Cizaña.

Tu hipocresía me cala en el alma.
Tus lágrimas brotan, se esparcen y se reúnen hasta formar una laguna. Quieres que me ahogue ahí. Quieres que me desgarre las entrañas, que el hambre me haga bonita.

¿Por qué te ríes?

Sabes que me tiemblan los labios, que quisiera gritar con todas mis fuerzas. Que no quiero que me toquen y me abracen como si me conocieran de toda la vida. Que me quema pero no me volveré cenizas.

Voy a llorar de nuevo y te esmerarás en subir el volumen. Tienes muertos, deudas y te arrastran a la inmundicia cada día más. ¿Por qué alguien como yo debería llorar? Si mi frustración no se compara a la tuya.

Es tu decepción la que menos el sueño me quita. Nadie te mandó a tener expectativas o que me quisieras con tanta desidia. Me abrazas como le lanzas una moneda a un mendigo, con desagrado y creyéndote dios.

Me aburre tanto tu dios. Te molesta mi escepticismo pero no vas a la iglesia ni aunque te lleven en una carroza. Te molestan las interacciones sociales porque todos son hipócritas.

¡Vaya! Los hipócritas pueden olerse, como un zombie en busca de una horda, pero te desviarás nuevamente, porque no querrás quedarte con la carroña.

Tú quieres carne fresca. Quieres plantar tus ideas en mi mente y reventarme el cerebro con la cizaña. Tus consejos solo tienen valía para ti misma. ¿Y si me arranco los ojos en un intento por deshacer la lagaña?

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top