¿Que me han hecho?

Satsuki- ¿¡Cómo que han secuestrado a Asano!?

Del grito, Ayame se despertó alarmada. 

Ayame- Satsuki... Dime que no es verdad... ¿Lo han secuestrado o es una broma de Karma?

Satsuki- Es verdad... El tono de Karma es muy real y sé cuando miente.

Karma- Oye, que todavía sigo aquí.

Satsuki- *Volviéndome a poner el teléfono en la oreja* ¡Ah, sí! ¿Estás seguro de que lo han secuestrado? ¿No habrá ido a pasear o algo?

Karma- No... He encontrado una nota encima de su cama diciendo esto. Te mando una foto.

Recibí una foto de una nota roja con bordeados negros diciendo lo siguiente:

SECUESTRADO

SI TE IMPORTA LA VIDA DE ESTE SUJETO, SAL DE AQUÍ Y VETE A LA MONTAÑA QUE ESTÁ A UNA MANZANA DE AQUÍ. TE ESPERAMOS A LAS 7PM EN EL BOSQUE DE LA CIMA.

FIRMADO:  RE.H.

Le enseñé la foto a Ayame, quien ya se le habían salido unas cuantas lágrimas de los ojos. Le colgué a Karma después de decirle que nos veíamos ahora.

Me senté al lado de mi amiga, la traté de consolar trazando círculos en su espalda y diciendo que no se preocupe, que lo traeríamos de vuelta sano y salvo.

Nos fuimos a encontrarnos con Karma, en la cafetería de siempre.

Ayame- ¿Creamos algún plan?

Satsuki- A eso iba. Karma, no tenemos armas ni nada relacionado. Tampoco podemos robar cuchillos de la cocina, así que... ¿cómo los atacamos?

Karma- No hace falta, tú puedes hac-

Antes de que pudiese continuar le di una patada por debajo de la mesa sin que Ayame se diese cuenta. Ella estaba esperando a que terminar de hablar pero pensé rápido en algo para no hacerla sospechar.

Satsuki- ¡E-es verdad! ¡Yo puedo hacerlos entrar en razón sin usar la violencia!

Ayame- ¿Sin usar la violencia? Es muy raro en ti...

Satsuki- E-es que estamos hablando de una banda de secuestradores mayor que nosotros, y además, parecen profesionales.

Karma- Mmm... cierto.

Ayame- Pero si hace un momento estaba hablando de atacarlos.

Satsuki- ¿Qué más da? Cambié de opinión...

Eso último lo dijo con una expresión burlona la cual me molestaba un poco... Al final, nos quedamos sin tiempo para planear algo, y finalmente llegó la noche.

Estuvimos los tres en el sitio indicado, esperando a los malhechores. Ayame estaba muy asustada detrás mía, mientras que Karma estaba tranquilo como siempre. 

Unos arbustos se agitaron y de ellos salió una mano, indicando que los siguiera. Nos metimos en fila india en los arbustos, resulta que era un escondite hacia unas escaleras que bajaban. Sin dudarlo continuamos nuestro camino, sólo queríamos recuperar a Asano. 

Al abrir una gran puerta de metal, nos deslumbró una brillante luz blanca. Nuestros ojos se acostumbraron a la luminosidad y ahí le vimos, atado a una silla, con la boca amordazada a una cuerda. 

Ayame- ¡Asano!

Aparecieron unos tres hombres de blanco y con el rostro cubierto, apuntándonos con unas pistolas.

Hombre1- ¡Sato-chan!

Hombre2- ¡Las manos en alto!

Karma- ¿Sato?

Agaché la cabeza haciendo sombra. Recordar eso duele.

Ayame- ¿Satsuki?

Karma- Satsuki, ¿hay algo que nos quieras explicar?

Satsuki- *Mirando a otro lado* No.

Hombre3- ¡¡Callaos malditos mocosos!!

Hombre1- Gracias compañero. Sato-chan, ¿ves esa vitrina de ahí? Supongo que sí, porque ciega no estás. Abre la vitrina y bebe eso.

Señaló con la cabeza hacia una vitrina blanca iluminada por una luz violeta, se encontraba detrás de Asano. En su interior se apreciaba una botella con cuello ancho con un líquido morado.

Satsuki- ¿Cómo sabes... ese apellido?

Hombre1- Cállate y no me desobedezcas, *apunta a Asano*o los sesos de tu amiguito saldrán volando.

Satsuki- ¡Vale vale, tranquilo viejo!

Hombre1- *Se ríe* *Deja de reírse y pone una cara seria* No me hagas repetirlo dos veces.

Avancé con los brazos todavía en alto y al llegar abrí la vitrina y saqué lo que había en su interior. Bebí un trago, pero estaba asquerosa y no me lo llevé a la boca otra vez.

Hombre2- Tienes que bebértela. ¡Toda!

Obedecí, aunque hice muecas del asco. 

Hombre2- ¿Ha funcionado?

Hombre3- ¿¡Y a mí que me preguntas!? ¡Jefe! ¿Ha funcionado?

Hombre1- No seáis impacientes. Creo que hay que esperar un poco.

Segundos después me estaba retorciendo del dolor en el suelo. Karma y Ayame intentaron gritar mi nombre, pero los dos subordinarios del aparente Jefe les colocaron una pistola a cada uno en la cabeza. 

Hombre2- ¡Ha funcionado!

Hombre1- Bien, vámonos. Decid algo de esto a alguien y os arrepentiréis.

Satsuki- ¡Momento! Agh... ¿Cómo sabes... agh... agh... ese apellido?

Hombre1- *Se para sin darse la vuelta* Iniko... Otra cosa, te puedo asegurar que no vas a morir por haberte bebido eso. *Susurra para sí mismo* Él me mataría.

Ese hombre... ¿Sigue estando en Japón? 

Antes de que pudiera decirle nada, ya se había marchado. Hice aparecer un pequeño cuchillo detrás de Asano y corté las dos cuerdas con las que estaba amarrado.

Apenas podía moverme. Karma lo notó y me subió a su espalda. 

Ayame- Satsuki, ¿estás bien?

Satsuki- Agh... Sí, esto no es nada. Asano, ¿te han hecho algo?

Asano- No, afortunadamente. Pero no te preocupes por mí, tú estás en peor estado.

Satsuki- ¡Ya te dije que-! Agh... Esto no es nada.

Asano- ¿Llamo a una ambulancia?

Satsuki- ¡No! Los médicos preguntarán que qué me ha pasado e investigarán mi cuerpo. ¡Se darían cuenta que he sido medio envenenada!

En medio del camino me dormí, no me dí cuenta de que me habían dejado en la habitación e incluso me habían cambiado de ropa. 

Casi extrañada, miré mi cuerpo reflejado en el espejo del baño. Nada. Ni una sola marca de envenenamiento. Por alguna razón esperaba algún reflejo de la bebida en mi piel, pero no. No tenía síntomas como los de ayer o parecidos. El único síntoma presente era un ligero dolor de cabeza, nada grave.

Salí de ducharme y mi amiga reflejaba preocupación en su rostro.

Satsuki- No me pasa nada, no me duele nada, por favor, deja de preocuparte por algo que ya pasó.

Sin respuesta. Sólo agachó la cabeza mostrando todavía más preocupación. 

En el desayuno, no tuve ganas de comer. Tomé un café a pesar de no tener edad, pero eso me daba igual, y terminé antes que los demás.

Lucían preocupados, y se notaba sin que tuvieran que decir nada, excepto Karma, que intentaba mostrarse lo más tranquilo posible, sin embargo su disimulada mirada llamaba bastante la atención, así que se podía saber que él también tenía el mismo sentimiento.

CONTINUARÁ...

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