Unos días después, en la cita...

- Al principio dudaba de una cita en este lugar, pero creo que el significado que tiene para nosotros me convenció...

Yoongi y Jimin estaban sentados en el suelo de la sala de ensayos que solían utilizar cuando eran trainees. Un antigüo y pequeño edificio de BigHit que aún seguía en pie y al que tenían acceso.

A su alrededor tenían todo tipo de dulces y bebidas, disfrutando juntos de la amena charla que se merecían y un delicioso picnic en la soledad y tranquilidad de ese escondite.

La mayor parte del tiempo es un lugar desocupado, pero Yoongi solía visitarlo con regularidad cuando experimentaba alguna dificultad para componer.

O, simplemente lo visitaba cuando necesitaba un rato de paz.

- Pasó mucho tiempo desde la última vez que estuvimos aquí todos juntos, aquí comenzamos a ensayar... - dice Jimin, esbozando una sonrisa melancólica. - Pasaron muchas cosas desde entonces.

Oh, claro que sí. Ese lugar vio los inicios de BTS como grupo y como familia. Ese pequeño salón representaba las raíces del mayor grupo de KPop de la actualidad.

- Ya lo creo, Mochi... - coincide. - Pasaron muchos años... - mira hacia abajo.

Un buen rato después, habían ya terminado de comer y se habían dispuesto a hablar de cualquier cosa.

- Entonces, hyung... - llama su atención. - Esto es importante: ¿me dejarías de querer si fuera un gusano?

Yoongi empezó a reír descontroladamente ante las ocurrencias del menor.

- ¿Y tú me querrías si fuese una piedra? - contraataca.

- ¡Hey, yo pregunté primero! - se queja. - De todas formas, si... Te seguiría queriendo aunque fueses una piedra. ¡Pero responde a mi pregunta!

- Yo también te querría aunque fueses un gusano... - rueda los ojos y toma cada lado de la cara de Jimin, apretando sus mejillas.

Con esa accion, sus labios sobresalieron aún más. Yoongi sonríe con ternura y besa sus labios.

- Serías la envidia de los demás gusanos...

Jimin se sonroja.

- Yah~

Todo ese rato no pudieron parar de pensar porqué les costó tanto llegar allí.

La mente juega un papel muy peligroso cuando está en contra de la voluntad del corazón. Esa disputa entre los sentimientos y la razón transforma lo más puro de las relaciones humanas en un miedo que te corroe hasta convertirte en otra persona.

Tanto tiempo y dolor les había costado vencer sus propios demonios que, de cierta manera, el tener los labios del otro entre los suyos se sentía tan irreal y utópico como el más bello de los sueños.

En ese exacto momento fue que, implícitamente, ambos decidieron que perderían cualquier cosa antes que la persona que amaban. Ya habían tenido suficiente tiempo separados y aquella sería su hora de amarse.

Cómo sea y contra quién sea. Tenían el derecho de disfrutar su amor como las demás personas.

Pero había algo que debían resolver antes de continuar.

- Mochi... - Jimin levanta su mirada a la de Yoongi.

- ¿Si, hyung?

- ¿Les vamos a contar a los chicos sobre esto? - juega nervioso con sus manos. - Ya sabes, nuestros amigos...

- No te enojes, hyung... Pero yo ya le conté a TaeTae. - explica. - Él me ayudó mucho durante este tiempo y bueno... En realidad él descubrió todo sólo... - ríe.

- Taehyung-ah es muy inteligente... - sonríe. - Y no importa, yo... - dubita. - Digamos que le conté a Yeonjun... ¡En mi defensa ambos nos ayudamos! Yo lo ayudé a declararse a Soobin y él me ayudó a mi...

- ¿Están juntos? - Yoongi asiente. - ¡Eso es adorable! - exclama con ternura.

- Lo son, Minnie. Son muy adorables... - sonríe. - Regresando al inicio...

- Creo que deberíamos esperar un poco más y luego contarles... No me gusta ocultarles cosas... ¡Son casi nuestra familia!

Yoongi sonríe, complacido. El menor había externalizado sin saber sus exactos pensamientos y opinion sobre el tema.

- No puedo estar más de acuerdo contigo...