Incómodo... ¿verdad?

Karma- ¿Quieres que me quede contigo hasta que Ayame venga?

Satsuki- Si no te importa...

Entramos los dos a la habitación. Nos quedamos en silencio mientras yo sacaba un libro, mejor dicho, un manga de One Piece. Era uno nuevo, de los de recién sacados. Por alguna razón, lo llevaba conmigo.  Karma se acercó curioso y se sentó en la cama junto a mí.

Karma- ¿Siempre llevas esas cosas contigo?

Satsuki- Si, por si acaso no encuentro nada que hacer. ¿Quieres leer conmigo?

Karma- Vale, intenta poner voz de Nami y de Robin cuando toque.

Satsuki- ¿A si que quieres hacer la lectura más entretenida? Pues tú intenta imitar a Luffy.

Entre risas e imitaciones, Ayame entra sonriendo a la habitación con Asano, al parecer estaban teniendo una conversación animada. Por un momento, a saber por qué, las dos parejas nos quedamos mirándonos incómodamente. 

Quería liberar tensión, pero no sabía como. Por suerte Karma habló por mí.

Karma- ¿Ya lleváis mejor eso de ser novios? ¿Ya os habéis besado?

Satsuki- ¡Karma!

Ambos tenían la cara roja a más no poder. Tenía mi mano llevada a mi frente, ¿es que no se pudo haber callado? Ahora el ambiente estaba pero gracias a él. Asano, queriendo hacer ver que tenía cosas que hacer, habló.

Asano- Eh... yo ya me iba. Recordé que tenía que decirle una cosa al chef para lo de esta cena.

Satsuki- Chao.

La puerta se cerró, dejando a Ayame de pie sin saber que hacer por la mirada que tenía encima de Karma. Suspiré.

Satsuki- ¿No podía haber cerrado la boca?

Karma- Lo siento, pero yo no me callo, tendrás que hacerlo tú por mí.

Satsuki- *Poniendo en blanco mis ojos* ¿Nos puedes dejar a Ayame y a mí a solas?

Karma- No.

Satsuki- *Suspiro pesadamente* A veces eres insoportable.

Le agarré de la chaqueta con mala gana y le besé. Ayame estaba que no podía más la pobre, no sabía qué hacer al ver esa escena. Ella se sentó en su correspondiente cama, ya que Karma se había levantado y por si acaso le quería dejar paso.

Karma- Ahora sí.

Se fue y nos dejó a solas.

Satsuki- Perdona al idiota de mi novio.

Ayame- N-No pasa nada. Pero... ¿Nos habéis visto?

Satsuki- Sí... Hasta tengo fotos del momento... Me las ha enviado Karma.

Ayame- ¿Y había alguien más aparte de vosotros?

Satsuki- Tienes suerte.

Ayame- Ah... Menos mal... Un momento, ¿¡le acabas de besar!? ¿Qué pasó con la apuesta?

Satsuki- Perdió, estaba en el pasillo y vino él porque no lo aguantaba más.  Pasó antes de que os encontráramos ahí. ¿Cómo es que de repente os lanzasteis?

Ayame- Pues... Estaba yo ahí, intentando aprender, pero con él tan cerca no podía, entonces se lo dije, y él me admitió que también. Me giré y de repente teníamos las caras muy cercas, y por el impulso empezamos a... Ya sabes. 

Satsuki- Pues se notaba lo novatos que sois.

Ayame- ¡Eh! No seas tan mala... ¿Acaso tú lo haces mejor?

Satsuki- Pues sí, y lo hago cada día, cada hora, cada minuto, cada-

Ayame- ¡Vale, vale, vale, vale! Ya me ha quedado claro. No trates de convertir a alguien inocente como yo en alguien... ¡como tú!

Satsuki- En verdad eres muy inocente. *Me levanto de golpe y con entusiasmo* ¿No íbamos a sorprender a los chicos en la cena? ¡Toca arreglarse!

Traje conmigo ocho vestidos, porque conociendo a Asano, seguro que había algunas fiesta formal de las suyas. Llevé para Ayame también, por si acaso. Mi maleta es demasiado grande, es más, mis maletas, porque traje dos.

Decidí ponerme uno de los más sencillos (si se le puede llamar así). Ayame también usó uno de los sencillos.

El mío era rosa, me llegaba hasta los tobillos y se abría en forma de volantes por el medio, a la altura de las rodillas, dejando ver parte de mis piernas. Tenía un poco de escotado y era de tiras algo gruesas. Para no ir tan mostrada, me puse una rebeca que llegaba hasta la cintura, de color negro.

El de Ayame era beige. A ella le llegaba hasta las rodillas y tenía una cinta alrededor de la cintura con una flor blanca decorando a un lado. Tenía volantes de la cintura para abajo, y un escotado en forma de corazón. Las mangas eran largas hechas con encaje transparente y un poco suelta.


P.O.V. de Karma:

Cerré la puerta y me fui a la habitación con la que compartía con el maldito de Asano. Ahora que me sé uno de sus puntos débiles, podré molestarlo tanto como yo quiera.

Entré con una sonrisa, esperando verlo fastidiado, pero no estaba, había ido a ducharse. 

De repente se me ocurrió una gran idea.

Le envié las fotos que le había hecho, de alguna manera tenía su número de teléfono. 

Después de un rato, salió hecho una furia del baño. Como esperaba que fuese.

Asano- ¡Karmaaaa!

Karma- ¿Qué pasa?

Asano- ¿Cómo que qué pasa? ¡No te mato por Ayame y Satsuki! ¡Borra las fotos!

Karma- Oblígame. 

Asano- ¡Te juro que te voy a destrozar la vida si no hace lo que te digo!

Karma- Inténtalo. Por cierto, cambiando de tema. ¿Qué te vas a poner en la cena?

Asano- ¿Y a ti que te importa?

Karma- ¿No quieres ir arreglado para tu querida Ayame?

Asano- ... Te escucho.

Karma- Llevemos trajes o algo elegante.

Asano- ¿Llevemos? ¿Tú también quieres impresionar a Satsuki?

Karma- No me pienso quedar atrás. Por cierto, tendrás que prestarme alguno. Yo no tengo.

Asano- Grrr... Está bien, sólo por esta vez.


P.O.V. de Satsuki:

Ayame- ¿No nos vemos un poco exageradas?

Satsuki- ¡Qué va! La gente de aquí es muy pija, así que lo pasarán por alto. Sería más raro ir con nuestra ropa normal. Venga, ahora toca peinarse.

¡Listas! El pelo suelto a un lado tipo sirena me queda de maravilla. A Ayame le queda genial el moño que le he hecho con los mechones sueltos que tiene a los lados.

Llegó un mensaje de Asano a mi móvil, diciendo que ya era hora de cenar. 

Bajamos, sintiéndonos unas reinas. 

Buscamos con la mirada por el comedor, pero no nos costó mucho encontrarlos gracias a  sus pelos naranjas y rojos que se distinguían a kilómetros. Parece que ellos también querían ir bien, ya que llevaban trajes, que por cierto les quedaban muy bien a los dos.

CONTINUARÁ...

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