El mirar de Brock se hallaba posado en las estrellas, que tintineaban en el firmamento, dando una profunda sensación de calma en el Pico Hokulani, el joven ex-líder de gimnasio inspiró profundamente el aire puro del lugar, expirando posteriormente, llenando su cuerpo de una sensación relajante que le estaba encantando disfrutar, empero, un sentimiento de duda latía en el corazón del hombre, pues había sido citado en ese mismo lugar por la kahuna de la isla Akala. Brock no recuerda cuándo fue la última vez que pisó Ula-Ula, pero sabe cómo es Mayla y que si le ha citado en ese lugar es por algo, lastimosamente, no sabía el qué.

Retrocediendo varios años en el tiempo, Brock puede jurar lo diferente que era Mayla en comparación al resto de chicas que había conocido, en primera instancia, fue una de las pocas que no le rechazaron desde el primer momento, y, posteriormente se vio interesada en él por haber sido un líder de gimnasio, precisamente de tipo roca, en el que a día de hoy se sigue especializando la mujer, y, por último ese ataque Z que realizaron ambos juntos, tomándose de las manos en aquel preciso instante. El kantoniano pudo jurar cómo miles de cósmicos sentimientos se apoderaban de su cuerpo en ese punto del combate, y, al finalizar el día, pudo contemplar los fuegos artificiales junto a ella.

Mayla no era como Fortunia, pues, aunque la segunda había demostrado cierta atracción por el chico, nunca surgió nada más que eso, atracción, pero la kahuna siempre fue un paso adelante, tratando de ser presente en el corazón del ex-líder de gimnasio, poco a poco, esa primera impresión variopinta que tuvieron el uno del otro se fue convirtiendo en un amor algo escondido—para lo que resultaba ser Brock siempre—, pero ninguno de los dos se quejaba.

Si hay algo que Brock puede agradecerle a Misty y Nereida es que gracias a ellas, pudo conocer a Mayla.

Al año de haberse conocido Brock volvió a visitar Alola por sus estudios, y el reencontrarse con Mayla se podía hasta catalogar como una serendipia, parecía que las estrellas se habían alineado y que una masa cósmica les había hecho estar juntos.

—Disculpa por llegar tarde—. La dulce voz de Mayla llamó la atención del futuro doctor quien se giró a verla sonriente.

—No pasa nada, ¿por qué querías traerme aquí?

—Hoy los Minior se alzan hacia la estratosfera...pensé que como fuiste entrenador de tipo roca apreciarías ver este momento.

Brock calló por unos segundos, según sabía por su amplio conocimiento por los de tipo roca, una vez los Minior se alzan en la estratosfera, tras haber perdido su caparazón se vuelven uno con el espacio, su existencia se devanece, se convierten en polvo de estrella.

Él siempre había escuchado que ese momento era un espectáculo visual en todos los sentidos de la palabra «espectáculo», pues todo aquel que lo había visto lo catalogaba como algo triste y poéticamente hermoso.

De repente, sintió la cabeza de Mayla apoyarse en su hombro y la mano de esta entremezclándose con la suya mientras las luces producidas por el núcleo de aquellos Pokémon se hacía presente, alzándose en el firmamento.

Y se un momento a otro, desde los ojos de Brock comenzaban a caer una lluvia de estrellas fugaces.

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Amo mi headcanon de que el trío de Kanto encontró el amor en Alola, lástima que amo más el Fellow que el TrustedPartner. XD

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