Subí las escaleras y esperé a Karma en la habitación. Entró con una sonrisa diabólica enseñando el paquete de condones y se sentó al lado mía, después de quitarse los pantalones.

Él sólo llevaba encima sus calzoncillos, y yo hacía mucho esfuerzo por no mirar abajo. Mi cara se encendía cada vez más y más.

Karma- Te toca.

Satsuki- ¿Eh? Ah.... Sí.

Me quité de nuevo la camisa con vergüenza, mirando a un lado al azar que no fuese el de Karma, olvidándome de que él me miraba fijo con su expresión de siempre.

Se le veía tranquilo incluso en un momento como este, no sé ni como lo hace...

Reuní valor para acercarme a él y darle un beso en la mejilla, a lo que llevó a dos, tres y más besos seguidos, hasta llegar a tocarnos los labios. Karma agarró mi cadera y acercó mi cuerpo al suyo, como siempre había hecho para calentarme.

Por fin decidí quitarme los vaqueros negros y quedarme en ropa interior.

Podía admirar la cara sonrojada de Karma al ver mi cuerpo, a lo que respondí con la cara todavía más sonrojada.

Karma- Prometo que te gustará.

Seguidamente me tumbó con Karma encima de mí y atacar mi clavícula con sus dientes, hasta dejar una marca.

Karma- ¿Estás lista?

Él tomó la iniciativa de quitarse lo único que llevaba puesto, dejando a la vista su... Miembro.

Inspiré hondo y decidí imitar su mismo acto, quitándome el sujetador y las bragas.

Mi mirada se desvió hacia sus genitales y al darme cuenta de a dónde estaba mirando la volví a apartar rápidamente. 

Me tapaba un poco con los brazos por la vergüenza de estar desnuda ante él, pero apartó un poco mis brazos, para poder ver mi cuerpo y luego volver a besarme.

Karma- No seas tímida, tu cuerpo es hermoso, igual que tu.

En cuanto me fijé en el tamaño que tenía, me asusté un poco, ¿todo eso iba a ser capaz de entrar dentro de mí?

Satsuki- Karma, s-sé gentil.

Karma- Vaya, nunca te había visto tan asustada hasta ahora.

Satsuki- Tsk. Es normal, es muy... grande.

Karma se rió por el comentario que acababa de soltar. Se acercó a mí dándome un beso. Ya en posición, él arriba mía y yo debajo suya, dispuso a meter despacio su miembro. Grité un poco de dolor, pero él me tranquilizó con un beso en los labios.

Karma- ¿Quieres que pare? ¿Te estoy haciendo mucho daño?

Satsuki- No te preocupes. Karma, tú sigue.

Poco a poco iba acelerando y el dolor se me iba yendo conforme más metía. 

Hubo un punto en el que me gustó.

Satsuki- Karma, podrías volver a dar en ese punto.

Karma- ¿Dónde?

Señalé entre debajo del ombligo y arriba de mi intimidad, supongo que ahí se encontraba mi clítoris.

Karma obedeció y apuntó ahí, haciendo que sus movimientos se convirtieran en placer para ambos.

Poco a poco mis gemidos se iban haciendo más sonoros, y de vez en cuando recibía besos en el cuello y por todos lados de parte del pelirrojo.

Satsuki- Mmg... Ah... ¡Ah... Ah!

Karma embestía cada vez con más rapidez y, parecía que lo hacía aposta para que gimiera más fuerte todavía.

Cambiamos de posición, esta vez en posición de "perrito".

Apretó mis nalgas mientras bajaba las manos hacia los muslos. Antes de meter de nuevo su pene, metió sus dedos, moviendo estos para darme placer.

Dispuso a colocar su miembro, y empezó a embestir, sonando un sonido parecido al de las palmadas.

Satsuki- ¿Desde cuando...? ¡Ah...! ¿Eres tan profesional?

Karma- Tu pose si parece la de una profesional.

Otra vez, mi cara se puso roja, pero él no podía verlo para mi suerte.

Karma- Me voy a correr.

Había notado un liquido en mi cuerpo, pero que salía de mí en forma de chorro. Sentí el cielo durante ese momento, me encantó la sensación. Creo que yo y Karma habíamos llegamos al orgasmo a la vez.

Paramos por del cansancio, además de Karma no podía seguir más por ser su primera vez.

Él se quitó el preservativo, lo ató para que no se escapara el semen que había dentro y lo alzó a la altura de su cabeza.

Karma- Esto algún día estará dentro de ti y seremos muy felices.

Me sonrojé y le di un puñetazo flojo en el hombro.

Satsuki- ¡Oye! ¡No digas eso!

Ambos reímos y luego empezamos a besarnos, ambos tumbados y con un poco de sueño. Acariciaba su sedoso pelo con dulzura mientra él me tomaba de la cintura trazando círculos imaginarios con sus dos manos.

Al día siguiente me desperté en sus brazos pero... ¡Desnudos!

Empecé a pensar en lo ocurrido hasta que lo recordé y automáticamente mis mejillas se sonrojaron.

Despacio aparté sus brazos para no despertarlo y me empecé a vestir. Volteé a verlo, ahí, plácidamente durmiendo en mi cama.

Me acerqué para despertarlo. 

Satsuki- Karma despierta. Ya es día.

Gruñó un poco y abrió los ojos lentamente. Le besé la frente, despertando al pelirrojo por completo. Después de reincorporarse en la cama, dio una mordida a mi clavícula.

Karma- Tengo hambre, ¿me has preparado algo?

Satsuki- No, me acabo de levantar.

Lo vuelvo a mirar en dirección a su cuerpo durante un fragmento de segundo.

Satsuki- Karma, antes de desayunar ¿no crees que deberías ponerte algo encima?

Karma- ¿Por qué? ¿No te gusta que esté así?

Satsuki- Sí, pero ahora no es el momento.

Antes de irme le di un beso en los labios. Me fui a ver si Iniko estaba ahí, pero no, sólo encontré una nota en la mesa.

Satsuki, ya eres toda una mujer, prepárate el desayuno tú misma porque yo he salido. 

Con cariño, Iniko.

¿En serio se pensaba que yo quería que me preparara el desayuno? Pues en realidad sí, porque ahora mismo me da pereza.

Karma bajó con un poco de prisa y me abrazó, para después mirarnos a los ojos.

Karma- Satsuki, lo siento, tengo 8 llamadas perdidas de mi madre y seguro está hecha una furia.

Satsuki- Es verdad, no le avisaste de que te iba a quedar a dormir.

Karma- Chao, querida.

Satsuki- Adiós.

Me he vuelto a quedar sola en casa... Bueno, así mejor. Miré el móvil, que tenía un mensaje de Ayame. Me avergoncé un poco luego de leer lo que me había escrito.

Ayame

Se te escuchaba desde el piso de abajo.

Ok... No le contesté porque no tenía nada que decirle respecto a eso. 

Sin nada que hacer, puse música a todo volumen y me tumbé en el sofá a escuchar las miles de canciones que había descargado.

CONTINUARÁ...