Abrí los ojos, luz entraba por la ventana y pegaba directamente en mi rostro. Miré mi mano y vi como alguien la sostenía. Levanté la mirada y vi a Stiles.

- Stiles.-

- Hola Li.-

Notaba la preocupación en su rostro pero aún así sonrió tratando de animarme.

- ¿Ya le dijiste?- Pregunté. - Lo de Donovan.-

- Se enteró por alguien más.- Respondió bajando la mirada.

- Debí de haberte escuchado. Lamento no haberte hecho caso sobre Theo.- Me disculpé.

- Lamento todas las cosas que dije.- Sostuvo mi mano con fuerza. - De hecho te traje algo para que me perdones.- Sacó algo de su chamarra.

Él me estiró unos chocolates Reese's. Sonreí y los tomé.

- Me alegra tanto que estés bien.- Me miró con una sonrisa aliviada.

- Stiles, tengo que salir de aquí, tengo que ir por Lydia.- Expliqué.

- ¿Dónde está Lydia?- Preguntó.

- Se la llevaron.-

- ¿A dónde?- Preguntó confundido.

- A Eichen.-

- Creo qué hay algo más.- Habló y lo miré confundida.

- Suelta todo, estoy un poco desinformada.- Alcé ambas cejas.

- Un tipo fue asesinado hoy y en la grabación sale una especie de animal gigante.- Explicó y suspiré.

- Ay no, no más animales gigantes.- Cerré los ojos y me pasé las manos por la cara.

- Pero...en la grabación falta una parte, al menos eso creo.-

- ¿Qué parte?- Pregunté.

- Solo se ve cuando sale pero nunca cuando entra.-

[...]

Miraba la televisión aburrida. Me sentía inútil, quería ayudar a mis amigos. Ir corriendo a Eichen y sacar a Lydia de ese horrible lugar.

Me levanté despacio de la cama, sentí mis pies descalzos tocar el frío suelo.

Respiré hondo, cerrando los ojos y estiré mi mano. Nada pasó. Miré mi mano confundida.

- Tal vez no me estoy concentrando.- Me dije a mí misma y volví a cerrar los ojos.

Traté de concentrarme apretando los ojos pero nada sucedió.

¿Dónde estaban mis poderes?

- No, no, no.- Repetí desesperada.

Mi respiración se aceleró. ¿Qué me había hecho? Mis poderes no estaban, me había quitado de en medio.

- Maldita sea.- Maldecí en voz baja.

Me senté en el suelo pasando mis manos por mi cara.

Tal vez había perdido mis poderes para siempre. Abracé mis piernas y pude ver como mi collar de fénix colgaba frente a mí.

Lo tomé entre mis manos. No podía perder mis poderes.

[...]