🧸| Capítulo seis.

Absolutamente nadie puede negar la química entre Jongin y Jennie, es muy evidente, tanto que gran parte de las miradas de los presentes en la cafetería se enfocan su mesa y más específicamente, en ellos.

Y como es de costumbre, sueltan comentarios al azar.

—¿O sea que en serio están saliendo?

—Qué fácil fue para Jennie, ¿no?

—Y pensar que Taeyong aún la espera.

Taeyong.

Jongin suele ignorar con frecuencia los comentarios ajenos, pero ese nombre en particular tiene algo que lo inquieta, hasta que a su cabeza le llega el recuerdo...

“Se llama Jennie. No pienses en acercarte, puede solo utilizarte como hizo con Taeyong, o insultarte si te preocupas por ella”.

¡Por supuesto! Cuando Seulgi le habló a Jongin de Jennie, mencionó ese nombre.

Pero, ¿cuál es su importancia?

—¿Jongin? —logra responder con un “¿mmh?”, la voz de la castaña lo acaba de sacar de sus pensamientos—, ¿pasó algo?

—¿Tan enamorado lo tienes como para tenerlo en un viaje astral? —bromea Baekhyun y Jongin solo atina a beber un poco de su café para evitar tener que responder esa pregunta.

De ninguna manera dirá en lo que estaba pensando...

—Estás bien, ¿verdad?

...mucho menos si Jennie lo mira así.

—Lo estoy, no te preocupes —responde apenas deja su café sobre la mesa.

Con una mano sostiene su taza mientras que con la otra, acaricia el cabello de Jennie.

Ésta le sonríe y a él se le llena el corazón con solo eso: su sonrisa.

No falta mucho para que toquen el timbre y finalmente puedan retirarse e irse a sus casas, sin embargo, a Jennie el tiempo le parece eterno, más de un pensamiento cruza por su mente y no tiene idea de cómo ordenarlos.

Tantas cosas por hacer el día siguiente y tan poco tiempo para prepararlo todo a la perfección.

Partiendo por ir a su empresa y ensayar como comúnmente lo haría, se había dado un pequeño descanso de ello pero ahora que su lesión en el tobillo mejoró, debe volver.

Incluso si ese lugar también suele ser oscuro para ella, tiene cosas buenas.

De seguro a Jongin le encantaría escucharla hablar sobre su pasión.

—Jongin... —susurra, trazando líneas aleatorias en su cuaderno.

—¿Disculpa? Sabes que ese no es mi nombre.

—Taeyong —solo un segundo basta para que su sonrisa se desvanezca, y viéndolo a los ojos le pregunta—, ¿qué quieres ahora?

—Nada en específico, solo vengo a avisarte que la clase acabó, ya todos se fueron. Al parecer estabas muy perdida pensando en algo más, o en alguien.

—No es de tu incumbencia.

—Ah, vamos, siempre dices lo mismo, aunque esta vez tienes algo de razón: no me interesa en lo absoluto tu vínculo con ese tipo, siempre y cuando vuelvas conmigo.

—Eso no pasará —guarda sus pertenencias más rápido de lo que está acostumbrada—, ¿cuántas veces te lo tengo que repetir?

—Nunca más, porque en ninguna te escucharé —le sonríe, le sonríe de la forma en la que sabe que a ella le molesta—, ¿terminaste de guardar tus cosas?

—Sí, ya me voy.

—¿Y no te despides de mí? Ah, no, ya sé lo que quieres, no tienes que pedirlo. Te llevaré a casa.

—No lo necesito, sola estoy bien.

Acelera su paso, intentando ignorar las pisadas del chico justo detrás suyo.

Y no es para nada consciente de que el chico que le gusta la estaba esperando unos pasos más allá de la salida para ser él quien la acompañe a casa.

—¿Acaso esos dos volvieron? —Irene llega a su lado, afirmándose en el hombro del mayor para mirar sus ojos lagrimosos.

—¿Aún no quieres escucharnos? —Seulgi se hace presente en su otro costado.

—Déjenme solo.

Se va, dejándolas a ambas mirándose entre sí.

Jennie no es buena con los sentimientos de nadie, no hay excepciones y eso todos lo saben.

Hace mucho no actualizaba aquí, aaahh.

Ojalá les guste, nos vemos en un próximo capítulo. ^^

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