PART 6

- ¿Viste un carrusel?- Preguntó Malia.

- ¿Y gente desapareciendo?- Pregunté y Lydia asintió.

- Y un letrero que decía "Canaan"- Añadió Lydia.

- ¿Algunas vez tienes sueños lindos?- Preguntó Malia.

- Aquí nunca hay sueños lindos.- Respondí. - Hay que ir.-

- Sería de ayuda si supiéramos algo del lugar. Llámanos al número del ayuntamiento y nadie responde. El único mapa que pude encontrar es de hace 30 años.- Malia extendió un mapa en la mesa.

- Hasta ahora lo único que sé sobre Canaan es donde está.-

- Es más que suficiente.- Me encogí de hombros. - Tenemos que ir.- Tomé el mapa de la mesa.

[...]

Sentí como me tocaban el hombro. Abrí los ojos lentamente y vi a Scott. Miré alrededor. El auto se había detenido.

- ¿Llegamos tan rápido?- Pregunté.

- Te dormiste todo el camino.- Respondió Lydia.

- Sí, y pateas.- Añadió Scott y sonreí inocente.

Me levanté y miré Canaan. Parecía no tener color y no había nadie. Solo había casas y locales abandonados.

- ¿Seguras que es aquí?- Pregunté.

- Según el GPS, sí.- Respondió Malia.

Bajamos del auto y comenzamos a caminar por las calles vacías.

- Este es el lugar.- Habló Lydia.

- Canaan es un pueblo fantasma.- Suspiré.

[...]

Nosotros seguíamos caminando con la esperanza de encontrar señales de vida en este lugar.

- No escucho ni un solo latido.- Habló Scott.

- No siento ningún olor.- Añadió Malia.

- No creo que haya algo con vida aquí.- Hice una mueca.

- ¿Por qué nos mandó aquí Stiles?- Preguntó Scott.

Vimos como una lámpara en la calle parpadeaba y se apagaba por completo.

No miramos entre sí y seguimos caminando tratando de ignorarlo.

Vimos como había un letrero rasgados que decía Canaan Day.

- Este es el lugar que vi en el espejo.- Mencionó Lydia.

Scott y Malia comenzaron a examinar una mesa con cosas antiguas.

De la nada se escuchó un sonido metálico. Al girar la vista pudimos ver un carrusel.

Noté como un caballo estaba cubierto de sangre. ¿Por qué Scott no la había olido? Scott se acercó al carrusel pero este se encendió provocando que diera un brinco asustado.

El carrusel comenzó a dar vueltas y emitir una melodía.

- Eso es lo más aterrador que he visto en mi vida y por alguna extraña razón me dan ganas de subirme.- Hablé y me miraron frunciendo el ceño.

- No nos subiremos a un carrusel en un pueblo fantasma.- Habló Lydia.

- Bien.- Me crucé de brazos.

[...]

Todos nos separamos para comenzar a buscar a seres vivientes o incluso un animal que hable y nos pueda decir que rayos pasó aquí.

Estaba caminando y de pronto escuché pisadas de más. Alguien me estaba siguiendo. Me quedé quieta y escuché como los pasos se detenían.

Giré mi vista y moví mis manos rápidamente para después escuchar un quejido familiar.

- ¿Isaac?- Mi corazón dió un brinco cuando lo vi en el suelo.

- Veo que sigues con tus viejos hábitos.-

Sentí una fuerte punzada en el pecho al escuchar su voz y ver su rostro.

Él se levantó y me miró. Respiré aceleradamente y fruncí el ceño.

- ¿No me extrañaste?- Preguntó sonriendo.

- ¿Por qué no llamaste?- Pregunté y él suspiró.

- No quería interrumpir tu vida.- Respondió acercándose a mí.

- Pues lo hiciste desde que me besaste por primera vez.-

- ¿Te gustaría que lo hiciera otra vez?- Preguntó tomando mi rostro entre sus manos.

Aparté su mano de mi rostro y él me miró.

- Vamos, hazlo por mí. Yo sé que quieres.-

Fruncí el ceño ante su comportamiento.

- Tú no eres Isaac.- Hablé y el rió un poco.

- Claro que no.- Respondió y sentí un fuerte dolor en mi espalda. - No esperaba que lo conocieras tan bien.-

Solté un quejido de dolor. Me había enterrado sus uñas en la espalda.

- Basta.-Traté de zafarme pero él me sostuvo firme.

- Con este rostro es más sencillo jugar con tu mente.-

Él enterró aún más sus uñas. Sentía como atravesaba mi piel. Tomé sus brazos fuertemente tratando de apartarlo.

Me desenterró sus uñas y caí al suelo rodeada de un charco de sangre. Sentí un zumbido en mis oídos mientras sentías mis ojos cristalizarse.

- Veo que el amor no se te da.- Rió y comenzó a alejarse.

Intenté moverme pero sentí un inmenso dolor soltando un grito de dolor. Unos brazos me tomaron.

- ¡No! ¡No! ¡Basta!- Exclamé alterada. - ¡Basta, por favor!-

- Lia.- Escuché una voz.

- ¡Basta! ¡No!- Exclamé y sentí como me abrazaban fuertemente.

Miré alrededor, vi a Lydia mirándome preocupada y a Malia abrazándome.

Miré al suelo y pude ver como ya no había ningún charco de sangre y no sentía ningún dolor.

- ¿Qué está pasando?- Pregunté con la respiración acelerada mientras lágrimas se deslizaban por mis mejillas.

- Este lugar está jugando con nuestras mentes.- Respondió Malia.

[...]

Toqué el hombro de Scott y él dió un brinco asustado.

- Todo está bien, no hay nadie aquí, es este pueblo jugando con nuestras mentes.- Hablé al ver lo alterado que estaba.

Scott miró alrededor desconcertado y puse mi mano en su hombro.

- Estás bien.-

- La vi. Vi a mi madre y su cabeza se veía como si alguien le hubiese arrancado un pedazo.- Murmuró Scott.

- No era real.- Afirmó Lydia.

- No, pero se sintió real.- Respondió Scott.

- La energía de este lugar causa alucinaciones. No podemos quedarnos aquí.- Habló Lydia comenzando a caminar y nosotros la seguimos.

- Tenemos que averiguar por qué Stiles nos mandó aquí.- Hablé.

- ¿A quién vamos a preguntarle? No hay nadie aquí.- Respondió Lydia.

- Podemos preguntarle a él.- Malia apuntó hacia una dirección.

Todos giramos la mirada y vimos a un niño parado frente a una casa.

- ¡Oye!- Exclamó Scott.

El niño nos miró e inmediatamente comenzó a correr.

- ¿Qué hacemos?- Preguntó Lydia.

- Seguirlo.- Respondí.

Corrimos rápidamente para alcanzar al niño.

[...]

Llegamos a una casa y vimos como las cortinas se movían.

Nos miramos entre sí y fuimos hacia la puerta de la casa.

Scott abrió la puerta de la casa.

- Es de mala educación.- Hablé.

- De seguro no hay nadie.- Respondió Scott y bufé.

- ¿Hola?- Habló Lydia pero no obtuvo respuesta. - ¿Hay alguien aquí?-

- ¿Visitas?- Se escuchó una voz y todos giramos la mirada viendo a una mujer de aspecto espeluznante. - No puedo creer que tengamos visitas.-

La miré asustada. Es decir, se veía normal, como cualquier señora pero había algo extraño sobre ella.

- Caleb estará tan feliz de verlos. Ha pasado mucho tiempo desde que tuvo a alguien con quien jugar. Deben tener sed. Pasen y siéntense mientras les traigo algo de tomar.- Habló caminando hacia la cocina.

- ¿En serio? ¿Qué le pasa?- Susurró Malia.

- Es la mujer que vi en el espejo.- Susurró Lydia.

La seguimos hacia la cocina y nos sentamos.

Después de un rato la mujer regresó con una bandeja con vasos de limonada.

- Esta era la receta de limonada de mi madre. Al menos tanto como puedo recordar.- Habló poniendo la bandeja en el centro de la mesa.

Todos tomamos un vaso.

- Siempre servíamos esto cuando teníamos amigos de visita.- Sonrió.

Miré la limonada y pude ver como había pedazos de tierra y suciedad. Forcé una sonrisa mirando a la mujer y después miré a Scott y Lydia quien también miraban la limonada.

Miré a Malia y vi como tomaba el vaso de limonada completo.

- No vinimos de visita. Buscamos a alguien. - Habló Malia.

- A un amigo nuestro. Tal vez lo ha visto. Su nombre es Stiles.- Añadió Scott.

- Ha pasado un tiempo desde que alguien vino a Canaan.-

- ¿Cuánto tiempo?- Preguntó Lydia.

La mujer miró hacia otra dirección tratando de recordar.

- ¿Desde el 8 de abril de 1987?- Preguntó Malia sacando un papel de su chaqueta y lo puso en la mesa.

- ¿Por qué perturbaste esas cosas? No te pertenecen.- la mujer cambió su tono por completo.

- Necesitamos saber qué pasó.- Insistió Scott.

Tenía un mal presentimiento sobre esto.

- Hubo un picnic. Una fiesta de la comunidad.-

- Parece que todo el mundo se marchó apurado.- Habló Malia.

- La gente ya estaba yéndose de Canaan desde mucho antes. Es día, los últimos de fueron.-

- ¿Todos juntos?- Preguntó Scott. - ¿Solo desaparecieron?-

- No dije que desaparecieron.- Habló la mujer molesta. - Dije que se fueron.- La mesa se sacudió un poco.

- ¿Se fueron en una nube de humo verde?- Preguntó Malia.

- Malia no.- Le susurré.

- ¡Solo se marcharon!- Exclamó la mujer y todo comenzó a temblar.

Escuché un zumbido y cubrí mis oídos. Cuando todo se detuvo, miré a la mujer respirando aceleradamente.

- Creo que mejor nos iremos. Gracias por la limonada.- Hablé y nos levantamos rápidamente.

Caminamos hacia la puerta apresurados pero esta se cerró de golpe.

- Nadie se irá. Nadie volverá a irse de Canaan otra vez.- Habló y la miramos asustados.

Scott comenzó a intentar abrir la puerta pero no lo lograba.

- Scott, abre la puerta, eres un hombre lobo.- Susurró Malia.

- Lo intento.-

- Déjame intentarlo.- Hablé y él se apartó.

Moví mis manos y la puerta se movió un poco. Fruncí el ceño intentándolo con más fuerza pero no lo lograba.

- No puedo.- Fruncí el ceño.

Malia se acercó a la ventana y la golpeó fuertemente pero esta no se rompió. La golpeó varias veces.

Miramos a la mujer quien nos veía con una expresión aterradora.

- ¿Qué demonios ocurre con este lugar?- Preguntó Malia.

- ¿Lenore? ¿Podrías abrirnos la puerta?- Le pidió Lydia.

- Ahora que están aquí, tienen que quedarse. Le agradan a Caleb.-

- Al diablo con Ca...- Comencé a decir.

- Y él nos agrada.- Lydia me interrumpió. - Pero tenemos que ayudar a nuestra ciudad. La gente está desapareciendo. Es decir, marchándose. Realmente podrías ayudarnos.-

- Nadie puede ayudarlos. Si quieren irse, se irán. Se marcharán y se marcharán, y no hay nada que puedan hacer al respecto.-

Scott, Malia y yo vimos a Caleb.

- Vengan conmigo.- Habló y nosotros miramos a Lydia.

- Vayan.- Susurró.

Nos miramos entre sí dudosos pero seguimos a Caleb. Bajamos hacia al sótano.

Al bajar sentí l mis zapatos tocar agua. Bajé la mirada y fruncí el ceño. El piso estaba inundado.

Scott se acercó a una ventana intentando abrirla. En el centro del cuarto había una tele.

- Caleb, ¿puedes ayudarnos a salir de aquí?- Le pidió Scott.

Él lo ignoró y se sentó frente al televisor poniendo una cinta. En la tele comenzó a reproducirse un video de él jugando.

Corría por un patio y soplaba burbujas.

- Tienen que quedarse porque mami lo dijo.- Habló Caleb.

- No podemos. Debemos ir a casa.- Insistió Scott.

- Esta es casa.-

De la nada la puerta del sótano se cerró de golpe y los tres dimos un brinco.

- Oigan, vengan aquí un momento.- Habló Malia y nosotros le hicimos caso. - Miren la fecha.- Susurró.

En el video había una fecha.

12 de Agosto de 1985

- Esto cada vez se pone mejor.- Hablé sarcásticamente.

- Caleb, ¿sabes en qué año naciste?- Le preguntó Malia.

Él se levantó del suelo y nos miró.

- En 1976.-

- ¿Y cuándo moriste?- Preguntó Scott.

Agua comenzó a escurrir por las paredes y los tres nos miramos entre sí asustados.

- ¿Estoy teniendo otra alucinación?- Preguntó Malia.

- Eso es bastante real.- Respondí.

Escuché un grito. Era Lydia.

- Lydia.- Mis ojos brillaron.

- Tenemos que salir de aquí.- Habló Scott.

- Sé que no atacarías a un niño de ocho años, pero yo sí.- Habló Malia.

Ella se acercó a Caleb para atacarlo pero se detuvo y comenzó a tomar bocanadas de aire. Ella cayó al suelo y corrí hacia ella preocupada.

- No te ves muy bien.- Habló Caleb.

Malia comenzó a escupir agua y miré a Caleb.

- Tal vez deberías sentarte.- Sonrió.

- Malia, vamos, resiste.- La tomé entre mis brazos. - ¡Malia!- Exclamé.

- ¡Lydia!- Exclamó Scott.

Él corrió hacia la puerta pero también comenzó a ahogarse. Agua salía de su boca.

- Basta.- Le rogué a Caleb. - Detente.- Él sólo ladeó la cabeza.

Corrí hacia Scott y tomé su rostro entre mis manos.

- Scott, vamos. Por favor resistan. ¿Qué les estás haciendo?- Pregunté desesperada.

- Se están ahogando. Igual que yo.- Respondió y negué. - Ahora podremos ser amigos para siempre.-

Él movió su mano y sentí como el aire me faltaba. Comencé a toser fuertemente y caí al suelo tratando de recuperar el aire. Agua salía por mi boca mientras tomaba mi garganta desesperada por respirar.

Recosté mi cabeza en el suelo por la falta de aire. De pronto sentí como mi garganta se abría. Tomé una gran bocanada de aire y al fin sentí como podía respirar.

Miré a Malia y Scott y vi como ellos también respiraban.

- ¿Están bien?- Preguntó Scott.

- ¿Estás bien?- Pregunté mirando a Scott y luego miré a Malia.

- Mami dice que pueden irse ahora.- Habló Caleb.

La puerta se abrió y nos miramos entre sí.

- Siento como si hubiera pasado el nivel en un videojuego.- Hablé.

- Vamos.- Habló Scott.

Nos levantamos rápidamente y salimos del sótano.

[...]

- Salgamos de aquí.- Scott salió de la casa.

- 100% larguémonos de este lugar del demonio.- Añadí.

Lydia se detuvo. Nos detuvimos y vimos como miraba a Lenore quien estaba con Caleb en la puerta.

- Puedes venir con nosotros, sabes.- Habló Lydia.

- No podría dejar a Caleb.- Respondió Lenore.

- Lenore, sabes que no es real.-

Lenore sonrió y miró a Caleb.

- No podría dejarlo-

Lydia asintió y siguió caminando con nosotros. Miré a Caleb y a Lenore una vez más y seguí caminando.

[...]

- ¿Creen que Stiles nos envió aquí para advertirnos?- Preguntó Scott. - Tal vez Beacon Hills sea el que sigue.-

- Si no lo detenemos, sí.- Respondió Malia sin despegar la vista del camino. - Tenemos que hacer que se marchen. Ya.-

- Necesitamos recuperar a Stiles primero.- Insistí.

- ¿Por qué no podemos eliminarlos?- Preguntó Scott.

- Porque vi lo que le pasa a las personas que se llevan.- Respondió Lydia.

- ¿Mueren?- Preguntó Malia.

- No. Es algo peor que la muerte. Lo sentí en el recuerdo de Lenore. Es como si sus almas quedaran vacías. Se convirtieron en algo más. Creo que en Jinetes Fantasma. Y luego desaparecieron.- Explicó Lydia.

Malia estacionó el auto y Scott bajó entrando a la casa.

Lydia, Malia y yo caminábamos hacia la casa y vi como Lydia se quedaba pensando en algo.

- ¿Estás bien?- Pregunté.

- Sí, lo estoy.- Respondió y Malia y yo la miramos.

Ella suspiró.

- Estaba pensando en Lenore. Hay mitos sobre la Cacería Salvaje y Morrigan. Dejaron a Lenore.- Respondió Lydia.

- Creo que Lenore era una Banshee.- Habló Malia.

- Morrigan eran una Banshee.- Habló Lydia.

- O sea que cuando la Cacería Salvaje nos lleve a todos...- Comencé a decir.

- Seré como Lenore. Me quedaré aquí. Sola.-

Entramos a la casa y me quedé en shock al ver quien estaba parado ahí. No puede ser cierto.

- ¿Esto es otra alucinación o alguien desenterró a este bastardo?- Pregunté mirando a Theo.

- Hola, Lia. Según yo terminamos bien.- Sonrió asustado y mis ojos se iluminaron.

- No vuelvas a decir mi nombre. Moví mi mano y lo estrellé contra la pared. - Esta vez si te mataré, hijo de puta.-

[...]

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