I
Primavera, la temporada en donde las flores hermosas florecen y la temporada más importante del año comienza, la temporada social. Muchas jovencitas casamenteras están en busca de solo una cosa, un buen matrimonio que las quiera y las sostenga.
Aunque es cierto algo querido lector, aunque algunas nuevas flores muestran su gran esplendor, algunas otras estuvieron en exhibición mucho tiempo, tanto tiempo para que sean simples plantas al borde de marchitarse.
Un ejemplo algo deshonroso de esto es cierta señorita de la casa del Conde Wolter. Hasta cierto punto siento pena por el Lord Wolter al ser su única hija sea la llamada "dejada" que pareciera que lo portará con orgullo, pero que esperaba con una hija así de "loca"
Señorita Gabby, Señorita Gabby–Gritaba una joven dama de compañia pelirroja–
Ellie mira esto, no son preciosas
La jovencita de cabellos negros chocolate estaba trepada a un gran árbol sentada en una de las ramas, no usaba los vestidos de encaje lujosos y delicados, sino un traje de pantalón y camisa abotonada con grandes botas sucias de lodo.
Tomen amiguito–le dijo a los pajaritos–
La chica sacó de sus bolsillos una semillas y se las dio a los pajaritos
Señorita Gabby, no es por nada, pero su padre quiere verla–Respondió su dama llamada Ellie–
Mi papá–Dijo confundida–
Sí señorita, el conde. Así que baja para poderla aunque sea bañarla
Que va, iré así–exclamo bajando del arbol-
Gabby no creo que sea una buena idea
Tonterías Ellie, nada podría molestar a papi sígueme–Dijo alegremente corriendo hacia la mansión–
Señorita Gabby–Grito Ellie queriendo seguir el paso–
Bien campante caminaba la chica por los pasillos, saludando con una sonrisa de oreja a oreja a cada sirviente que pasaba hasta llegar a la oficina de su padre. La chica abrió la puerta de par en par con alegría y sonrisas.
¡Buenos días padre! –Grito alegremente Gabby–
El Conde se veía disgustado por tal escandalosa entrada.
¿Sucede algo papá? –pregunto la peli marrón–
Ellie puedes irte y cierra la puerta antes de salir–dijo el Conde a la dama de su hija–
Si señor Wolter
La pecosa hizo una reverencia y cerró las puertas después de salir dejando a padre e hija solos
Tenemos que hablar sobre tu "situación" –dijo con seriedad–
¿Situación? Yo no veo ninguna situación pa–dijo riendo ligeramente–
Habló de todo esto–resoplo señalando su ropa–
Yo no le veo lo malo–respondió confundida–
Pues si es malo, 21 años, 5 temporadas y ningún pretendiente o compromiso. Te recuerdo que la única forma de heredar mis títulos necesitas aunque sea casarte.
Ya te dije que no es mi culpa, nadie aprecia por lo que soy–contestó ella–
Lo que eres para ellos, ¡es una loca! –Grito estrepitosamente–
Ya vendrá el correcto papá–Reclamaba la peli marrón–
Pues yo ya no puedo esperar más, no me importa si es un Barón o el mismísimo príncipe heredero, pero que te comprometes en esta temporada ¡Te comprometes! –Gritó el señor–
¿Y si no quiero? –Respondió imponentemente la muchacha–
Pues no tendré otra opción de meterte a un convento... –Dijo autoritariamente–
!¿QUE?¡ –Grito fuertemente la chica– papi no puedes hacerle eso a tu única hija
Pues no me dejas otra opción, te consentí demasiado y ahora estoy asumiendo las consecuencias. O te me casas o despídete de todo, incluyendo de tu sirvienta...–dijo amenazante el conde–
Si padre...–dijo la chica resignada–
Ahora dile a tu dama que te prepare, irás a la primera fiesta de la temporada de la viuda Lady Byron
Sí papá...
Esta situación era definitivamente desafortunada para la orgullosa solterona que por primera vez se veía callada y tranquila durante su baño de agua de lavandas...
Gabby...¿Señorita? No se ve muy bien...–dijo su pecosa sirvienta–
Es que... no puedo creer que papá me haya hecho ese ultimátum–reclamo Gabby–
A mí también me sorprendió señorita, porque la verdad yo no la veo con un traje de monja rezando todos los días–respondió con una cálida sonrisa–
Es que es tan injusto, sino consigo un marido antes del final de la temporada yo terminaré en ese convento y tu te quedarás sin trabajo –hablaba triste–
Sabes señorita, creo que con su belleza será más que fácil que encuentre un buen partido, tal vez un visconde, un marqués o incluso un duque
No es por los títulos Ellie, digo... alguien que me llegue a querer como tú me quieres... –Dijo algo avergonzada–
Ellie se quedó callada un momento, cogió la esponja con un poco de agua y la paso suavemente por el brazo de su ama
Se que si habrá alguien que te trate como yo señorita...–respondió la pelo zanahoria–
Jeje... eso espero–soltó una risas nerviosas–
La primera fiesta de la temporada, una extraña selva salvaje en donde fluyen los bailes, el vino y es un caldo de cultivo para el romance y que mejor lugar que la conocida Viuda Lady Miriam Byron.
Las llamadas madres de hijas casaderas pululan como abejas a la miel buscando las mejores presas para sus hijas y según rumores que oí por ahí mi amigo lector el premio gordo de este año había regresado de un largo viaje, alguien que no pisaba estas tierras desde hace mucho... nada más y nada menos que un duque
Sirvientes y jardineros movían todo de un lado a otro con apuro y atención al detalle. Un gran caballo pura raza se paraba en la entrada de la alborotada mansión y montado por un elegante de cabello corto negro y marcas de lo que parecia ser duras batallas libradas.
Tom querido, bienvenido o quise decir Tom Spencer-Churchill, El nuevo duque de Marlborough
Se acercaba una anciana Miriam con bastón a la entrada con los brazos abiertos al joven que bajaba del caballo.
Lady Byron... a pasado un largo tiempo
Querido, estamos entre amigos solo dime Miriam y dime qué te pareció tu viaje–Respondió ella sonriente–
La verdad, no creí divertirme tanto–Contestó alegremente–
Como veras estoy algo ocupada por aquí y llegas justo a tiempo, mi casa dara el primer baile de la temporada
Parece que eres una mujer ocupada Miriam.
Ni que se diga, sin mi esposo y mi hijo aquí, minimo con estos bailes se alegra bastante el lugar...
Y sii que te estas luciendo.
Puse mi mayor esfuerzo después de enterarme de tu regreso y supongo que te quedaras para este ¿cierto?
No lo sé Miriam, sabe que no soy mucho de estas cosas.
Insisto y serás mi invitado especial.
Al cruzar las puertas al gran salón había un chico de cabello largo en una pequeña coleta de caballo, parecía indicarle a las sirvientas que hacer, atento a que todo sea perfecto y elegante.
Oh Jake, hijo mira quien llego–diría animosamente Miriam–
Vaya, lo veo y no lo creo–El muchacho de la coleta parecía sorprendido–
Tom, supongo que te acuerdas de mi ahijado Jake.
Claro que si me acuerdo Miriam–respondía animoso
Ya te extrañaba por aquí–Exclamó Jake–
Tengo cosas que encargarme de la fiesta de esta noche así que los dejaré solos.
Claro Miriam no te preocupes, mejor porque no bebemos algo en mi habitación Tom–Sugirió Jake–
Je, claro como en los viejos tiempos–respondió Tom–
Ambos chicos caminaron por los largos pasillos, pero digamos que iban a "tomar un trago de otra manera" Por que apenas esas puertas se cerraron ambos muchachos por fin solos se dieron y con todo...
De un momento a otro ambos se besaron apasionadamente y muy agitados, como si una urgencia carnal los consumiera a ambos.
¿No crees que es un poco temprano para esto?–susurro Tom–
Te extrañe demasiado–Dijo Jake con la respiración agitada–
Solo fue un año–Respondió Tom con la respiración acelerada–
El año más largo de mi vida–contestó para volverlo a besar apasionadamente–
Ambos corresponden sus besos con más pasión cayendo entre el colchón y la sábanas de seda blanca. Tom se separó y se quitó su camisa mostrando sus cicatrices de guerra.
¿Esas son cicatrices nuevas? se te ven muy bien–Dijo Jake coquetamente pasando su mano por el pecho de su contrario–
Cállate–contestó Tom para continuar con los besos–
Besos, caricias y sonidos indescriptibles... Esa habitación vio lo salvaje y carnal que puede ser el ser humano cuando ama a alguien de verdad...
Cayendo el sol esa misma habitación se veía distinta... marcos movidos, cosas tiradas en el piso y en esa desordenada cama Tom abrazaba a su querido Jake que estaba acurrucado en su pecho..
Entonces, ¿ahora eres duque? —Pregunto Jake–
El antiguo dueño murió en la guerra... solo me lo dieron por aparentemente ser sobrino lejano... ¿y tú? ¿Es cierto lo que oí?
¿Qué cosa?
¿Qué Miriam quiere dejarte el título de Barón Byron a ti? –Pregunto Tom–
Bueno, quiere dejarle a alguien de confianza. Ya que su único hijo falleció y no tiene familiares conocidos supongo que no quiere que el título caiga en manos equivocadas o algo así–respondió cabizbajo–
Oye eso es muy bueno, no entiendo porque estas tan desanimado–el chico sonrió queriendo animarlo–
No lo sé, me encantaba hasta cierto punto tener todas esas libertades que se tienen al ser segundo hijo... y además ahora que tienes tu ducado estaremos más separados que nunca
Ey... no me separaré de ti tan rápido. Aun puedes venir a visitarme cuantas veces quieras... no te dejare jamás–dijo pasando delicadamente su mano por la mejilla de su amado–
Odio todo esto... –Dijo desanimado–
Sabes que no tenemos alternativa. Si se llega a saber algo sobre esto ambos podemos perderlo todo... –contestó resignado–
Ambos se callaron cuando alguien toco la puerta de la habitación
Amo a Jake ¿Está todo bien? –decía una sirvienta detrás de la puerta–
S-sí claro ahora te abro–nerviosamente contesto Jake–
Demonios–Hablo entre dientes el pelinegro que saltó de la cama para agarrar su ropa–
Ay Dios mío, Dios mío ¿Qué hacemos? –Susurro Jake desesperado–
Tu no te preocupes, saldré por la ventana–Susurro Tom terminando de vestirse–
Está bien–Dijo para luego besarlo otra vez– Un último y ya..
Amo Jake, ¿Qué está pasando?
Tranquila, ahora les abro–Exclamó Jake–
Ambos se dedicaron una última sonrisa para después el duque salir como pudo por la ventana de su amado...
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