Capítulo 04: Parte 02 (21-08-2024)

Pov Khun Nueng:

Ten cuidado con lo que dices, Chet. Te recuerdo que mi hermana está en una relación muy feliz con mi cuñada, así que para tu homofobia frente a mí, si no quieres hacerme enojar aún más —hablé con frialdad, pero también con un claro tono de advertencia; no iba a dejar que siguiera con ese tipo de comportamiento cerca de ambas y Mon, ellas ya habían tenido suficiente con la homofobia y los prejuicios de mi abuela, quien con su crueldad casi provoca que perdiera a la hermana que me quedaba.

»Si tanto quieres seguir con el tema, entonces ponte los pantalones y díselo tú mismo si tanto insistes —le dije mientras lo miraba con molestia, dándome cuenta una vez más que al igual que Piengfah, Chet estaba intentando que yo hiciera cosas que sabían perfectamente que podrían hacer enojar a su hija o peor aún, lastimarla para que ellos no lo tuvieran que hacer; ellos me querían usar como chivo expiatorio para su propio beneficio. Ya casi había cometido una idiotez por Piengfah y casi pierdo a mi Nueng, incluso antes de tenerla; no iba a cometer un error así ahora que la tenía.

—Anueng te escucha más a ti que a cualquier otra persona, así que quiero que intervengas por mí —intentó convencerme, pero por más que siguiera con eso no lo haría, yo no me iba a prestar para eso, mucho menos cuando el equivocado era él.

—Pues no lo haré, no le voy a decir nada de eso... Cualquiera que sea la decisión que ella tome, yo estaré allí para apoyarla —me negué con firmeza, mirándolo directamente a los ojos, esperando unos momentos más antes de continuar, haciéndole saber de parte de quien siempre iba a estar sin importar que; y cuando lo vi mirarme como si hubiera pateado a su cachorro, no me hizo sentir nada de pena por él, él estaba equivocado y no se daba cuenta o se negaba a aceptarlo —. Si realmente quieres acercarte a tu hija y ser un buen padre, entonces respeta sus decisiones y apóyala.

»Pero hoy volviste a cruzar la línea y estás cada vez más lejos de acercarte a ella... En cambio, pareciera que solo la estas alejando cada vez más —continúe hablando mientras lo miraba, negando ligeramente, porque a pesar de que le aconsejara y le advertía que no hiciera cosas como esa, él seguía haciendo lo que le daba la gana, y aunque no lo viera, realmente solo seguía alejándola de él.

—Khun Nueng, espera —lo escuché decir tan pronto como me di media vuelta y comencé a caminar de regreso, pero me vi detenida por él cuando me tomó del brazo, frenando mi andar.

—Una cosa más, Chet... Si Anueng resulta afectada por tu estupidez en sus exámenes de hoy, te las vas a ver conmigo. Te lo estoy advirtiendo —comencé con sequedad mientras soltaba su agarre de mi brazo, y una vez que obtuve toda su atención, le hablé mientras lo señalaba con mi dedo índice, importándome muy poco si sonaba amenazante.

Con eso último me alejé definitivamente de él y regresé a la mesa donde estaban las cuatro mujeres más jóvenes, no sin antes comprar unas bebidas heladas para todas, llevando sus cuatro en un envase mientras sostenía la mía en mi mano libre; deje el envase donde estaban los cuatro vasos en la mesa y les hice un gesto para que agarrasen la que quisieran, tomando asiento junto a Nueng, luego de notar que con mi ausencia y la de Chet, se volvieron a posicionar, Yui tomando asiento en uno de los laterales mientras Mon y Sam estaban juntas en un lado, por su parte Nueng se sentó en el otro para que estuviéramos juntas.

K̄hxbkhuṇ māk (Muchas gracias) —todas me agradecieron una vez que tomé asiento junto a mi amada; yo solo di un ligero asentimiento antes de tomar un sorbo de mi propia bebida.

—¿Dónde está mi padre, Ar-Nueng? —preguntó mi chica mientras se acercaba un poco más a mí, cruzando sus piernas hacia mi cuerpo y por completa inercia coloque mi mano izquierda en su muslo, cuidando de cubrir con mi mano si su falda se subía por el movimiento y la posición, acariciando suavemente la piel expuesta de su muslo con mi pulgar.

—Le ha surgido algo en el trabajo, así que se fue —respondí serena luego de dejar mi bebida en la mesa y sentir la mano libre de Anueng en mi muslo, mientras ella tomaba su propia bebida y tomaba un poco.

—¿Tú y Anueng tienen la misma edad? —le preguntó Mon a Yui después de unos momentos, apoyando su mentón en el hombro de su novia, no pudiendo pasar mucho tiempo separadas la una de la otra.

—No, en realidad soy un año menor que Anueng... ¿Cuántos años tienen ustedes? —respondió con tono suave y cortés, dándole una pequeña y un poco tímida sonrisa a mi cuñada; luego de una breve pausa, preguntó mientras nos miraba a las tres mayores con curiosidad.

—Khun Sam tiene treinta y uno, Mon tiene veintitrés y yo tengo treinta y seis, este año cumpliré treinta y siete —respondí tranquilamente, sabiendo que no tendría por qué sentirme juzgada frente a ella, ya que Nueng me había dicho que Yui y su grupo de amigos no tenían problemas con que estuviera con alguien mayor, y según me comentó, luego de que la llevara conmigo aquella noche del bar, vieron cuanto me preocupo realmente por ella, así que estaban aún más felices de apoyar lo que teníamos. (*Dado que como tal no he leído los libros de Gap, por lo que entiendo todo sucedería en cosa de unos meses o un año, así que preferí colocar que Mon y Sam ya tienen más o menos un año de relación para cuando Khun Nueng y Anueng comienzan su relación*)

—Wow, ninguna parece tener más de treinta, en realidad parecen tener menos —dijo sorprendida refiriéndose a Sam y a mí, ya que después de todo Mon era apenas mayor que ella y si aparentaba la edad que tenía al igual que ella misma y Nueng, mientras que Sam y yo teníamos más que ellas y no aparentábamos nuestra edad.

—Tenemos buena genética —dijo mi pequeña hermana con orgullo, pasándose una mano por el cabello antes de apoyar su barbilla en dicha mano, luego de apoyar el codo en la mesa.

—¿Cuántos años pensabas que teníamos? —le pregunté con curiosidad, frunciendo ligeramente mi ceño mientras seguía tomando de mi bebida, disfrutando de la cercanía de mi amada.

—Pensé que estarían alrededor de los veinte así como P'Mon, realmente parecen jóvenes —respondió mientras nos miraba a cada una, asintiendo ligeramente como si estuviera confirmando lo que decía, pero entonces sentí como Nueng apretaba un poco mi muslo y parecía mirar a Yui con su ceño fruncido lo que me confundió un poco —. Parecen más en el rango de hermanas. (*Phi (Hermana mayor)*)

—Ni se te ocurra decirle "Phi" a Ar-Nueng, Yui. O te lo haré pagar —de repente Nueng le amenazó mientras la señalaba con su dedo índice izquierdo, mirándola muy seria a la vez que con su brazo derecho rodeaba mi izquierdo y me acercaba más a ella; Yui solo levantó sus manos en rendición mientras miraba con temor a mi amada, aunque también noté su propia diversión en su mirada.

Ahora entendía totalmente su repentino cambio y por qué le había prácticamente prohibido a Yui decirme "Phi", después de todo en nuestro primer encuentro ella me había llamado así y yo le recalqué que no podría darme ese honorífico porque era mayor para tal rango, en cambio, le dije que me llamara como todos "Khun Nueng", ya que después de todo era mi título al ser una M.L. aunque claro que no le revelé aquello, pero ella terminó por decirme "Ar-Nueng" y así me siguió llamando hasta ahora, siendo la única que me llamaba diferente y de forma especial.

—Mejor solo dile Khun Nueng, créeme que no quieres tener a alguien como ella como tu enemiga —dijo de repente Sam mientras miraba a Yui, señalando a Nueng y mirando sutilmente a Mon, quien al parecer no notó aquello, pero yo sí y por supuesto que lo iba a sacar.

—¿Algo que quieras contar sobre mi querida cuñada, Tuo Lek? —cuestioné con tono divertido, levantando una ceja en su dirección, incapaz de imaginarme a la dulce y rosita Mon enojada o algo por el estilo, esa mujer destilaba brillitos si es que era posible.

—Una vez una de las antiguas compañeras de Mon me llamó P'Sam y Mon casi la manda con Buda solo con la mirada. Después la chica solo me llamó Khun Sam y veía muy nerviosa a Mon en cada oportunidad —nos contó con serenidad mientras daba algunos sorbos a su bebida; las dos universitarias y yo le dimos una mirada de sorpresa a Mon, quien solo se encogió de hombros y siguió tomando de su bebida, aún muy apegada a mi hermana, luego vi que Yui miró a mi amada como si tuviera miedo y cuando di un vistazo a mi chica, esta la miraba con los ojos entrecerrados, cosa que me hizo reír un poco.

—Entonces, Doraemon es de temer cuando se lo propone —comenté con júbilo, mirando de mi cuñada a mi hermana, conteniendo todo lo posible mi risa, pero es que realmente me resultaba divertido todo aquello.

—No tienes ni idea, Khun Nueng —murmuró con pesar mi dulce hermana, hasta diría que se estremeció con el solo recuerdo de aquel acontecimiento y aún más gracia me dio.

—Bueno, ella tenía que conocer su lugar —simplemente dijo mi pequeña cuñada mientras se encogía de hombros y tomaba tranquilamente un sorbo de su bebida; sí, definitivamente ella daba algo de miedo cuando se lo proponía.

Pov Nadie:

Después de aquello, el grupo terminó sus bebidas y luego de que vieran la hora, Khun Nueng anunció que lo mejor sería que se fueran para que las dos universitarias regresaran a sus clases nuevamente, disculpándose por el mal rato que habían tenido que pasar por culpa de Chet y su comportamiento tan estúpido, principalmente Yui, quien fue la más atacada por el hombre en su intento de intimidación; en un momento en que Anueng se despedía de las MonSam, Khun Nueng aprovechó de apartar un momento a Yui, entregándole lo que parecía ser una tarjeta de presentación, en la cual estaban anotados el número de su palacio, el número personal de Sam, el de su oficina y su propio número personal, pidiéndole que si llegaba a suceder alguna situación como la de ese día, contactara con ella y en el caso de que no estuviera disponible, se contactara con Sam, y asi ellas se encargarían de lo que fuera que estuviera pasando, a lo que Yui aceptó y le aseguró que llamaría si algo pasaba, diciéndole también que se lo haría saber al resto del grupo de amigos de Anueng por si llegaba a pasar algo mientras alguno estuviera con la chica.

Khun Nueng y Anueng se despidieron con un abrazo prolongado, un beso en la mejilla por parte de la menor y uno en la frente por parte de la mayor, no queriendo llamar aún más la atención de los universitarios, ya había sido suficiente con la escena que había hecho Chet anteriormente; luego de despedirse de ambas universitarias y de verlas desaparecer por un pasillo junto a dos chicos y otra chica, el trío salió de la universidad, caminando hacia sus vehículos, nuevamente atrayendo las miradas de los estudiantes que iban pasando, lo que provocó que Khun Sam sacara su lado posesivo y rodeara la cintura de su novia mientras se encaminaban hacia su auto, y una vez que estuvieron en el lado del copiloto, la mayor de la pareja le abrió la puerta y antes de que pudiera entrar, la propia Mon le dio un beso en los labios, agradeciéndole como siempre por su caballerosidad, provocando que su novia sonriera ampliamente, y cuando abrió la puerta del lado del piloto, miró hacia atrás con suficiencia como si estuviera diciendo "¿Están viendo, plebeyos? Ella me ama solo a mí".

Cada hermana tomó un camino diferente después de haberse despedido, Khun Sam y Mon tenían que ir a la empresa de la mayor, ya que había una reunión importante a la cual debían asistir y Khun Nueng debía reunirse con un cliente que estaba interesado en que hiciera una pieza tanto para su esposa como para su hija para sus respectivos cumpleaños; por lo que luego de recibir la ubicación del lugar donde se haría la reunión, la cual se llevaría a cabo en una cafetería no muy lejana de la universidad, la M.L. se dirigió hacia el lugar, habiendo puesto al tanto al cliente para que esperara por ella tan solo unos minutos más. Unos minutos después, Khun Nueng llegó al lugar acordado y se estacionó justo en frente del local, tomó su teléfono y tablet (la cual siempre estaba en el estuche con su laptop por si acaso), apagó el motor y tomó las llaves, saliendo de su camioneta y asegurándola una vez que cerró la puerta, entro en el local y busco con la mirada al hombre extranjero que había solicitado sus servicios, no tardando tanto, ya que en una mesa no muy lejos de la puerta, vio a un hombre alto haciéndole señas mientras se levantaba de la silla, por lo que cuando lo reconoció se acercó a la mesa.

—Es un placer y honor conocer en persona a la joven M.L. Sippakorn —el hombre dijo en inglés con un tono cortes, haciendo el wai antes de extender su mano derecha a ella para estrechar la suya, honrando la cultura tailandesa al presentarse, algo que la M.L. agradeció y aprecio, ya que había muchos extranjeros que no se apegaban a la cultura cuando visitaban Tailandia.

—Es un gusto conocerlo también, señor Bennet —dijo igual en inglés, pero con la diferencia de que su acento era un poco marcado a diferencia del nativo del hombre; le dio un ligero asentimiento mientras le estrechaba la mano unos segundos.

—Tome asiento, por favor. En unos momentos traerán algo de beber para que compartamos mientras esperamos a mi esposa e hija —habló mientras le movía una silla para que se sentara, haciéndole un gesto para ello antes de volver a sentarse en su propia silla una vez que la mujer se sentó.

—Muchas gracias, señor Bennet —agradeció tranquilamente mientras dejaba sobre la mesa su tablet y teléfono, silenciando este último para evitar interrupciones innecesarias, pero siempre estaría atenta a cada notificación por si se intentaban comunicar con ella del palacio, Sam y Mon o Nueng.

—Por favor, solo llámeme Robert, no necesito tanta formalidad de su parte —dijo rápidamente mientras hacia un gesto con su mano; si bien él era mayor que ella, eso no quitaba la diferencia de estatus que tenían por lo que ella podía ser informal con él, pero siempre tendría en cuenta referirse a ella como superior, ya que su contacto le había dicho que ella era descendiente de la realeza y en Tailandia se le trataba con respeto a ella y su familia, ya que si no sería una ofensa.

—Entonces, solo llámame Khun Nueng —le comentó mientras apoyaba sus manos ahora entrelazadas en la mesa (*Las de Khun Nueng, por si acaso*); para ella no había necesidad de que se dirigieran a ella por su título, eso solo sería necesario para algún evento sumamente importante y necesario, como por ejemplo las reuniones familiares con sus tíos, quienes aún mantenían la costumbre de llamarla Sippakorn y a Tuo Lek, Samanun, pero aquello era porque aún tenían algunas cosas arraigadas, aunque no como su abuela, y aquello le alegraba mucho.

—Un conocido me habló de usted y de su arte, es muy fan de sus obras y ha comprado varias piezas —le comentó sereno mientras miraba a la mujer frente a él antes de apartar un poco la vista cuando les trajeron dos cafés, a lo que él agradeció en inglés y Khun Nueng lo hizo tanto en inglés como en Tailandés.

—Oh, me halaga escuchar eso. Supongo que por eso decidió solicitar mis servicios —habló luego de tomar un pequeño sorbo de su café, suspirando un poco al sentir que estaba como le gustaba; después de dejar la taza nuevamente en la mesa, encendió la tablet y me mostró algunas de las obras más recientes que había hecho, las cuales pensaba exponer en la galería cuando esta estuviera lista.

—Su talento es excepcional, Khun Nueng. Se nota su pasión en cada una de sus obras —habló mientras miraba maravillado las pinturas y dibujos en la tablet, sin duda alguna, quien le recomendó que contratara a Khun Nueng no se había equivocado; sería una pérdida de tiempo no apoyarla, y más teniendo semejante talento —. ¿Ha pensado en hacer una galería para sus obras?

—En realidad estoy en el proceso de abrir una, justo hoy confirmé el lugar donde la quiero hacer —explicó sosegada, tomando otro sorbo de su café, sonriendo un poco al recordar el lugar donde comenzaría el proyecto de su galería; ella realmente estaba emocionada por ello.

—Mi amor, hemos llegado, el tráfico fue eterno —dijo de repente se escuchó la voz suave de una mujer detrás de ella, al instante llamando la atención de ambos ocupantes de la mesa, y cuando el hombre se incorporó con una sonrisa en su rostro, Khun Nueng se levantó también de su silla para encarar adecuadamente a la recién llegada.

—Khun Nueng, le presento a mi esposa, Tatiana; y ella es mi hija Sofia... Mis amores, ella es M.L. Sippakorn —el señor Bennet se encargó de hacer las debidas presentaciones, señalando a una mujer que parecía ser contemporánea con él, por lo que sería mayor que Khun Nueng, igualmente extranjera y de cabellera pelinegra; luego señaló a una joven de quizás unos veintitantos años, un poco más baja que la propia M.L., con el cabello de su madre pero los ojos de su padre, siendo una clara combinación de la pareja.

—Khun Nueng, por favor. M.L. Sippakorn solo lo uso en eventos que lo requieran, no me gustan tantas formalidades —dijo rápidamente mientras hacia un gesto con su mano, moviéndola de lado a lado ligeramente, causando que la mujer mayor la mirara cálidamente mientras le daba un pequeño asentimiento, por su parte la joven a su lado la miraba fijamente en silencio —. Es un gusto conocerlas, señora Bennet, Sofia.

—Es un honor conocerla, Khun Nueng. Muchas gracias por acceder a vernos el día de hoy —habló cortésmente la señora Bennet, dándole una cálida y agradecida sonrisa mientras estrechaba su mano después de hacer el wai.

—Es un verdadero placer conocerla, Khun Nueng —dijo con un tono un poco más agradable, rozando lo coqueto mientras sostenía un poco más la mano de la más alta, mirándola directo a los ojos antes de recorrer nuevamente su cuerpo con interés, disfrutando de la vista tan sexy que tenía con aquella vestimenta.

Una vez que las presentaciones estuvieron listas, todos tomaron asiento en las sillas, el matrimonio sentándose más cerca mientras mantenían sus manos unidas, claramente no queriendo mantenerse muy separados, algo que al instante le hizo ver a Khun Nueng cuanto se amaban y por un momento le recordó a cómo eran sus padres cuando aún vivían, siempre demostrando su amor el uno por el otro sin importarles nada ni nadie, solo el otro, también pensó en Mon y Sam y finalmente en ella misma y en Nueng, ya que en esos momentos a ellas no les gustaba estar mucho tiempo separadas y siempre querían estar manteniendo algún tipo de contacto para sentirse aliviadas, sabiendo que la otra sigue allí a su lado; por su parte Sofia estaba sentada en la silla más cercana a ella, habiéndola acercado un poco más a ella, tanto como le permitió la mesa sin que fuera tan obvio, queriendo estar de la M.L. para seguir disfrutando de la vista de alguien tan atractivo y elegante a la vez.

Cuando el señor Bennet sacó a colación nuevamente el tema de la galería, Khun Nueng les platicó un poco acerca de lo que planeaba para la galería, especialmente sobre la parte de los talleres para enseñar a las personas sobre los distintos tipos de arte, algo que entusiasmo a las dos mujeres Bennet, principalmente a Sofia, la cual le dijo que ella podría ser de sus primeras clientas y participantes en aquellos talleres, mostrando un claro interés por aquello, o mejor dicho en quien los impartiría, ya que en todo momento mantuvo su mirada fija en la mujer mayor, como si esperara alguna reacción de ella, pero lo único que hizo Khun Nueng fue asentir ligeramente diciéndole que esperaba que disfrutara de los talleres cuando llegase el momento, como siempre manteniéndose profesional y ajena al coqueteo e interés de la más joven en ella.

Poco después, Khun Nueng regresó el tema de conversación hacia lo que ellos realmente querían que les hiciera, preguntando todos los detalles que serían necesarios para ella poder trabajar con comodidad, como por ejemplo: ¿Qué clase de estilo querían? ¿Cuáles serían las medidas que deseaban para los cuadros? Recibiendo la respuesta a esta última de que quizás sería mejor que Khun Nueng los sorprendieran con aquella parte; finalmente acordaron reunirse un día que todos estuvieran libres para hacer la sesión de fotos para que la M.L. eligiera las que retrataría para cada mujer, no se acordó fecha límite, ya que la familia Bennet se quedaría en Tailandia durante un año debido a los trabajos de Robert y Tatiana.

Cuando la conversación ya estaba llegando a su fin, Khun Nueng recibió una llamada el palacio, informándole que los trabajadores encargados de la construcción de la piscina habían llegado un poco antes de la hora prevista debido al temor de quedar varados en el tráfico del medio día, por lo que entonces la M.L. se despidió de sus nuevos clientes, explicando cortésmente que debía atender un asunto importante en su hogar, cosa que los Bennet entendieron totalmente y se despidieron de ella de forma alegre, especialmente Sofia, quien en realidad no quería que se fuera, pero debía ser paciente y comenzar a hacer un plan para jugar bien sus cartas si quería conseguir que la M.L. se fijara en ella; Khun Nueng quiso pagar por lo que ella había consumido, pero Robert la detuvo, asegurándole que él y su familia le estaba invitando, por lo que ella aceptó y agradeció antes de marcharse del café, enviando un mensaje sobre que en unos minutos podría estar llegando al palacio.

—Khun Nueng, espero que nos veamos pronto... Ya sabe, para el regalo de mi madre, ya que papá dijo que no podríamos ver nuestros propios regalos —Sofia había seguido a la artista fuera del café, aprovechando que su madre había ido al baño y que su padre estaba pagando, la cuenta; la joven comenzó a hablar de forma suave y algo coqueta, desviando un poco el tema hacia los cuadros, usando aquello como excusa para poder verla. Claro que lo que había dicho era una mentira, pero ella podía convencer a su padre de aquello para poder ver más a la M.L., y si era a solas sería mucho mejor para ella.

—Supongo que nos veremos, ya que en unos días debo tomar las fotos que necesito. Así que sí, nos veremos —habló serena y despreocupadamente, habiendo detenido su andar para no ser maleducada con Sofia, colocándose las gafas de sol para evitar los intensos rayos del mismo.

—Disculpe mi atrevimiento, Khun Nueng, pero ¿Tiene pareja? Alguien como usted debe de tener a muchos detrás queriendo su atención —comenzó a indagar de forma "inocente", colocando sus manos detrás de su espalda, aprovechando de sacar un poco más de su busto, esperando llamar la atención de la otra, pero está en ningún momento la miró más que a la cara.

—Supongo que es así, pero no estoy interesada, ya tengo pareja y es en la única persona en quien estoy interesada —dijo mientras se encogía ligeramente de hombros, su tono cargado de sinceridad en todo momento; para ella no existía nadie más que Nueng, y sí, sabía que había mucha gente interesada en ella, pero Anueng era su verdadero amor y solo le importaba ella, no tenía ojos para nadie más.

—Que suerte tiene, entonces, tener a alguien como usted a su lado cada día —comentó con un tono un poco forzado, fijando su mirada en el cuello de Khun Nueng, quien al mover su cabello hacia un lado, movió su camisa y chaqueta y dejó al descubierto una marca roja notoria en su clavícula.

—Yo soy la afortunada, créeme... Bueno, nos veremos el día de la toma de fotos, me retiro ya —dijo lo primero con una pequeña sonrisa mientras su amada Nueng aparecía en su mente nuevamente «Sí, realmente soy yo la afortunada de tenerla en mi vida»; luego de unos pocos segundos negó ligeramente y dijo aquello último a modo de despedida, dándole un ligero asentimiento antes de girarse a su vehículo, sacando su teléfono de su bolsillo cuando lo sintió vibrar de repente.

—Nos vemos pronto, Khun Nueng —dijo a modo de despedida mientras hacia el wai y luego un gesto con su mano, mirando fijamente como la mujer mayor se subía a su camioneta y se marchaba poco después sin haber mirado ni un momento atrás, habiéndose concentrado en su teléfono, mostrando una sonrisa algo tonta cuando miro la pantalla del dispositivo.

Sofia Bennet era una chica ambiciosa que siempre conseguía lo que quería, y eso incluía a las personas que quería para ella, había puesto sus ojos en Khun Nueng y buscaría la forma de conseguirla, ella confiaba en sus encantos y sabía que podría hacerla caer a sus pies si jugaba muy bien sus cartas, aunque parecía que la mayor era difícil, pero aquello no le importaba, ella haría hasta lo imposible para tenerla para ella, no le importaba que tuviera pareja, y si era un hombre mucho menos, podría hacer incluso que él se fijara en ella, hacerlo que se separara y luego tirarlo para poder estar ella misma con Khun Nueng. (*Ay, mi pendeja, esta es muy confiada*)

Varios minutos después de que la reunión con su nuevo cliente finalizara, Khun Nueng llegó al palacio y luego de ponerse al día con los trabajadores, estos iniciaron su jornada laboral sin problemas mientras la joven Señora junto con J.K y Leo, supervisaban la llegada de materiales, haciendo inventario y asegurándose de si necesitaban más o si faltaba algo; después de varias horas de supervisar un poco el proyecto de la piscina, de contratar al equipo que sería requerido para la remodelación y adaptación de la galería, y después del almuerzo, cuando se hicieron más o menos las tres de la tarde, Khun Nueng emprendió el camino para ir a buscar a Nueng en su universidad, luego de que esta le informara que saldría antes porque un profesor no podría asistir ese día por problemas de salud, por lo que la mayor se aseguró de llegar antes de la hora dicha por su amada, prefiriendo ella esperarla a que la menor lo hiciera, y justo eso es lo que estaba haciendo unos minutos después de salir del palacio, esperando tranquilamente fuera de la facultad a que su amada saliera a su encuentro.

—Vaya, eres un genio, Anueng... ¡Increíble! —decía Folk con tono suave y emocionado mientras veía las notas de los exámenes que había hecho Anueng en días pasados, felicitándola por tener las mejores notas mientras se encaminaban tranquilamente fuera de la facultad; mientras Anueng iba viendo sus notas, Folk cuidaba que no se fuera a caer, hasta que en un momento levantó la vista y vio a Khun Nueng afuera de su BMW X4 M40i apoyada en la puerta del copiloto con unas gafas de sol puestas, luciendo ciertamente genial, así que rápidamente detuvo a su amiga y le señaló hacia el lugar —. ¡Oh, mira! ... Khun Nueng ha venido a recogerte.

—Gracias por acompañarme, Folk. Me tengo que ir —en cuanto Anueng vio a su amada esperándola no pudo evitar la sonrisa que se formó en su rostro, así que rápida, pero cortésmente se despidió de su amigo, agradeciéndole que la hubiera acompañado, ya que Yui y los demás aún tenían que esperar otros exámenes y tenían una clase más, mientras que una de las suyas había sido cancelada.

Ambos estudiantes se despidieron y mientras la chica se alejaba bajando rápidamente las escaleras, Folk se despidió con la mano de Khun Nueng, quien hizo lo mismo mientras le daba un pequeño asentimiento, antes de centrar toda su atención nuevamente en su chica, la cual ya había llegado con ella y ahora estaban frente a frente.

—Nueng, camina con cuidado, te podrías tropezar y lastimarte —la regañó con tono suave, pero serio, mirándola con el ceño ligeramente fruncido por la preocupación, dando un paso más cerca de su amada y tomando su bolso y algunos de sus libros que se veían más pesados, dejándola solo con las hojas que había estado revisando.

—Ya no soy una niña, Ar-Nueng. Me hablas como si tuviera apenas cinco años —se defendió mientras miraba a la mayor con el ceño fruncido, haciendo un pequeño puchero por haber sido regañada tan pronto como se vieron, pero tan pronto como su Ar-Nueng tomó sus cosas más pesadas y su bolso, sonrió ante aquel gesto; sin embargo, notó que otros universitarios miraban a su novia y aquello la hizo sentir celosa.

»Ar-Nueng, hay mucha gente viéndote ahora mismo ¿Por qué tienes que lucir tan genial y atractiva? —habló sin poder esconder su tono celoso y ligeramente molesto porque estuvieran viendo a su Ar-Nueng; ahora estaba viendo por sí misma lo que uno de sus amigos le habían mencionado que había sucedido cuando Khun Sam, Khun Mon y Ar-Nueng se habían retirado más temprano ese día.

—¿Qué puedo hacer al respecto? No dejaré de venir a buscarte solo por eso —habló con tono apacible, levantando ligeramente una de sus cejas mientras se apoyaba como si nada una vez más contra su BMW X4 M40i; ella había notado al instante que su amada estaba celosa y aquello la hacía verse aún más linda para ella.

—No me gusta que te vean, soy posesiva contigo —dijo sin titubear, completamente seria y en efecto dejando salir un poco más de su lado posesivo y celoso, viendo como la mayor aprovechaba de meter en el asiento trasero las cosas que había tomado de la menor, cerrando nuevamente la puerta y volviendo a girarse hacia la más baja, dejando ver una sonrisa en su rostro.

—¿Por qué tendrías que ser posesiva? Ellos pueden mirarme, pero yo solo tengo ojos para ti, mi buena chica —finalmente dijo con un tono más bajo, inclinándose un poco más cerca de la menor para que sus ojos quedasen a la misma altura, enfatizando así su punto, sonriendo orgullosa cuando vio a la menor comenzar a sonrojarse y sonreír un poco tímida.

—Ar-Nueng —murmuró con timidez, no solo por aquel dichoso apodo, sino por sus palabras y la mirada cargada de amor y afecto que había dado; su pobre corazón latía con fuerza en su pecho y tenía unas inmensas ganas de que la mayor la abrazara y la besara en ese momento.

—¿Qué? ¿No te gusta que sea sincera contigo? —preguntó un poco divertida, incorporándose nuevamente, pero manteniendo su mirada fija en la más baja, levantando una de sus manos para mover un mechón del castaño cabello de la chica más joven detrás de su oreja, aprovechando de acariciarle la mejilla con ternura antes de bajar nuevamente su mano.

—Ar-Nueng haa —murmuró en una especie de protesta, sintiéndose aún más sonrojada si es que era posible, por lo que, en un intento de que la mayor no viera su sonrojo, desvió la mirada hacia otro lado.

—¿Eres tímida ahora? —preguntó mientras daba un paso más cerca de ella, conteniéndose de rodearla por la cintura para acercarla a su cuerpo.

—Solo está haciendo mucho calor —respondió mientras miraba a todos lados menos a la mayor, pensando que quizás aquello justificaría su sonrojo.

—Si estás siendo tímida, te conozco —dijo entre divertida y enternecida, mirándola con ternura mientras la otra no sabía dónde meterse; poco después soltó una pequeña risita mientras abría la puerta del lado del copiloto para la menor —. Vamos, vámonos ya a casa.

Anueng se subió rápido al vehículo, sentándose cómodamente en el asiento mientras Khun Nueng cerraba la puerta, rodeando el frente de la camioneta para ir a la puerta del piloto, abriéndola y entrando poco después, viendo cómo es que la menor ya se había puesto el cinturón y había dejado las hojas que tenía en una carpeta que la mayor había dejado olvidada allí, y cuando la más alta le pregunto qué eran aquellas hojas, le respondió que eran examines pasados y qué se los enseñaría con calma en el palacio, luciendo una gran y orgullosa sonrisa, que a la vez ocultaba algo de timidez, ya que le agradaba mucho que su Ar-Nueng elogiara sus esfuerzos tan genuinamente; poco después inició el camino rumbo al palacio nuevamente, habiendo tomado la mano de Anueng en la suya, acercándola a sus labios para dejar un beso en su dorso, luego de eso le comenzó a preguntar cómo había ido su día en la universidad y como habían estado los exámenes, preguntando si fueron difíciles, pero la menor le contesto con una sonrisa en su rostro que si bien habían sido largos, los pudo contestar sin muchos problemas, ya que las sesiones de estudio que habían tenido le ayudaron mucho, y que los consejos sobre algunos temas que le había dado, habían estado en algunos exámenes y gracias a ella los pudo responder, cosa que hizo sentir orgullosa a la mayor y aliviada también, ya que el incidente con Chet no le había afectado a su amada.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top