ambos se voltearon para ver hacia la puerta, y sus rostros cambiaron a unos de espanto al ver a un preocupado joven de cabellos bicolores, Izuku dejo de ver a su novio y prometido para ver a la castaña.
—¿Le hablaste?— Susurró Izuku, Uraraka frunció el ceño y le dieron ganas de golpear a su amigo.
—¿Y en qué momento? Todo el tiempo estuvimos hablando con Kirishima-Kun— Devolvió el susurro.
—¿Entonces quien fue?— Uraraka apenas abrió la boca cuando la voz del heterocromático la interrumpió.
—Llamé a Iida porque no contestabas el teléfono.—Izuku se crispo, su rostro se veía preocupado, pero su voz se oía molesta.
—Lo siento Shōchan, mi teléfono lo deje en mi casillero—Sonrió, con el tiempo aprendió que la debilidad de su novio era su sonrisa. Esa pequeña información lo salvo de varios regaños al hacer algo como no dormir lo suficiente o no comer a sus horas, ni hablar de lastimarse innecesariamente. Shōto pareció tranquilizarse, pero el movimiento que hizo sorprendió al par de amigos.
"¿¡Violencia!?" Se preguntó Ochako al ver qué la mano del Todoroki se elevó, pero al contrario de lo que ella creyó, el bicolor simplemente abrazo con fuerza al peliverde.
—Cuando tu madre me llamo para decirme que no habías llegado a la hora acostumbrada me asusté, temí que algo te hubiera pasado y me la pasé la noche entera buscándote. Llame a tu teléfono muchas veces, pero nunca contestabas. Me desesperé aún más cuando comenzó a amanecer, llamé a Iida y él comenzó a investigar con el personal. —Izuku se sintió mal y abrazo con fuerza a su pareja.
—Lo siento, olvide avisar.—Dijo al momento en el que se separaron del abrazo, Shōto soltó un suspiró pesado y sin previo aviso, cargo al estilo nupcial a su pareja. —¿¡Q-q-qué haces Shōchan!?
—No creerás que te dejará aquí, ¿O sí? Debes ir a descansar un rato.— La pelea de la pareja continúo incluso después de llegar al taxi que ya los esperaba. Antes de perderlos de vista, Uraraka río con ganas, ese par no había cambiado para nada... Aunque había otro par que tampoco había cambiado.
¿No les ha pasado que tienen prisa y no encuentran su mochila y resulta que la traen colgada en la espalda? Pues a mi si me paso, cuando tenía unos 8 años 😂
¿Alguien tiene una vecina chismosa? Yo si, vive en frente de mi casa y un día me querían mandar a la tienda y yo no quería y me sacaron a l fuerza de mi casa, esa niña estaba afuera y pues lo vi todo, a la semana toda la calle lo sabía ;-; desde ese día le tiene miedo a mi mamá 😅
He de decir que me costo escribir este capitulo, cada que ya tenía algo, lo volvía a borrar y dejaba la historia por días o semanas.
Creo que ya lo había dicho, pero ya tengo escrito hasta el capitulo 7 y me he enamorado de Denki, espero les haya gustado el capitulo, si tienen una duda no duden en dejarla en los comentarios, nos leemos pronto.
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