14. La "chica" de la fiesta

Narra Lloyd

No pude dormir en toda la tarde debido al dolor y asfixia que me provocaban las prendas. En un rato que se me hizo eterno, Malcom bajó al sótano.

Malcom: ¿Estas listo?

Lloyd: Em... Supongo.

Malcom abrió la puerta del sótano. Afuera se podía escuchar música y se podían ver luces de distintos colores. Debe ser el Sol.

Malcom: Te lo advierto, si sales de esta casa, considerate hombre muerto.

Asentí y subí las escaleras emocionado. Me topé con varios hombres que estaban bailando, saltando y bebiendo en toda la casa. De un momento a otro me arrepentí de haber subido, ya que todas las miradas se posaban en mí.

Y: Oye, nena, te ves preciosa esta noche.

Z: Oye, no te vayas tan rápido, preciosura.

Nervioso, busqué un lugar donde esconderme, pero alguien me tomó del brazo. Giré a ver quien era. Un hombre alto y musculoso con cabello negro me sujetaba fuertemente.

X: ¿A donde crees que vas, muñeca? La noche es joven. Permíteme presentarme, soy Sam. ¿Y tú eres?

Lloyd: *Forcejeando* Sueltame.

Sam: Tengo una mejor idea, "Sueltame". Vamos a bailar un rato.

Sam me jaló hasta la pista de baile. Ahí me soltó y comenzó a bailar. Realmente pensé que el mundo exterior me iba a gustar, pero no me gusta nada. ¿Y donde están las mujeres? Yo no veo a ninguna. Miré a Sam, no dejaba de bailar. Era mi momento de escapar, así que salí de ahí. De nuevo sentí que alguien me tomaba del brazo. Era Sam.

Sam: Disculpa, ¿ibas a dejarme solo bailando?

Lloyd: Uh...

Me jaló de vuelta. Esto era horrible. Quería salir de aquí. Me tomó de la cintura y me acercó a el. De un momento a otro, sentí su mano bajando. Eso no me gustaba nada y no se lo iba a permitir. Le di una bofetada y salí de la pista de baile. Fui a tomar algo. Estaba muy decepcionado. Tantos años queriendo salir para que el mundo fuera así. Miré de donde provenían las luces y vi un montón de focos de colores. Estaba triste.

Sam: Oye, no te pongas así.

Me aparté de inmediato asustado, pero tropecé y caí al suelo.

Sam: Eres bastante linda, preciosa.

Me tomó en sus brazos y me cargo hasta arriba. Comenzaba a asustarme. ¿Qué haría conmigo? ¿Me mataría? ¿Me golpearía? No quería saberlo. Me llevó a una habitación oscura y comenzó a lamer mi cuello.

Lloyd: B-Basta... Detente... ¿Qué haces?

Sam no respondió y siguió haciendo lo mismo. De pronto sentí una de sus manos en mi trasero. Trate de apartarme, pero era inútil.

Lloyd: ¡Dejame en paz!

Sam: Chica, eres muy ruda. Me gusta.

Lloyd: No soy una chica. Soy un chico y mi nombre es Montgomery.

Sam: ¿Qué dices?

Lloyd: Solo... Solo deja de tocarme y te cuento.

Sam apartó sus manos de mi. Encendió la luz de la habitación. Me senté en la cama y lo invité a hacer lo mismo.

Lloyd: Mira, mi... padre y yo vivimos en esta casa. El no me ha permitido salir del sótano por mi enfermedad. Pero estamos teniendo una pequeña crisis económica. El ya no va a poder alimentarme, así que me dijo que me pusiera a trabajar en fiestas como esta vestido de mujer. Y-Yo... nu-nunca pensé que el fuese a llegar al extremo de hacerme esto.

Tape mi rostro con mis manos. No lloraría, no frente a alguien que acabo de conocer.

Sam: ¿Acaso estas llorando?

Me sonroje. Esto era bastante vergonzoso.

Sam: Oye, niño, lo lamento por ti y tu padre. No se por cuantas cosas hayas pasado, ni cuantas terribles cosas hayas visto. Pero te ayudaré a que no las veas por un tiempo.

El hombre me entregó una especie de papel verde con un número impreso en el.

Sam: Te daré un poco de dinero y tu... Solo olvida lo sucedido, ¿de acuerdo?

Asentí con la cabeza y me limpie las lágrimas. Sam me rodeó con sus brazos y me atrajo a el. Me tomó muy imprevisto.

Lloyd: ¿Qué haces?

Sam: Te doy abrazo. Tu no te preocupes, todo saldrá bien.

Mientras Sam me abrazaba, pude ver una pequeña ventana en la habitación.

Sam: Bueno, niño. Discúlpame por lo sucedido. Te dejaré solo.

Sam se fue y yo me quedé solo de nuevo, pero ya no estoy encerrado. Fui a la ventana y miré el gran y oscuro bosque que se extendía por kilómetros y kilómetros. Era de noche. Mire el cielo y las estrellas. Ahí estaban tal y como los recordaba. Ahora entiendo en que consiste mi "trabajo".

De pronto llegó Malcom a la habitación y abrió la puerta de golpe. Me vio viendo las estrellas.

Malcom: ¿Por qué no estas ahí abajo en la fiesta?

Le enseñé el papel que Sam me había dado momentos atrás. Malcom me lo arrebató y lo guardó en el bolsillo de su pantalón.

Malcom: Bueno, creo que ya terminó tu momento de trabajar.

Lloyd: Em... Oye, Malcom. La ropa que traigo puesta me queda un poco grande. ¿Crees poder conseguir una talla menor?

Malcom: Esta bien. Pero será con tu dinero.

Lloyd: ¿O por qué no vendes esta ropa?

Malcom: Esta bien. Ahora de vuelta al sótano.

Miré la ventana una ultima vez. Me prometí a mi mismo que volvería a ver las estrellas. Lo haría costara lo que costara. Sin embargo, ahora debía concentrarme en mi trabajo. No iba a dejar que nadie me hiciera daño ni que invadieran mi espacio. Tendré que usar ropas más ajustadas para que sean más difíciles de quitar. Caminé de vuelta al sótano. Tal vez no todo el mundo exterior sea como Sam, Malcom y Morro. Tal vez solo una pequeña parte del mundo sea así. Entré al sótano y comencé a cambiarme. Fue un alivio quitarme todo el vestuario. Me acosté en mi colchón y me quedé dormido.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top