09

Escuchar las explicaciones del profesor de lengua extranjera era lo peor para Yoongi, no es que no le entendiera, sus padres le habían pagado un curso de inglés en que definitivamente no se sentía totalmente competente, pero que había servido de mucho a la hora de seguir con sus estudios, pero en ese momento definitivamente no estaba para nada de humor de seguir escuchando la clase, cuando escucho que era la hora de salir por fin del salón de clases, no pudo evitar sentirse tan animado.

—No olviden sus tareas para la próxima semana —menciono el profesor antes de salir del aula de clases, aunque ya varios alumnos se habían adelantado, Yoongi hubiera sido de esos primeros, pero es fin de semana, no tiene humor para salir corriendo de clases.

Soltó un suspiro y se dejó caer totalmente en su silla no tan cómoda, le dolía la espalda baja, pero al menos ya podía sentirse relajado.

—Desearía que la tele-transportación existiera para así no tener que caminar hacia casa —las palabras de Yoongi hicieron reír a Namjoon quien seguía guardando el resto de sus cosas—, no te burles, apuesto a que más de uno aquí querría eso.

—En ese caso estaría de acuerdo, aunque ese futuro está más lejano —Yoongi rodo los ojos, detesta que la vida sea tan lenta y no como en las películas—, no te olvides de que tendrás que conducir a la fiesta.

—Ya lo sé —soltó un bufido, se volvió a acomodar en la silla y miro a Namjoon—, y tú no bebas demasiado, la última vez que lo hiciste, Kuyng y yo tuvimos que pedir un taxi, y terminaste vomitando casi encima de mí.

Esa había sido una fiesta muy divertida a excepción del regreso.

—En mi defensa, ustedes debían vigilarme en lugar de andar por allí haciendo quien sabe qué cosa.

—Pudiste haberte cuidado más —Namioon negó levemente con la cabeza y siguió guardando sus cosas hasta por fin cerrar su mochila—, los veré más tarde.

—Está bien —Namjoon de inmediato se incorporó levantándose de su sitio, y comenzó a caminar para poder salir del aula de clases.

En cuanto Yoongi miro que Namjoon salió del salón de clases, fue cuando él se dispuso a comenzar a guardar sus cosas, hoy no había sido un mal día, de hecho, había sido de los mejores, a excepción de las clases de dos horas, pero todo iba muy bien, y nada podía amargarle el día, o eso pensaba, cuando por fin tenía su mochila sobre sus piernas, revisando que no le faltase nada, alguien entro a su aula, los murmullos de algunas chicas comenzaron.

Yoongi no necesitaba saber de quien se trataba, por esos murmullos y lo que parecían ser pequeños gritos de emoción contenidos, supo de quien se trataba, Park Jimin, el asco más grande de esta escuela.

Yoongi no pudo evitar fruncir el ceño, ¿a qué venía ese idiota? Jungkook había sido de los primeros en irse, por más que a Yoongi le gustaría decirle a Jungkook que debería dejar de juntarse con un idiota como Jimin, no puede hacerlo, según tiene entendido que esos dos son amigos desde hace mucho tiempo, así que es obvio que no le hará ningún caso a pesar de sus advertencias, pero eso no era lo importante ahora mismo, sino que lo importante aquí era la razón por la cual ese chico que tanto le desagrada había hecho acto de presencia en su aula de clases, cuando ni siquiera había algún motivo por el cual ese tonto debía acercarse.

Aunque Yoongi sabe que hay muchas chicas que morirían por tener, aunque sea una cita con ese bastardo, así que no le sorprendería si alguna de ellas sería el próximo buen polvo que Jimin tendría, sin más siguió con lo suyo, estaba a punto de pararse, cuando un golpe en su mesa de trabajo se hizo presente y lo hizo mirar hacia la mesa.

Miro la mano de aquel chico, tenía un par de anillos en ella además de unas pulseras de tela, subió su mirada poco a poco, analizando desde su brazo hasta su hombro y llegar a la cara que menos quería ver en su vida.

¿Qué carajos le pasa? Pensó Yoongi, pero quería ignorarlo, debía ignorarlo, aunque sabe que posiblemente lo reconoce por haberlo hecho pasar uno de los mejores momentos de su vida en la cafetería, quizás Yoongi esté en problemas ahora, pero sabe defenderse.

—Hola, Yoonnie —quizás fue la imaginación de Yoongi, pero pareció que inclusive los cercanos a él habían guardado silencio de un de repente, y esperaba que no fuera como él piensa.

—Ajá, sí, como sea —rodo los ojos—, no me fastidies.

Jimin levanto las cejas al escuchar esa respuesta, no pensó que tendría esa respuesta, no había pasado mucho de lo sucedido en la cafetería, pero pensó que, inclusive hablándole de una manera melosa a aquel chico, lograría obtener una buena reacción, pero en cambio, obtuvo una desinteresada.

—Nadie te está fastidiando, bonito —a Yoongi casi se le cae la mandíbula al escuchar ese apodo, frunció el ceño de inmediato, ¿acababa de escuchar bien?

—Vete al carajo con tu bonito —menciono Yoongi—, si crees que seré tu próximo polvo, será mejor que te vayas a buscar un juguete de esos en donde puedes meter tu asquerosa cosa.

—¿Disculpa? —Jimin no había ido ahí para discutir, pensó que inclusive Yoongi sería más fácil, pero resulto ser todo lo contrario—. Quien debería tener esas cosas eres tú, con eso seguramente se te quitaría esa cara de estreñido.

Yoongi definitivamente no pensó que ese idiota pudiera responder tan bien como ahora lo hacía, y de hecho eso le había sonado tan divertido que no pudo evitar soltar una risa al escucharlo, Jimin se extrañó al ver al chico reírse por el comentario ofensivo que le había soltado, ese tal Min Yoongi era muy, muy extraño.

—Estreñido —volvió a reírse Yoongi, siempre sus amigos le decían lo mismo, y le causaba risa, le valía una hectárea de mierda lo que pensarán los demás sobre su malhumor diario, pero a veces sus comparaciones sí que lo hacían reír, miro a Jimin que no dejaba de mirarlo—, ¿qué? Ya vete, no sé porque sigues aquí.

—No me mandas —dijo Jimin, Yoongi dejo de reírse, ¿quién diría que Jimin sería capaz de hacerlo reír? Y la mejor parte de ello era que Jimin se veía sumamente molesto por verlo reír—, de hecho, pensaba invitarte a...

—Sea lo que sea —interrumpió Yoongi—, no quiero nada, absolutamente nada que venga de ti —Yoongi sonrió ladino—, así que deja de fastidiarme, Park.

Y antes de que siquiera Jimin pudiera decir o hacer algo más, Yoongi comenzó su camino con su mochila sobre el hombro para darse el lujo de salir del aula de clases, esto tenía que decírselo a sus amigos, aunque se sentía feliz de poder dejar a Jimin con la palabra en la boca, eso no quitaba el hecho de que se le hiciera extraño que intentase coquetear con él.

Yoongi sabe que ese idiota trama algo, pero Yoongi no es como sus demás ligues, él es muy distinto, y jamás dejaría que Park Jimin le pusiera un dedo encima.

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