Para mucha gente, Ash es especial, y no es diferente para Cameron.

Todo aquel que se haya cruzado con Ash alguna vez en su vida saben el vestigio que deja en los corazones la risueña personalidad del azabache, pues es alguien que siempre que lo necesites estará ahí para ti, sepas o no apreciarlo en un inicio, todo el mundo acaba apreciando a Ash, se podría decir que se lo gana a pulso.

Y Cameron es una de esas personas que desde el inicio supo lo increíble que era ese chico, Ash fue el primero con quien se llevó tan bien en tan poco tiempo, en seguida se ganaron una confianza mutua que muchos envidiarían y hasta viajaron juntos durante unos días debido a haberse perdido, irónicamente pudiendo llegar a Ciudad Marga y hacer que el ojiazul pudiese enfrentarse a Ciprián.

Tras su reencuentro, unos años después de que el azabache ganase la Liga de Alola su relación avanzó todavía más, y la relación amistosa que tan poco tiempo había necesitado para formarse había subido varios escalones, haciendo que varias personas se preguntasen realmente si esa relación podría llamarse "amistad". Cameron recuerda cómo desde siempre Ash era muy cercano con él, le abrazaba más de una vez—cosa rara en él, según sus amigos—y llegaron a correr tomados de las manos porque el de la bandana en la cabeza no se había registrado en la Liga de Teselia. Esas acciones pueden ser tomadas como normales, no es como si los amigos no se pudieran abrazar. Empero, si eso era al inicio, actualmente todo era más potente, pues más de una vez los labios de ambos se habían juntado sin saber muy bien por qué lo hicieron, simplemente se dejaban llevar por el momento.

Y siempre que pasaba, tanto Cameron como Ash sentían un cosquilleo especial.

La primera vez sus rostros enrojecieron e ignoraron el tema hasta la noche, donde en la habitación que compartían se dieron un segundo beso, curiosos, deseosos por volver a sentir ese cosquilleo es sus labios, nuca y espalda. No entendían muy bien qué estaba pasando, era raro, pero bonito.

En la noche siguiente volvió a pasar, y el resto de la semana también, pasando, de vez en cuando, por acariciar el rostro del otro, compartiendo caricias, besos y algún cafuné las noches se les hacían más divertidas. Y como no podía ser de otra manera con dos entrenadores que una vez fueron rivales, competían a ver quién llevaría el ritmo del beso en aquel momento.

Esa tarde, sin querer esperar al anochecer, Cameron estaba deseoso por volver a sentir los labios de Ash presionados contra los suyos.

—Oye Ash—llamó su atención, viendo que se encontraba en la cama mirando su móvil.

—¿Sí? ¿Qué pasa?—Y antes de poder articular más palabras se vio sorprendido por los labios de Cameron, que ahora estaban sobre los suyos, y la mano de este profundizaba el beso estando posada en su cintura. Ash, tras darse cuenta de qué estaba pasando cerró los ojos y correspondió el beso cuidadosamente, notando cómo su corazón se aceleraba insistentemente. El azabache decidió profundizar el beso acunando el rostro de Cameron en sus manos, separándose tras unos segundos porque sus respiraciones ya no daban para más.

Y ese cosquilleo tan agradable para ambos había regresado.

—¿No has podido esperar hasta la noche?—preguntó el kantoniano sonrojado.

—Nop—dijo el teseliano entre risas, tumbándose posteriormente en la cama, tratando de ocultar su sonrojo.

No entendían ese cosquilleo, asímismo, tampoco podían darle un nombre a su relación, sólo sabían que era algo caótico, pero muy bonito.

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Me encanta esta pareja porque son idiotas enamorados, sí, muy básico yo. Me duele que esto no sea Fellow, pero tengo una explicación que ya diré. XD