18. Descendientes de Maestros Elementales

Narra Morro

Después de escuchar lo que me dijo Malcom, salí del Reino de los Espíritus sin pensarlo dos veces. Fui a revisar de que se trata todo este alboroto, busqué en toda la cuidad de Ninjago tratando de encontrar a aquellos mocosos los cuales se hacen llamar, creo que mi hijo dijo "ninjas". Tenía que saber de ellos y saber si no habían captado sospechas. ¿Descendientes de maestros elementales? Ja, ya veremos.

Seguí sin ningún rastro de ellos, me desesperé en cierto punto. Así que fui a la casa de mi hijo. La verdad no tenía muchas ganas de verlo, por eso me perdí en el bosque no tan lejos de donde el estaba , pero me encontré con algo que no me gustó para nada. Junto a un árbol habían manchas de sangre y rasgaduras en el tronco de este. Estaba cerca de la casa de Malcom, fui a dar un vistazo. Llegué a la casa, le di una vuelta por el exterior, me sorprendí al ver algo más bien a alguien en una de las habitaciones del edificio. Era Lloyd, estaba dormido se veía terrible, parecía tener heridas graves. Atravesé la ventana, ahora me encontraba en el interior de la habitación, solo lo vi de reojo. Al parecer mi hijo no es tan estúpido, ató al muchacho al sofá donde se encontraba dormido, pero con su estado actual no creo que pueda ir muy lejos.

Oí que mi hijo venía a la habitación, así que me escondí, no quería que me viera. Entró con diferentes cosas en una bandeja.

Malcom: ¡Mocoso, levántate!

Lloyd: Si ya oí, no me lo tienes que gritar.

Malcom: ¡Escucha no me hables así o te juro que te dolerá hasta la conciencia!

Lloyd: *Algo asustado* S-Si lo siento.

Malcom: Ten te traje esto. *Le entrega algo de comida*

Al parecer Lloyd tomó aquello como si no hubiera comido en días. Vi como mi hijo tocó levemente su frente, al parecer estaba enfermo, no me sorprende. Con mi hijo a su cuidado cualquiera se pondría en un mal estado.

Malcom: Parece que tu fiebre bajó, al igual que tu lo harás.

Lloyd: ¿A qué te refieres?

Malcom: Que ya estas mejor, así que irás de vuelta al sótano.

Lloyd: ¡¿Qué?! ¡No por favor, no quiero volver ahí!

Malcom: ¿¡Entonces quieres pasar la noche sólo de nuevo atado a un árbol!?

Lloyd: E-Eh... No... No quiero.

Malcom: Entonces ya no hagas berrinches.

¿Acaso escuche bien? ¿Malcon había atado a Lloyd a un árbol, toda la noche? Eso explica su mal estado. Mi hijo es un maniático. De esta no sale vivo.

Vi que desató el tobillo del menor y lo cargó fuera de la habitación, se notaba en la cara del pequeño que definitivamente no quería volver a ir allí abajo. Lo llevó hasta el sótano y lo volvió a instalar ahí como ha estado estos últimos 11 años. En cuanto salió del sótano subió a su habitación no lo pensé dos veces y lo sorprendí...

Morro: ¡Malcom!

Malcom: ¡AHH! ¿Qué haces aquí? ¡No me espantes así!

Morro: ¿Acaso es verdad?

Malcom: ¿¡Qué?!

Morro: ¡Que dejaste a Lloyd, allí afuera atado a un árbol!

Malcom: ¡Y eso a ti qué te importa!

Morro: ¡Bastante idiota! ¡¿Qué no vez que pudo morir?!

Malcom: ¡Pues tú no sabes lo fastidioso que ha sido estos 11 años!

Morro: No creo que haya sido más fastidioso que tu.

Malcom: ¡Ya basta! Escucha el no esta muerto, eso es lo que importa, así que ahora déjame en paz y lárgate de aquí, ¿quieres?

Morro: Bien, pero solo hay algo que no entiendo... como puede ser que tu seas mi hijo, solo eres un imbécil.

Habiendo dicho eso me fui, ahora tengo un trabajo que hacer encontrar a esos "ninjas". Caminé por todo el bosque en busca de dichos mocosos. Después de un rato, los vi entrenando en un pequeño valle al lado del bosque, bueno, solo a dos de ellos.

Cole: Venga, Kai. Debes aprender como apagar tu fuego.

Kai: Necesitó a Nya y a Zane. No puedo hacer esto solo.

Cole: ¡Agh! Venga, solo hazlo.

El ninja rojo se alejó del negro y caminó hasta donde yo me encontraba.

Kai: Hola, ¿qué hace por aquí, señor?

Morro: Los encontré.

Kai: ¿Qué?

Salí de mi escondite, ambos se sorprendieron al ver que soy un fantasma. Use mis poderes del viento y aventé al maestro de la tierra fuera de eso. El ninja rojo se enfrentó a mi. Lo atacaba con furia, luego se nos unió el ninja negro.

Morro: No pueden vencerme, puedo pelear hasta la eternidad y nunca me voy a cansar.

Kai: Quizás no podamos vencerte, pero un ninja nunca se rinde.

Avente a Kai con mis poderes y comencé a golpear con furia a el ninja negro. Vi que sacó una espada, así que yo también lo hice. Ambos combatíamos al otro. Me cansé y le hice una herida en su abdomen.

Kai: ¡Cole!

El ninja negro cayó al suelo herido.

Morro: Me gustaría quedarme, pero tengo asuntos más importantes que debo atender.

Dicho esto, me alejé de ellos. Caminé y abrí un portal a el Reino de los Espíritus. Entré en el.

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