Boyd el beta

Ya habían pasado al menos dos semanas desde el incidente que Isaac ocasionó en la escuela, y Derek había estado mucho más ocupado en su comportamiento, ignorando la gran parte del tiempo, a sus betas.

A Erica no le importaba mucho, disfrutaba pacíficamente de sus indefinidas vacaciones lejos de las garras de su alfa.

Jackson, otro lado, estaba más ocupado con las prácticas de lacrosse, y saliendo de vez en cuándo con sus amigos.

Y nos queda Boyd, el moreno no se tomaba muy bien nada de esto. Bien, él nunca había recibido una zurra o siquiera advertencia de Derek, eran más amigos que otra cosa. Amigos por no decir hermanos, ya qué su relación era envidiable, el moreno le confiaba todo, hasta platicaron sobre el incendio que terminó con casi toda su familia, la relación con Kate, y de las ganas que tenía de arrancarle la yugular de un mordisco. En fin, a pesar de ser uno de sus últimos “hijos”, tenían un lazo irrompible.
Pero ahora el moreno estaba con Isaac. “Isaac esto” “Isaac aquello”

“Boyd, estoy ocupado”

“Isaac cuidado”

Isaac, Isaac, Isaac. Todo era Isaac.
No sabría decir si realmente odiaba al ruloso, pero él también tenía ganas de arrancarle la yugular.

Pero no, Isaac tiene que “Ser cuidado ya qué su vida no fue fácil”

¡Su vida tampoco fue fácil! Tenía que trabajar, su madre estaba muerta, a su padre le importaba tres mierdas y tampoco lo llamó desde que se mudó al loft, y no tiene amigos.

No puede decir que Stiles es su amigo o Scott. Mucho menos Allison, Lydia, Jackson no cuenta ya que ni se hablan, y Erica últimamente se la pasaba acostándose con más chicos de lo que le gustaría recordar.
Y Isaac, definitivamente no era su amigo.

Tampoco sabría explicar su nulo círculo social. No es tímido, así qué eso tendría que estar a favor, ¡pero no! ¿Es su color de piel? ¿Es muy morena? ¿Su altura? ¿Su cuerpo? ¿Se la pasa en el gimnasio mucho tiempo? ¿A las chicas no les gusta eso? Luego de mucho pensarlo, y no dormir durante días, llegó a la conclusión correcta.

Es su color de piel.

Era muy moreno, tal vez da miedo. No es tonto, nota como las personas lo miran cuando pasan a su lado, es con recelo. No es un ladrón, nunca tuvo que robar nada, ni comida, ni ropa. Siempre tuvo lo necesario para todo, siempre. Pero gracias a él, él se compro su ropa, su comida, sus útiles escolares, todo. Menos las zapatillas de gala que vio hace mucho en una tienda, el dinero no le alcanza para todo.

Y ahora, recostado en el sofá del loft, busca soluciones.

O tal vez intenta no llorar. Nunca fue alguien sentimental ni nada por el estilo, pero es qué, en verdad pensó que le importaba a su alfa. A Derek, su primer amigo.

-Bien, está decido, voy a matarlo. Eso haré, no seré más un beta, voy a ser un alfa. Voy a ser un hijo de puta, un ladrón, una sabandija. Así me ven todos, así voy a ser-. Dice decido, tomando una profunda bocanada de aire, con los ojos picando.

No quería hacerlo, no podía hacerlo. Quería ser malo, quería poder hacer cosas malas, pero simplemente no podía.

“Puedo abandonar la manada”

Bien, puede hacer eso. No sería la primera vez, y nadie se daría cuenta.

-Ya está la cena, Boyd-. La voz femenina lo saca de sus pensamientos, y voltea a ver a Erica, con confusión-. Derek dice que cenaremos todos juntos, ¿puedes creerlo? Tuve que cancelar una cita-. Bufa, revoloteando los ojos con hastío, mientras sostenía el teléfono en la mano derecha, soplando de su frente los mechones rubios-. No me mires así, él lo dijo-. Repone a la defensiva, al notar la mirada penetrante que e morocho le mandaba-.
-Pues dile que se vaya a cagar-. Murmura con un tono fuerte, para sorpresa de su amiga-. ¿Qué te pasa? ¿Quieres que te escuche? ¡Cállate!-. Le dice nerviosa, echando miradas furtivas hacia la cocina, esperado que nadie haya oído nada.

Lo único que se escuchaba era el latido de su corazón, rápido y nervioso. Pero la tensión en el ambiente le indicaba que no solo ellos estaban al pendiente de su conversación.

-¿Qué mierda acabas de decir?-. Preguntó Derek, apareciendo detrás de Erica, con los brazos cruzados, y sorprendido. Sorprendido porque, Boyd nunca dice “cagar” o alguna otra grosería, simplemente no estaba en su vocabulario. Y porque nunca la había dirigido de esa manera hacia su alfa.

-Lo que escuchaste-. Gruñe Boyd, parándose rápidamente por su repentina llegada, pero mostrándose insolente, de igual manera, cruzado los brazos. Tal vez por eso eran tan buenos amigos, tenían el mismo temperamento. Pero los amigos no se olvidan de sus amigos, ¿verdad?

-¿Qué pasa aquí?-. Pregunta Jackson, arqueando las cejas en señal sorna-. ¿Boyd acaba de insultarte?-. Y sí, el maldito co-copitan de lacrosse era un jodido idiota, que naturalmente se la pasaba molestando a los demás. Incluyéndolo a él, cuando aún ninguno eran hombres lobos.

El morocho siente enojo, ya que ni siquiera sé acordaba de aquello, pero era verdad. Todos fueron unos hijos de putas con él. Ya era su turno, ¿no?
Ruge con furia, sacando sus garras y colmillos, pasando la mirada entre Jackson y Derek. Tal vez si podía ser el malo. Solo tenía que intentarlo.
Otro rugido inunda la sala, y para su sorpresa, no era de Jackson ni Derek, sino de Erica-. ¿Cuál es tu jodido problema?-. Espeta, mostrando sus ojos amarillentos a la vista de todos, pero solo hablándole a Jackson-. ¡Él es mi maldito problema!-. Grita, señalando al moreno con crueldad, taladrándose los dientes con impotencia-.

-¡¿Con qué yo soy tu maldito problema, eh?! ¡Pues cuándo acabe contigo no tendrás que preocuparte de nada!-. Le promete, sonriendo con dientes, mostrando una sonrisa amarga-.
-¡Inténtalo!-. Jackson hace un amago de tirarse contra él, pero el brazo de Derek lo detiene, sosteniéndolo del cuello de su uniforme a la vez-. ¡SILENCIO!-. Ordena, con una voz que helo a todos allí, tironeando del cuello con brusquedad, haciendo que el cachorro chillé del dolor-. ¡Derek!-. Gime, cerrando los ojos, llevando ambas manos hacia su cuello, arañando la opresora de su vía respiratoria-. Guarda las garras-. Demanda el pelinegro, sin detener el agarre. El chico instintivamente lo obedece, lagrimeando a penas-. Listo, listo-. Dice, abriendo los ojos al verse empujado contra el sofá, quedando boca abajo, está vez siendo detenido de la nuca, y con mucha más presión-. ¡SI TE LLEGAS A MOVER, NO VAS A VOLVER A CAMINAR EN TU VIDA, ¿ESTAMOS?!-. Ruge, presionando el cuerpo del adolescente contra los almohadones-

-S-sí, sí, uhh, sí-. Logra decir, acompañado con movimientos de cabeza, quedándose quieto, pero llorando a mares por la orden. Estaba asustado, y realmente odia cuando su alfa se enoja.
Toda la soberbia de hace unos segundos atrás había abandonado su cuerpo, y ahora se encontraba arrodillado con la cara en el sofá, sintiéndose expuesto y humillado frente a la manada. Y le dolían las rodillas por el impacto, y el cuello. Y se suponía que hoy iba a ser un buen día.
Exceptuando los sollozos del cachorro más reciente, todo se encontraba en silencio. Erica se había tomado el palo como Stiles diría, y Boyd se había petrificado en su lugar, y todo rastro de enojo había abandonado su cuerpo, dejándolo asustado frente a su alfa-.
-Creo que te hice una pregunta-. Aclara el pelinegro, acercándose peligrosamente a su beta, buscando una señal de respeto en él-. Yoooo…-. Empieza el morocho,  nervioso, exponiendo su cuello con humildad-. Lo siento, ¿sí? No sé porque, porque dije eso-. Miente, a la vez que su alfa lo toma por la cadera, enterrando su cara en el cuello del morocho, clavando dolorosamente sus caninos, y enterrando sus garras en la piel del contrario, remarcando su propiedad. Remarcando el poder que ejercía sobre su beta, haciéndole saber que seguía siendo suyo-.  Estas mintiendo-. Murmura brusco, separándose del chico, quién había bajado sus brazos, y se encontraba completamente tenso-.
-Es qué, yo… Tú, siempre estas con Isaac-. Suelta, frunciendo el ceño, pero sin atreverse a retar a su alfa-. Boyd…--. Habla el pelinegro, entendiendo al fin-. Mira, tienes que saber qué-. Se ve interrumpido por el gruñido de se beta, como tantas otras veces-. ¡No digas que no es cierto! Se supone que somos amigos, ni siquiera podemos hablar. Ya no hacemos nada nunca, es malditamente frustrante-. Se desahoga, respirando agitado-.
-Isaac es, él tiene miedo, ¿sabes? Ha estado muy mal últimamente, tiene muchas pesadillas. Ya no puede con esto, ¿sí? Se siente sólo, Boyd-. Dice el alfa, un poco más flexible que antes, bajando la guardia por unos segundos-. Oh, bien. Pobre Isaac, su padre le pegaba. ¿Y qué? ¿No puede superarlo? Es un inútil. Superé la muerte de mi hermana, y el de mi mamá. A mi papá le importaba una mierda, pero eso ya esta olvidado-. Murmura, bajando la mirada, recibiendo gruñidos frustrantes de si alfa-. No quiero volver a escucharte decirle eso de nuevo. No es ningún inútil. Y creo haberte hablado de este tema, Boyd. Isaac tiene miedo. Yo también tengo miedo-. Dice lentamente, cambiando el color de sus ojos de negros a rojos, luciendo intimidante-. No creo que hayas superado la muerte de tu hermana, ¿no? Y no vuelvas a mentirme, soy tu alfa. Y más allá de eso, soy tu amigo. Espero que haya quedado claro. Ahora, iremos a comer tranquilamente, como una jodida manada feliz, y luego vas a recibir tu castigo. Vas a tener el mismo trato que todos aquí-.

Y bien, Boyd estaba jodido. Y cagado hasta las patas, ya que había notado su error. Derek no soportaba las mentiras, y menos que traten temas delicados como la muerte, hasta por error.

Estaba JO-DI-DO.

-Jackson, ve a lavarte. ¡Ya! Más les vale que el resto del día estemos en paz-.

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Hey! Va a tener una segunda parte, y desde ya lamento si toque algún tema sensible, este capítulo esta narrado desde un punto de vista muy diferente a los que suelo hacer, y quiero hacerlo lo más convicente posible ^-^


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