PART 5

- El cuerpo calloso no es solamente la mayor estructura de materia blanca del cerebro, sino también el puente que conecta todas sus partes.- Explicó la maestra.

Suspiré aburrida y giré la vista hacia la ventana. Pude ver como un hombre miraba una Jeep azul y fruncí el ceño.

- Esa habilidad de comunicación de todas las partes del cerebro, junto a su trabajo en equipo, no ayuda a mejorar el pensamiento cognitivo.-

No ponía atención. Miraba por la ventana. Se veía tan familiar. Una Jeep azul.

- ¿Alguna pregunta, pensamientos relevantes? ¿Lia?-

- ¿Estoy de acuerdo?- Me encogí de hombros.

- ¿Hay algo afuera que sea más fascinante que la estructura de la mente humana?- Preguntó y miré la Jeep.

- No...-

- Bien. De acuerdo.- Sonrió y regresó al frente de la clase. - Muchos consideran que el calloso es el que nos permite tener intuición y presentimientos.- Siguió explicando.

Miré la Jeep y moví mi pierna nerviosa. Tenía un presentimiento sobre esa Jeep.

- Aun cuando no somos conscientes...-

Me levanté rápidamente para salir del aula.

- ¿Lia?- Me llamó la maestra.

- Siento que voy a vomitar.- Inventé lo primero que se me vino a la mente.

Ella alzó ambas cejas entendiendo y salí.

Salí de la escuela y caminé por el estacionamiento. Cuando vi una grúa corrí rápidamente hacia la Jeep.

- ¡Oiga!- Exclamé y el tipo me miró. - No se puede llevar la Jeep.-

- Según los papeles, sí. Figura como abandonado.- Habló y bufé.

- Al diablo con sus papeles, esta Jeep es mía.- Puse mi mano sobre la Jeep.

- ¿Este es su vehículo?- Preguntó.

- Sí, ¿por?-

- Parece que no.- Respondió y rodé los ojos.

- Es mío.- Habló Scott llegando. - Es mi Jeep. Gracias. Lo correré cuando agarre las llaves. De mi casillero.-

- Cuando usted se vaya.- Añadí mirando al tipo.

- Lo siento, una vez que está en el gancho...- Comenzó a decir pero lo interrumpí.

- No vaya a hacer un chiste malo.-

- Ahora ya no puedo.- Suspiró decepcionado.

- Mire, debe haber algo que podamos hacer. ¿Firmar algo? ¿Llamar a alguien?- Preguntó Scott.

- ¿Pagarle a alguien?- Pregunté y él sonrió. - Ponga precio.- Suspiré.

- La tarifa es de $150. En efectivo.-

- ¿150? Esta cosa ni vale eso.- Habló Scott.

Bufé y saqué mi billetera buscando dinero.

- ¿Cuánto tienes?- Le pregunté.

- ¿Cuánto tienes tú?- Preguntó.

- Saca el dinero niño.- Respondí y él suspiró.

- Solo tengo $50. Y es absolutamente todo lo que tengo y...- Comenzó a decir pero lo interrumpí.

- Cállate y déjame pagar a mí.- Le entregué el dinero al tipo.

El tipo sonrió viendo el dinero y se fue.

- Sabes que no tengo realmente las llaves, ¿verdad?- Preguntó Scott.

- Pero tenemos una Jeep azul.- Forcé una sonrisa. -¿Tan poco te paga Deaton?- Pregunté y él rió un poco.

[...]

Estaba parada frente a la Jeep. Escuchaba un sonido venir desde esta. Giré mi vista y vi como Lydia, Malia y Scott llegaban.

- Viene de la Jeep.- Hablé.

Los cuatro nos acercamos a la Jeep y vimos como había una radio. Scott jaló la puerta pero esta no se abrió.

- ¿Alguien dejó las llaves adentro?- Preguntó Malia.

- Rómpela.- Respondió Lydia.

- No dañaremos la Jeep.- Moví mi mano y la puerta se abrió.

La radio comenzó a sonar más fuerte y todos nos miramos entre sí.

Los cuatro nos subimos a la Jeep. Comencé a buscar alguna pista en la guantera.

De la nada la radio se detuvo y fruncí el ceño.

- ¿Por qué paró?- Preguntó Malia.

- No lo sé.- Piqué un botón tratando de arreglarla para que volviera a sonar.

Lo piqué varias veces desesperada.

- Lia, lo vas a descomponer.- Me regañó Lydia y bufé.

- ¿Qué?- Murmuró Scott y lo miramos.

- ¿Captaste un olor?- Preguntó Lydia.

- Sí.- Respondió Scott.

- ¿De Stiles?- Pregunté y él negó.

- El nuestro. El mío, el tuyo, el de los cuatro.-

- ¿Mío? Nunca estuve en esta Jeep antes.- Habló Malia.

- Yo tampoco.- Añadió Scott.

- Menos yo.- Habló Lydia.

- Claro que sí. Solo...no lo recordamos.- Hablé.

- Creí que eso había terminado.- Habló Malia y la miré mal.

- Lia, Parrish revisó el número de auto. No hay registro de dueños anteriores.- Añadió Lydia.

- La Jeep no se manejó sola hasta el estacionamiento de la escuela.- Hablé.

Scott y Lydia nos miraron a ambas.

- ¿De qué lado están?- Preguntó Malia.

- Del lado de todos.- Respondió Scott.

- No es real. Confía en mí.- Insistió Malia.

- Malia, es real. Tú confía en mí.- Insistí molesta y seguí buscando en la guantera.

- Perdí a muchas personas en mi vida. Es una larga lista y no quiero sumar más.- Habló y golpeé la guantera molesta.

- Lia...- Murmuró Lydia.

- No, tengo que encontrarlo. Tengo que encontrar a Stiles.- Seguí buscando. - Ajá.- Saqué un papel. - Podemos traerlo de vuelta.-

Malia tomó el papel de mis manos y lo miró para luego dárselo a Scott quien se lo mostró a Lydia.

- Eso es de 1996 y no hay nombre.- Habló mirando el papel.

- Pero hay una dirección. Calle Woodbine 129.- Respondió Malia.

- Conozco esa dirección- Habló Lydia.

- Yo también.- Añadí.

[...]

- No sé que decirte. No había visto ese Jeep en casi 18 años.- Habló Claudia.

- Está a su nombre.- Mencioné.

- Pero fue robado.-

- ¿Cómo terminó en la escuela?- Pregunté.

- No tengo la menor idea. Esa cosa ya era una chatarra en ese tiempo. Sólo Dios sabe quien lo querría ahora.- Respondió el Sheriff.

- ¿Tal vez alguien lo abandonó ahí?- Sugirió Claudia.

- Quiero rastrear la historia del Jeep...tras el robo. ¿Hay alguna manera?- Pregunté.

- No.-

- Huellas. Puede tener huellas.-

- Lia, ¿esto es por Stiles?- Preguntó el Sheriff.

Mis ojos se cristalizaron con solo escuchar su nombre.

- ¿No crees que has ido demasiado lejos?- Preguntó Claudia entregándome el papel. - Realmente no sé qué te está pasando últimamente, pero quizás es un buen momento para hablar con tu mamá.-

- ¿Creen que estoy loca?- Pregunté y Claudia negó.

- No cariño, para nada. Solo necesitas guía.- Respondió y mi vista se comenzó a nublar por las lágrimas.

- ¿Estás bien?- Preguntó el Sheriff.

- Sí, solo necesito ir...¿puedo...?- Hablé con la voz temblorosa.

- Por supuesto. Tómate tu tiempo.- Respondió Claudia.

Me levanté inmediatamente y caminé hacia el pasillo. Miré la pared con el tapiz y una lágrima se deslizó por mi mejilla.

Me acerqué y toqué la pared deslizándome por esta hasta llegar al suelo. Sollocé sentada en el suelo. Recargué mi cabeza en la pared y abracé mis piernas.

Lágrimas de desesperación comenzaron a deslizarse por mis mejillas.

- ¿Quién eres y por qué te necesito tanto Stiles?- Me pregunté a mí misma.

[...]

Bajé de mi motocicleta y vi como Scott y Lydia hablaban con el tipo.

- Mi hermana ya le pagó. Le dió mucho dinero por esa entrega.- Habló Lydia.

- Sí, y lo entregué, ¿de acuerdo? Ahora los estoy recogiendo de nuevo.- Respondió el tipo.

- ¿Cuánto quiere?- Pregunté.

- Sí, le haremos un cheque.- Añadió Lydia.

- No se trata de cuánto. Lo quieren fuera de aquí. No depende de mí.- Respondió y dió un paso hacia adelante.

Scott se puso frente a él.

- No me obligue a moverte, ¿de acuerdo?-

- Tendrá que movernos a los dos.- Me puse a lado de Scott.

Ambos nos miramos entre sí y sonreímos.

- Voy a enganchar esta cosa y la remolcaré fuera de aquí.-

De la nada se escuchó un ruido y todos giramos la mirada. Malia había roto el gancho del remolque.

- Su camión está descompuesto.- Le entregó el gancho del remolque al tipo.

El tipo la miró confundido y Malia sonrió inocente.

[...]

Un fuerte rugido de escuchó y Scott y yo abrimos los ojos de golpe.

- ¿Qué demonios?- Murmuró Scott.

Ambos bajamos de la Jeep y corrimos hacia donde estaban Malia y Lydia.

- ¿Escucharon eso?- Preguntó Malia.

- Creo que sí.- Respondió Lydia.

- Creo que todo California lo escuchó.- Añadí.

- ¿Quién es?- Preguntó Scott.

- No estoy segura, pero creo que lo conozco.- Respondió Malia.

- ¡Vayan!- Exclamé y Scott y Malia salieron corriendo.

Lydia y yo nos miramos entre sí.

- Yo también reconocí el rugido. Pero no recuerdo quien era.- Hablé.

[...]

Habían encontrado a Peter. ¿Cómo demonios no recordaba al desgraciado de Peter? En fin, Malia y Lydia lo llevaron al hospital y él traía las llaves de la Jeep.

Stiles lo mandó. Creo. Eso espero.

Puse las llaves de la Jeep y miré a Scott. Él asintió indicando que lo hiciera. Tomé aire y le di vuelta a las llaves pero el auto no encendía.

Volví a darle vuelta pero nada. Le di vuelta pisando el pedal desesperadamente.

- No lo ahogues.- Habló Scott.

- ¿Sabes qué significa eso?- Pregunté.

- No realmente.- Frunció el ceño.

Miré la llave tomando aire una vez más.

- Por favor.- Murmuré y le di vuelta.

El auto encendió y sonreí. Scott y yo nos miramos entre sí, ambos sonriendo.

De la nada la radio comenzó a emitir un ruido.

Scott iba a bajar el volumen.

- ¿Hola?- Escuché una voz.

- Scott, espera.-

- ¿Hola? ¿Hay alguien ahí? ¿Alguien me escucha?- Se escuchó la voz y Scott me miró.

Tomé la radio rápidamente.

- ¿Stiles?- Pregunté.

- Stiles, ¿estás ahí?- Preguntó Scott.

- ¿Scott? ¿Lia? ¿Son ustedes?- Preguntó y miré a Scott en shock.

- Stiles. Podemos oírte. Oh por Dios.- Sonreí.

- Dios mío, ¿me conocen? ¿Me recuerdan?-

- Te dije que no te olvidaría. ¿En verdad eres tú?-

- Sí, soy yo. ¿Recuerdas lo último que te dije?- Preguntó.

- "No olvides que te amo"- Respondí.

- ¿Estás bien?- Preguntó Scott.

- ¿Dónde estás?- Pregunté.

- Iremos a buscarte.- Habló Scott.

- No. No pueden. No podrán encontrarme.- Respondió y Scott y yo nos miramos entre sí preocupados.

- Stiles, ¿de qué estás hablando?- Preguntó Scott. - Solo dinos dónde estás e iremos...-

- Solo recuerde esto. Canaan, ¿bien? Deben encontrar Canaan. Solo encuentren Canaan.-

Escuché como la línea se cortaba y una lágrima se deslizó por mi mejilla.

- No, no, no. ¿Stiles?-

Scott sostuvo mi mano y bajé la mirada. Él me abrazó fuertemente y sollocé.

- Tenemos que encontrar Canaan.- Hablé con la voz cortada. - Tenemos que encontrar a Stiles.-

[...]

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