❥Tercer capítulo I Primera parte

Tristan tomó su bata de laboratorio junto con sus lentes de protección para ir a su clase de química. Sin duda alguna odiaba esa materia, en especial cuando hacían experimentos. Afortunadamente siempre se encargaba de hacerlo su mejor amigo, él solo lo observaba y fingía trabajar.

—¡Zack! —gritó para llamar su atención.

El chico pelirrojo detuvo su andar y se giró para ver al antipático Tristan. Ni siquiera él sabía cómo eran amigos, pero lo eran.

—¿Qué pasa? —preguntó Zack con una sonrisa en sus labios.

—¿Es mucho lo que haremos hoy?. —Su voz fue disminuyendo mientras caminaba para estar a la par de su amigo?.

—No en realidad, estuve viendo vídeos en Youtube que me guiaron mucho.

—Perfecto, sabes que yo me encargo de la tarea de Psicología.

Zack asistió con la cabeza—. Algún día tu te encargarás de hacer el proyecto y yo el escrito.

Tristan asistió con la cabeza, restándole importancia.

Ambos entraron al laboratorio y fueron a su mesa al fondo de la clase. Todos los compañeros también se estaban preparando para la práctica. El maestro les daba diez minutos antes que la clase diese inicio.

El maestro entró al laboratorio dando las mismas indicaciones de siempre. Zack empezó a hacer todas sus actividades mientras Tristan se dedicaba a amargarse la vida observando cada movimiento de la rubia. Es que es imposible que una persona fuera lo más parecido a la perfección.

Tristan había aprendido que durante la clase de laboratorio no debe de enviar notas de voz porque jamás llegaban, pero eso no impedía que no dejara de mirarla.

—¿Estas seguro que no te gusta? —interrumpió Zack sus pensamientos—, es que no dejas de mirarla, y uno creería que estas enamorado de ella.

—No es así.

—Entonces no entiendo porque le das tanta importancia a cada uno de sus movimientos y eso no es normal —explicó arrastrado sus palabras—. Me cansa repetir lo mismo más de una vez.

—Entonces no lo hagas y seguiré pensando en lo mismo.

Zack asistió desganado, siempre que conversaban lo mismo nunca llegaban a un acuerdo. Decidió liberar su mente de aquello y estar mejor concentrado en su trabajo.

Unos minutos después, Zack volvió a llamar la atención de su amigo—: ¿podrías por favor traerme algo de nitruro de sodio de la campanera en la espátula.

Tristan asistió con la cabeza y bajó de su asiento para dirigirse a su destino final. Rodó los ojos al ver una rubia cabellera que estaba extrayendo algo de ahí. Decidió por primera vez ignorarlo y tomar lo que le habían encargado, ¿qué era?. Ya ni podía acordarse, demonios.

Coral alzó su cabeza para toparse con los oscuros ojos del pelinegro y sonrió tímidamente para volver a hacer lo que interrumpió. Ni siquiera ella sabía porque estaba tomando una actitud de timidez frente al chico que obviamente gustaba de ella, solo era un chico más. Nada fuera de lo común. Por otra parte ahí estaba Tristan que no dejaba de verla, ¿no tenía una pizca de pudor?.

SI embargo eso era lo que le ponía nerviosa a la chica y gracias a su zigzagueo de su mano con la botella de cloroformo, esta cayó directamente sobre su bata y pantalones por lo que soltó un grito de sorpresa. Pero Tristan si estaba asustado, era claro que no la toleraba, pero tampoco le deseaba la muerte. Por lo que actuó rápido, giró a la chica y empezó a desabotonarle la bata para tirarla al suelo. La tomó como un costal de papa y fue directo a la ducha donde la colocó abajo y encendió, empapando por completo a la chica.

El maestro corrió para auxiliarlos también y obligó a Tristan a meterse también por prevención. El pelinegro fulminó a la chica con la mirada y ella trató de ignorarlo. Esa mirada la había hecho sentir incómoda.

Al salir los dos de la ducha, el maestro les entregó una toalla. Cada uno la enrolló en su cuerpo.

—Gracias —articuló finalmente la rubia, después haber salido de su estado congelante.

EL pelinegro salió del laboratorio no sin antes haber bufado, por lo que dejó a una Coral muy confundida por esa actitud hacia ella.  

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