Capítulo 8

NISA.

Sonreí a Ilias y fingí aceptar con gusto el paseo que me ofreció, extendiendo su brazo hacia mí y todo, Jelena no mentía, este sujeto adora todo lo que sea chapado a la antigua, que asfixiante debe ser vivir bajo el mismo techo que él.

— Y dime ¿Estás soltero o estoy siendo increíblemente incorrecta con un hombre comprometido?

Pregunté masajeando su musculoso brazo, eso les sube el ego, a los hombres les encanta que uno destaque su virilidad.

— Estoy soltero, muy soltero, la vida es difícil cuando se trata de sentar cabeza, las mujeres de ahora no piensan con claridad, no quieren hijos, familia, matrimonio... nada de eso, quieren trabajar, besarse con media ciudad y tener relaciones con desconocidos, yo no las entiendo.

Soy del segundo grupo, lo siento Ilias.

— Te comprendo, pienso lo mismo ¿Qué puede ser mejor que tener todo en el hogar? Un hombre que te mantenga, hijos que te adoren, una casa que llevar... para mí eso suena a paraíso.

Haré gárgaras con gasolina por toda la mierda que está saliendo de mi boca, pero que buena puta mentirosa soy, Can debería subirme el sueldo.

— ¡Es lo que digo yo! — se emocionó— Es lo que busco en una mujer, pero nadie quiere nada serio, estoy haciéndome mayor, no quiero vivir solo el resto de mi vida, quiero alguien que me cuide y me quiera ¿Comprendes?

— Yo quiero lo mismo — mirándolo— Dime... ya que tú y yo queremos lo mismo ¿Sería muy descabellado si nos comenzamos a ver? Digo... para conocernos y saber si somos compatibles, porque a primera vista, me gustaste mucho, eres todo lo que busco.

Sonrió de lado, llevando su mano libre a mi mentón, sujetándolo con delicadeza para que alzara el rostro.

— ¿Te quedarás en Rusia? Tu acento es un poco extraño, pero si te quedas, me encantará seguir viéndote.

— Soy rusa, nací aquí, en Novosibirsk, tenía unos tres años cuando me mudé a otro país con mi madre, mis padres son divorciados, pero luego regresé con papá, mi relación es mejor con él, así que puedes estar tranquilo, me quedaré aquí de forma permanente.

Bueno... falso falso no es, sí soy rusa, sí nací en Novosibirsk, y sí me mudé a los tres años porque mi mamá se enamoró del imbécil de mi padrastro, mi padre sí es divorciado de mi madre y él jamás preguntó por mí, ni una sola vez, de seguro ya se olvidó de mi existencia, ni siquiera me dio su apellido, pero siendo sincera, no me interesa, Engin es la figura paterna más cercana que tengo y me gusta mucho pasar tiempo con él, es un gran hombre cuando de familia se trata, porque como jefe es... cruel, pero no conmigo, yo soy su ángel, a mí me ve como su hija, soy especial, me gusta sentirme especial.

Mi apellido es Yildiz porque es el apellido de ese sujeto, mi padrastro me reconoció legalmente cuando se casó con mi madre, mi verdadero apellido, el apellido de soltera de mamá, es Romanova, yo soy Nisa Romanova, pero esa es una historia muy antigua que casi no recordaba, Ilias me hizo recordar mi tortuosa niñez.

— ¿Mañana está libre, señorita? —preguntó sacándome de mis pensamientos— Podría encontrarse conmigo para el desayuno ¿Qué me dice?

— Mañana... haber... — fingiendo pensar, cómo si tuviese algo más que hacer— Tengo libre para el desayuno ¿Puedes?

— Puedo, por supuesto ¿Le parece bien a las diez de la mañana? No quisiera importunar su rutina o su sueño.

Se hace el considerado el bastardo cruel, cómo voy a adorar destruirlo...

— Me parece perfecto ¿Intercambiamos números telefónicos?

— Me encantaría.

Ambos tomamos los móviles, le pedí el número y luego marqué para que quedara registrado el mío en su teléfono, de esa manera podríamos mantener el contacto, luego fingí tener una reunión con una amiga para tomar el té, lo cual también es mentira, pero a él le encantó saber que no trabajo y me dedico a ser una mantenida por mi ficticio padre, así que, acordamos vernos mañana y yo me reuní con la chica que contraté para mi farsa, Ilias me acompañó hasta el café dónde me encontré con esa actriz y dijo que nos reuniéramos aquí mañana, sólo entonces se fue.

— Lo hiciste perfecto — dije a la chica— Ahora, comeremos algo sólo para asegurarnos de que es seguro, luego podrás irte ¿De acuerdo?

— De acuerdo, jefa.

— Pide lo que quieras, yo pago.

Tomando mi móvil, llamando a Jelena unas diez veces para darle las nuevas noticias, pero no contestó, razón por la cual me vi en la obligación de llamar a su esposo y contarle las novedades, se molestó un poco cuando le pedí que quitara a sus escoltas, entorpecen mi trabajo, Ilias estaba muy al pendiente de su alrededor, si se da cuenta de lo que hacemos, correré peligro y Can va a arrancarme la piel de los huesos por haber puesto mi cabeza en la guillotina, mis tácticas no le gustan mucho, pero las respeta... por ahora.

A medio día regresé al hotel y me vestí como yo suelo hacerlo, ropa negra y ajustada, vestidos cortos y zapatillas, pudiendo respirar al fin, me sentía tan fea con esa ropa de la época victoriana que a los Volkov anticuados tanto les gusta que bien podría haberme dado un tiro en cada ojo para evitar mirarme en el reflejo de los escaparates.

Afortunadamente puedo relajarme dentro de estas cuatro paredes, tiempo libre como el que no suelo tener, tiempo para ver series, comer comida chatarra o bailar sola por la habitación con una botella de tequila en mi mano, cantando tonterías en diferentes idiomas.

Al día siguiente fui a la cita y me comporté asquerosamente educada y servicial, consciente de que lo tengo comiendo de la palma de mi mano, y al día siguiente, me invitó a almorzar, dije que sí, me vestí con un largo vestido bonito de tonos pastel, recatado, me llevó a un restaurante que se notaba a kilómetros lo costoso que era, el hombre quiere presumir su dinero, pero no éramos sólo nosotros dos.

— Nisa, quiero presentarte a mi padre, papá, ella es la chica de la que te hablé, Nisa Yildiz, cumple con los estándares familiares, Nisa, él es Yakov Volkov.

Mierda, el sujeto peligroso folla nueras 3.000, tengo que ir con cuidado.

— Buenas tardes, señor Volkov, es un gusto poder conocerlo — extendiendo mi mano hacia él— Mi nombre es Nisa, soy amiga de su hijo, nos conocimos por casualidad, mi culpa, suelo perder el norte cuando veo algo bonito.

— Tú eres bonita, chiquilla — estrechó mi mano— Elegante, de tono de voz melodioso, te ves dulce a simple vista, te ves como toda una mujer de buena familia.

La colera hizo que me sonrojara, eso él lo tomó como un sonrojo tímido por su "Alago", por lo que sonrió.

— Gracias señor, no hay nada que quiera más que comenzar una vida familiar, casarme, tener hijos, llevar el hogar, ya sabe, lo que toda mujer debiese querer.

Sin duda haré gárgaras con gasolina, lo necesito.

— Ilias, como siempre, me enorgulleces, Nisa es una chica increíble, a simple vista cumple con todos los estándares, por favor, deja que te ayude a tomar asiento.

Lo dejé acomodarme la silla y empujarla para cuando me senté, haciendo mi mejor esfuerzo por no mostrarme asqueada cuando acarició mis hombros desnudos y tomó asiento frente a mí en la mesa, Ilias sentado a mi derecha.

— ¿Puedo hacer una pregunta algo impertinente, señorita?

Preguntó el vejestorio libidinoso.

— Responderé con total confianza para satisfacer su curiosidad, señor.

— ¿Usted... ha estado con otros hombres? Ya sabe, de forma intima.

Me persigné y puse mi mejor rostro afligido, lo practiqué diez veces frente al espejo antes de salir del hotel hoy.

— Claro que no, señor, me ofende su pregunta. Ese tipo de actos se reserva para el matrimonio ¿Qué clase de mujer sin cultura podría ofrecerse a otros sin estar casada? Pero qué vergüenza...

Tocando mis mejillas, otra vez sonrojada por la colera, sirviendo a la perfección para fingir mi vergüenza.

— Lo lamento, Nisa, mi padre sólo quería comprobar que eras la indicada — tomando mi mano— Sabe que estamos en plan de conocernos, él sólo te está probando como hace con todas las posibles esposas de sus hijos y nietos, y yo creo que tú y yo encajamos, fue amor a primera vista.

¿Cómo este imbécil habla de matrimonio y amor cuando ya está casado? Yo no lo entiendo ¿Qué hizo o qué planea hacer?

— Digo lo mismo, sentí una conexión especial cuando nos vimos — sonreí— Me gustaría llegar a ese paso contigo, el matrimonio — miré al vejestorio— Por favor, haga las pruebas que usted estime convenientes, espero encajar en lo que usted busca, señor Volkov.

Pobre Jelena y lo que tuvo que soportar al conocerlo.

Si no me estuvieran pagando por parecer sumisa, frágil, servicial y hasta estúpida, ya les hubiese quebrado la silla en la cabeza a ambos.

— Ven a comer a casa mañana, o puedes ir a cenar hoy, así, podrás conocerte con el resto de mujeres en casa, te gustará el lugar, la casa es grande, posee todas las comodidades y es segura para los hijos, te encantará.

— Será un honor, señor, si a Ilias le parece, me gustaría ir a cenar, no tengo nada en mi agenda y me gustaría poder pasar más tiempo con ambos.

Los ojos del viejo brillaron de expectación, de seguro se está haciendo ideas extrañas.

— Podrías quedarte a dormir, en un cuarto propio, claro, me encargaría de cubrir tus necesidades, será mejor si pasamos más tiempo juntos ¿Qué dices?

— Será un gusto, Ilias — sonriendo— Entonces, estoy a su cuidado.

Comí con ellos y pedí permiso para ir al baño, mirándome asqueada al espejo, frunciendo el ceño, hablando en frases mientras me paseaba de un lugar al otro lanzando groserías al aire, emputada, todo lo que quiero es darle un tiro a cada uno, pero ¿Qué se creen?

Para mi mala suerte tuve que quedarme con ellos hasta el día siguiente, soy muy consciente de que el viejo me fue a ver mientras dormía, acarició con lentitud uno de mis brazos y acomodó mi cabello, podía escuchar su respiración irregular, no quiero ni imaginar qué cosas habrá hecho, es un asqueroso, pero afortunadamente no me despertó y no me pidió hacer nada, eso es bueno, sigo en el juego.

A medio día recién salí de ese lugar y regresé al hotel para dar mi reporte a mis jefes, Jelena me advirtió que tuviera cuidado unas cinco veces antes de cortar, que Yakov es más perverso de lo que puedo imaginar.

También me preguntó por la cantidad de mujeres que quedaban en esa casa, no eran muchas, pero había, entre ellas, una tonta que se hace llamar la prometida de Alexander Volkov, nieto de Yakov, y Boss de la Bratva, se la pasó diciendo estupideces sobre el vestido que usará, la boda que tendrá, y la cantidad de hijos que va a darle.

¿Quién le dice que eso ocurrirá sólo en su imaginación? Porque Alexander está marcado por Jelena y dudo mucho que ella vaya a soltarlo en un tiempo próximo, es más, la chica loca es más probable que se muera antes de acercarse al esposo de la Koroleva.

Ese mismo día, diez de la noche, recibí una llamada de mi jefe, contesté a pesar de estar en la bañera, relajando mi cuerpo.

— ¿Se puede saber por qué demonios no me llamas? Fui paciente, Nisa, pero me preocupo, estas bajo mi cuidado ¿O lo olvidaste? Tu abuela me amenaza cada que me ve porque tampoco la has llamado a ella, la mujer se preocupa, pero no sabe si estás ocupada y no quiere molestarte, así que me veo en la obligación de llamar yo.

Moví las rosas en el agua con mi mano libre, sonriendo al pensar en mi abuela amenazándolo, en mi cabeza es una escena graciosa, Can le agrada, así que no debe ser para nada de desagradable, sólo lo hace para no perder su esencia.

— He estado muy ocupada, pero estoy bien, te lo prometo, no me han tocado ni un pelo.

— No puedo creerte, eres una buena mentirosa, has video llamada.

— Estoy tomando un baño.

— ¿Y? Ya te vi desnuda, has videollamada, ahora.

Demandó.

Y como sé lo intenso que puede ponerse, puse la maldita videollamada, sonriéndole y mostrándole que efectivamente me estaba bañando y que estoy bien.

— ¿Lo ves? Todo en su lugar, soy una mujer inteligente, no he dejado rastros.

Me levanté de golpe al sentir la puerta principal ser cerrada con fuerza, estoy sola y no espero visita.

— Mierda, creo que hay problemas, Can, te llamo luego.

— Nisa que ocurre.

— Alguien entró.

— ¡Nisa!

Estaba por salir de la bañera cuando Alexander Volkov entró, me miró y se giró de forma inmediata, Jelena apareció dos segundos después, mirando mal a su esposo.

— Eres un maldito imprudente ¿Por qué no tocas la puerta como la gente normal? — bufó— Nisa, vístete, tienes que irte ya.

— ¿Qué está ocurriendo? Maldita sea.

Protestó Can al otro lado de la línea mientras yo camino rapidito hacia la bata, atándola a mi cintura, aprovechando que la pareja está dándome la espalda para mayor privacidad.

— Yo también quiero saber qué pasa ¿Por qué entran así? ¿No conocen los teléfonos? ¿El timbre?

— Cometí un error — dijo Alexander— ¿Puedo voltear ya?

— Sí, ya.

Accedí, viendo su rostro afligido.

— Cuando me pediste que quitara a mis hombres, no lo hice, Yakov se dio cuenta, viene para acá, así que tienes que irte, ahora.

— ¡Ahora, Nisa, ahora!

Dijo Jelena sujetandome del brazo sin importarle que esté descalza y en bata, arrastrándome fuera del cuarto, directo al ascensor, por eso la prisa, por eso nadie tocó.

— Y yo sí llamé, pero sonaba ocupado.

Explicó Alexander metiéndose al ascensor con nosotras, bajando.

— Maldita sea, te dije que me dejaras hacer las cosas a mi manera —protesté— Me pusiste en peligro ¿Por qué no escuchas? ¿O eres cómo ellos? ¿Tampoco crees que soy capaz porque tengo vagina?

Frunciendo el ceño, completamente molesta.

— No es que no confíe en tus capacidades, eres la chica de mi amigo, por lo tanto, intentaba cuidarte.

— Yo le dije que ni hiciera estupideces, pero al parecer, tampoco me escuchó.

Dijo Jelena, mirando mal a su marido.

— Dejemos algo en claro, no es mi chica.

Dijo Can al otro lado de la línea.

— Yo soy su secretaria, su sicaria y ya está — expliqué— Fui contratada para esto, y no me dejas hacer mi trabajo, Alexander.

— ¡Lo mismo le dije yo! ¿Ahora qué haremos con los niños? Alexander eres un tonto.

— Sólo quería protegerla.

Protestó haciéndole una mueca a su mujer.

— Nisa no necesita que nadie la proteja — dijo Can— Ella puede por su cuenta, y si le permití ir, es porque sabía que lograría cumplir con la misión, ahora sí que la pusiste en peligro, amigo, más te vale regresármela en una pieza o sí que tendremos problemas.

Levanté el móvil sólo para darle más dramatismo al asunto y se vieran a la cara.

— Tu montón de huesos regresará con todos sus miembros pegados al cuerpo por si eso te preocupa — aseguró el ruso— Te lo aseguro.

— Más te vale.

— Dile a mi abuela que llegaré en varias horas, pero que ya voy de regreso —pedí— ¿Dónde está ahora?

— En su club de tejido con otro grupo de viejas mal humoradas — explicó mi jefe— La recogerán al terminar, está siendo vigilada.

— Gracias.

— Yo sí me preocupo de cumplir mis promesas, la protejo.

Alexander rodó los ojos y se cruzó de brazos, empujándome fuera del ascensor directo al auto que ya esperaba con la puerta abierta, el medio peliblanco estaba tras el volante.

— Seré tu chofer, señorita... ¿Tienes frío? ¿Qué clase de idiota te saca sin darte ropa o zapatos?

— Tus jefes, por supuesto — cerrando la puerta— Me sentiría mejor si me das un poquito de tu ropa.

— Nisa... compórtate.

Protestó mi jefe al otro lado.

— Perra sin correa, es de quien la vea — dijo el sujeto sentado junto al segundo de Jelena y Alexander— Misha, a tus servicios, señorita, nunca conocí una turca, eres hermosa.

Extendiendo su mano hacia mí.

— Es un gusto también, Nisa Yildiz, soltera y en busca de aventuras — estrechándola— ¿Has tenido sexo en un auto?

— Nisa... te juro que cuando regreses, te dejaré incapacitada para apoyar el culo en cualquier superficie, blanda o dura.

— ¿Castigo o promesa?

— Nisa, no estoy jugando.

— ¡Nos vemos, jefe!

Cortando la llamada sólo para aumentar el dramatismo, recibiendo el polo del medio peliblanco que me ofreció amablemente mientras Misha me mira como si fuera el oasis en el desierto.

— Era broma lo del auto, quería hacer enojar a mi jefe para que deje de ser marica y me coja apenas llegue con él.

Reconocí.

— Siempre usan a Misha, todos lo ilusionan.

Se quejó mientras el auto era puesto en marcha y el Segundo de la Bratva se incorpora al trafico conduciendo como un maldito loco.

— Yo cogería contigo, te lo juro, pero no volverás a verme y no quiero que tus expectativas en el sexo crezcan.

— ¿Estás diciendo que serías mi mejor polvo? He tenido polvos muy buenos, rápidos y en lugares más estrechos que el asiento trasero de un auto.

Me lo pensé.

— ¿Lo lograrás antes de llegar al hangar con el avión?

— ¿Por quién me tomas? Claro que sí.

Haciendo el asiento hacia atrás a todo dar, gateando hasta llegar al asiento trasero, se sacó un preservativo del bolsillo y lo levantó.

— Siempre listo ¿Segura?

— Rápido que no nos queda tiempo.

Subiendo a horcajadas sobre él, atrapando su boca en un brusco beso, sintiendo su mano sujetar la tira de la bata en mi cintura.

— Sin desnudarme, yo no me desnudo para follar, esto será algo rápido e informal — expliqué— Si te gusta, continua, sino, regresa a tu asiento.

— Tus reglas.

Accedió subiendo sus manos a mi cintura, dándole un ligero apretón, besándome otra vez, mientras yo levanto la cadera un poco con la intención de liberar su pito, quitarle el preservativo y colocárselo, empalándome yo misma, subiendo y bajando para buscar mi liberación usando a este sujeto de buen tamaño, de labios dulces, grande, musculoso y fogoso que me come la boca con ganas, repartiendo besos y mordidas por mi barbilla y cuello sin la intención de dejar marcas, sólo mostrándome su lado animal, me gusta.

— Nisa, tu jefe te va a ahorcar.

Dijo Delano, el Segundo de la Bratva, hasta que recordé el nombre.

— Si no se entera, no lo joderá — sujetándome de los hombros del sujeto para no perder estabilidad, estoy por llegar— Él mismo dijo que me acueste con quien quiera.

Siempre que no sea su hermano.

— Concéntrate en mí.

Protestó Misha, atrapando mi boca otra vez, y si Delano dijo algo... no me di cuenta.

— ¿Por qué están tan desarreglados?

Nos miró Alexander al bañar de su vehículo con su esposa, esperando a que yo hiciera lo mismo, ambos autos al costado del avión.

— Sexo — encogiéndome de hombros— Si regreso, Misha, que se repita.

Guiñándole un ojo.

— Será un gusto mostrarle lo bueno que tenemos los rusos para ofrecer.

— Soy rusa, así que podrías mostrarme mucho más en mi próxima visita — recibiendo ese beso de despedida que me dio— Bueno, si llego en una pieza — caminando de espaldas hacia las escaleras— Jelena, te aviso cuando llegue, lamento que no funcionara.

— Lo lamento más yo, créeme — suspiró— Gracias Nisa, llámame para saber que estás a salvo.

— Lo haré, cuidado de regreso a casa, nos vemos.

Entrando al avión que ya estaba casi listo para despegar, acomodándome en uno de los asientos viendo a todo el mundo correr, y en menos de diez minutos, ya estábamos en el cielo y la luz parpadeante avisando que podía desabrochar mi cinturón.

— Señorita, le conseguimos ropa —Dijo la azafata, acercándome un atuendo completo— Puede cambiarse en el baño.

— Gracias, lo necesitaba, Can me hubiese matado si llego casi desnuda a casa.

— No lo dudo, señorita.

Caminé hasta el baño y me puse el ajustado vestido, lavé mis pies y calcé las zapatillas luego de ponerme mis calcetines cortos, sintiéndome cómoda con la ropa interior de algodón, pequeñita y bonita que no sé de dónde sacaron, pero resultaron ser mi taña, regresando a mi asiento, colocándome los audífonos, viendo un par de películas hasta que logré quedarme dormida, despertando al llegar a Turquía, dónde mi jefe esperaba por mí junto a la escalera, cruzado de brazos, furioso.

— ¡Llegué! — anuncié saltando por los escalones hasta llegar a su posición— Estira el entrecejo que ya estás viejo, Can.

Subiendo al segundo escalón para llegar a su altura y tocarle el entrecejo, sonriéndole.

— ¿Qué hiciste con ese ruso?

— Tuve sexo — saltando hacia el piso otra vez— Soy una mujer libre de tener sexo con todos los que quiera.

— Sí, pero... tus heridas, sigues herida, estás en recuperación, no deberías ser imprudente.

Sí, que buena excusa, Can Vural.

— No lo dejé tocarme directamente o verme desnuda, el sexo casual es sexo rápido, con ropa o nada.

— ¿No te... vio desnuda entonces?

— Pues no.

Sonrió de lado, cambiando esa expresión asesina que tenía hace un rato, dándome un empujón con su codo antes de comenzar a caminar.

— Bien entonces, como quieras, fóllate a media Rusia entonces.

— Lo haría, pero Yakov e Ilias deben estar buscándome, gracias a tu amigo, yo gané enemigos, saben que una blanca paloma no soy.

Suspiré.

— Estando conmigo no te va a pasar nada, tú respira tranquila.

— Estoy tranquila — encogiéndome de hombros— No me exalto por pequeñeces.

— Que te quieran muerta no es una pequeñez.

Protestó abriendo la puerta de su auto para mí, todo un caballero que no es.

— ¿Quieres tener sexo al llegar a casa? Sexo sin ropa y con la luz encendida para que toques y veas lo que pagaste.

Alzando las cejas con coquetería, viendo como estiró el entrecejo y me miró de pies a cabeza.

— Pero el trabajo...

— Algo rápido, y nos vamos. De todas maneras, debo pasar a tu casa para tomar un baño y ropa de oficina ¿Quieres?

— Que sea rápido — cerrando la puerta, rodeando el vehículo, entrando y echando a andar el auto— ¿Qué estás haciendo?

Mirándome de reojo cuando llevé mis manos al frente de su pantalón, desabotonándolo.

— Bueno, me debías esta mamada en el auto, así que cállate y conduce, intenta parecer normal mientras te la chupo.

Sacando su pito del bóxer, lamiéndome los labios de la expectación, es enorme, muero por saber si me cae en la boca.

— Cuidado con cómo me hablas, huesos.

Apretando los dientes cuando escupí sobre su pito para humedecerlo, será más fácil que entre si está bien lubricado.

— ¿No te pone que te hable así, Can?

Pasando la lengua desde la base hasta la punta.

— Usa esa boca para otra cosa — tocando el claxon con violencia, bajando un poco el vidrio— ¡Avanza imbécil que quiero follarme a esta mujer!

Gritó sin un poco de vergüenza.

¿Quién soy yo para corregirlo? Es mejor distraerlo con sexo a escuchar el sermón que de seguro tenía preparado para mí.

Que viva el sexo y la distracción.

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BUENAS BUENAS PECADORAS

DORMÍ CERCA DE DIEZ HORAS CÓMO LES CONTÉ POR EL GRUPO Y ESTOY DE MARAVILLA

RAZÓN POR LA CUAL LOGRÉ ESCRIBIR EL CAPITULO COMPLETO JAJAJAJAJA

LITERLA DEBÍ SER UN PEREZOSO EN OTRA VIDA, AMO DORMIR Y ESTOS ULTIMOS DÍAS NO LOGRO DORMIR MÁS DE CUATRO HORAS POR TODO LO QUE DEBO HACER

DARME UN TIRO ES LO QUE QUIERO CADA MAÑANA CUANDO ME SUENA EL DESPERTADOR

¿SOY LA UNICA QUE AMA DORMIR? ES MI PASIÓN JAJAJAJAJAJ

NISA BIEN ENCULADO TENÍA A ILIAS JODER, HASTA A YAKOV LO TENÍA EN EL BOLSILLO

LA SOBREPROTECCIÓN DE ALEXANDER LE JUGÓ EN CONTRA Y TUVO QUE REGRESARSE DE VOLADA A CASA

CLARO QUE CON UNA PROBADITA A MISHA QUE NO DESAPROVECHA NINGUNA OPORTUNIDAD

PEEEEROOOOO LO HIZO CON ROPA, NO LO DEJÓ QUE DESATARA LA BATA

ESO QUIERE DECIR QUE "LA EXCEPCIÓN" CAAAAAN

NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO BEBAS

BESITOS EN LA COLA


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