Derramando sangre

Observé el edificio, era realmente alto. Era una empresa bastante conocida. Decidí entrar y hacerme pasar por la hija de Iniko (de cierta forma ya lo era). Según me había dicho mi jefe, Iniko aquí era un poco la clave del éxito aquí. 

Entré y me encontré de cara a una recibidora, pasé de ella e hice como si estas fuera mi casa. Fui directamente hacia las escaleras, pero ella me llamó.

Recibidora- ¡Perdone! No puede subir. Tiene que tener una cita previa con alguien relacionado a la empresa. 

Satsuki- Soy la hija de Iniko. Me ha dicho que lo espere en su oficina.

Recibidora- ¿Hija? No lo sabía. Pase por favor.

Satsuki- Gracias.

Recibidora- ¡Un momento, por favor señorita! ¿No quiere que la acompañe?

Satsuki- No hace falta, primero debo ir al baño. Si me disculpa.

Me volví a ir hacia las escaleras para subir a la oficina que Iniko tenía. Miré el móvil, donde ahí tenía el plano para no perderme y un punto rojo que se movía por él, esa era yo. 

Al llegar toqué la puerta y sin esperar respuesta, pasé.

Dos hombres, los de la foto, se pusieron alerta. Cada uno estaba a un lado del escritorio que se encontraba ahí. Me apuntaron con sus armas y yo, haciéndome la indefensa levanté las manos y empecé a actuar.

Cambié mi cara despreocupada y serena a una de terror y temor. Acto seguido empecé a hablar con la voz más inocente que pude poner.

Satsuki- E-esto... ¿Está Iniko aquí?

Hombre1- No, no está.

Satsuki- M-me ha dicho que lo espera en su oficina para darme algo. Soy su hija.

Hombre2- ¿Su hija? ¿Cómo que su hija?

Satsuki- ...

Hombre1- Baja el arma. Esta chica está diciendo la verdad. 

Ambos realizaron la acción de bajar sus armas, guardándolas en sus espaldas. 

Satsuki- ¿P-puedo sentarme en el asiento de... papá?

Hombre2- Sí, claro. Después de todo eres su hija.

Tuvimos la típica conversación de que cuántos años tengo, de que a qué curso voy y todo eso que preguntan los adultos. Aproveché el momento para utilizar a mis nuevos amigos, los tentáculos rojos. 

Una cosa llamó mi atención, ¿por qué el hombre confiaba en que yo era su supuesta "hija"? ¿Iniko les habrá hablado de mí? Y si es así... ¿Por qué?

Salieron de mi espalda dos de ellos, se movían por el suelo, casi arrastrándose. Subieron por las espaldas de los dos hombres sin llegar a tocarlos y creé dos cuchillos justo en donde los tentáculos pudieran agarrarlos.

En cuanto ya estaban acomodados al agarre de las armas, apuñalaron por la espalda, una y otra vez, en el lado del corazón de cada uno, asegurándose de que de ahí no salían vivos.

Era una pena, los hombre me trataron bien.

Los cuchillos desaparecieron, haciéndose polvo. Me moví por encima de los cuerpos con los tentáculos, utilizándolos como piernas para no tener que mancharme de sangre y tener que limpiarme.

Sin mancharme, salí de la oficina actuando como si mu hubiera perdido y que acababa de llegar. Bajé simulando estar asustada y traumatizada, avisando a la recibidora de que hubo un asesinato.

La señora cayó completamente y llamó a la policía. Me quedé ahí para no levantar sospechas. Al fin y al cabo ¿que puede hacer una niña de quince años?

La policía vino y me interrogó, pero yo sólo actué alterada diciendo que sólo había ido al baño y que justo al encontrar la oficina, encontré a esos dos hombres muertos y que me asusté mucho. 

Como era de esperar, me creyeron, y me salí con la mía. 

Volví para informar al Maestro de que la misión había sido un éxito. El problema es que al llegar, no estaban ni él, ni Carla. Supongo que todavía estaban en el asesinato.

Para pasar el tiempo, me puse a ver el móvil y me encontré cinco mensajes. Todos eran de Karma.

Karma

Ey! Cómo vas por ahí?

Todo bien con la misión?

Más te vale recordar que me debes mucho mimos

Te echo de menos querida

Por tardar en contestarme me debes un hijo

Cómo que un hijo?

Oye oye, lo de ayer era broma, lo sabes no?

Lo sé, yo digo que cuando seamos mayores

Ni siquiera sabemos si vamos a continuar juntos

Yo sí lo sé, porque no te voy a dejar ir de mi vida :D

Eso suena a amenaza :v

En cierta parte lo es

...

Cerré el chat avergonzada y fui a ver redes sociales y animes. Más tarde escuché la puerta abrirse. Tenía miedo de que hayan completado su misión, para mi desgracia fue así. 

Me fui al baño para desahogarme, recordando los buenos momentos que había pasado con, pero finalmente me consolé recordando también cuando venía borracho y no me prestaba nada de atención.

Salí de mi escondite, con leves signos de sollozos. Me dirigí hacia la otra habitación. Informé el éxito de la misión con pocas ganas, casi inaudible, pero aún así el Maestro me escuchó perfectamente claro.

Fui a cenar, en la mesa todos estaban en silencio porque era evidente de que me encontraba en mal estado sentimental. Comí mucho menos de lo normal y me fui hacia la cama para dormir y olvidarme por un momento de lo que había sucedido.

Por fin llegó el día en el que volvería a Japón. Estaba contenta, aunque no lo quería admitir, por volver a ver a Karma. 

Ellos me dejaron en la puerta de mi casa. 

Hogar dulce hogar.

Nada más dejar la maleta y ducharme, llamé a Karma, diciéndole que había vuelto. Él sólo amenazó diciendo que tenía ganas de verme para castigarme. Simplemente ignoré ese comentario y empezamos a hablar.

Terminé la llamada con Karma, que por cierto, duró una hora y diecisiete minutos. Minutos después llamé a Ayame que, siendo mi mejor amiga, le conté todo lo sucedido.

Cambiamos de tema y empezamos a tener nuestras charlas entretenidas, hasta que recordé cierto detalle un tanto importante.

Satsuki- Oye, ¿mañana quedamos y organizamos el cumpleaños de Karma?

Ayame- ¡Es cierto, sólo faltan tres días!

CONTINUARÁ...

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