Ser un idol no es para nada fácil.

Todos sabemos lo complicados que son sus horarios, quizá muchas veces al punto de privarlos de las horas sanas de sueño. Giras, promociones, ensayos de más de medio día, presentaciones, premiaciones, entrevistas, dietas muy estrictas que pueden llegar a matarte y demás actividades que asustarían a cualquiera. Esto sólo es la punta del iceberg de los sacrificios que los idols hacen para poder cumplir sus sueños.

Otro gran sacrificio al que deben someterse todos estos jóvenes - tanto hombres como mujeres - implica abandonar por completo las posibilidades de tener una pareja, como cualquier persona normal. Y aunque esto fuera ya suficiente tortura, puede empeorar en muchos sentidos.

En el mejor de los casos, la relación de un idol puede ser expuesta al mundo - contra la voluntad de los mismos - por los medios de comunicación. Se desatará una tormenta de malos comentarios, montones y montones de fans abandonando a quienes juraron amar por tener pareja, y muchas cosas más: todo por un idol de un boy group con novia o una idol de un girl group con novio. Las empresas pretenden mantener a los idols como solteros, para satisfacer y mantener viva alguna clase de insana fantasía de sus fanáticos que luego se traduciría en fajos de dinero extra en sus abultados bolsillos.

Y si, leyeron bien: este es el mejor de los casos.

Imaginen - en un país como Corea del Sur - a un idol de un boy group enamorado de otro hombre. El escándalo ante tal noticia sería tan grande, que resultaría imposible de frenar: no hay vuelta atrás. Y esto empeoraba gravemente dependiendo el éxito del grupo en el que esté implicado el idol.

Jimin y Yoongi - ambos miembros BTS, uno de los grupos más conocidos y exitosos en el mundo - estaban enamorados el uno del otro.
Dos hombres enamorados, miembros del mismo grupo, residiendo en Corea del Sur: un cóctel de factores que podría llevarlos a la ruina.

La pregunta es: ¿qué harán con sus sentimientos?

¿Los guardarán?

¿O los expondrán al mundo entero?