(42) Capitulo Especial
Solamente para aclararles; este capitulo no afecta la historia original, esta escrito en un mundo alterno a esté siendo un omegaverse. ¡Disfruten de la lectura!
Maldición, maldición, ¡maldita maldición!
¿Acaso los omegas tenían que sufrir siempre de esta mierda? —pensó Yoongi mientras sentía como su corazón seguía latiendo en desenfreno después de salir corriendo prácticamente disparado de su salón de clases en cuando la hora del almuerzo comenzó, sentía como el calor poco a poco iba en aumento en todo su cuerpo, su rostro ardía en demasía y una ligera capa de sudor comenzaba a resaltar su piel.
El omega cerro sus ojos con fuerza sintiéndose totalmente estúpido, su celo se había adelantado y no tenía ni siquiera la certeza del porqué, él siempre llevaba un conteo perfecto, cada tercer mes del año su celo venía a darle en la torre, y detestaba esos días porque tenía que usar supresores y debía faltar el primer día del celo porque siempre era el que más le causaba problemas, como ahora por ejemplo, la sudoración excesiva, sus piernas sintiéndose flácidas por cada paso dado, y su aroma delatándolo no eran de gran ayuda, chasqueo la lengua sintiéndose levemente impotente por su situación, pero necesitaba llegar pronto a la enfermería por unos supresores aunque eso significase arrastrarse hasta llegar a ese dichoso lugar que se convertiría en su salvación.
Sus pies se arrastraban levemente contra el suelo mientras una de sus manos cubría su vientre bajo debido a los pequeños dolores que le estaban comenzando a molestar, sin contar que también estaba el hecho de querer dejar de sentir esa incomoda sensación ligera y húmeda en su parte trasera causada por el lubricante que estaba comenzando a salir, ¡ahora recordaba porque odia tanto ser lo que es! Pero la Diosa luna lo había hecho así y no había otra manera.
Pudo haber seguido su camino y más al dar una pequeña vuelta por el pasillo, estaba a escasos metros de la enfermería, pero claro al parecer alguien más no quería que llegará, y parecía ser que ese alguien era el destino, ¡oh maldito seas destino que siempre pones a las personas equivocadas en su camino! Yoongi había terminado por chocar contra un cuerpo fornido, más alto que él y para colmo el aroma era de un alfa, pero no de cualquier alfa y eso fue lo que detesto más, porque ese aroma entre madera quemada y licor era de Park Jimin.
Los pies de Yoongi trastabillaron, anunciando su inminente caída, pero claro allí estaba su "príncipe azul" para rescatarlo, Jimin en un movimiento rápido, apreso la esbelta cintura del omega la cual siempre oculta dentro de esas ropas holgadas suyas que lo hacían ver tan raro, y lo apego hacia su pecho, el omega de inmediato coloco sus manos al frente del cuerpo ajeno para evitar pegarse mucho, no quería que Jimin notase su fragilidad en ese momento, sería su perdición, además de que le repugnaba tenerlo cerca.
—¡Vaya, vaya! —dijo Jimin al ver quien había chocado con él—. Miren nada más —sonrió ladino—, parece que alguien me trajo un regalito.
—Suéltame bastardo de mierda —bramo el omega mientras intentaba con las pocas fuerzas que tenía de alejar al alfa de él—, ¡joder, Park, ya déjame!
—¿Por qué lo haría? —Yoongi sintió un ligero escalofrío al sentirlo acariciar su cintura con sus dedos—. Tienes bien escondidas esas curvas, omeguita, ¿qué te parece si me las muestras un poco?
—¡Vete a la mierda! —Yoongi frunció su ceño y gruño por lo bajo, el alfa frente a él soltó una suave risa.
—Tan amable como siempre —Jimin disfrutaba ese enojo, era encantador, el alfa estuvo por decir algo más pero el aroma intenso de deseo del omega lo hizo sacudir ligeramente la cabeza, ese dulce aroma suyo siempre era ocultado por todos esos estúpidos neutralizadores, y ahora que lo percibía más le parecía la fragancia más deleitante de todas, ni siquiera podía ser comparada a la de otros omegas, el aroma natural de su omega es fascinante—, estás en celo... —la ligera y tenue voz de Jimin hizo que Yoongi dejase de removerse.
El omega gruño de nuevo mientras miraba a los ojos al alfa, esto no tiene que pasarle, sabe que Park tiene una sola intención con él desde hace meses, y no quiere que lo haga, ahora mismo se encuentra débil, jamás se ha dejado dominar por sus instintos más bajos, y no lo haría ahora, jamás, mucho menos si es con ese imbécil de Park Jimin.
—¿Debería sentirme agradecido? —pregunto Jimin mientras sonreía en grande, burlón—. Estás en celo, eres un omega y yo un alfa que por supuesto esta dispuesto a ayudarte si me lo permites... —relamió sus labios frente a Yoongi haciendo que el omega negase con la cabeza repetidas veces.
—Ni loco dejaría que tú, Park me pusieras un dedo encima, maldito alfa de pacotilla.
Jimin soltó una suave risa.
—¿Y qué te parece si te pongo un dedo en otro lado?
—Eres un asqueroso de mierda —Yoongi volvió a forcejear—, te juro que si intentas hacerme algo, gritaré...
—¿En verdad me crees capaz de tocarte sin tu consentimiento? —la mirada del alfa era seria, sus ojos permanecían conectados con los del omega, Yoongi pudo notar que las pupilas del alfa se dilataban, eso no era una buena señal, su corazón comenzó a latir en desenfreno, el miedo comenzó a recorrer su cuerpo levemente, porque lo que más sentía en esos momentos era la estúpida y ferviente necesidad de que Park Jimin lo tocará, pero por supuesto no lo dejaría y no se lo haría saber.
—No confío en ti... —dijo Yoongi dejando de forcejear, sus rodillas temblaban, sentía que la debilidad debido al calor del celo lo haría desmayarse en cualquier momento.
Yoongi estuvo a punto de desplomarse, pero Jimin lo sostuvo con fuerza por la cintura, el omega volvió a mirarlo a los ojos, Yoongi se percato del brillo en la mirada del alfa cuando volvieron a conectar miradas, algo en esos ojos oscuros en deseo le decían que podía confiar en él, pero claro Yoongi no quería hacerlo, confiar en los alfas no era una opción y mucho menos confiar en un alfa como Park Jimin.
—Te llevaré a la enfermería —susurro el alfa, y antes de que Yoongi pudiera negarse, el alfa no dudo en agacharse un poco para después tomarlo por debajo de sus rodillas y así cargarlo, el omega dejo caer su cabeza por debajo del cuello del alfa, sintiéndose débil y sumamente acalorado, cerro por unos momentos sus ojos, tratando de controlar su respiración errática.
Jimin de inmediato llevo al omega a la enfermería y allí pidió de inmediato unos supresores para el omega, la enfermera le había indicado que podía tomar asiento en una de las camillas que se encontraban allí para que no tuviera que cargar al omega, Jimin dio un asentimiento, mientras que la enfermera se dedicaba a buscar los supresores para omega.
—Tranquilo, omeguita —susurro Jimin despacio, mientras se dedicaba a darle pequeñas caricias a su espalda baja, dando pequeños círculos por sobre la ropa—, ya van a traer tus supresores...
—¿Por qué...? —Yoongi elevo un poco la cabeza, separándose un poco del alfa—. ¿Por qué lo haces?
—Porque quiero —menciono Jimin, el omega frunció ligeramente el ceño.
—Esa no es una razón aparente...
—¿Debería tener una? —Jimin sonrió ladino—. Escucha, dijiste que no confías en mí, ¿no es así? —el omega no dijo nada—. Min Yoongi, haría cualquier cosa a mi alcance con tal de que confíes plenamente en mí.
El corazón del omega dio un vuelco al escuchar aquellas palabras, pero no lo entendía, se supone que Jimin lo detesta, se odian, ¿no es así?
—Se supone que me odias... —susurro el omega.
Jimin no evito soltar una corta risa ante las palabras de su omega.
—Te odio —dijo Jimin, miro a los ojos al omega—, pero te amo más de lo que te odio, Min Yoongi...
El omega no pudo decir nada, no cuando el alfa junto sus rostros para robarle un corto beso, el cual hizo un ligero chasquido al separar sus labios, Jimin le sonrió y Yoongi no sabía que hacer, que decir, lo había dejado completamente en silencio.
—¿te gusto? —Jimin relamió ligeramente sus labios—. Me encantan tus labios Min Yoongi, tienen el sabor de algo desconocido que solamente yo puedo percibir, me encantan tus curvas aunque las escondas, me gusta cuando tu nariz se arruga cuando algo te molesta, me encanta verte sonreír con tus amigos, puede que desde un inicio mi atención no estaba completamente en ti, puede que inclusive llegue a odiarte, pero de todas las personas a mi alrededor, tú eres quien ha sido más sincero conmigo... y eso me encanta, Min Yoongi... eres ese pequeño cosquilleo que siento cada vez que pruebo un dulce acido en mi boca esa sensación que deseas volver a sentir una y otra vez sin parar.
—¿Por qué me dices todo eso? —era la primera vez que Yoongi se sentía totalmente pequeño frente a un alfa—. No lo entiendo —quizás solamente no quería hacerlo, porque entendía perfectamente lo que trataba de decirle Park Jimin.
—No lo entiendas entonces —Jimin llevo su mano libre hacia los labios del omega—, no trates de comprenderlo y... —volvió a acercar su rostro al del omega—, solamente se mío, Min Yoongi.
Y de nuevo junto sus labios con los del omega, y por primera vez en todo este tiempo, Min Yoongi se permitió de disfrutar de aquel beso que le proporcionaba el alfa.
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