Capítulo 06: Parte 02 (14-11-2024)
Pov Nadie:
Después de que Anueng se despidiera de la hermosa mujer que tenía su corazón en sus manos desde el primer día en que la vio en aquel mercado, se dio vuelta y comenzó a caminar hacia la entrada del campus, habiendo visto que Yui, Folk y el resto de su grupo de amigos estaba esperando por ella en la puerta, y aun desde esa distancia pudo notar que estaban haciéndole burla como siempre, algo a lo que ya estaba acostumbrada porque lo hacían todos los días, pero sabía que de ahora en adelante serían más burlones porque prácticamente con la foto que había subido a su close friends, había confirmado su relación con su Ar-Nueng; la joven Nueng solo pudo negar ligeramente antes de apresurarse a su encuentro, ya preparada para todas las preguntas y burlas juguetonas que le harían.
A pesar de su conversación anterior con su madre, la joven universitaria sentía que su día no podría ser arruinado de ninguna manera, mucho menos si más tarde ese mismo día tendría una cita con su querida Ar-Nueng, pero además de todo, ya era viernes y como ya se había acordado, después de la cena con su abuela, la chica podría irse al palacio para pasar el fin de semana con la M.L., y aquello era lo que más emoción le causaba, puesto que podrían pasar más tiempo juntas y sin ningún tipo de problemas, ya que estarían en la comodidad y seguridad del palacio, donde ya todos estaban al tanto de su relación y lo aceptaban completamente y con tanto cariño.
Sin embargo, Anueng no se había dado cuenta de que desde que se había bajado de la BMW de su amada, despidiéndose tan alegre de la persona dentro del vehículo, una mirada en particular se había posado en ella, perteneciente a una universitaria que era unos grados mayor que Anueng a nivel universitario; la chica la había visto y se había cautivado por ella al instante, sin saber que aquella chica ya estaba tomada y no tenía ojos para nadie más que para Khun Nueng.
—Que chica tan S̄wy (Hermosa)... ¿La habrá traído su madre o su padre? Es una camioneta lujosa —murmuró con un tono casi soñador la universitaria pelinegra, siguiendo a Anueng con la mirada hasta que la vio perderse dentro del campus con un grupo de otros universitarios; pero cuando regreso la mirada hacia la camioneta de la que había bajado la chica más baja, esta aún seguía allí y no fue sino hasta poco después que la chica desapareció en el edificio, provocando que la pelinegra preguntara a la nada, curiosa de saber un poco más de aquella chica tan hermosa. (*Yo te digo, amiga. Ella ya está tomada, así que no pierdas el tiempo*)
Durante el resto del día, Anueng siguió con sus clases con total normalidad, pasando de estar concentrada en sus clases a pensar en su amada Ar-Nueng y en su cita de ese día y el fin de semana que podrían pasar juntas una vez que estén en el palacio de la M.L., siendo completamente ajena a que en ocasiones durante sus cambios de clases u horas libres, aquella pelinegra mayor que la había visto llegar más temprano en el día, la seguía viendo con interés cada que se la encontraba por el campus, aunque en ningún momento se le llegó a acercar, prefiriendo mantener su distancia por el momento, atenta a las cosas que rodeaban a la bella chica para así poder acercarse con propiedad más adelante, pensando que realmente podría tener una oportunidad con la chica que ahora sabía, se llamaba Anueng.
«Es un lindo nombre para una chica tan hermosa» había pensado tan pronto como supo el nombre de la castaña más baja gracias a un compañero y amigo suyo, el cual se lo había dicho luego de haber visto cómo su amiga parecía tan concentrada e interesada en la universitaria de menor grado.
La pelinegra no perdió el tiempo y la buscó en Instagram, comenzando a seguirla tan pronto como encontró su cuenta, agradeciendo de que no fuera privada, ya que dudaba de que aceptara la solicitud de seguimiento de alguien random, aunque quizás al darse cuenta de que iban a la misma universidad lo haría, pero agradecía que la cuenta fuera pública; al instante revisó sus publicaciones, queriendo buscar alguna información acerca de si estaba con alguien o algo así, pero realmente no encontró nada así, lo único que encontró y le llamó la atención fue la última publicación que había subido la chica la noche anterior, donde salía con otras tres mujeres, una de ellas pareciendo ser unos años mayor que Anueng, pero las otras dos eran mujeres en todo su esplendor, que hasta podrían ser consideradas Reinas de belleza.
Las dos que estaban principales en la foto parecían ser una pareja, debido a la posición en la que estaban y lo posesivo que parecía el agarre de la mujer mayor en la cintura de la más joven que estaba en su regazo, mientras que Anueng y la mujer más alta a su lado parecían ser muy cercanas, al punto en que pensó que sería su madre, pero dado que no se parecían en nada, lo descarto, pensando entonces que podrían ser tía y sobrina o quizás primas lejanas; de igual forma le alegraba saber que la chica que le había llamado la atención no estaba siendo ocupada por nadie, lo que significaba que podría tener una oportunidad para conocerla y poder conquistarla, ella ya lo tenía decidido, cueste lo que cueste, ella conquistaría a Anueng a como diera lugar. (*¿Cómo te explico que ella ya tiene esposa, aunque todavía no sean novias oficiales?*)
Por su parte Khun Nueng estuvo ocupada con las remodelaciones de su futura galería, cuidando hasta el más minucioso de los detalles, aprovechando todos los conocimientos que tenía por ser arquitecta, dando instrucciones y tomando opiniones de los trabajadores que había contratado para que la ayudaran con el proyecto; ella quería que todo fuera perfecto y no escatimaría en nada, aunque claramente no gastaría innecesariamente el dinero que estaba invirtiendo, todo lo estaba manejando con cuidado, evitando tener más pérdidas, pero con los contactos correctos, todo estaba saliendo como ella esperaba, afortunadamente el edificio estaba en perfectas condiciones y por fortuna no había que reparar nada, todo estaba en muy buenas condiciones y solo tendrían que concentrarse en las nuevas instalaciones que querían hacer para que la galería estuviera optimizada como Khun Nueng tenía diseñado.
Mientras terminaban de organizar los días que se trabajarían y cuando comenzarían, Khun Nueng comenzó a recibir incesantes llamadas en su teléfono y al no ser ninguno de los tonos que tenía seleccionados para Nueng, Mon y Tuo Lek, pensó que posiblemente podría ser algún cliente o del palacio, pero había dejado claro que estaría ocupada aquel día y a menos que fuera algo realmente importante no debería de ser molestada, pero las llamadas eran tantas que terminó hartándose y revisando quien había sido la persona que había dejado un mínimo de diez llamadas perdidas en su teléfono, y cuando vio que en realidad había sido Chet todo ese tiempo, estuvo a punto de maldecirlo, pero se contuvo y cuando este llamó una onceava vez, decidió contestar para saber de una vez por todas el motivo de sus constantes llamadas.
—¿Qué sucede, Chet? Has llamado sin parar —Khun Nueng intentó que su voz no saliera tan brusca, a pesar de que estaba irritada no solo por la persona que llamaba, sino por tanta insistencia de la misma aun cuando al no contestar daba una señal clara de qué o no quería hablar o como justamente pasaba en ese momento, no estaba disponible y estaba ocupada con algo más importante.
"Lo siento, Khun Nueng, pero es que no contestabas" Chet se disculpó, pero a la vez justificó su insistencia del otro lado de la línea; Khun Nueng miró la pantalla de su teléfono y vio la hora que era. ¿No se supone que él debería de estar trabajando? ¿Por qué la llamaba tanto de repente? Dudaba que tuviera que ver con Anueng, ya que se habría comunicado con ella primero y más directamente, pero tan solo unos minutos atrás le había dicho que estaba entrando en clase y debía concentrarse mucho en dicha clase, ya que se vendría un examen con mucho valor.
—Me parece que si alguien no contesta las llamadas de otra persona es porque está ocupado —comentó con aplomo, despidiéndose de los trabajadores contratados por el día, asintiendo con una pequeña sonrisa cuando estos le aseguraron llegar el primer día antes de la hora para finiquitar algunos últimos detalles, luego los vio despedirse con una reverencia hacia ella y ella les dio un pequeño asentimiento.
"¿En qué estás ocupada? ¿Quieres que te ayude en algo?" preguntó con repentina emoción al otro lado, al parecer emocionado por saber qué estaría haciendo la mujer que quería para convertirse en su esposa, dispuesto a brindarle su ayuda para poder pasar tiempo juntos a solas.
—Mị̀ cảpĕn ley (No es necesario), estoy bien así —respondió rápidamente mientras negaba un poco, lo último que la M.L. quería era que Chet estuviera merodeando en la galería mientras estaba en proceso, claro que una vez que el proyecto estuviera listo y se inaugurase, él estaría allí lo más posible, pero ese era un tema a tratar más adelante, ella no quería que su tranquilidad al hacer el proyecto fuera perturbada —. ¿Qué es lo que necesitabas?
"Quisiera que nos reuniéramos para hablar de algo importante" por fin reveló un poco la razón su insistencia, pero, sin embargo, aún no lo hizo del todo, solicitando, en cambio, una reunión para poder hablar con ella, buscando cualquier excusa para estar con ella y más aún sin tener a Anueng cerca para interrumpirlos.
—Está bien, envíame la ubicación e iré en unos momentos —Khun Nueng sopesó sus opciones, decidió aceptar reunirse con Chet, sabiendo que si no lo hacía él no renunciaría a seguir intentando llamarla para que aceptara, mejor era salir de eso de una vez, especialmente ahora, ya que realmente quería tener un fin de semana tranquilo y sin problemas con Nueng.
"Perfecto, nos vemos en unos minutos, Khun Nueng" dijo con cierta emoción en su voz, recibiendo a cambio de parte de la M.L. un afirmativo "Ummm" antes de que la línea se cortara debido a que la mujer finalizó la llamada.
Segundos después de que la llamada finalizara, Khun Nueng recibió entonces un mensaje de Chet con la ubicación de una cafetería, la cual estaba a unas tres cuadras de la galería, por lo que no tendría que recorrer tanto y podría comer algo en la misma cafetería, puesto que más temprano no lo había desayunado debido a lo temprano que era y cuando llegó a la galería se centró por completo en su proyecto, por lo que no comió nada, pero aprovecharía su repentina reunión con Chet para comer algo y con eso en mente se dispuso a cerrar el lugar para emprender su camino hacia la cafetería; una vez que salió del lugar y se encaminó a su camioneta, recibió un mensaje de Robert Bennet antes de subirse, su cliente más reciente le notificó que su esposa y él estaban comprando algunas cosas y que si tenía tiempo y estaba en sus posibilidades, les gustaría entregárselas, ya que eran algunos materiales que ella había mencionado que utilizaría y ellos decidieron comprárselos para que no tuviera que esforzarse ella misma para comprarlos, Khun Nueng les informó que primero estaría reunida con alguien, pero que no se tardaría mucho tiempo, por lo que una vez que terminaran de realizar las compras, podrían ir a su encuentro y ella los recibiría con gusto y sin inconvenientes.
Finalmente, se subió a su BMW X4 M40i y condujo hacia la cafetería donde Chet ya debería de estar esperando por ella, tan solo unos minutos después ya se estaba estacionando no muy lejos de la cafetería y poco después se encontraba sentada frente a Chet, luego de haberlo buscado con la mirada tan pronto como entró en el lugar; el hombre ya se encontraba con un vaso de agua en la mesa mientras miraba su teléfono con algo de nerviosismo, tamborileando sus dedos en la mesa, esperando a que ella llegara, quizás pensando que la M.L. no llegaría, algo fuera del carácter de la mujer, puesto que ella siempre cumplía con su palabra. Tan pronto como ella se sentó frente a él, su semblante de cachorro abandonado cambio y la saludó con entusiasmo, levantándose y dando una pequeña reverencia con el wai, recibiendo un saludo más cortés de parte de la mujer alta, quien poco después de haberse sentado fue atendida por un camarero el cual fue llamado por Chet, así que ella pidió un café y algo que fuera un poco ligero para poder comer.
—Pediste reunirte y, sin embargo, aún no has dicho nada, Chet —habló luego de unos minutos Khun Nueng con serenidad luego de dar un sorbo a la taza de café que había pedido y recién le habían entregado, mirando al hombre frente a ella con seriedad, ya que desde que entró a la cafetería y se sentó frente a él, Chet no había dicho nada luego de saludarla, tan solo habiendo mantenido su mirada de ella a su taza en todo el rato que llevaban allí.
—No sabía que realmente aceptarías, menos después de la última vez —comentó con un tono algo bajo y hasta se podría decir que avergonzado, moviendo sus dedos con nerviosismo contra la taza de café que estaba entre sus manos, pasando luego a darle un sorbo para intentar calmarse; no solo estaba algo nervioso porque la mujer hubiera aceptado reunirse con él, siendo que en los últimos días ella lo había estado ignorando de una manera muy evidente, sino que además, había planeado algo prácticamente que sin pensar, sintiéndose algo desesperado porque Khun Nueng siguiera rechazando sus constantes avances, pensando que quizás con lo que haría ella por fin lo aceptaría. (*Definitivamente, este tipo no tiene cerebro, es bien pendejo*)
—No es como que si hubiera dejado pasar tu comportamiento tan inmaduro de hace unos días, pero estabas cerca, así que quise ser cordial contigo —respondió con tranquilidad y sinceridad, mirando al padre de su amada; el comportamiento que había estado tiendo Chet últimamente era algo que ella desaprobaba por completo, él se estaba siendo muy intrusivo e invasivo en la vida de su hija, queriendo prohibirle cosas y que haga lo que él quiere, cuando ni siquiera en su infancia estuvo presente, pero ahora que era adulta si quería imponerse como padre.
—Nunca me dijiste lo que estabas haciendo —murmuró con cierto recelo en su tono, frunciendo ligeramente el ceño porque la mujer no quisiera contarle cosas; el día anterior no le había dicho que su reunión con su hermana también incluiría a su hija con Piengfah y hoy no le había dicho que es lo que la estaba manteniendo ocupada antes de ir a verlo.
—Es algo personal —comentó un poco tajante, dando por finalizada esa conversación, no queriendo que Chet siguiera averiguando; ya tenía la experiencia de cuando estaban comprometidos, él siempre quería saber lo que estaba haciendo y con quien, y si ella no le respondía entonces involucraba a la abuela y causaba más roces entre ellas de los que ya había en ese entonces.
»¿Qué es lo que sucede? ¿De qué querías hablar? ¿Ha sucedido algo con el trabajo? —preguntó luego de una breve pausa cuando su orden fue colocada frente a ella y le agradeció al camarero; después de dar un bocado, vio como Chet erguía su postura y se aclaraba un poco la garganta, colocando sus antebrazos en el borde de la mesa, mirando fijamente a la castaña.
—Vi que ayer Anueng subió algunas fotos a su Instagram de ustedes y tu hermana —finalmente terminó por sacar el tema de su repentina reunión, mirando de forma fija a la M.L., quien solo se limitó a mirarlo como si nada, ya habiendo intuido de que si Piengfah había llamado a Anueng para confrontarla, lo más probable era que Chet la confrontaría a ella, así que ya estaba preparada para eso.
—Sí, estábamos con mi hermana y mi cuñada ¿Qué con eso? —respondió con naturalidad y sin titubear en ningún momento, enfatizando que su cuñada también estaba allí, ya que Chet al parecer la había excluido deliberadamente y aquello era una falta de respeto para ella y su familia, ya que Mon ES parte de la familia Anuntrakul, y sabía que más adelante sería más que oficial cuando estuviera casada con Sam.
—¿También has subido esas fotos a tus redes? —cuestionó con cierta esperanza de no lo hubiera hecho y que solo hubiera sido Anueng la que las subió a sus redes, si Khun Nueng realmente había subido aquellas fotos en su Instagram también, aquello sería un golpe para él y su orgullo, dado que él nunca pudo tener ni una sola foto con la M.L., pero, en cambio, su hija sí.
Ellos nunca se tomaron una foto juntos, al menos no a solas, puesto que durante el tiempo en el que estaban comprometidos, en una cena con ambas familias se tomó una foto grupal, pero si bien él y Khun Nueng estaban sentados uno al lado del otro, la mujer había posado con sus hermanas detrás de ella mientras estas colocaban sus manos en sus hombros, opacando el momento de estar en una foto con ella juntos; y desde entonces nunca más se tomaron alguna foto y la M.L. tampoco lo subió a sus redes ni por equivocación.
—Sí, y en realidad yo fui la primera en hacerlo —dijo con sinceridad mientras asentía ligeramente, continuando comiendo su comida y tomando sorbos de su café de vez en cuando. ¿Para qué iba a ocultar la verdad? Ella no iba a negar la realidad, era raro que ella subiera a otras personas a sus redes, pero Anueng no era cualquier persona, era el amor de su vida y le daría su lugar poco a poco; quienes realmente le importaban y la conocían ya se estaban dando cuenta cuán especial era la universitaria para ella y las apoyaban, solo sería cuestión de tiempo para que el resto lo supiera, les gustara o no.
—Tú nunca has subido a nadie aparte de tu familia a tus redes —murmuró con algo de tensión en su voz, los celos, la molestia e indignación lo carcomía, había esperado que simplemente lo negara, eso sería mucho mejor para Chet, pero a pesar de sus esperanzas y deseos, la mujer más alta le confirmó lo que había temido; para el candidato le resultaba amargo que con tan poco tiempo de conocerse, Anueng y Khun Nueng fueran más cercanas de lo que alguna vez lo han sido él y Khun Nueng. La hija siempre recibía la atención de quien casi se convierte en su esposa, mientras que el padre prácticamente solo recibía migajas.
—Anueng es parte de mi familia, ella es especial para mí —confesó con total honestidad y afecto en su tono, su expresión suavizándose al instante de pensar en su amada Nueng, sintiendo su corazón acelerarse como solo podía hacerlo por la más joven y el amor tan profundo y genuino que le tenía; sus ojos reflejaban un gran cariño y amor por la castaña más joven y pensar en ella le provocó una pequeña sonrisa de completa felicidad.
—Realmente la has de querer como a tu propia hija —habló con cierta suavidad en su tono, nuevamente confundiendo el cariño de Khun Nueng con amor fraternal; Chet había tomado una de las manos de la mujer entre las suyas, mirándola con una sonrisa, aprovechando la expresión que tenía, esperando que fuera captado el momento, porque no pasó mucho tiempo para que la castaña se soltara de su agarre y se acomodara casi incómodamente en su asiento frente a él, cambiando su expresión al instante a una seria.
—No la quiero como a mi hija, Chet. Confórmate con saber que es especial para mí y que la quiero mucho —habló con una voz contenida, tensando su mandíbula por aquel jodido comentario que tanto odiaba escuchar por parte de Chet, Piengfah y la abuela de su amada, mirando al hombre con algo de dureza mientras se limpiaba la comisura de la boca y las manos luego de terminar su comida.
¿Por qué siempre pensaban eso? Ni siquiera antes de darse cuenta de que estaba perdidamente enamorada de Nueng, la había querido como a una hija, nunca la vio de esa manera, la vio como una chica que solo podría estar teniendo su primer enamoramiento adolescente y luego la vio como la mujer que era, la mujer que conquistó su corazón de la manera más pura y significativa, que la ha llegado a entender mejor que nadie y que le ha enseñado lo que es el amor.
«Créeme que si supieras como quiero a tu hija, no estarías tan feliz y te daría un ataque en su lugar» pensó la mujer para sí misma mientras desviaba su mirada de su ex prometido y levantaba la mano para llamar la atención de un camarero que iba pasando cerca de ellos; no a todo padre le gustaría saber que su hija consiguió enamorar a la mujer que él quería y con la cual además estuvo a punto de casarse.
—Mi hija tiene suerte de que la quieras, Khun Nueng —tuvo que aceptar casi a regañadientes, forzando una pequeña sonrisa mientras tomaba un poco del agua que aún le quedaba, muriendo de celos por su propia hija y la atención que recibía de la M.L.; sabía que aquello estaba mal ¿Sentir celos de su propia hija? Lo haría ver como un mal hombre y un completo perdedor, pero no podía evitarlo, sin esfuerzo su hija se había adentrado en la vida de Khun Nueng, mientras que de no ser por el compromiso planeado, él no habría tenido mayor oportunidad de estar con la mujer más alta, y al final de nada le sirvió, ya que no la hizo su esposa. (*Pues, peor estarás cuando sepas la verdad de su relación*)
—¿Cómo no lo haría? Anueng hace que sea fácil quererla —habló con un tono terso, tomando su teléfono cuando este sonó con algunos mensajes y cuando vio que era Anueng, al instante abrió el mensaje y vio que le había enviado una foto junto a Yui y un chico más que pertenecía a su grupo de amigos, informándole que habían sido los tres primeros en la lista de aprobados de un examen, los tres estaban mostrando la posición en la que quedaron con sus dedos, siendo Nueng la primera, Yui la segunda y el chico el tercero.
¿Cómo no iba a amarla si era tan dulce y siempre quería que estuviera presente en su vida y en lo que le gustaba? También le había preguntado si había podido comer algo, demostrando como siempre preocupación por ella de la misma forma en que Khun Nueng se preocupaba por ella; después de haber reaccionado a la foto con un corazón, haberlos felicitado por su esfuerzo y también de responderle que sí había comido, su teléfono comenzó a sonar, así que rápidamente atendió la llamada, sacando un billete de su billetera para entregárselo al camarero luego de que este le trajera la cuenta de lo que ella había pedido, ya que no dejaría que Chet le pagara por su desayuno, después de todo había sido un pedido adicional a la invitación del hombre y pagaría por sí misma.
—¿Ha encontrado el lugar? ... Iré en unos momentos —preguntó en inglés mientras se levantaba de su asiento, escuchando atenta la respuesta que recibía del otro lado, luego de una breve pausa dijo lo último y unos segundos después terminó la llamada, guardando su teléfono y billetera en los bolsillos de su pantalón, habiendo tomado a Chet un poco por sorpresa por lo rápido y repentino que había sucedido todo, además de estar algo extrañado porque Khun Nueng hubiera hablado en inglés en lugar de tailandés.
—¿Necesitas que te lleve a algún lado? —preguntó rápidamente, levantándose también de su lugar, al parecer olvidando que la M.L. en realidad había llegado en su propio vehículo; a él realmente solo le importaba pasar más tiempo con ella, nada más.
—Descuida, vine en mi BMW... Me voy primero, nos vemos luego, Chet —dijo mientras negaba ligeramente, sacando en ese preciso momento sus llaves, para después colocarse la gorra que se había quitado una vez que se sentó en la mesa con Chet y unos segundos después se despidió de él con un asentimiento, pero antes de que diera algún paso y cayendo en cuenta de la hora, le dijo algo más antes de irse —. Por cierto, deberías regresar a tu trabajo.
Chet no pudo decir nada más porque Khun Nueng se marchó después de despedirse, dejándolo allí solo en la cafetería, pero debido a la curiosidad que tenía, se decidió a seguirla, por lo que luego de dejar un billete en la mesa para pagar la cuenta, salió de la cafetería y comenzó a buscar a Khun Nueng con cierta desesperación hasta que después de unos minutos visualizó por fin la camioneta de la M.L. pero para su total sorpresa vio a la susodicha subir en esta del lado del piloto, mientras que un hombre de quizás unos cuarenta años, alto y claramente extranjero se subía del lado del copiloto como si nada.
Aquello lo dejó petrificado en su sitio, sintiendo una mezcla de emociones recorrerlo porque la mujer que anhelaba para él, lo había dejado como si nada para irse con otro a quien sabe qué lugar y hacer quien sabe que cosas, siendo completamente ignorante de que aquel hombre tan solo era un cliente de Khun Nueng y un posible inversor para su galería, y que además en realidad no era el único que había subido en la BMW de la M.L., sino que la propia esposa del hombre también se había subido, con la diferencia de que al ser tan baja, no se notó cuando lo hizo. (*Ay Cheetos no mames, tus celos ni al caso vienen, wey*)
—Disculpe, Khun Chet. Las fotos que solicitó que fueran tomadas ¿Desea alguna fecha en específica para que sean subidas? —un hombre pelinegro y casi de la misma estatura que el candidato habló de repente, sacando al susodicho de sus pensamientos por su repentina aparición, pero no debería de sorprenderse mucho, ya que después de todo él mismo lo había contratado para que tomara algunas fotos sobre el encuentro que había tenido con Khun Nueng.
—Lo más pronto posible, si es hoy mismo, sería perfecto —respondió con la mayor serenidad posible que pudo reunir en ese momento, no podía mostrarse de otra manera en público, ya que tenía una imagen que mantener, pero realmente estaba molesto por haber sido dejado como si nada, además de que otro hombre se había ido con Khun Nueng en su lugar.
Sabía que lo que hacía no era lo mejor, pero no encontraba otra manera de que Khun Nueng aceptara sus avances, ella se seguía negando a que ellos eran perfectos juntos, por lo que no le quedó de otra más que recurrir a estos planes para ver si al menos le daba algo, ya que si la gente comenzaba a pensar que ellos estaban nuevamente juntos, quizás ella no tendría de otra más que ver la realidad y continuar con lo que hace cuatro años no se dio. El hombre que había contratado le enseño las fotos que había tomado para que eligiera una para el artículo que escribiría sobre su posible regreso, y la que mejor quedaba era donde él le estaba agarrando la mano en el justo momento en que ella sonreía y su cara tenía una expresión relajada y alegre, así que una vez elegida, ambos hombres se separaron y se subieron a sus coches, tomando caminos distintos.
Khun Nueng había subido a la pareja en su camioneta y se había ido del lugar justo a tiempo, ya que había visto a Chet salir de la cafetería donde habían estado reunidos, claramente buscándola, pero afortunadamente salió antes y él no se pudo acercar; sin embargo, debido a que ya ella había salido de zona, no se percató del hombre que se había acercado a Chet; los Bennet le entregaron los materiales que habían comprado y luego de haber quedado para realizar la sesión de fotos el día lunes, si es que no surgía algún tipo de inconveniente, la M.L. los dejó en el centro comercial donde estarían esperando a que Sofia los fuera a buscar para regresar al lugar donde se estaban hospedando, ya que la chica había necesitado hacer unos recados y dado que estaba más lejos, decidieron que ella se llevara el auto para mayor comodidad.
Después de dejar a la pareja de extranjeros donde habían solicitado y de haberse despedido de ellos, la M.L. regresó a la galería, ya que ese mismo día la otra parte de materiales que necesitaban para las remodelaciones estarían llegando, la primera parte había llegado esa misma mañana en la que estuvo reunida con los trabajadores, los cuales habían ayudado a dejar gran parte de las cosas en el segundo y tercer piso, dejando el principal libre para el resto, dado que allí estaría la parte de cafetería y necesitaban otras cosas; ella almorzó en la galería en compañía de uno de los empleados del palacio, ya que la Tía Nim había hecho el almuerzo para ella, pero sabiendo que estaría ocupada, era poco probable que fuera al palacio, pero teniendo en cuenta de que estaban intentando que ella no se saltara las comidas, envió su almuerzo para que pudiera comerlo, también se enteró de que Anueng había recibido una fiambrera propia, a pesar de que Anueng almorzaba en la universidad cuando tenía sus clases completas, pero la Tía Nim dudaba de que realmente fuera tan buena esa comida, así que le envió una fiambrera.
Para cuando se hizo la hora de salida de Anueng, Khun Nueng ya había logrado terminar todo lo que tenía agendado para ese día, por lo que luego de cerrar la galería, se fue a la universidad de su amada y la espero hasta que saliera, lo cual no fue tanto, ya que había llegado poco después del horario de la castaña menor, por lo que justo cuando llego, ya el grupo de universitarios estaba saliendo del edificio mientras hablaban animadamente, algo que calentó el corazón de la mujer mayor, ya que ver a su chica interactuar con gente de su edad era algo que se le había negado antes, su abuela le había prohibido tanto y había espantado a todos los que quisieran formar una amistad con su nieta, pero ahora ya no podría hacer nada para evitar que Anueng pudiera hacer amigos y ser simplemente una universitaria; Chet lo había intentado y no lo logro ni siquiera con las amenazas que había hecho, pero Khun Nueng misma se había encargado de asegurarles a los amigos de su Nueng de que él no podría hacer nada contra ellos, y que en dado caso de pasar algo, ella tenía más poder que Chet y con solo una orden, todo se solucionaría. (*Eso bebé, tú demuestra quién es la que manda, joder*)
Cuando los universitarios notaron la BMW de Khun Nueng, le empezaron a hacer un poco de burla, puesto que tan pronto como se dio cuenta ella misma, se emocionó y ellos lo notaron, además de saber que tendrían una primera cita esa misma tarde después de salir de la universidad, Anueng se los había dicho luego de que le preguntaran por qué andaba tan embobada ese día, incluso más de lo habitual desde que ella y Khun Nueng habían retomado el contacto y habían comenzado a salir, así que ella les contó lo de la cita y ellos como buenos amigos le comenzaron a hacer burla juguetonamente, pero también estaban emocionados por ella, ya que podían ver cuán realmente Khun Nueng la quería y la apreciaba, siempre siendo atenta con ella de tantas maneras; todos vieron como la mujer mayor se bajó de su camioneta con unos lentes oscuros y su gorra, caminando hacia ellos tranquilamente hasta que a mitad de camino se encontró con Anueng, la cual había casi, casi corrido a su encuentro, saludándola con su típico "Ar-Nueng" lleno de emoción mientras rodeaba su cuello con sus brazos, siendo, en cambio, rodeada por la cintura por la más alta para evitar que se fuera a caer, habiendo apenas saludado a los demás, antes de centrar su atención en la chica entre sus brazos.
—¿Lista para irnos, Nueng? Primero pasaremos por el palacio para cambiarnos y luego vamos a nuestra cita —habló con su voz suave y alegre mientras se separaba un poco de ella, manteniendo su mirada cubierta por los lentes fija en su chica, viendo cómo es que se le formaba una gran sonrisa en los labios.
—Sí, vamos. Estoy tan emocionada por nuestra cita, Ar-Nueng —dijo sin poder contener su gran emoción, rodeando el brazo izquierdo de la más alta para apoyar su cabeza en su hombro lo mejor que podía, dado que su diferencia de altura era muy notoria, pero eso las hacía lucir incluso más perfectas la una para la otra, y los amigos de Anueng no pudieron evitar pensarlo ellos mismos.
—¡Pásenla bien! —dijo uno de los chicos con entusiasmo, haciendo un corazón con sus manos mientras los demás hacían lo mismo o algo parecido, haciendo reír un poco a la M.L. la cual no entendía lo que hacían, pero le divertía igual, mientras que Anueng estaba que quería que la tierra se la tragara en ese momento por lo pendejos que eran sus amigos.
—Lā k̀xn (Adiós) a todos, nos vemos en otro momento, lleguen bien a casa —se despidió con tono suave y cortés la M.L., dándoles un pequeño asentimiento a todos; le divertía el comportamiento que tenían todos, le recordaba a su tiempo universitario mientras estaba con su grupo de amigos y tenían sus momentos de tontear y ser ellos mismos.
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