Capítulo 30
ESTE CAPÍTULO SE LEE CON RUNAWAY DE AURORA DE FONDO.
AFIIIRMENSE PECADORAS.
NISA.
Subimos al avión y despegamos sin mayor tardanza, ya en San Petersburgo tomaríamos un auto cualquiera y llegaríamos a nuestro destino, no podía ir en un auto de Jelena, la caja negra registraría todo lo que sucediera, el GPS guardaría el recorrido, y si se descubre el secreto, estaré más que jodida, por lo tanto, tomaré un taxi, mataré al conductor y haré desaparecer el auto, es la mejor alternativa para no dejar rastros.
— Oye, Nisa, he estado pensando en algo.
Dijo Alexei luego de una hora sobrevolando Rusia, tomando mi mano, dándole palmadas con la otra.
— ¿Qué ocurre? ¿Estás asustado?
Negó.
— Estoy... muy feliz por tu ofrecimiento, me siento... realmente agradecido de haberte conocido, lo digo en serio.
— Oye — frunciendo el ceño— ¿Qué es esto? Suena a despedida.
— Bueno, es que lo es, Ángel, yo... — relamió sus labios, pensando— Quiero quedarme en La Academia.
— ¡¿Qué tú qué?! ¿Estás loco?
No puedo creer que esté diciendo esta mierda.
— Nisa, tú mejor que nadie sabe cual es mi objetivo, destruir a Yakov, y si dejo La Academia, se me va a escurrir entre los dedos, no podré encontrarlo, es muy bueno ocultándose, lo sabes, así que... por favor, no pagues por mí, yo quiero ser oficial, quiero ganarme un nombre dentro de esa organización de mierda, quiero hacer dinero fácil y robarle todo a Yakov, si me salgo de ese mundo, no podré volver a entrar, quiero hacer esto.
— Pero Alexei... es peligroso ¿Y si lo pasas mal ahí? Estarás solo...
Se encogió de hombros, pareciendo relajado aun cuando sus miedos cruzaron por esos bonitos ojos que tiene el idiota este.
— Siempre puedo llamarte ¿No? Cuando esté sólo y eso, cuando... necesite una amiga para contarle mis traumas.
— Bueno sí, claro que puedes, pero... me preocupa ¿Y si te rastrean la llamada? ¿Y si logran ubicarme? Tengo hijas, Alexei, por eso quería que todos saliéramos, que fuéramos libres.
— Sí, tienes razón... no podemos poner en riesgo a tus hijas, es una completa estupidez usar los móviles de La Academia para llamadas personales, me retracto — suspiró— Entonces hasta aquí llegamos, ángel, tú sigue tu vida, te aseguro que voy a estar bien y pronto escucharás noticias sobre mí, sobre todo si sigues rodeándote de la gente con la que te relacionas ahora.
— Alexei... es una mala idea.
— Es una idea estupenda, sólo tienes que hacer que ellos quieran hacerme su oficial, bajo el medio que sea, yo te lo compensaré, te lo juro.
Suspiré agotada, este cabezota idiota cavará su propia tumba y es tan terco joder, no retrocederá hasta que tenga la sangre de Yakov en sus manos.
— Haré lo que pueda — me rendí— Pero piénsalo mejor, seguro que no quieres...
— Ser libre y vivir con todo lo que me hizo Yakov no es una opción, no quiero recordarme como un cobarde que no hizo nada, por favor, Nisa...
Suplicó.
— Bien, está bien, lo haré por ti, pero... cuídate mucho por favor.
— Claro que sí, siempre, muñeca.
Me abrazó y así nos mantuvimos el resto del recorrido, Alexei fue un gran amigo, uno muy importante junto a Jeff, ellos me convencieron no diez ni veinte veces, sino que, cientos de veces en continuar respirando, comiendo... sobreviviendo, dándome esperanza de un mundo mejor fuera, uno que me recibirá con los brazos abiertos, uno en el que podré aprovechar todo lo que me enseñaron en este retorcido lugar.
Llegados al aeropuerto privado de los Volkov, tomé las maletas y junto a mi compañero tomamos el primer taxi que encontramos, dándole la dirección al recóndito lugar dónde se ocultaba La Academia, fue Alexei quien le rompió el cuello al pobre hombre que no tuvo suerte hoy, mientras yo sacaba la gasolina de su vehículo y la repartía con el bidón por los asientos y sobre su cuerpo antes de prenderlo en llamas, aquí nadie vendrá, nadie llamará... no hay nadie en kilómetros, nadie sabrá que este hombre desapareció aquí.
— Identifíquense.
Dijeron los oficiales de guardia fuera del grueso portón que impedía ver todas las atrocidades que ocurren dentro, señalándonos con sus armas.
— Ángel — dije yo— Y Alexei, reclutados nivel cuatro, señor. Buscaré mi identificación.
Moviéndome lentamente, consciente de que siguen todas mis acciones, los puntos rojos sobe mi cuerpo, mostrando la debida credencial que te entregan aquí dentro, cuatro estrellas completas, mostrando mi rango, sólo entonces nos dejaron pasar, arrastrando las maletas al interior, a la sala de reuniones dónde tres oficiales nos esperaban.
— ¿Y bien? ¿El dinero?
Preguntó el oficial a quién no le desagrado, apoyando los codos en la mesa.
— En las maletas, mi señor, un billón, como acordamos, pero... quería cambiar una de mis solicitudes, de ser posible.
— ¿Qué cosa?
— Alexei — dije, yo, señalando— Quiere quedarse como oficial, la libertad no es tentadora para él.
— No quiero salir de aquí, me gusta la idea de poder castigar a alguien más porque no es tan perfecto como yo, señor.
Dijo don humilde, tranquilo.
— ¿Seguirá la oferta del billón en pie?
Dijo el maldito oficial, el dinero es todo lo que le interesa.
— Sigue en pie, por supuesto, Jeff y los gemelos.
Se encogió de hombros, mirando a sus compañeros.
— Por mi bien, es un buen material.
Dijo el oficial, señalando a Alexei.
— Sigue siendo bastante dinero, por mi bien.
Dijo el segundo oficial.
— Yo aceptaré sólo si la perrita me da el placer de follarla por ultima vez — dijo el maldito que me odia— Sólo entonces, la dejaré salir y que este idiota sea oficial.
Ya sabía yo que algo así pasaría.
— De acuerdo — accedí sin tardanza, sólo quiero irme de aquí— ¿Dónde, mi señor? ¿La sala de castigos?
— No, aquí. Todo lo que ocurra debe quedar dentro de estas cuatro paredes — sonrió— Quítate la ropa, Ángel.
Sonriendo malicioso mientras yo, sonrojada, miraba a Alexei, nunca me habían castigado con mis amigos cerca.
Alexei negó y miró en otra dirección, como si me dijera que no mirará, no prestará atención, hará como si yo no estuviera, y eso es... grandioso, se lo agradezco, porque no me apasiona ser castigada frente a otro reclutado.
Sin hacer esperar al oficial, temiendo que cambie de opinión si me tardo demasiado, jalé del vestido fuera de mi cuerpo, soltándolo sobre la mesa, también las bragas, esperando a que me dijera cómo me quería.
— Esto es demasiado aburrido, así no — dijo el oficial, poniéndose de pie— Alexei, voltea hacia acá, Ángel, sujétate de sus hombros e inclínate para que me dejes ver ese bonito culo tuyo con la palabra que con tanto amor grabé para ti, para recordarte lo que eres — sonrió malicioso— Si dejan de mirarse, entonces el trato se acabó.
Hijo de puta, cabrón.
Espero que Alexei lo mate pronto.
A regañadientes, Alexei me miró y giró para que me acomodara entre sus piernas y lo sujetara por los hombros como el oficial ordenó, Alexei dejó las manos sobre sus rodillas y me miró, pero al mismo tiempo... no me miraba a mí, miraba un punto fijo tras de mí, por ahí, llevando su mente a otro lugar, yo por mi parte hice lo mismo, llevando mi mente a Turquía, con mi esposo, mis hijas, con Engin y Ceren... la casa de mis sueños... felices, tranquilos...
Gruñí de dolor cuando el idiota usó mi culo para follar, golpeándome una nalga en el proceso sobre la quemadura, esa maldita palabra que me acompañaría siempre.
"Whore".
— ¿Qué pasa? ¿Demasiado para ti, ángel?
Se burló.
Me mordí la lengua para no responderle, no le daría en el gusto, nunca se lo di y no comenzaré ahora.
— ¡Abre la maldita boca, quiero que grites!
Me golpeó más fuerte, follándome sin cuidado alguno.
— ¡Grita!
Jalándome el cabello, puedo ver la furia en los ojos de Alexei, como le chirrean los dientes, como aprieta las manos en puño, quiere intervenir, quiere ayudarme, pero eso... no me ayudaría en nada, todo lo contrario, lo empeoraría todo.
Asentí sutilmente haciéndole saber que estaba bien, que sólo debo soportar un poco más y ya seré libre, así que... se calmó, y esperó, esperó hasta que este sujeto acabara dentro de mí, me lanzara la ropa, dijera que soy libre y me colocara el sello sobre el tatuaje, una quemadura que me marca como ganado libre, puedo irme, por fin puedo irme, soy libre.
En lo que me vestía en el pasillo, consciente de que me miraban, el oficial que no me odia salió en compañía de Alexei.
— Quienes compraste ya fueron marcados como libres, están esperando con sus cosas en tu cuarto, puedes ir por ellos y largarte ya. Alexei tiene que ir a la inducción de oficiales, será trasladado de piso ahora —señalando la marca en el brazo de mi amigo— Si quieres despedirte, ahora es el momento.
No lo pensé y me lancé hacia su cuerpo, abrazándolo con fuerza.
— Cuídate mucho, por favor, bastardo loco.
— Cuídate tú, y vive bien, yo voy a estar en la gloria, y espero que jamás nos topemos otra vez, vive feliz y lejos del peligro.
Como si eso fuese posible...
— Tú vive, sólo vive y has la mierda que quieras.
— Hablando de mierdas que quiera... — alejándose un poco de mí— ¿Si un oficial mata a otro, es penado?
Preguntó mi amigo al oficial.
— No, no lo es, se ve como ajuste de cuentas... diez de la noche, cuarto cuatrocientos doce, estará solo a esa hora.
Recomendó.
— Considéralo un regalo de mi parte, ángel, considéralo hecho.
Dijo el rubio, besando mi coronilla.
— Gracias Alexei...
— Yo debería agradecerte, pero ahora, vete, nada de sentimentalismos aquí, sal de aquí y ve a lamerle las bolas a tu amo, debe estar odiándote por perderte un año completo.
— Uuf... sí, va a estar furioso...
Me empujó sutilmente, entregándome mi maleta.
— Vete ya, Nisa.
No quise decirle que lo extrañaría, Alexei ya lo sabía, y ya nos despedimos por horas durante el viaje en avión, dije todo lo que tenía que decir, por lo tanto... podía darle la espalda y recorrer mi camino mientras él hace el suyo, sé que hará grandes cosas y sé que me vengará, matando al oficial que me hizo la vida imposible aquí dentro, se lo agradezco.
Cojeando, subí por el ascensor y llegué a mi habitación, viendo a mis amigos ahí, antes de abrir la boca ya los tenía a todos rodeándome con fuerza, un abrazó apretado.
— Lo hiciste... nos sacaste...
Dijo Jeff.
— Sí, lo hice, por fin somos libres, pero... Alexei se queda, él quiere ser oficial, se quedará.
Jeff no lo comprendió, al igual que yo, no entendemos lo que ocurre dentro de esa cabeza loca del ruso, pero bueno... espero que algún día, en algún momento, logremos reunirnos todos y tomarnos unas cervezas en honor a los viejos tiempos.
— Iré a tomar una ducha, está... escurriendo el semen de ese hijo de puta y es muy molesto.
— ¿Te violó?
Preguntó Luke, preocupado.
— Si no accedía, no daría el visto bueno y no nos dejaría salir, así que no me quedó de otra, pero... todo bien, no es nada que no me haya hecho antes, iré a bañarme, ya regreso.
Me metí a la ducha y limpié mi cuerpo a profundidad para sacarme su maldito olor de encima, y su esencia, tomé ropa interior limpia y mi uniforme de Liars, un top negro y una falda corta cortada en el costado derecho, botas de servicio, y una muslera para las armas, guardé toda mi ropa en la maleta y sin mirar atrás, dejamos la academia con los chicos, somos personas libres.
— Oye bonita, tengo algo que confesar.
Dijo Jeff, ya todos en el aeropuerto, los dejaría aquí y yo me devolvería en el jet, ya llamé a la gente de Jelena para que vengan por mí.
— ¿Qué cosa?
— No soy estadounidense.
— ¿No? ¿Y entonces?
— Soy de Londres, iré hacia allá con los gemelos, comenzaremos de nuevo.
Sonreí.
— Bueno, yo soy... turca así que... si alguna vez necesitan algo, vayan a Estambul y pregunten por los Vural, yo lo sabré y llegaré a ustedes.
— Es bueno tener una amiga de tu calibre — Dijo Logan— Te llamaremos cuando logremos resolver nuestros asuntos, hasta entonces... gracias.
Los abracé con fuerza, viéndolos comprar su billete de avión y perderse en el interior, sólo entonces dejé el lugar y seguí a la Bratva hacia el avión montando y regresando con mi familia, Can me esperaba en el estacionamiento, al verme, la pregunta impresa en todo su rostro, asentí solamente, fue todo lo que él necesitó para saber que yo era libre.
— ¿Puedo llevarte a casa? ¿Podemos volver a vivir juntos? ¿No te alejarán de mí?
Preguntó abrazándome con fuerza, con alivio.
— Puedes, claro que puedes, ya nadie volverá a separarnos, soy tuya ¿Recuerdas? Tuya para romper, tuya para suplicar, preferiblemente de rodillas — le sonreí— No para rezar, claramente.
Acercó su boca a la mía y me besó con amor.
— Joder... estás viva, no eres un sueño... estás realmente viva, estás aquí...
Abrazándome otra vez, no parece creerlo aún, está tan dañado...
— Lo siento... por tardar tanto — regresando el gesto, apoyando mi cabeza sobre su pecho— Quise volver antes, todos los días, pero no lo conseguí, hubo días en los que perdí las esperanzas — retrocediendo un poco, mostrándole mis muñecas— Me rendí cada una de esas veces y me hicieron volver, me obligaron a seguir respirando, y... gracias a eso estoy aquí ahora.
— No dejaré que nada te dañe nunca más — tomando mis brazos con delicadeza, depositando un beso sobre cada antebrazo— Voy a protegerte, lo juro, esta vez sí que lo haré bien.
Can jamás me mentiría, sé que esta vez será diferente para ambos, para todos.
Esa noche dormí entre los brazos de mi marido, las niñas entre ambos, cansadas a morir luego de haber celebrado Halloween con sus amigos, los hijos de los Volkov, todos ebrios y felices, celebrando mi liberación, mi nueva vida.
***
Partimos a primera hora de la mañana en el avión de los Vural directo a casa, las niñas sobre cada uno de nosotros, pero... Can estaba demasiado callado, más de lo normal, él dijo que teníamos que hablar de algo.
— ¿Qué ocurre?
Mirándolo con el ceño fruncido, ya es demasiado.
— ¿Qué ocurre de qué?
— Sé que ha pasado un año y sé que muchas cosas pudieron haber cambiado, no me voy a espantar, pero dime ¿Qué ocurre?
Miró a las niñas y me miró a mí, contrariado.
— Es que... no te lo quiero decir, pienso solucionarlo por mi cuenta apenas aterricemos mientras te pones al día con mis padres, si nunca te enteras, no te hará daño.
— ¿Es algo que me lastimaría?
— Sí.
— ¿Realmente crees que me haría sufrir?
— Sí, así es y... prefiero ahorrarte eso, sin discusiones, sin lágrimas, sin... sin nada que te hiera, quiero protegerte.
Miré a las niñas, lo miré a él, miré las nubes en el exterior.
— ¿Y si quisiera saberlo?
— Te lo contaría, pero... no quiero hacerlo.
Apoyé mi cabeza en el respaldo y boté el aire contenido, cerrando los ojos dos segundos antes de prestarle atención a Melek, quien llevo entre los brazos.
— Soluciónalo entonces y no me digas nada, ya sufrí lo suficiente como para anotar un nuevo motivo a la lista, pero soluciónalo hoy y no hablemos más del tema.
— Trato —Besando mi sien— Tema olvidado, olvida que te lo dije.
Asentí y seguí jugando con las pequeñas, ellas son mi prioridad ahora, recuperar el tiempo perdido, hacer recuerdos juntas, vivir por el año perdido, eso quiero.
***
El auto se detuvo en la casa de los Vural y para ese entonces, yo era un manojo de nervios, temblaba de pies a cabeza ¿Qué dirán cuando me vean? ¿Se alegrarán? ¿Debí ocultar mis heridas? No lo pensé, por la costumbre, me puse mi uniforme de Liars y dejé la casa, se ven todos mis desperfectos, quizá no debí...
— ¿Estás bien?
Preguntó mi marido, inclinándose hacia mí.
— Es que... me veo mal, yo... no pensé, yo vestía así siempre, pero ahora lo pienso mejor y no elegí bien, entonces...
— Tranquila, ellos... se entristecerán, sí, pero estarán felices de que regresaras con vida, sólo vamos, verás que dentro de poco todo será como siempre, te ayudaremos a sanar, no estarás sola.
Asentí no muy segura, y con su ayuda, dejamos el auto, cada quién tomando la mano de cada pequeña, ambas caminan... y yo me perdí sus primeros pasos también.
Can abrió la puerta y entró primero que yo, no me sentía capaz de ir por mi cuenta, quiero ocultarme tras de alguien si mi imagen resulta demasiado shockeante.
— ¡Papá! ¡Mamá! ¡He regresado, traje una sorpresa! ¡Una muy buena!
Gritó Can, caminando juntos hacia la sala, luego todo pasó muy rápido, una chica menuda y pelinegra se lanzó hacia él, rodeándole el cuello con sus brazos y lo besó, tomándolo desprevenido.
— ¡Churri, regresaste antes! —le dijo ella— Te esperaba mañana, estaba preparando una celebración con tus padres ¡Feliz segundo mes de aniversario!
Miré hacia el frente, Engin y Ceren colgaban globos y serpentinas, letras doradas pegadas en la pared, la servidumbre preparaba las mesas para el catering, todos estaban... celebrándolos a ellos.
— Nisa...
Dijo Ceren, palideciendo.
— Ángel, regresaste... sí pudiste regresar...
Dijo Engin mientras temblaba y se le humedecen las mejillas con sus lagrimas.
Yo en cambio me sentí muy abrumada, demasiado.
— ¿Quién es ella, Churri?
Le preguntó la chica sin descolgarse de Can que parece en completo shock, observándome con horror, las niñas se le acercaron a esa mujer, abrazándola desde las piernas.
— ¡Mami!
Le gritó Milenka, pidiéndole que la alzara, y la chica ni siquiera lo pensó, la cargó y le besó la mejilla, estirándose para tomar a Melek también.
— Las extrañé, niñas, su papi es un egoísta que no me deja ir a visitar a sus amigos por peligrosos, que tontito es, como si yo no supiera lo que hace mi Churri.
Me... reemplazaron.
Todos me reemplazaron.
Retrocedí dos pasos sintiendo la falta de aire en mis pulmones.
— Nisa espera, puedo explicarlo.
Dijo Can, intentando llegar a mí.
— ¡Nisa!
Giré en redondo y salí de ahí lo más rápido que pude hacia el exterior, sacando al chofer del auto que nos trajo aquí, conduciendo a toda leche, tomando el control para abrir el portón e incorporarme al tráfico, necesito tiempo, necesito... pensar.
— Me reemplazaron — dije hecha un mar de lágrimas, el pecho apretado, al borde de un ataque de pánico— Mis hijas le dijeron mamá a esa mujer... una mujer que se ve buena y parece amarlas a ellas, a él, todos parecen amarla... y yo llegué aquí, arruinándolo todo, lo arruino todo siempre... ¡Mierda!
Golpeando el manubrio con los puños cerrados.
— Debí quedarme en la academia para morir ahí, hubiese sido todo más fácil para todos, llegué a reabrir heridas, llegué a herirlos a todos...
Saltándome una señal en rojo, apretando el acelerador a fondo, esquivando los autos y las personas que se me cruzaban, necesito huir, pero no tengo dónde esconderme, pensé que fuera iba a sentirme libre, pero no, tengo un miedo horrible, no tengo nada...
— No debí volver... no debí venir...
~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~~
BUENAS BUENAS MIS AMOREEES!
YO SÍ SUFRÍ ¿QUÉ QUIEREN QUE LES DIGA?
NISA ME DA MUCHA PENA
CAN FUE COBARDE
Y ESA CHICA PARECE BUENA, PERO... ES QUE ESE NO ES SU LUGAR, FUE UN REEMPLAZO Y YA LLEGÓ LA PATRONA, TIENE QUE IRSE
AAAAH CARAJOOOO
Y ALEXEI? ALEXEI QUISO QUEDARSE, ESE HOMBRE NO LE TIENE MIEDO A NADA
NISA SUFRIÓ HASTA EL ULTIMO MOMENTO EN LA ACADEMIA, PARA SER LIBRE, PARA IR CON SU FAMILIA Y SE ENCUENTRA CON ESTO...
AY MI CORAZÓN
NOS LEEMOS PRONTO BEBAS
BESITOS EN LA COLA
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top