Capítulo 02: Parte 01 (18-06-2024)
Pov Nadie:
Anueng se encontraba nuevamente en el centro comercial al que había ido el día anterior acompañada de Folk, con la diferencia de que ahora había asistido ella sola, ya que necesitaba comprar algunos materiales que el proyecto que comenzaría dentro de una semana requería, queriendo salir de los materiales de una vez y así solo tener que centrarse en el proyecto, es por eso que el día anterior ella y Folk habían ido juntos al centro comercial, pero a pesar de que habían buscado por varios locales no lograban conseguir tres materiales que Anueng necesitaba para su proyecto; en ese justo momento se encontraba saliendo de una tienda en la cual había conseguido el último material que necesitaba, festejando internamente por haber conseguido todas las cosas que necesitaría para su proyecto.
Claro que ella se había enfocado en lo que tenía que comprar, pero también había estado esperando encontrarse nuevamente con Ar-Nueng como el día anterior, sin embargo en ningún momento la encontró, lo que solo podía significar que no había ido al centro comercial y aquello la alegro pero también la desanimó; le alegraba no haber tenido que verla nuevamente con aquella Doctora con la que era tan cercana y además tenía un pasado, pero también la desánimo no poder ver su hermosa cara otra vez. Verla después de una semana y media luego de haberla dejado en la cama aquella mañana le hizo tener un revoltijo de emociones; la felicidad, ansiedad, el enojo y los celos eran los más prominentes, puesto que verla tan cerca de aquella mujer le provocó una molestia inmensa, ya que pensaba que debido a que ella le dijo que hicieran como si no habían hecho el amor, y que además en todos los días que habían pasado la mayor no la había buscado en ningún momento, verla con ella le hizo pensar que Ar-Nueng ya había seguido adelante con aquella mujer y que realmente lo que había pasado entre ellas no le importaba. (*Si tan solo supieras, querida 🥺*)
Por eso ella tomó a Folk del brazo y actuó como si estuviera encantada con él mientras pasaba cerca de Ar-Nueng, habiendo notado la mirada fija de la mujer en ellos en todo momento ¿Se había puesto celosa de verla tan cercana al chico? ¿Pensaría que ya se había olvidado de ella y lo que habían hecho? ¿Realmente había estado bien que ella le pagara con la misma moneda a Ar-Nueng cuando ésta la había despertado tan tiernamente aquella mañana? Esas y más preguntas rondaban la mente de la joven universitaria desde la última vez que vio a la mujer que tenía su corazón y ayer que la había vuelto a ver no paraba de preguntar si lo que había hecho era lo correcto.
Para ella había resultado difícil hacer aquello, en un principio pensó en hacer como si no recordaba nada, pero tan pronto como entró en conciencia los recuerdos de todo le inundaron la mente y le fue difícil fingir que no recordaba, más a eso sumándole que el cuerpo lo tenía deliciosamente adolorido; Ar-Nueng realmente le había enseñado lo que podía hacer en la cama, su primer encuentro íntimo donde ella había sido la "activa" no se podía comparar con lo que su amada Ar-Nueng le había hecho, la había hecho sentir amada y deseada, y a pesar de que ella había estado nerviosa porque era su primera vez, su amada la cuido y tan pronto como pasó el dolor la hizo sentir como nunca llegó a imaginar, en todo momento se aseguró de su comodidad, manteniendo su mirada en ella en todo momento, diciéndole que si algo no le gustaba o si era mucho para ella se lo dijera, pero todo lo que Ar-Nueng le hizo aquella noche le encanto, algunas cosas con mayor intensidad que otras pero al final todo la había hecho perder la cabeza, habían sido más carnales y apasionadas que la primera vez, pero había sido perfecto.
La castaña aprovechó de comprarse una botella de agua fría y un aperitivo mientras esperaba un poco más para ver si por dicha del destino lograba encontrarse con Khun Nueng, pero cuando terminó su aperitivo y su botella de agua no hubo rastro alguno de la mujer mayor, por lo que ya desanimada decidió irse del lugar, pero antes tiró la basura, fue al baño para lavarse las manos y en el justo momento en que iba saliendo del pasillo que daba hacia el baño de mujeres mientras se secaba las manos, una mujer unos pocos años mayor que ella pasó frente a ella mientras hablaba por teléfono.
—¿Cómo está Khun Nueng? ¿Ha descansado lo suficiente? —escuchó la dulce voz de aquella mujer preguntar a la persona al otro lado de la línea con un tono que denotaba preocupación, cosa que confundió a Anueng y la hizo sentirse celosa acerca de quién era aquella hermosa mujer y qué relación tenía con su Ar-Nueng.
La universitaria comenzó a seguir a aquella mujer desconocida lo más discretamente posible, queriendo escuchar más de la conversación que estaba teniendo para poder saber qué relación tenía con Ar-Nueng, pero mientras caminaba y finalmente entraba en una tienda de aparatos electrónicos, se había mantenido en silencio, aparentemente escuchando a la persona con quien estaba al teléfono, lo cual solo hizo que la más joven se sintiera impaciente por no saber toda la conversación.
»Tenemos que tener cuidado, sé que no toma los somníferos todo el tiempo, pero si los toma en cantidad le podría hacer más daño que bien, aunque ella misma dice que las pesadillas no paran y las pastillas que toma no la ayudan a dormir más de una o dos horas —habló de repente entre seria y preocupada, pero la chica también noto que sonaba triste por la situación que estaba describiendo, y aquello solo hizo que entonces ella misma se preocupara por lo que le estaba pasando al amor de su vida mientras ella no estaba allí.
¿Pesadillas? ¿Somníferos? ¿Qué era lo que le estaba pasando con ella y por qué aquella mujer estaba tan al tanto? Anueng necesitaba respuestas y solo las podría conseguir de aquella mujer que parecía tener ascendencia extranjera que no conocía de nada pero que en cambio parecía conocer a su Ar-Nueng de algún modo.
—¿Deberíamos invitarla a casa para que salga del palacio? —preguntó con un tono suave mientras a la vez parecía tener una conversación silenciosa con el empleado que al parecer la había reconocido y le entregó una laptop que ya tenía preparada en el mostrador como si hubiera estado esperando por ella —. Bueno, si no la consigues convencer me dices y yo hablo con ella, después de todo ella no se puede negar mucho a su cuñada.
Tan pronto como escuchó la palabra "cuñada" los celos de Anueng se extinguieron y se sintió sonrojar un poco al darse cuenta de quién era aquella bella mujer, era la novia de la hermana menor de Ar-Nueng, la misma a la cual había confundido como una rival por el amor de la mujer mayor luego de verlas tan cercanas antes del centenario de su escuela secundaria. La joven Nueng tuvo que disimular con un vendedor que se había acercado a ella para atenderla, ya que obviamente sería un poco raro que hubiera entrado en la tienda poco después de la otra mujer y solo se quedará allí mirando las cosas sin preguntar algo, afortunadamente se logró disimular al preguntar por algunas cosas en las cuales realmente estaba interesada pero el vendedor le informo que justo esa semana se habían acabado pero que a la siguiente les llegaría el nuevo pedido, así que la invito a pasarse por allí nuevamente a la semana siguiente, a lo cual ella le agradeció antes de salir del local.
—También te amo, Thī̀rạk/Teerak (Cariño). Nos vemos más tarde —se despidió con cariño mientras salía unos minutos después del local con un estuche de laptop en su mano libre; la sonrisa radiante que tenía en su rostro al despedirse de su pareja le dijo a Anueng cuánto parecía amarla.
Anueng pensó en acercarse a la que ahora sabía era la novia de la hermana menor de Khun Nueng, para hablar con ella y preguntarle por la mayor pero al final no se atrevió, después de todo ¿Qué es lo que le diría? "Hola, eres la novia de la hermana de mi -no-novia a la cual hace poco en venganza deje en su cama después de que tuvimos relaciones por segunda vez", además de que dudaba que siquiera Ar-Nueng le hubiera hablado a su hermana de ella, por lo que era incluso aún menos probable que la cuñada la conociera; es por eso que terminó rindiéndose, no podría acercarse a ella para preguntar por Ar-Nueng y dudaba llenarse de valor para acercarse y hablar con ella luego de lo que había pasado entre ellas la última vez, pero realmente quería saber qué era eso que había escuchado ¿Ar-Nueng estaba enferma? ¿Le había pasado algo en el tiempo que han estado sin contacto?
—Disculpa ¿Eres Anueng? —escuchó de repente la dulce voz de aquella mujer y cuando se giró para ver si es que realmente le había preguntado o si solo estaba soñando, la encontró a unos pocos pasos de ella mirándola con intriga, como si quisiera asegurarse.
—S-sí, yo soy Anueng —respondió con un pequeño tartamudeo, sintiendo sus mejillas calentarse porque la cuñada de Ar-Nueng si la reconociera, ya que la única forma de que ella lo hiciera era porque Ar-Nueng si le hubiera hablado de ella.
—Me alegra no haberme equivocado. Soy Kornkamon Phetpailin pero dime Mon —se presentó con una pequeña y alegre sonrisa mientras juntaba sus manos y daba una pequeña inclinación, haciendo así el saludo tailandés —. Soy la novia de Khun Sam, la hermana de Khun Nueng.
—S̄wạs̄dī kha (Hola) Khun Mon —le correspondió el saludo, usando aquel honorífico debido a que Mon era mayor que ella y era la novia de la hermana de Khun Nueng, para ella era lo más acertado el llamarla así, después de todo merecía tal respeto de su parte.
—No necesitas decirme "Khun", no tengo ese estatus —comentó un poco avergonzada porque la menor la llamara con aquel honorífico, estaba acostumbrada a llamar a Sam y Nueng con aquel honorífico, ya que después de todo era algo normal debido a que eran descendientes de la realeza; pero ella solo era una chica común y corriente que tenía la fortuna de ser la persona a la que M.L Samanun Anuntrakul amaba con todo su corazón.
—Eres la pareja de una M.L, eso te da el estatus de ser llamada "Khun" —respondió con tono suave, siguiendo a la castaña mayor luego de que esta le hiciera una seña para que la siguiera hacia unos asientos que estaban cerca de ellas.
—Supongo que aún no me termino de acostumbrar a que me traten así por ser la pareja de Khun Sam —dijo mientras soltaba una pequeña risa nerviosa y tímida; hacía ya un tiempo que ellas estaban oficialmente de pareja y lo habían hecho público poco después del fallecimiento de la abuela, cumpliendo así uno de los últimos deseos de la mujer mayor a pesar de que Sam había estado en varias ocasiones a nada de hacer pública su relación, queriendo que todos supieran que Mon era su felicidad y la mujer con la que quería y pasaría el resto de su vida.
Sin embargo el amor y respeto que le tenía Sam a su abuela la detuvo ya que no quería perjudicarla aún más mientras estaba tan debilitada, temiendo ser ella la causante de su muerte; Khun Nueng muchas veces le dijo a su hermana menor que fuera más valiente y fuera feliz con Mon sin importar lo que le dijera o pensara la abuela, pero por más que lo intentó los años de maltrato y dolor durante su crecimiento junto con el amor que aún le tenía a la mayor de las M.L. llevó a Sam a no hacer nada y tomo el lado de su abuela, rompiendo no solo el corazón de Mon sino el suyo propio y cuando ellas se separaron Khun Nueng temió por la salud y seguridad de su hermana, la abuela había ganado y la boda se estaba apresurando en llegar, todo mientras Sam poco a poco se iba deteriorando e iba entrando cada vez más profundo en su depresión, pero nadie parecía notarlo realmente más que ella y la Tía Nim, quien se había convertido en sus ojos y oídos en el palacios para la vigilancia de Sam.
La Tía Nim le informó cada día cómo es que Sam se iba retrayendo más y más hasta solo parecer un cascarón de sí misma, podría estar con una sonrisa cuando estaba con la abuela pero solo era una fachada "Mientras más sonríes más dolor escondes", y así era, Sam se estaba muriendo en vida, el dolor de no estar con Mon y de no saber de ella la estaba matando, lo único que la mantenía medianamente cuerda era que le había pedido a sus amigas que cuidaran de su amada por ella y así lo habían hecho, Sam prefirió quedarse sin su grupo de apoyo para que estas estuvieran allí para Mon y así había sido; Tee, Yuki, Jimm y Kade eran en quienes más confiaba Sam para cuidar del amor de su vida mientras ella no podía, y fielmente lo habían hecho.
—Khun Mon ¿Cómo es que me conoces? Nunca antes nos habíamos visto —habló una vez que se sentaron, obviamente intrigada por la respuesta que le daría la mayor ¿Khun Nueng realmente le había hablado de ella a su hermana y a su cuñada? ¿Qué les habrá contado sobre ella?
—Te conozco por Khun Nueng, ella nos ha hablado mucho a Khun Sam y a mí de ti, te conocemos por fotos y por los dibujos que hace de ti —comentó con serenidad, sonriendo un poco al recordar cada momento en que la mayor de las hermanas hablaba de aquella chica de lindos ojos y linda sonrisa que la habían cautivado sin saberlo.
—¿Les ha hablado de mí? ¿Tiene dibujos de mí además de los que me ha dado? —preguntaba entre incrédula y emocionada porque realmente su Ar-Nueng hubiera hablado de ella con su familia, además de que le sorprendía que Ar-Nueng hubiera hecho más dibujos suyos incluso si ella no se lo había pedido, pensó que solo había hecho aquel dibujo cuando se reconcilió por el malentendido con su hermana.
—Sí, tiene muchos dibujos tuyos, es muy hermoso verte a través de sus ojos y su arte... Sabemos de ti desde que te le confesaste y le dijiste que le prometías volverte digna de ella, también su primera discusión cuando pensaste que Khun Sam era algo más para ella, aunque en esos primeros momentos no sabíamos que eras precisamente tú —lo primero lo dijo con total sinceridad, no viendo el sentido de decir lo contrario cuando ella y Sam incluso habían sido testigos de cómo Nueng hacía varios de esos dibujos; lo siguiente lo dijo serena, volteando a ver a la menor y notando cómo es que esta parecía tener una batalla interna consigo misma, supuso que quizás le sorprendía lo que ella le estaba revelando pero también podría querer preguntarle algo, fuera como fuera, ella estaba allí para la menor, sería lo más sincera posible en lo que la otra quisiera saber.
—Khun Mon ¿Cómo está Ar-Nueng? —se atrevió a preguntar por fin, necesitando saber de una vez por todas más detalles de lo que ya había escuchado por parte de Mon, necesitaba saber realmente el por qué Ar-Nueng estaba pasando por esas cosas.
—Si te digo que está bien, te estaría mintiendo completamente, Anueng; Khun Nueng no está nada bien, desde el funeral de la abuela ha estado muy diferente pero últimamente ella ha estado muy decaída, se la pasa encerrada en el palacio, apenas y puede dormir —el semblante de Mon cambió cuando comenzó a hablar de lo que estaba pasando realmente con Khun Nueng, después de todo desde que Anueng había llegado a la vida de la mayor de las hermanas, esta había cambiado en el buen sentido, aunque lo quisiera negar y ocultar, lucía más feliz, era más abierta y se le podía ver una sonrisa genuina como muy pocas veces sucedía, pero desde lo de M.L Khaekai todo había ido en picada y para temor de ella y Sam, cada vez era peor.
Mon le comenzó a contar algunas de las cosas que ella y Sam habían estado presenciando desde hace una semana y media, siendo justamente los peores días que ha estado teniendo Khun Nueng, sabiendo que la razón de aquello era lo que había pasado con Anueng, tal como había sucedido después del fallecimiento de M.L Khaekai; la mayor le contó entonces cómo es que Khun Nueng solía permanecer encerrada en su habitación pintando día y noche, como pocas veces comía ya que parecía perder completamente la noción del tiempo, solo cuando ella y Sam iban y la sacaban del palacio es que podían verla comer aunque fuera un poco, y solo si prácticamente la obligaban a hacerlo porque no querían verla empeorar.
Puede que no era su lugar divulgar aquellas cosas, pero algo le decía que si no hacía algo, Anueng y Khun Nueng seguirían alejadas y claramente aquello les estaba haciendo daño a ambas, pero sabía que por parte de la mayor ella no buscaría activamente a la menor, ya que temía que esta se alejara aún más de ella al pensar que la estaba acosando o algo por el estilo; por su parte quizás Anueng también tenía sus propios motivos como la molestia, el dolor y el enojo de lo que había pasado en la primera ocasión, lo que la llevó a darle un sabor de su propia medicina a Nueng, pero también esperaba que el orgullo no fuera la razón más fuerte en Anueng para no acercarse a la mayor, rezaba porque no fuera así, porque sabía perfectamente que cuando el orgullo era el que dominaba, conseguir una reconciliación costaba mucho más.
—Uno pensaría que al estar pintando está calmando su mente pero...No lo logra si solo te puede pintar a ti, eres lo único que ha podido pintar últimamente y eso la está torturando —confeso con tono triste mientras recordaba la ocasión mas reciente en que ella fue a verla al palacio para ver cómo estaba y la encontró sentada en el suelo de su habitación, con las manos manchadas de pintura roja y diferentes dibujos de Anueng o su silueta a su alrededor; Khun Nueng había usado solo negro y rojo, pero el rojo el que más predominaba, y según por lo que había entendido de sus murmullos entre sollozos, esos dibujos habían sido sacados de una pesadilla que había tenido.
Había hecho cinco pequeños cuadros de sus pesadillas donde Anueng estaba teniendo un accidente de tránsito y la habían perturbado tanto o más que sus pesadillas que los mandó a quemar para quitarlos de su vista; Mon la había consolado cuando se quebró cuando se llevaron los cuadros para cumplir con lo que había solicitado, no le importó que su ropa se manchara de pintura, su cuñada la necesitaba y ella estaba allí para ayudarla. Khun Nueng se la paso llorando casi por una hora más o menos antes de caer rendida en los brazos de Mon, quien solo la acomodo en su regazo y la dejó dormir hasta que Sam las encontró una hora después, y luego de que su novia le explicara lo que había pasado ambas se encargaron de llevarla a la cama para que pudiera descansar, optando por la habitación de invitados luego de llegar al entendimiento de que podría ser un desencadenante para la mayor quedarse allí.
—Khun Mon ¿Podría pedirle un favor? —preguntó con algo de timidez pero en sus ojos se veía la determinación; Mon la miró atenta y asintió ligeramente, esperando que lo que pensaba fuera lo que le iba a pedir —. ¿Podría llevarme al palacio de Ar-Nueng?
Kornkamon dio gracias al mismísimo Buda porque Anueng le pidiera aquello, pero por fuera tuvo que mantenerse serena, dándole una pequeña sonrisa de apoyo al ver que claramente la universitaria estaba nerviosa por la situación; la castaña mayor se levantó y le tendió la mano a la menor para que la siguiera y esta lo hizo al instante, acomodando un poco su falda, la cual se había subido un poco cuando se sentó, luego ambas se encaminaron hacia la salida del centro comercial y caminando hacia el auto en el que había ido Mon, auto que Sam le había comprado como regalo de celebración por haber conseguido que su proyecto fuera aceptado en su trabajo, era un Mazda 2024 3: Sedan blanco.
Una vez en el auto, ambas se colocaron el cinturón y Mon encendió el motor para comenzar el viaje al palacio de Khun Nueng, esperando que no estuviera nuevamente encerrada en su habitación, ya que justo antes de entrar en su auto, había recibido un mensaje de Khun Sam informándole que ya estaba de camino a la empresa nuevamente y que había dejado a Khun Nueng en la biblioteca revisando algunos posibles locales para la galería que quería iniciar, diciéndole que era posible que esta vez alguno de los que le consiguió sería el perfecto para su hermana, pero si no era así, ella seguiría buscando, siendo la más emocionada de ayudar a la mayor con su proyecto.
El viaje duró algo de tiempo puesto que justo habían llegado a la hora pico y el tráfico había comenzado a ponerse algo tedioso pero afortunadamente no quedaron tan atrapadas y lograron salir rápido, algo que aliviaba a ambas mujeres porque querían llegar cuanto antes al palacio; una vez lograron salir de tráfico en viaje fue más rápido y sin problemas, por lo que en unos minutos después de salir del tráfico, llegaron por fin al palacio; Mon estacionó en la entrada y luego de que ella y Anueng se despidieran, no sin antes haber intercambiado números de teléfono para comunicarse después, la menor bajó del vehículo y se encaminó a la puerta principal del lugar que ahora era el hogar de Khun Nueng, tocando el timbre con algo nerviosísimo, su corazón latiendo como loco ante la anticipación de volver a ver a Ar-Nueng o que esta misma fuera quien le abriera la puerta, aunque era algo poco probable que pasara, después de todo estaba el personal que trabajaba en el palacio.
—S̄wạs̄dī kha (Hola) Tía Nim —saludó con tono suave y respetuoso mientras hacía el saludo tailandés una vez que vio que la mujer mayor había sido la que había abierto la puerta; esperaba que la reconociera y la dejara pasar, pero era poco probable ya que solo se habían visto brevemente aquella noche y a la mañana siguiente cuando ella se fue del palacio casi que a toda prisa.
—S̄wạs̄dī kha (Hola) Khun Anueng —saludó respetuosamente mientras le daba una reverencia, cosa que sorprendió de sobremanera a la joven mujer ya que nunca nadie la había llamado así, después de todo no tenía un estatus que lo requiriera; pero lo que no sabía era que Khun Nueng misma había solicitado que si ella aparecía nuevamente en el palacio, la tratasen con respeto en todo momento, por lo que ninguno lo cuestiono, mucho menos después de ver como estaba Khun Nueng después de la partida de la joven damita.
—¿Ar-Nueng está en el palacio? Necesito hablar con ella —por el momento solo ignoró como la había llamado la mayor, no queriendo perder más tiempo, y en cambio le preguntó con algo de nerviosismo pero manteniendo su expresión lo más serena posible; pero obviamente aquello le había hecho ruido ya que ella no tenía un estatus que requiriese tal honorífico.
—Sí, Khun Nueng está en su biblioteca en estos momentos ¿Quiere que la anuncie? —habló con tono suave mientras dejaba que la menor entrara a la casa, luego de haberle hecho un gesto para que caminara, ya que parecía haberse quedado estancada en el mismo sitio.
—Quisiera hablar con ella en la biblioteca si no es mucha molestia, solo no le diga que soy yo, por favor —dijo rápidamente mientras negaba ligeramente, era mucho mejor que ellas hablasen en un lugar privado y lejos de oídos indiscretos; la Tía Nim asintió y le hizo un gesto para que la siguiera hacia la biblioteca,
—Khun Nueng, tiene visitas —informó con serenidad luego de haber abierto la puerta de la biblioteca y haber entrado en la habitación, viendo cómo es que la mujer estaba sentada en el escritorio, con su laptop frente a ella, luciendo muy concentrada en lo que estaba haciendo.
—¿Tuo Lek de nuevo? Ya le dije que estoy bien, Tía Nim —cuestionó aun sin levantar la mirada de la pantalla, no queriendo perder el hilo de la información que estaba leyendo sobre los diferentes lugares que había encontrado su pequeña hermana para ella; le había costado mucho que se fuera hace quizás unos minutos pero supuso que no había funcionado si Sam había regresado para chequearla, pero cuando no escucho la voz de su pequeña como más temprano aquella mañana, levanto la mirada y se encontró con la joven mujer que plagaba su mente y corazón cada día —. Nueng.
—Ar-Nueng —murmuró casi sin aliento al volver a ver a la mayor frente a frente, con su mirada fija en ella y solo en ella; la Tía Nim se despidió y salió de la biblioteca en silencio, cerrando la puerta cuando estuvo fuera de la habitación para darles más privacidad, rezando para que no pasara nada malo entre ellas, no queriendo volver a ver a Khun Nueng aún más triste que ahora.
—¿Qué haces aquí, Nueng? Pensé que no querías verme más —le preguntó con tono algo serio pero no cortante, cerrando la laptop con cuidado antes de levantarse de su asiento y colocarse delante del escritorio, queriendo estar más cerca de la castaña más baja, pero aun manteniendo distancia no solo para no incomodar a Anueng, sino también para seguir manteniendo su semblante frío e indiferente, a pesar de que por dentro estaba más que extasiada de que la menor estuviera allí.
—Estuve muy ocupada con la universidad...Lo digo en serio, Ar-Nueng; he estado teniendo muchos trabajos —respondió entre sincera y algo avergonzada, pero cuando vio el ceño fruncido de la mayor supo que luego de su último "trabajo universitario" era probable que no le creyera, por lo que rápidamente volvió a hablar, esta vez sí era completamente cierto que había estado ocupada con trabajos; aunque también era cierto que el dolor y enfado aun habían estado presentes en su ausencia en la vida de Khun Nueng últimamente.
—Umm —murmuró con un ligero asentimiento mientras se cruzaba de brazos y se apoyaba en el borde del escritorio, mirando a la joven con una expresión serena, esperando que no se notara mucho que no la convencía mucho lo que decía, pero más aún esperando que no se notara que estaba celosa de solo pensar que nuevamente había estado saliendo con sus compañeros de clases.
—¿Podrías cambiarte esa camisa? —preguntó de repente mientras miraba con cierto recelo aquella camisa blanca; si bien le encantaba como se le veía, en estos momentos era la prenda que odiaba que la mayor usara.
—¿Por qué? ¿Tiene algún problema? —cuestionó confundida, frunciendo el ceño mientras bajaba su mirada a la prenda, no encontrando nada fuera de lo normal en su camisa que pudiera provocar que Anueng la mirara con tanto recelo como lo estaba haciendo en ese momento.
—Comienzo a odiar verte vestida con camisas blancas, más aún cuando estamos juntas...Siempre sucede algo desagradable cuando esas camisas están presentes —dijo lo primero con tono serio, prácticamente lanzado dagas hacia la pobre tela que cubría la parte superior de la mujer mayor, realmente queriendo quemarla solo con su mirada de ser posible; terminó diciendo lo último con un tono más bajo luego de una breve pausa, teniendo aún muy grabados en su mente los recuerdos de aquella mañana en el apartamento, la noche del club donde Ar-Nueng usó igualmente una camisa blanca, misma que luego ella usó a la mañana siguiente para pagarle con la misma moneda.
—Bien, entonces date la vuelta, me pondré este hoodie —comentó con serenidad mientras tomaba el hooddie gris que tenía en el respaldo de la silla a la vez que comenzaba a desabotonar la camisa tranquilamente; Anueng al ver como Ar-Nueng desabrochaba los primeros botones de la camisa se giró rápidamente para darle la espalda y algo de privacidad, sintiendo sus mejillas sonrojarse al recordar aquel mismo movimiento aquella noche cuando estaban en la habitación de la mayor —. Todo listo.
—¿La Doctora y tú han regresado? —se atrevió a preguntar luego de haberse vuelto a girar para mirar a la mayor y haberse quedado en silencio por varios segundos; necesitaba sacarse esa espina y solo Khun Nueng podría darle una respuesta, solo así podrían ver que pasaría entre ellas a partir de ese día en adelante.
—¿Qué? ¡No! Wan Vi y yo no estamos juntas, lo que tuvimos fue hace años y todo quedo allí, Nueng —respondió rápidamente con tono serio y su ceño fruncido, confundida porque ella pensara que ahora estaba con Wan Viva; claro, las había visto el día anterior en el centro comercial pero eso no significaba nada, pero quizás para la propia Anueng sí y por eso ya pensaba que Wan Viva y ya habían vuelto a retomar lo que habían tenido.
—¿Entonces por qué estaban ustedes dos tan cerca en el centro comercial? —cuestionó dejando ver sus notorios celos, acercándose unos cuantos pasos hacia la mayor, la cual aun seguía apoyada contra el escritorio, pero ahora con sus manos en el borde del mismo.
—Antes que nada quiero aclararte que nosotras no estábamos solas allí, estábamos con Pleng, la esposa de Wan Viva; en el momento en que nos viste ella estaba en la fila para pagar las comprar que habían hecho, yo solo las acompañe, nada más —le explicó con serenidad, mirándola directo a los ojos para que viera su sinceridad en ellos y dejara de pensar que entre la Doctora y ella había más que una amistad; la mayor no quería que su amada siguiera teniendo inseguridades con respecto a su amiga más cercana.
Así como para ella solo podía existir Anueng, para Wan Viva solo podía existir Pleng, lo que ellas habían tenido había sido momentáneo, algo pasajero para olvidar por un momento el dolor que sentía Wan Vi en aquel entonces porque ella y Pleng habían roto por un año y medio, y lo suyo solo se había dado luego de que la doctora hubiera visto a Pleng con otra. Ambas habían usado a otras para tratar de olvidarse pero no lo habían conseguido, el amor que se tenían era más fuerte por lo que cuando volvieron a estar juntas arreglaron todo lo que estaba mal y hablaron con completa sinceridad de lo que habían hecho en ese tiempo separadas, la comunicación entre ellas fue muy importante y actualmente eran un feliz y fuerte matrimonio del cual Khun Nueng estaba feliz y esperaba algún día tener algo así con la persona que amaba, pero aquello se había apagado un poco luego de haber visto a Anueng el día anterior con Folk.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top