6. Otro día para sufrir

-Pongan la canción en la parte que narra Lloyd-

Narra Malcom

Ese niño me tenía harto, se merecía eso. Espero que ya no vaya a hacer alguna idiotez. Estaba muy cansado, primero me saca un infarto pensando que había escapado y luego me hace enojar. Mi padre me mataría si supiera que esto paso. Tengo que admitir que me alegra un poco que no esté aquí.

Pasaron varias horas y ya estaba algo ebrio. Decidí apagar la televisión e irme a dormir. Ya no quería saber nada de lo que había ocurrido.

Narra Lloyd

Desperté después de un largo sueño que tuve. En mi subconsciente esperaba que al abrir los ojos ya no estuviera en ese horrible lugar, pero no fue así. Levante la mirada, y seguía en este asqueroso sótano. Todavía estaba atado a la pared. Intentaba soltarme, pero me fue inútil. Traté muchas veces, pero nada pasaba, y ya me había lastimado bastante, más de lo que ya estaba.

Miré hacía la pared de enfrente y vi la hora, 3:25 creo que de la madrugada. Malcom ya debería estar dormido. Tenía algo de hambre, así que saqué la poca comida que había guardado y me la comí. Solo era un pedazo de pan y algo de carne seca. No tardó mucho tiempo en que dieran las 4:00 de la madrugada, a esa hora el sótano daba mucho miedo en especial en la parte donde yo estaba atado. En el rincón donde había algunas cosas creí haber escuchado algo. No podía dormir, pero me calme y me relaje un poco. Me estire lo mas lejos que pude para alcanzar un pequeño pedazo de tela que aveces usaba como manta; la logre alcanzar y me cubrí con ella.

Esperé a que me diera sueño y me dormí, pero ahora sin esperanza alguna de salir de aquí. Después de un tiempo todo se volvió negro.

Todo estaba oscuro. Intentaba caminar, pero no podía. Seguía encadenado, pero de cierta manera me sentía libre. Miré encima de mi y estrellas. Una de ellas comenzó a brillar mucho y se acercó a mi revelando la figura de una persona frente a mi. Me asustó un poco.

Lloyd: ¿Q-Quién eres tu?

Misako: Soy tu madre, Misako.

Lloyd: ¿Madre?

Me acerqué a ella y la tomé de la mano.

Lloyd: ¿Por qué nunca te he visto? ¿Por qué mi padre me maltrata?

Misako: Montgomery, el no es tu padre. El te arrebató de nosotros.

Apreté su mano aún más fuerte.

Lloyd: No me abandones.

Misako: Nunca lo haré. *Le da un beso en la frente * Nunca estarás solo.

Al despertar, comencé a voltear a todos lados, un poco desorientado. No recordaba que había soñado. No puedo quitarme esa imagen de las estrellas... Se veían hermosas brillando allá arriba esperando a que yo las contemplara... Sé cómo se sienten, abandonadas y olvidadas, igual que yo... Pero no volveré a verlas, no si sigo encadenado. Escuché la puerta abrirse y a Malcom bajando las escaleras. Volteé a verlo con mucho odio. El me volteó a ver.

Malcom: ¿Qué? ¿Quieres que te vuelva a golpear?

No le respondí. El dejó la bandeja de la comida y se paró frente a mi. Traté de levantarme, pero la pierna que estaba atada a la pared no me respondía de lo lastimada que estaba. Entonces el se agachó. Me golpeó fuerte en el estómago arrebatándome el aire.

Malcom: Te crees valiente cuando eres un cobarde.

Malcom me ayudó a respirar otra vez. ¿Por que me deja vivir? Observó mis heridas.

Malcom: Si no lavamos eso, se va a infectar.

Malcom desencadenó mi tobillo. En cuanto lo hizo, lo ataqué con mi poder. El se molestó mucho y me dio otra bofetada más. Me puso un brazalete que anulaba mis poderes y me cargó hasta el baño del sótano. Me dejó en la ducha y cerró la puerta.

Malcom: Supongo que ya sabes bañarte solo. ¡Desvistete!

Comencé a quitarme la ropa. En cuanto acabé, me metí a la ducha y comencé a bañarme. Cuando terminé, salí de ahí. Mi tobillo seguía sangrando. Malcom metió un poco de ropa nueva y me vestí con esa, una camiseta de color café que era algo grande para mi, un pantalón corto negro y unas calcetas. Terminé de vestirme, ya que el muy imbécil de Malcom me estaba apurando. En cuanto salí, me jaló bruscamente del brazo, me encadenó y me sentó en un sillón. Comenzó a vendar mis heridas, mientras lo hacía, yo lo miraba con mucho odio.

Malcom: No me mires así, mocoso.

Lloyd: ¡¿Pues cómo quieres que te mire?!

Malcom: *Le da una bofetada* ¡Ya te he dicho que no me contestes así!

Lloyd: *Entre dientes* Que idiota.

Malcom: ¡¿Qué dijiste, imbécil?!

Lloyd: No repito dos veces.

Malcom me tomó del cuello y me estampó contra la pared. Me comenzaba a faltar el aire.

Malcom: ¡¡¡Escuchame bien, niño!!! ¡¡¡No me hagas matarte!!!

Malcom me soltó y me dejó caer muy fuerte al suelo tosiendo. Mi respiración se hizo más pesada, pero el no me ayudó esta vez, solamente me aventó el inhalador. En realidad, yo no sé cómo usarlo, así que seguí tratando de respirar.

Lloyd: A... A-Ayuda... me... Por... fa-favor...

Malcom: En verdad eres inútil.

Lloyd: ¿Q-Qué?

Malcom: *Imitando la voz de Lloyd* No repito dos veces.

Malcom se fue dejándome solo. Tomé el inhalador y traté de usarlo, me ayudó a seguir respirando. Cuando al fin mi respiración se había restaurado, miré el inhalador y comencé a llorar. No puedo creer que mi vida dependa de esta cosa. Si no me quiere, ¿por qué simplemente me deja vivir?

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