Scott, el alfa
Scott, el alfa:
Luego de haber cambiado su estatus al de un alfa verdadero, Scott también tuvo otra clase de... cambios. Las hormonas le estaban jugando un mal, realmente mala, pasada. Su actitud, el mal humor, la fuerza físicamente ejercida se habían transformado junto a él.
Verán, el chico dulce, amable y amistoso, es ahora un completo idiota. Dentro de lo que un lobo puede ser. Su manada se lo había aguantado. Le dieron tiempo para que Scott asimilará su nuevo cuerpo, para que se acostumbrara a sus propios cambios de humor... Pero el cachorro decidió romper las barreras de la estupidez.
Lydia fue la primera en reaccionar cuando escuchó al alfa ladrar reproches a Malia. La pobre beta se quedó escuchándolo todo ese rato, sin levantar la mirada y sin decir ni pío.
Aparentemente el venado que Malia cazó para su alfa no fue tomado como ella esperaba. Y aunque Lydia también se había enfadado la primera vez que la beta le dejó un regalo así, no tuvo ni la cuarta parte de la reacción de Scott.
El alfa cruzó la línea cuando tomó el brazo de su compañera, y clavó las garras en él. La mirada de miedo en la cara de Malia le quitó cien años de vida a los presentes en la habitación.
La banshee se precipito hacia ambos, y de un empujón separo a los jóvenes, ganándose un gruñido que estremeció la habitación.
-No me interesan tus malditos problemas, Scott-. Le rugió, mirándolo furiosa-. Pero volves a ponerle las manos encima, voy a gritar tan fuerte que no vas a volver a escuchar tu voz. ¿Me entendiste? -. El alfa la miro por unos segundos, y luego bajó la mirada-. Sí...-, suspiró incómodo, y agrego: -Lo siento, no quise lastimarte-. Se dirigió a la coyote.
El chico de piel morena parecía genuinamente arrepentido, y Lydia halló un deje de confusión en sus ojos. Malia asintió en reconocimiento, y tomó la mano de la pelirroja.
-Está... No volverá a suceder. Sé que es incómodo, lo lamento-. Se disculpo también, sin mirar a nadie en aparente.
Scott no respondió; en cambio, dio media vuelta y se fue. El ambiente tenso que se había formado se sintió en el aire después de eso.
Lydia volteó hacia la chica: - ¿Estás bien?-, le preguntó en tono preocupado.
-Sí, sí... Sólo, no sé qué paso. Scott ha estado actuando raro últimamente-, suspiro, mostrándole la herida ya curada a su amiga-. No es cómo él.
-Lo sé, tenemos que hablar con Derek-, respondió la pelirroja.
Algo le estaba pasando a Scott, y de ello no había duda.
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La segunda persona en darse cuenta, fue Stiles.
Como mejor amigo y compañero de clases, era muy probable que Scott haya mostrado sus cambios con él. Pero Stiles simplemente atribuyo los malos modales de su amigo a las rigurosas pruebas de Finstock, quién era como una clase de torturador personal.
Aunque tuvo unas leves sospechas con el tiempo, no tuvo dudas cuando lo observó entablar una rara conversación con Liam y Mason. No muy bonita, por cierto.
- ¡No Liam, no puedes ir a la casa de Mason! ¡Tenemos la reunión del pack, niño! -. Mason a su lado, se veía bastante recio a compartir la opinión del alfa.
- ¡No es tu jefe, Liam! No dejes que te hable así-. Murmuro entre dientes, cruzándose brazos. El mencionado le dirigió una mirada de "cállate", pero su amigo no pareció verlo.
-Liam no es tu perro, y no puedes tratarlo de esa manera-. Dice con firmeza, levantando el mentón hacia el alfa.
Scott lo miro con los ojos entrecerrados, y cuando Stiles pensó iba a darle razón, el movimiento de su amigo lo sorprendió; Sujeto al niño moreno de la nuca y asestó cinco golpes bien dados en la retaguardia. Mason aulló con cada uno de ellos.
-¡Hey, Scott! ¡Basta, hermano! -, Stiles intervino alarmado, jalando al castaño del brazo. Scott soltó a Mason, y le lazó una mirada de advertencia. Señalándolo con el dedo, le murmuro: -Espero, que la próxima vez, no le levantes la voz a tu alfa-. El chico lo miro con los ojos amenazados por las lágrimas, y con la barbilla temblando.
-Púdrete-. Susurró ronco, mientras un Liam medio confundido lo abrazaba por atrás.
-¡Hey, hey!-. Stiles detuvo a Scott, quien había dado un paso amenazante hacia Mason.
Y Stiles supo que había algo malo con Scott.
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La tercera persona fue Allison, y la situación fue algo comprometedora.
Scott había estado actuando algo celoso cerca de ella. Si algún chico se acercaba lo suficiente, Scott les gruñiría así sin más. Últimamente lo había visto oler su ropa, como si estuviera marcando territorio.
Aunque ella no espero a mucho; se alejó y habló con Lydia.
Ella sabía que había algo malo con Scott.
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Y la cuarta persona se enteró cuando un grupo de adolescentes abrumados lo citaron en su loft. (Sí, su loft)
Derek muy amablemente, los invitó a pasar, les sirvió algo de té, y junto a Isaac, debatió mentalmente. Los escuchó con atención, una por uno.
Diagnosticó rápidamente al alfa prematuro con un síndrome de le rompo las pelotas a mí alfa-tritis. Scott tenía algo que era absolutamente incurable: la adolescencia de un alfa.
El niño creía que, con sus poderes y estatus, podría pasar a cualquiera de un salto, pero el castaño ya tenía un conocimiento extenso sobre estos temas. (Familia numerosa).
-Entonces...-, Lydia interrumpió sus pensamientos. - ¿Qué hacemos? -, inquirió, sujetándose las manos con nerviosismo. Derek observo a los adolescentes consternados, y luego miro a su manada. Boyd, Erica e Isaac alzaron sus hombros en desinterés, pero el alfa detectó la mirada de sus betas.
-Supongo que, mmm, bueno-, comentó Erica-. Puedes... azotarlo-. La última parte salió muy baja, como si quiera que sólo él escuchara, pero gracias a que casi todos en presencia eran sobrenaturales, fue escuchada por todos. Casi.
- ¿Qué dijo?-, pregunto Mason.
- ¿Harías eso? ¿Lo...? ¿Lo azotarías?-, Malia abrió los ojos como platos, sin contestar la pregunta del humano.
Todos en la manada, arduamente, habían conseguido unos de esos paseos por el parque de Derek.
-Sí-. Contestó con firmeza. - Scott ha estado actuando mal-. Le dirigió una mirada a Allison-. Aunque no es del todo su culpa, se está dejando llevar. Necesita una guía, y para eso estoy aquí. Yo me encargaré de él, no habrá un trato especial para nadie.
Los presentes asintieron, y Boyd le lanzó una mirada de aprobación. Bien, Derek tiene todo bajo control.
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La primera (y se espera que última vez) que Scott fue castigado por ser un idiota (le quiero romper las pelotas a mí alfa-tritis), fue cuando Derek lo citó para hablar acerca de su nuevo estatus.
Por supuesto, pensó Scott. Seguramente quiere formar parte mi manada.
Scott golpeo las puertas del loft con fuerza, para hacer notar su presencia.
No después de unos segundos, la puerta fue abierta por Erica. Lo dejó pasar y le dijo que Derek lo estaba esperando en su despecho. Con una mueca de simpatía, lo guío hasta el piso de arriba.
El adolescente abrió la puerta y entro, siendo bienvenido por la calidez de la habitación. En el escritorio, sentado en una silla, estaba Derek. -Hola Scott, siéntate, por favor-. Demandó el alfa, haciendo que a Scott se le pusieran los pelos de punta.
El castaño uso el tono de "no jodas conmigo", y el joven alfa había oído las historias de Stiles como para saber lo que significaba.
- ¿Qué? -, preguntó tosco, sentándose. - ¿Qué pasa? -, reformuló, notando la leve advertencia en la mirada del pelinegro.
-Tu manada me pidió que hablara con vos. Dicen que te estás comportado mal, qué estás siendo agresivo...-, dice el alfa, sentándose recto en la silla. Prosigue bajo la atenta mirada del moreno-. Necesito que pare. Quiero que me digas qué pasa. Y luego, vamos a tener una charla-. Le hablo firme, mirándolo en todo momento.
Como imaginaba, el chico se puso a la defensiva enseguida, amagando a pararse. Por supuesto que lo sabía. La charla, por Dios. Como si fuera un niño.
- ¡No de ninguna manera, amigo! -. Grito, parándose de su asiento. -Me voy de aquí, ¡no entiendo para qué me llamaste! ¡No soy agresivo! -. Niega, haciendo de su mano un puño y golpeando la esa con él. Sé sobresalto a sí mismo, pero no titubeo ante la mirada del alfa mayor.
Derek, suspirando internamente, se levantó. Observo el destello de oh, mierda, y sonrió para sí mismo. Adoptó una postura seria, y ágilmente detuvo el próximo golpe de Scott.
-Te pedí que hablaramos civilizadamente-, dijo, doblando el brazo del chico y maniobrándolo detrás de su espalda-. Pero dado que preferís hacer una rabieta, y comportarte de tal manera, me estás dejando en claro que no podemos hablar.
Mientras daba su discurso, llevó al adolescente furioso hacia el sillón, se sentó y colocó al alfa en sus rodillas-. Ahora, otra oportunidad. ¿Te gustaría hablar conmigo? ¿Decirme qué pasa? -. Bajo el tono de su voz, y acarició la espalda del chico, reconfortante.
A cambio de eso, recibió muchas patadas que empezaron a incomodarle.
Plaff plaff plaff plaff plaff
Cinco palmadas cayeron en señal de advertencia, y Scott se detuvo, antes de insultar al pelinegro.
- ¡Hijo de puta! ¡Idiota! ¡Suéltame! -, le ordenó, recibiendo más palmadas.
El pelinegro decidió tener la charla primero.
Plaff plaff plaff paff plaff plaff plaff plaff plaff plaff plaff plaff plaff plaff plaff plaff plaff plaff plaff plaff
Veinticinco golpes seguidos cayeron dolorosamente sobre el chico, que en el transcurso de la zurra había empezado a llorar.
-Ahora-, no había discusión en su voz-, ¿vamos a hablar- Plaff plaff plaff plaff
-S- sí-, musitó el menor, cubriéndose el rostro con las manos, e intentando no llorar.
-Bien –Plaff- Porque-Plaff- No me gusta- Plaff- Repetirme- Plaff
-Auchhh-, sonó el grito lastimero del alfa, ablandando a Derek.
-Ahora, ¿qué pasa, mmm?-, pregunto con suavidad el alfa, dando palmaditas en el trasero del chico-, ¿por qué estás tan enojado últimamente?-.
-E-es que no puedo controlarlo-, respondió en vox baja el adolescente-. L- la fuerza, e es que n-no puedo. Se sale de control-. Admite, sintiendo un peso abandonar sus hombros. Todo ese sentimiento feo desapareció, toda la culpa que venía cargando desde hacía unas semanas.
-Está bien... Vamos a resolverlo-, le acarició el cabello con ternura, arrullándolo-. ¿Por qué no viniste a hablar conmigo, eh? ¿Tan mal alfa soy? -, le pregunto, medio burlándose.
-No sé... no sé, quería resolverlo... Quería liderar...Lo siento mucho-. Se disculpo genuinamente. Derek entregó los últimos cinco golpes antes de dar por terminado el castigo.
Plaff plaff plaff plaff plaff
-Necesito que si esto vuelves a suceder, confíes en mí. ¿Sí? Soy tu amigo, Scott. Ahora, le debes una disculpa tu manada, ¿no te parece? -.
El adolescente asintió de acuerdo, y Derek lo ayudó a levantarse, dándole un abrazo después.
-Está todo perdonado. Y Scott, los celos en una pareja no son saludables, amigo. Si me vuelvo a enterar de eso, vamos a tener muchos problemas.
El moreno asintió nuevamente, sintiéndose mejor después de todo.
Sé disculpó ese mismo día, muy arrepentido de corazón.
Cada uno de ellos se tomó su tiempo para comprender la situación, y al final del día, terminaron bromeando.
Scott agradeció tener un alfa como Derek, que lo hizo ver sus errores, y tener una familia que lo ayudará y confiara en él.
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