Capítulo 03: Parte 04 (11-08-2024)

Pov Nadie:

Afortunadamente, fueron interrumpidas por Pakpao, otra de las mujeres que trabajaba en el palacio, la cual les indico que el almuerzo ya estaba listo y estaban sirviendo sus platos, así que debían bajar para que no se fuera a enfriar, por lo que entonces la pareja aún tomada de las manos, bajó hacia el comedor mientras que Pakpao en su lugar se les adelantó en bajar para avisar que ya estaban por unirse para almorzar. Después de que comieran y de que les agradecieran a las damas que habían hecho el almuerzo, Anueng y Khun Nueng se retiraron para lavar sus dientes y la menor aprovechó de desempacar las cosas que había traído, mientras que su amada le hacía espacio en sus cómodas y en el closet para que colocara sus prendas, disfrutando en todo momento de aquel momento, ya que era el principio de todo, estaban dando buenos pasos en su relación; claro que era muy pronto para que la menor se mudara por completo, pero que por el momento se quedará algunos días en el palacio era perfecto para ellas y su creciente unión.

Una vez que Anueng terminó de desempacar y con ayuda de la M.L. haber colocado todo en su sitio, continuaron con el recorrido por el palacio, saludando al personal que se encontraban en el camino, quienes no podían evitar sonreír con alegría y ternura al ver cómo es que ambas sonreían con genuina felicidad y se veían con amor en todo momento, pensando que aunque ellas no lo supieran, estaban llenando de luz y alegría el palacio que por tanto tiempo había estado apagado a medida que los miembros de la familia Anuntrakul iban abandonando el plano terrenal, ya fuera de forma natural aunque inesperada (En el caso de los abuelos) o de forma inesperada y trágica (En el caso de los padres de las hermanas y la propia hermana del medio, Khun Song); incluso no pudieron evitar pensar que quizás en un futuro no muy lejano (Quizás unos cuatro o cinco años más), a la familia se unirían de forma oficial tanto la joven Khun Anueng, como la joven Khun Mon y quizás tendrían nuevos miembros en la familia por parte de ambas parejas, volver a tener pequeños piecitos correteando por el palacio sería una gran oleada de luz para el lugar, pero no había porque apresurar las cosas.

—Y como ya sabes, esta es la biblioteca. Es uno de mis lugares favoritos en el palacio junto con el invernadero —comentó Khun Nueng una vez que entraron nuevamente a la biblioteca, la cual a la vez era la oficina; mientras ella se acercaba al escritorio y se apoyaba en este, vio como su amada se acercaba al gran librero que cubría una de las paredes por completo —. Puedes leer todo lo que quieras, cuando así lo quieras.

—Hay tantos libros, es maravilloso —murmuró realmente fascinada con los libreros que había allí, todos completamente repletos de libros; había un librero grande que cubría toda una pared desde el techo hasta el suelo y otros tres más pequeños que estaban en otra de las paredes de la habitación.

—Siempre nos ha gustado leer en la familia y también solemos coleccionar libros, por eso tenemos tantos. Aunque también donamos algunos y otros los tuvimos que restaurar debido a lo deteriorados que estaban —contó la M.L. con algo de nostalgia en su voz, pero aun con amor y cariño por los bellos momentos que su familia compartió en sus tardes de lectura; cada librero fue separado por secciones, siendo una de ellas de sus abuelos, una de su padre, su madre, Sam, Song y la suya propia, todas las secciones llenas con los distintos gustos literarios de la familia Anuntrakul.

Tan pronto como Anueng detectó el cambio en la voz de la mayor se giró hacia ella y vio cómo miraba con una sonrisa nostálgica los otros libreros, ella no sabía mucho de la familia de Ar-Nueng, pero por el cariño con el que se expresaba de ellos, sabía que quitando lo malo que sucedió con la abuela, su familia había tenido buenos momentos de unión, quería poder saber más de la familia de su ser amado, pero no quería traerle recuerdos amargos y dolorosos; sin embargo, pensó en ir preguntando algunas cosas o seguir dejando que Khun Nueng fuera a su propio ritmo y le fuera contando ciertas cosas como hasta ahora.

Al estar viendo a la más alta detenidamente, se dio cuenta como esta negaba ligeramente y ponía una expresión más seria y quizás algo neutral, lo que significaba que estaba reprimiendo lo que fuera que estuviera cruzando por su mente y estuviera sintiendo en ese momento, por lo que sabiendo aquello perfectamente, ya que ella misma lo solía hacer muy a menudo, se acercó a ella para que se centrara en otra cosa que no fueran dolorosos recuerdos, y al instante captó la atención de la mayor cuando se le acercó, ya que su expresión se suavizó y la tomó de la mano para acercarla más a ella y se la acarició con ternura mientras la miraba con todo su cariño y amor.

—Me presentaste como tu novia con Khun Wan y Khun Pleng —comentó de repente y con tono algo bajo y tímido, sintiendo su corazón latir rápido en su pecho al recordar aquello, aún algo sorprendida de que Ar-Nueng lo hubiera hecho, ya que debido a que aún no habían hablado realmente sobre el estado de su relación, pensó que no la presentaría de esa forma, diciendo sin dudar que era su novia, pero ella estaba más que feliz de aquello; realmente no le importaban las etiquetas, con solo tener a su Ar-Nueng con ella y que hubieran aceptado sus verdaderos sentimientos, era suficiente para ella, pero claramente la M.L. iba a por todas en su relación.

—Te dije que lucharía por nosotras y por nuestro amor, ¿No es así? Yo realmente lo decía en serio y comenzaré por no ocultarte ante las personas que forman parte de mi vida —habló afable, levantando su mano derecha hacia la mejilla de su chica, acariciándola con su pulgar con delicadeza; ella no quería que Anueng siguiera dudando de su amor por ella o que pensara que la quería ocultar, porque realmente quería gritar a los cuatro vientos su amor por ella, pero tenía que pensar en la relación de Anueng con su familia, ya que no quería que hubiese tantos problemas entre ellos.

La señora Philai (La abuela de Nueng) era como M.L. Khaekai, la propia abuela de Khun Nueng, ya que era muy homofóbica y estricta, al punto de ser abusiva, siempre pensando en el qué dirán, en la imagen que tendrá la familia ante los demás y en las represalias que traería la mala imagen, por eso en el pasado le prohibió a Piengfah que la viera y le dijo que dejara de juntarse con ella, pensando que por su culpa es que su hija se había sentido atraída por ella cuando realmente había sido la misma Piengfah la que se había enamorado sola de Khun Nueng, a pesar de que esta nunca le dio ni siquiera un pequeño indicio de que podría pasar algo entre ellas; cuando resultó embarazada y Nueng, temiendo por el futuro de su amiga, ya que tendría que criar sola a un bebé, debido a que el padre no se haría cargo y ella no lucharía al menos para que su bebé fuera bien atendido al menos económicamente por su otro progenitor, le sugirió abortar y le dio una medicina para que lo hiciera, fue mucho peor, ya que amenazo a Piengfah de mandarla lejos si seguía cerca de Khun Nueng, por lo que la misma Khun Nueng decidió poner fin a su amistad y se alejó de Piengfah.

—Por el momento tu familia es un tema que aún tendremos que ver cómo afrontar, pero al menos con el resto, no quiero ocultar lo que tenemos y cuán importante eres para mí —continuó hablando Khun Nueng con honestidad, levantando la mano que seguía sosteniendo hasta sus labios, dejando un beso en los nudillos y luego dejó otro en el dorso.

—No quiero esperar mucho para poder decirle a todos que eres mía —dijo con aquel tono suave, pero algo coqueto también, rodeando los hombros de la mayor con sus brazos, aprovechando que esta estaba apoyada en el escritorio y había reducido un poco su diferencia de altura; en todo momento en el que habló, lo hizo mientras pasaba su mirada de los ojos de la castaña más alta a sus labios, haciendo un gesto inocente cuando noto la ceja levantada de la mayor, quien claramente se había dado cuenta de sus miradas.

—Soy yo quien más quiere que el mundo entero sepa que eres mía y solo mía... Mi Nueng, mi buena chica —habló con su voz un poco baja y ronca, rodeando la cintura de la más baja con su brazo izquierdo, atrayéndola sin esfuerzo más hacia ella, dejando sus cuerpos más pegados y con apenas unos centímetros de distancia; con cada palabra que decía se iba acercando más y más al rostro de la menor, manteniendo su mirada en aquellos labios tan provocativos, deseando probarlos una vez más, y cuando le murmuró aquello último con aquel tono ronco y sensual, sus intenciones y deseos se hicieron aún más claros.

—Oh... Hay muchos libros aquí para leer—dijo de repente la universitaria mientras se separaba de la mayor y se acercaba a uno de los libreros como si nada, dejando atrás a la más alta, la cual se había inclinado por completo para capturar sus labios, pero al Anueng alejarse la dejó colgada y con las ganas, y más aún porque apenas había logrado rozar un poco sus labios.

Khun Nueng se quedó en la misma posición algo inclinada, pero cuando salió del pequeño estado de incredulidad por el movimiento que había hecho su Nueng, se enderezó mientras carraspeaba un poco, mirando hacia otro lado mientras intentaba calmar lo que estaba sintiendo en ese momento, maldiciendo un poco por haberse dejado llevar tanto, pero es que Anueng era su más grande debilidad y ya para ese punto le era muy difícil contenerse.

—Asegúrate de leer todos los que quieras, hay varios que son... diversos —habló en lo que espero que fiera un tono sereno, mientras apoyaba sus manos en el borde del escritorio, mirando a su amada con una pequeña mueca, la cual había sido un intento de sonrisa para enmascarar su estado; en el justo momento en que ella relamía sus labios, ya que los sentía un poco secos, Anueng la había volteado a ver y notó aquel movimiento de su lengua, por lo que rápidamente la mayor apartó la mirada y Anueng siguió "revisando" uno de los libreros, aprovechando que estaba de espaldas para mostrarse orgullosa de haber afectado a su Ar-Nueng de aquella manera.

Para despejar su mente un momento de aquella provocación que le había hecho su Nueng, la mayor le dijo que saldría un momento para atender un asunto pendiente con uno de los empleados, así que le dijo que se podría quedar allí mientras ella regresaba y que podría buscar algún libro para que leyera, ya fuera solo para sí misma, en su compañía o si lo quería usar para su podcast; así que una vez que Anueng le dijo que estaba bien y que la esperaría allí, Khun Nueng salió de la biblioteca para tomar algo de aire fresco y no seguir encerrada con su amada en la misma habitación mientras todo lo que quería hacer era comerla a besos y devolverle su jugarreta para que viera lo que se sentía en carne propia que la provocaran de aquella manera.

—¿Aún no has podido elegir un libro? —preguntó con suavidad y cariño la mayor entre ambas cuando entro a la biblioteca y se acercó a su amada, la cual estaba frente al librero más grande, revisando atenta para ver si algún libro llamaba su atención; la más alta se había acercado a ella y rodeo su cintura con su brazo derecho, dejando un casto beso en su sien después de que la menor negara ligeramente y murmura un "Todavía no", mientras miraba atenta los distintos lomos, leyendo los nombres —. Tómate tu tiempo, no hay prisa.

Después de dejar otro beso en su sien, Khun Nueng se separó de su amada para que siguiera en su búsqueda mientras ella se acercaba al escritorio, rápidamente su atención siendo captada por un pequeño portarretrato que no había estado allí cuando estuvieron antes, por lo que supuso que habían limpiado un poco y lo habían dejado allí; hacía mucho que no veía aquel portarretrato, el cual había reconocido al instante, pero cuando lo tomó con su mano izquierda y lo levantó para verlo terminó de confirmar que en efecto, era el retrato de la última foto que habían compartido las que hasta hace cuatro años eran las últimas miembros del clan Anuntrakul; aquel era el portarretrato que guardaba la última foto que se habían tomado la abuela Khaekai, Khun Sam, Khun Song y ella misma poco después de que la abuela hubiera cumplido años aquel año.

Al volver a ver aquel retrato de las cuatro juntas, el corazón de Khun Nueng no pudo evitar sentirse oprimido y ella terminó soltando un suspiro mientras acariciaba el rostro de su hermana del medio, aquella que al igual que Tuo Lek, era la luz de sus ojos, a la cual terminó dejando a cargo de todas las responsabilidades que la abuela le había dejado a ella y que al final terminaron por sobrepasarla y la llevaron a tomar la difícil decisión de suicidarse aquella fatídica noche, no creía poder perdonarse nunca por su implicación en la muerte de Song, ya que su cobarde decisión de irse del palacio y lejos de la abuela había influido mucho para que esta le pusiera todas sus cargas a la hermana del medio. (*Khun Nueng y sus pensamientos intrusivos siempre me duelen*)

Khun Nueng estaba tan metida en sus pensamientos de autodesprecio y culpa que no se dio cuenta de que Anueng claramente había escuchado su suspiro y se había girado para verla y al ver su postura rígida, rápidamente se acercó a ella, notando entonces el portarretrato en su mano, viendo a su amada, a Khun Khaekai, Khun Sam y a quien supuso sería Khun Song, logrando por fin ver una foto de ella, notando al instante la diferencia de auras que cada mujer tenía en aquella foto, además de ser Khun Song la única que tenía una vestimenta clara, ya que las otras tres vestían de negro o vestimentas oscuras, pareciendo como si ella fuera la luz entre las cuatro.

—Khun Song era muy hermosa, no es de extrañar que sean hermanas —dijo con voz suave y respetuosa mientras rodeaba la cintura de la castaña mayor y apoyaba su cabeza en su brazo para poder ver mejor la foto, admirando los rasgos que cada una de las cuatro en la foto compartían, pensando en lo hermosas que lucían todas y en cómo contrastaban sus personalidades incluso en una foto.

—Por supuesto. En realidad, todos los miembros de mi familia son muy guapos y hermosos —dijo mientras sacaba un poco su lado más orgulloso, aunque su sonrisa era suave y algo nostálgica, pero estaba intentando enmascarar sus emociones, queriendo mantenerse estable frente a su amada.

—¿Khun Song tenía la misma personalidad que tú? —preguntó esta vez, mirando a su amor mientras apoyaba su barbilla en su hombro, habiéndose puesto de puntillas para ello; quería desviar los dolorosos recuerdos con buenos, por lo que pensó que preguntarle algunas cosas que trajeran cosas buenas podrían aliviar un poco la tensión de la mayor.

—Ni por asomo, somos muy diferentes, dos polos opuestos —respondió rápidamente mientras negaba, soltando una pequeña risita ante aquello, ya que realmente no había personas más opuestas que ella y Song, ya que incluso Sam y ella eran un poco más similares y la menor de las tres hermanas la había tomado como su modelo a seguir la mayoría de las veces, aunque también había tomado a Song para muchas otras cosas.

»Khun Song era una hermana muy linda, siempre fue tranquila y era amable con todos... Era el ángel de la familia —comenzó a contarle mientras su rostro mostraba el amor que le tenía a su hermana, y aquello hizo sonreír a Anueng, amando ver a su Ar-Nueng mostrarse de aquella forma ante ella, sabiendo que para la mayor sus hermanas eran lo más importante en el mundo; por unos segundos se quedó en silencio mientras miraba el rostro de su hermana en la foto y luego dijo aquello último, apoyando su mejilla en la cabeza de Anueng por unos segundos —. Ella era todo lo opuesto a mí.

Por un momento se puso a pensar en cómo sería si Song estuviera viva aún, seguro hubiera sido la primera en hacerla entrar en razón con respecto a sus sentimientos por Nueng, muy probablemente le hubiera hecho la verdad de cuan enamorada estaba incluso antes de que ella misma se diera cuenta; muy probablemente hubiera adorado a la joven universitaria y serían las cuñadas más unidas junto con Sam, así como ella lo era con Mon y en su momento lo fue con Ice, sin duda alguna las tres se hubieran apoyado mucho si ella no se hubiera ido del palacio en aquel entonces, quizás hubiera podido conocer y consentir a su sobrino o sobrina, si no hubiera pensado solo en sí misma y hubiera seguido aguantando las cargas que la abuela le ponía, quizás su familia aún seguiría un poco más completa. (*Ella siempre tomará toda la culpa, no se perdona a sí misma fácilmente*)

—Estoy segura de que te hubiera amado si tuviera la oportunidad de conocerte —murmuró taciturna mientras se separaba un poco para ver a la castaña más baja a los ojos, dándole una pequeña sonrisa melancólica antes de dejar un beso en su frente, para volver su mirada a la foto entre sus manos, tomando lentas y profundas respiraciones para no llorar delante de la menor; quien al ver el estado de su amada decidió distraerla de su propia mente, por lo que suave y lentamente coloco su mano derecha en la de la mayor y la acarició con ternura mientras dejaba un beso en su hombro.

»Entonces, ¿Lograste elegir un libro? ... Vamos, te ayudaré a elegir alguno —habló de repente luego de negar un poco como si estuviera despejando su mente, colocando el portarretrato en el escritorio mientras regresaba su atención a su amada, la cual negó ligeramente mientras hacía un puchero y aquello le trajo una sonrisa a la mayor al instante; así que tomando las manos de la menor dijo lo último encaminándose juntas una vez más hacia el librero, con la intención de encontrar un libro para que la menor leyera.

—Ar-Nueng, realmente te ves tan linda con ese pijama —declaró la joven universitaria desde su posición sentada contra la cabecera de la cama en cuanto vio a la mayor salir del cuarto de baño con un pijama que iba a juego con el suyo propio, con la diferencia del color; la joven había estado leyendo uno de los libros que habían elegido mientras estaban en la biblioteca antes de la cena, aunque ese realmente lo había colocado entre los que ella y Khun Nueng habían elegido cuando esta se distrajo con algo.

—Para... ¿Qué estás leyendo? —murmuró lo primero mientras intentaba ocultar una sonrisa, acercándose a la cama y subiéndose tranquilamente en esta, sentándose junto a ella en la cama mientras le preguntaba aquello, habiendo notado que el libro que tenía en la mano no lo había visto cuando estaban eligiendo y no lo reconoció como uno de los que estaba en su sección, por lo que supuso que podría ser de Sam o de Song.

—Esta novela hace uso de un lenguaje muy bonito e interesante, pero no es muy fácil de entender —le explicó con un tono inocente mientras fruncía el ceño mirando las páginas, esperando que la mayor no se diera cuenta de que realmente estaba fingiendo.

—¿Cómo es que frunces el ceño al leer una novela romántica? —preguntó entre divertida y confundida al ver la expresión de su amada mientras hojeaba el libro que tenía entre sus manos; al no saber qué libro era ni de que trataba, pensó que realmente su chica no entendía lo que decía ¿Quizás estaba en un idioma que la más joven no entendía del todo?

—Es porque no entiendo —dijo mientras hacía un puchero, continuando con su acto un poco más, queriendo ver si podía lograr su cometido.

—Tienes examen mañana, ¿Necesitas estudiar un poco más? —Khun Nueng al ver que su amada parecía agobiarse por el libro, quiso cambiar de tema, obviamente dispuesta a ayudarla por si necesitaba estudiar algo más para los exámenes que tendría al día siguiente.

—Con la ayuda de Ar-Nueng no necesito estudiar, gracias a ti entendí todo —al notar el cambio de tema que trataba de hacer la más alta, Anueng cerró el libro mientras mantenía su dedo índice en la página que estaba leyendo, diciendo aquello con una voz encantadora y agradecida, mirándola por unos segundos con cariño.

»Pero esto es lo que no entiendo en este momento... Ar-Nueng ¿Tú entiendes esto? —nuevamente regresó al tema del libro, volviendo a su acto anterior, usando un tono suave e "ingenuo"; luego de una breve pausa le paso el libro a la mayor y dijo aquello último mientras le hacía aquellos ojitos de cachorro que sabía que convencerían a la mayor de hacer lo que le pidiera y en ese momento no fue la excepción.

Khun Nueng tomó el libro mientras mantenía la página que Anueng estaba leyendo, no queriendo perderla, dispuesta a explicarle lo que no entendiera, por lo que se acomodó en la cama y comenzó a leer para sí misma la página que le fue señalada, pero tan pronto como inició la lectura supo que el acto de Anueng era una farsa; ya había captado todo y volteo a ver a la menor con una de sus cejas levantadas, viendo cómo es que tenía una pequeña y poco disimulada sonrisa, claramente orgullosa de que hubiera caído en su trampa, pero ella no iba a terminar de caer tan fácil.

—Eres una traviesa —murmuró la más alta mientras la empujaba ligeramente con su brazo, continuando su revisión en la página mientras por el rabillo del ojo podía ver cómo Anueng se movía para quedar mejor posicionada y así verla directamente.

—¿Por qué? Estaba leyendo un poco y se abrió en esa página —la más baja continuó con su acto de inocencia, frunciendo el ceño e intentando sonar lo suficientemente convincente, pero ya había sido atrapada y ya no podría hacer que la otra se lo creyera.

—¿Así que eso fue lo que pasó? Te creo, te creo —habló ligeramente divertida, negando un poco mientras regresaba su mirada al libro, recordando que Anueng había mencionado que los libros seleccionados podrían ser buenos para su podcast.

»¿No quieres leer algo diferente? ¿Leerás esto en tu podcast? —preguntó serena; no quería sonar como si estuviera juzgando a la universitaria, pero realmente no sabía cómo podrían reaccionar sus oyentes ante una lectura así; no quería que le hicieran malos comentarios a su amada o que la sexualizaran.

—Creo que es una muy buena idea, ya que aún nadie ha comenzado a hacer algo igual —explicó dejando de lado su acto por un momento; ella no quería hacer lo que los podcaster's tailandeses que conocía hacían hasta ahora, ella quería traer variedad a sus posibles oyentes y aquella sabía que sería un buen comienzo, ya que había muy poca visibilidad del contenido de GL, ya que solo había principalmente contenido BL, por lo que ella quería hacer que el GL tuviera más visibilidad.

—Pero ¿La lectura no es difícil de comprender? —al ver la seguridad y determinación de su novia (Aunque aún no fuera oficial), Khun Nueng se dio por satisfecha, por lo que ahora fue su turno de hacer caer un poco a Anueng en su propia trampa, así que cambio el tema de vuelta a lo que habían estado discutiendo, fingiendo preocupación porque los oyentes no pudieran entender aquello.

—¿Cómo podría ser difícil? ... Quiero decir, está parte realmente es difícil —cuestionó la menor unos segundos después mientras fruncía el ceño, dudando de que la audiencia no pudiera entender realmente la lectura, pero cuando entonces vio a su Ar-Nueng y al notar que esta le daba una mirada de "Pero tú lo acabas de decir", mientras levantaba una de sus cejas, la menor rápidamente se recompuso y siguió con su acto de no entender lo que decía el libro.

—Así que decidí besar aquellos labios que se encontraban frente a mí, haciéndolo de forma lenta y suave —Anueng entonces citó una de las líneas del libro mientras pasaba su dedo por dicha línea, habiéndolo dicho con un tono bajo y seductor, aprovechando su cercanía con la mayor para que esta la escuchara perfectamente, pero tan pronto como dijo aquello, Khun Nueng cerró el libro para que no siguiera leyendo.

—Según tú, ¿Qué parte es difícil de entender? —le cuestionó con una ceja alzada, relamiendo un poco sus labios mientras miraba a la menor, la cual al instante desvió su mirada a aquellos labios más gruesos.

—Simplemente, no puedo imaginar cómo sería la escena —respondió mientras se acercaba un poco a la mayor, mirando de sus labios a sus ojos, apenas pudiendo resistir unos segundos antes de regresar su vista a aquellos labios tan tentadores.

—¿Así que no te lo puedes imaginar? —le preguntó divertida, sabiendo perfectamente las intenciones de la más baja, así que, ya que quería jugar, ella también podría hacerlo; por lo que se acercó a ella con intención de besarla, pero en cuanto sus labios se rozaron por primera vez, y a pesar de que Anueng claramente quería que la besara, esta se hizo hacia atrás, esquivando su beso, así que una vez más hizo aquel movimiento, pero pasando la punta de su lengua por el labio inferior de la otra, escuchando el jadeo que soltó ante su atrevido movimiento.

—¡Ar-Nueng! Me estás distrayendo... Deberías leerlo para mí como penitencia por distraerme —se quejó un poco mientras se separaba de ella, pasándose una mano por el cabello para calmar sus propios deseos, haciéndose la difícil; entonces después de haberlo pensado un poco le puso una especie de "penitencia", así que las hizo acomodarse mejor en la cama para que la mayor le leyera el libro el cual ella tomó de las manos más grandes mientras se apoyaba contra ella.

—Acabas de decir que no te podías imaginar la escena —defendió la mayor mientras cambiaban de posición ahora Anueng colocándose entre medio de sus piernas con su espalda contra su torso y pechos mientras sostenía entre sus manos el libro, encajando perfectamente el cuerpo más pequeño contra el suyo, tal cual como si estuvieran hechas la una para la otra.

Ambas se acomodaron en la cama, habiéndose cubierto de cintura para abajo con las sábanas, aprovechando la notoria diferencia de altura, Khun Nueng paso sus brazos fácilmente por el cuerpo de la más baja, rodeando con su brazo derecho el torso de su amada, mientras que con su mano izquierda sostenía la parte inferior del libro, moviéndolo un poco hacia arriba para poder comenzar a leer aquella página, pero antes de iniciar dejo unos dos o tres besos en la cabeza de su chica, la cual soltó una risita por ello, sintiéndose cómoda y segura en aquella posición y entre los brazos de la mayor.

Una vez que Anueng terminó por caer completamente rendida y sintiéndose cuál masilla en los brazos de su amada Ar-Nueng más tarde esa noche, no supo decir si había sido un premio o un castigo sus provocaciones a la mayor, o si había terminado de perjudicarse a sí misma al darle como supuesta "penitencia" que le leyera aquellas escenas que no había "entendido", ya que solo bastaron dos escenas y la mitad de otra escena narradas por la seductora y ronca voz de la M.L. para que ella terminara de perder la cordura y terminara por pedirle o mejor dicho, casi rogarle que aliviara el deseo que le había provocado su voz y sus ligeros roces en su cuerpo durante toda la lectura, habiendo caído de cabeza en su propia trampa.

Al final, por más control que Anueng pensara que podía tener, Khun Nueng le demostró que por más que lo intentara, siempre terminaría dándole la vuelta a sus provocaciones y terminaría siendo otra la que se rendiría a sus deseos más profundos, después de todo la más alta también sabía cómo jugar sus cartas y cuando se lo proponía podía ser muy difícil que se le resistieran; Anueng era la debilidad de Khun Nueng y ella aceptaba que su control a veces podía flaquear, pero aún se mantenía endeble, sin embargo, Khun Nueng también era la debilidad de la castaña más joven, y como había descubierto, los encantos y provocaciones de la mayor eran mucho más que las suyas, y terminaban por rendir muchos más frutos y sin tanto esfuerzo.

Sin embargo, su inexperiencia la compensaba con aprender rápido y ser siempre atenta a las cosas que notaba que le gustaban a su amada, y eso entonces lo usaba a su favor, usando aquel tono que sabía que le gustaba que usara cuando le decía "Ar-Nueng kaa ~~", gimiendo su nombre en su oído mientras arañaba su espalda y tiraba de su cabello; Anueng nunca pensó que sería vocal en la intimidad, pero Khun Nueng la hizo cambiar eso, puesto que ella quería que siempre le verbalizara lo que estuviera sintiendo, siempre atenta de que ella estuviera cómoda y disfrutara en todo momento.

—Me vas a matar, Ar-Nueng —había dicho en un momento la más joven, apoyándose por completo en la mayor mientras estaba sobre ella, moviéndose de arriba a abajo contra ella mientras dos dedos largos la tomaban sin parar y con profundidad, haciéndolo estremecer en todo momento, sintiendo que perdería la razón de tanto placer que le era propiciado.

—Te puedo matar con amor, todo lo que hago es con amor... Y cuando te hago el amor, también es con todo mi amor por ti, mi buena chica —habló en respuesta la más alta, manteniendo un firme agarre en el trasero de la más baja mientras cambiaba el ángulo de sus dedos, tocando sin parar ese punto que sabía la haría perder la razón; y cuando sus gemidos fueron en aumento, soltó su agarre en la pálida nalga, dejando una roja marca de su mano en la zona, solo para, en cambio, tomar la barbilla de la menor con firmeza, para moverla hacia ella y tomar posesión de sus labios, mordiendo y chupando a su antojo, disfrutando del constante roce de sus pechos juntos.

Ambas se habían vuelto insaciables por la otra y si no fuera porque Anueng debía volver a su rutina universitaria nuevamente, quizás hubieran seguido sin parar, pero Khun Nueng se aseguró de dejar a la menor deliciosamente cansada y satisfecha para que durmiera lo suficiente, esperando que dormirse a las dos para luego despertarse a las siete fuera realmente suficiente, o si no se sentiría culpable porque la chica no rindiera bien para los exámenes que tenía ese lunes. Después de haber ajustado un poco el aire acondicionado que estaba en su habitación, debido a lo caliente que estaba el lugar por sus apasionadas actividades, Khun Nueng se volvió a acostar en la cama, cubriendo sus cuerpos con las sábanas para que no pasaran frío después, sonriendo en cuanto su Nueng se movió y la rodeo con su brazo derecho, ocultando el rostro en el espacio entre su hombro y cuello, la escuchó soltar un suspiro de lo que pareció satisfacción luego de inhalar un poco.

La M.L. se posicionó para rodear la espalda de la menor de forma protectora con su brazo derecho, acercándola más hacia sí, si es que era posible y entonces en aquella posición la pareja terminó descansando por fin, durmiendo profundamente hasta la mañana siguiente, sintiéndose felices de estar juntas sin problemas, simplemente disfrutando de su amor mutuo y correspondido por completo. Tendrían que afrontar muchas cosas en el camino, pero aun los problemas podrían esperar un poco más; ellas querían vivir el ahora en su relación, ya después irían afrontando las cosas que se les avecinan, pero al menos lo harían juntas, sin importar qué, ellas defenderán su amor.

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