16. Una fiesta, otra tortura
1 año después...
Narra Lloyd
Desperté de nuevo con un horrible dolor de cabeza. No recordaba que había sucedido ayer, supongo que Malcom me volvió a golpear. De pronto sentí un cosquilleo recorriendo todo mi cuerpo... mejor dicho, varios cosquilleos. Levanté mi cabeza ligeramente y vi algunos insectos caminando sobre mi. Me dio mucho asco y repulsión, pero no me moví. Tenía miedo de que Malcom bajara furioso y me golpeara con algún objeto. Solo relaje mi cuerpo tratando de ignorar a los pequeños animalitos que caminaban sobre mi.
Todo iba normal hasta que vi a una araña en mi nariz. Grité tan alto como pude y me levanté de un salto espantando a todos los insectos. Comencé a sacudirme como un desquiciado. De pronto ocurrió lo que temía... Malcom empezó a bajar las escaleras del sótano. Parecía molesto. Yo no podía parar de moverme, ya que la araña se había metido debajo de mi camisa.
Malcom: ¡Te quieres callar! ¡¿Pero qué diablos te sucede?!
Lloyd: ¡Tengo una araña! ¡Quitamela! ¡Quitamela!
Malcom solo me dio una bofetada. Dejé de moverme. Me tomó por el cuello de mi camisa.
Malcom: Te vas a callar ahora, o no podrás despertar mañana.
Vi la araña sobre su hombro. Me asusté y comencé a dar pequeños grititos. Malcom se molestó y me lanzó al suelo con fuerza. Quedé aturdido. Fue a la esquina del sótano y sacó una palanca para abrir las puertas. Se acercó a mi y me dio con fuerza en la espalda. Grité de dolor y empecé a temblar esperando otro golpe igual, pero sonó el timbre de la entrada.
Malcom: Te salvaste por esta vez.
Malcom se fue dejandome tirado en el suelo. Traté de levantarme, pero me dolía demasiado. Me arrastré hasta la pared y me recargué en ella. Comencé a llorar. Más tarde bajó Malcom con mi ropa encendiendo la luz. Entrecerré los ojos por el dolor de cabeza.
Malcom: Te vas a cambiar, habrá otra fiesta esta noche.
Malcom me empujó y me puso el corset. Esta vez, me lo puso muy apretado, supongo que tiene que ver el hecho de que lo hice enojar. Me dolía respirar de lo apretado que estaba. Luego me puse mi vestido, mis mallas y mis tacones. Malcom me maquilló y me arregló el cabello.
Malcom: Te hace falta un corte, supongo que eso te hará ver mejor.
Malcom fue por unas tijeras y comenzó a cortarme el cabello por encima de los hombros. Luego me puso un espejo en frente. No me veía mal, pero no me gustaba mi aspecto.
Malcom: Te dejaré solo, mocoso. Y más te vale que estés listo para cuando vuelva, porque no quiero que se repita lo de la vez pasada.
La vez pasada había salido despavorido y gritando cuando uno de los sujetos de la fiesta intentó besarme. Me dio bastante asco porque tenía trocitos de comida entre los dientes y un horrible aliento.
Lloyd: De acuerdo.
Malcom se fue de nuevo y me quedé ahí sólo hasta las 8 de la tarde. Tenía mucha hambre, pero casi no habíamos ganado dinero, así que tenía que conformarme estando hambriento. Me quedé dormido.
Comencé a abrir mis ojos lentamente. No sabía en donde me encontraba hasta que visualice las paredes. Estaba en una habitación de la casa. Tenía mi cabello alborotado y alguien me había desvestido. Encontré mi ropa tirada en el suelo con $900. Me levanté, pero me dolía el cuerpo. Me vestí con trabajo y salí al primer piso con mucho dolor al caminar. Encontré a Malcom en la fiesta.
Lloyd: Malcom...
Malcom: ¿Qué quieres, mocoso?
Lloyd: Ten...
Le entregué el dinero. El me lo arrebató de las manos estaba algo ebrio, me empujó. No pude volver a levantarme, ya no quería hacerlo, me dolía. De pronto llegó un hombre y me vio tirado en el suelo.
X: Vaya, que hace un ángel como tu tirada en el suelo.
Lloyd: ¿Qué es ángel?
X: Tsk, nada. Mi nombre es Jonathan. Ven, creo que te hace falta un trago.
Jonathan me levantó del suelo y me llevó a la cocina. Había comida y agua, cosa que no había probado desde hace mucho. Comencé a comer desesperado, y luego tomé agua. Tenía un sabor extraño, así que la escupí.
Lloyd: ¡¿Qué es esto?!
Jonathan: Agua. Vamos, toma.
La miré dudoso y después comencé a tomerla. Sabía deliciosa, pero tenia la necesidad de tomar más... Tomé y tomé sin parar. Perdí la cuenta de cuanto había bebido esa noche. Después de varios tragos empecé a perder el juicio, no podía caminar bien ni si quiera hablar correctamente. Parece que lo que me dio me hizo efecto. Sentía mis párpados muy pesados quería que la fiesta terminara pero al parecer no cambiaba nada.
Estuve caminando sin rumbo por toda la casa hasta que choqué con una puerta, ese golpe me despertó un poco. Sobé mi cabeza, me dolía. Luego vi la puerta de abajo hacia arriba, no sabía a donde llevaba. Volteé a ver a todo mi alrededor, solo habían hombres bailando y tomando, nadie parecía prestarme atención. Decidí ver que había detras de aquella puerta. Solo echaría un vistazo...
Lloyd: Bien aquí vas, solo una miradita y ya...
Así lo hice, tome el picaporte le di vuelta y la abrí. Abrí la puerta, rápidamente vi y me sorprendió ver lo que se ocultaba del otro lado... la salida de este lugar. Habían árboles alrededor, tierra y el cielo, todo estaba oscuro pero era hermoso. Mi corazón latió muy rápido al ver de nuevo el mundo exterior. Me sentí con mucho gozo pero eso no duró mucho.
De repente sentí que uno de los hombres que bailaban me empujó, provocando que saliera de la casa cayendo al suelo, la puerta se cerró detrás de mi. Al escucharla mis ojos se abrieron como platos. Mi corazón casi se detiene del susto, así que corrí en dirección a la puerta. Intenté abrirla pero se cerró con llave.
Lloyd: ¡No, no, no, por favor! ¡No! ¡Déjenme entrar! ¡Habrán la puerta!
Nada se escuchó, la música estaba a todo volumen y no creo que me hallan escuchado. Me giré y me pegué a la puerta alarmado. Si Malcom me veía aquí afuera, me mataría.
Intenté calmarme, pero no pude. Estaba muy asustado, me senté enfrente de la puerta pero de inmediato sentí algo caminar sobre mi mano. Volteé a ver y era una hormiga. Me asusté y corrí intentando quitármela. No miré hacía donde corría eso me hizo chocar.
Lloyd: *Sobandose* ¡Auch!
Me había golpeado con un árbol. Era un árbol muy grande solo me quede admirándolo. Había varios a mi alrededor, caminé entre ellos. No podía creer que estaba de nuevo entre esas siluetas. Recordé que había algo arriba de mí, alce la cabeza y allí estaban, las estrellas esparcidas por todos lados de nuevo. Me senté y las admiré, así estuve por mucho tiempo hasta que el ruido en la casa se detuvo. Me asusté, la fiesta había terminado. Muy silenciosamente me dirigí de vuelta a la casa, no quería que Malcom me viera.
• • •
Narra Malcom
La fiesta había terminado, me despedí de unos amigos. Apagué la música, la casa era un desastre, no me preocupe mucho por eso. El mocoso no vino conmigo así que lo llamé.
Malcom: ¡Niño!
El no respondió, me alarme y fui arriba a revisar si estaba vivo. Abrí cada habitación y nada no estaba allí, ese niño va a hacer que me maten. Salí afuera de mi casa con una lampara buscando a ese niño malcriado. Lo busqué en el bosque, no estaba ahí. Regresé a la casa y lo encontré tratando de abrir la puerta. El me miró con unos ojos llenos de temor.
Lloyd: No me lastimes, Malcom. Traté de entrar...
Malcom: ¡Suficiente!
Agarré a Montgomery de la oreja. Lo llevé hasta un árbol y lo até con unas sogas a el.
Malcom: Si tanto te gusta estar afuera, te quedarás ahí toda la noche, pero antes...
Fui a la entrada de mi casa y saqué un látigo. Lo desenvolví y me acerqué a Lloyd. El me miraba con esos ojos inundados de miedo y piedad. Lo ignoré por completo y le di un latigazo.
• • •
Narra Lloyd
El alzó su mano con la cuerda y yo solo sentí como atravesaba mi piel. Grité de dolor con cada herida que me hacía. Luego de 6 latigazos, se fue dejándome solo en el bosque.
Lloyd: ¡Malcom! ¡Vuelve, por favor!
Pero no volvió. Apagó todas las luces de la casa dejandome sumido en una horrible oscuridad. Mis lágrimas comenzaron a resbalar por mis mejillas.
Lloyd: ¡¿Por qué yo?!
Seguí llorando. Tenía mucho frío y miedo. Algo podía venir y hacerme algo peor que lo que me hace Malcom. Sentía mi sangre cálida derramándose por todo mi cuerpo. Desearía no haber nacido...
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