40
Las cosas no estaban yendo por el camino que él esperaba, pero ¿qué importaba? No era como si a Jimin no le gustase el camino que toda la situación llevaba, en toda su vida las personas con las que había estado habían sido fáciles de conseguir, bastaba una sonrisa, una mirada, uno que otro regalo, palabras cursis y listo, los tenía a sus pies, pero a veces las cosas fáciles se volvían aburridas, y aunque Jimin admitiera que el modo fácil era mejor que el difícil, no pudo evitar no sentirse levemente atraído por ese pequeño reto llamado Min Yoongi.
Ese chico le odiaba en verdad, no tenía miedo de decirle lo mucho que lo aborrece, actuaba sin pensarlo mucho, se mostraba autentico ante sus ojos, y joder, eso a Jimin le gustaba, porque no se trataba de un simple chico que fingía desinterés para acercarse a él, no, sino que Min Yoongi en verdad demostraba sus verdaderos sentimientos hacia él, y no había nada mejor que la sinceridad. En un principio pensó que ese chico de ojos gatunos terminaría por ceder ante él, pero se equivoco, jamás dejaba que lo dominara en ningún momento, y Jimin no podía evitar que eso le diera satisfacción.
Puede que un principio pensase que Yoongi era un idiota que solamente quería fastidiarle la existencia, pero dejo de pensarlo en cuanto le robo aquel primer beso, probar esos labios lo había hecho sentir en el paraíso, se sentía como probar un nuevo sabor de helado por primera vez, tan enigmático y lleno de ese dulce sabor que te transportaba al lugar más pacifico y lleno de felicidad, Jimin en verdad no quería que esa sensación desapareciera, por eso no pudo evitar volver hacia Yoongi para probar de nuevo sus labios, tenerlo dominado en esos momentos lo hacía querer seguir experimentando cada vez más, probar esos labios en cualquier lugar, seguia sintiendo el delicioso sabor de estos, se estaba volviendo adicto a ellos sin que él mismo lo esperará, y no solamente era eso lo que quería, quizás Yoongi jamás le permitiese ni siquiera tocarlo más, pero estaba dispuesto a intentarlo, no le importaba ni siquiera si no accedía a la primera, estaba dispuesto a esperar lo necesario hasta que Yoongi lo diera permiso.
Estaba volviéndose loco por alguien por primera vez en su vida y la sensación le fascinaba.
Sonrió en grande mostrando sus blancas perlas mientras pasaba su mano derecha por las hebras de su cabello haciéndolas hacia atrás, relamió sus labios ligeramente con la punta de su lengua y camino animado hacia la entrada de la escuela, hoy era un día especial, uno en el que aprovecharía cualquier excusa para acercarse a Yoongi y si era posible robarle un beso, no quiere quedarse ni un solo día más sin haber besado esos lindos y delgados belfos.
Park Jimin caminaba con una encantadora sonrisa en su rostro, las miradas estaban sobre él y en todas ellas se podía leer la misma pregunta; ¿qué le habrá pasado para verse tan feliz?
Nadie lo comprendería en realidad, pero eso a Jimin le daba igual. Pudo haber llegado a su aula de clases tranquilamente con el pensamiento de encontrarse con Yoongi en algún momento del día, pero para su no muy grata sorpresa, a quien primero se encontró fue a Kuyng. Jimin al ver a ese chico no pudo evitar rodar los ojos, sabe que sí ese tonto estaba allí, significaban problemas, ¿acaso no había entendido por la escena que vio que no le interesa? Jimin soltó un bufido, el amargo en su boca no tardo en aparecer, tener que lidiar con él no estaba en sus planes del día.
—Jimin —hablo Kuyng su semblante era serio, estaba molesto, pero no quería demostrarlo en realidad, se acerco hacia Jimin para poder hablar con él—, al fin llegas estaba esperándote y...
Jimin lo interrumpió.
—No era necesario que me esperarás —contesto Jimin, el chico se percato de algo, y era que la mirada de Park le decía claramente que estaba totalmente disgustado de verlo allí, le indicaba que se alejará, que lo dejará tranquilo, y Kuyng no entendía el por qué—. ¿Qué es lo que quieres?
—Venía a hablar contigo, es sobre lo que vi... —Kuyng mordió levemente su lengua, de solo pensar en como prácticamente Jimin devoraba la boca de Yoongi sin pudor alguno, le daban ganas de vomitar—, e-ese beso con Min... —apretó ligeramente sus dientes—, ¿e-es parte de tu plan?
Jimin elevo una ceja al escucharlo, sonrió ladino.
—¿Plan?
—Sí —Kuyng pegaba sus manos a su pantalón, jalando la tela levemente con sus dedos sintiéndose nervioso y asustado—, ya sabes, el plan que tenías para vengarte de él por como te trato.
—Aahh... —Jimin dio un asentimiento—, ese plan —sonrió—, ese estúpido plan termino desde hace mucho.
—¿Q-qué? —Kuyng abrió sus ojos en sorpresa—. No puede ser, tú...
—Escucha —soltó en un resoplido—, mi plan era avergonzarlo, por eso pedí tu ayuda, ya lo hice —se encogió de hombros—, bajo la guardia y —volvió a sonreír—, debo decir que es lo mejor de todo esto.
Kuyng frunció levemente el ceño.
—En ese caso —Kuyng quería dejar ese tema de lado, no quería enterarse de la razón por la que Jimin ahora mencionaba que eso era lo mejor de todo, no soportaría escucharlo de sus propias palabras—, e-entonces ahora podemos seguir con nuestra relación.
Kuyng se obligo a sonreír levemente con sus propias palabras, sabía que ya podía tener a Jimin solamente para él de ahora en adelante, y que Yoongi dejaría de obtener toda su atención, pero en cuanto escucho como una risa llena de burla se escapaba por los labios de Jimin sintió que sus pensamientos se esfumaron por completo.
—¿Q-qué te parece divertido?
—¿Nuestra relación? —Jimin volvió a reírse, en verdad le parecía muy gracioso lo que escuchaba—. ¿Acaso te has dado un golpe en la cabeza, niño?
—Pero... —Jimin rodo los ojos.
—Escúchame bien —su tono de voz era grave, autoritario y aquella feroz mirada que le lanzaba a Kuyng solamente lo hizo sentir pequeño—, lo que tuvimos solamente fue un pasatiempo, ¿acaso no te cabe en la cabeza?
Kuyng entreabrió los labios para decir algo, pero las palabras ni siquiera salieron por lo cual Jimin continuo.
—Deja de fantasear, te utilice y eso es todo —se encogió de hombros restándole importancia—, y será mejor que te alejes de mí, no quiero que interfieras.
—¿Interfiera? —su voz tembló ligeramente.
—Sí —sonrió ladino—, mi gatito y yo necesitamos tiempo a solas, no quiero que te metas en donde nadie te ha llamado, déjame a mí y a Yoongi en paz, además —se acerco un par de pasos más hacia él—, si escucho o veo de nuevo que le gritas de esa manera a mi gatito, te partiré la cara.
—Pero... —Kuyng apretó los labios y frunció su ceño, estaba molesto—, dijiste que Yoongi no te interesaba.
—¿Y quién dice que no puedo cambiar de opinión? —Jimin llevo una mano a sus cabellos haciéndolos hacia atrás despejando su frente—. Tú no mandas en mis sentimientos.
—¿S-sentimientos? —Kuyng no podía creer lo que escuchaba—. T-tú... ¿sientes algo por él?
—¿Tienes algún problema con eso? —Kuyng entreabrió sus labios al escuchar eso—. Me gusta tu lindo amiguito —sonrió—, aunque es complicado... pero no hay nada que con el tiempo se pueda arreglar, las barreras se pueden derribar hasta con un pequeño cincel.
—E-eso... e-eso es... —Jimin miro hacia su aula, casi todo ya estaban dentro de ella, necesitaba darse prisa—, es mentira... —volvió su atención a Kuyng—, ni siquiera a mí me has prestado nada de cariño como decías, y ahora resulta que Min te gusta, ¡cómo es posible eso!
—¡Te he dicho que tú no mandas en mis sentimientos! —exclamo Jimin con fastidio—. Y ya deja de reclamarme.
—Es que no lo entiendo —dijo Kuyng mientras negaba con la cabeza—, ¿qué tiene Min que no tenga yo?
Jimin sonrió al escuchar esa pregunta, había una gran diferencia entre ellos, y Jimin estaba dispuesto a recalcársela de inmediato.
—Oh, tontito —dijo Jimin mientras caminaba a pasos lentos acercándose a Kuyng—, hay algo que los hace muy diferentes uno del otro —siguió su camino hasta quedar frente a él, lo miro a los ojos sin dejar de sonreír y acerco un poco más su rostro hacia el de aquel chico, el corazón de Kuyng comenzó a acelerarse en cuanto aquel perfume fresco y varonil inundo sus fosas nasales, le encantaba la fragancia que Park Jimin usaba—, y eso es que Min Yoongi no se entrega tan fácil como tú... —susurro Jimin al final, haciendo que Kuyng sintiera su corazón oprimirse en su pecho—, ¿sabes? Lo fácil esta bien, puedes obtenerlo de inmediato, pero es aburrido... en cambio los retos como él —soltó un largo suspiro mientras se alejaba de Kuyng—, son mucho más deseados.
No espero a que Kuyng reaccionará a sus palabras, simplemente se fue de allí para ingresar a su aula de clases, y Kuyng no sabía que hacer, que decir... había perdido y lo sabía y dolía, dolía demasiado, pero él mismo sabe que se lo había buscado desde un principio.
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