Narra Malcom

Fui a la cantina más cercana que había. Seguía algo molesto con mi padre, ¿como se le pudo olvidar algo tan importante como eso? Ahora tengo que cuidar al mocoso durante 14 años.

Entré a la cantina, vi a mi alrededor como los hombres que estaban allí me miraban muy incómodamente. Intenté ignorar eso. Seguí con mi camino y llegué a la barra.

Malcom: Dame una cerveza fría.

El hombre que me atendió me dio la botella escurriendo por lo fría que estaba. Comencé a tomar, y seguí, otro y otro trago hasta ya no poder más. Me levanté, pagué por los tragos y salí del lugar. Estaba más que tomado, no podía ni caminar. Pero valió la pena ya que me encontré con unas chicas. Aproveché y fui con ellas.

Malcom: Hola señoritas, parece que están esperando a alguien.

Chica 1: Vaya tipo que eres. No, no esperamos a nadie pero... parece que tu quieres algo, ¿no?

Malcom: Me leíste la mete nena.

Chica 2: Entonces llevemos esto a algo más privado, ¿por que no nos llevas a tu casa, tigre?

Malcom: Me parece una gran idea.

Las llevé a mi casa, entramos y todo estaba tranquilo no me preocupé y simplemente me dejé llevar...

Después de todo eso...

Estaba llegando a lo bueno, cuando...

*Se escucha el llanto de un bebé*

Chica 1: ¿Tienes hijos?

Malcom: Debió de haber sido el vecino.

Chica 2: Pero se escucha muy cercano.

Chica 1: Sabes qué, ya nos vamos. Se está haciendo tarde.

Malcom: No, chicas, esperen.

Chica 2: No, insistimos. De seguro debe ser muy difícil para ti todo esto...

Chica 1: Creo que seria mejor dejarte para que puedas dormir temprano.

Las chicas se visten y se van sin que yo pudiera detenerlas. Bajé al sótano muy molesto y vi al rubio lloriqueando.

Malcom: ¡¿Pero qué demonios te sucede?! *Se tapa la nariz* ¿Y por qué hueles tan asqueroso? No me digas que no fuiste al baño.

Lloyd seguía llorando. Me estaba comenzando a irritar, pero no sabía que hacer para que se quedara callado.

Malcom: Diablos. ¡¿En serio tenias que hacer esto?! ¡¿Y por qué de este modo?!

¿Y ahora qué hago? No puedo contratar a alguien para que haga esto o sabrá que soy un secuestrador. No queda de otra, tuve que cambiar a Montgomery viendo un tutorial en YouTube.

Malcom: Esto fue asqueroso, tu eres asqueroso.

Fui a lavarme las manos. Mientras, escuché la risa del niño. Molesto, fui a reclamarle, pero me sorprendió ver que una araña se le acercaba. Cargué a Lloyd y pisé la araña suficientes veces como para matarla. Luego lo llevé a mi cuarto, no dormiría allí abajo hasta que limpie. El mocoso se seguía riendo.

Malcom: No es gracioso. Pudiste haber muerto.

Dejó de reírse y me empezó a mirar con sus ojos esmeraldas. Extrañamente, su mirada era algo cálida. Luego lo acurruqué en mis brazos hasta que se quedó dormido. Creo que sabré cómo dominar a este crío. Después de eso, fui a la farmacia a comprar más medicamentos para su enfermedad, unos chupones, biberones y pañales. Regresé a casa bastante tarde. Dejé todo en el sótano y subí a dormir, pues mañana debía ir a trabajar... Pero ahora que lo pienso, Lloyd no me va a dejar tranquilo, y no puedo contratar a alguien que lo cuide por mi, porque sabrá que yo lo secuestré... No puedo arriesgarme. Tendré que dejar ese trabajo y buscar otro en el que no salga de casa.

Me senté en la cama y miré al pequeño que dormía pacíficamente con un poco de ira. Morro, mi padre, siempre ha estado obsesionado por encontrarlo y obtener su poder. Tanta era su obsesión, que me dejó de lado. Por su culpa yo fui olvidado. Ahora yo me encargaré de arruinar sus primeros 14 años de vida y me quedaré con sus poderes, tal vez así mi padre me ponga atención.