Capítulo 24

NISA.

Me pasé las siguientes semanas del embarazo trabajando desde casa, no sólo Yakov estaba por aquí, Aslan se mostró varias veces por los alrededores de la casa, las cámaras lograron captarlo en varias ocasiones, pero nunca se acercó lo suficiente para entrar, es cómo si él quisiera que lo vieran, que sepamos que está cerca, sólo quiere jodernos.

Es un maldito loco.

— Nisa ¿Estás bien?

Volteé con rapidez al escuchar la voz de Engin, no lo escuché llegar, un error de mi parte, no estar atenta puede ser catastrófico, sobre todo estos días.

— No lo sé, me he sentido extraña todo el día, ni siquiera he podido trabajar, la panza me molesta más que de costumbre.

Acariciándola para sentir a los bebés moverse, ya sabemos que serán, son gemelas, dos niñas que Can ya adora, y como dijo que serán las princesas de papá, debería ser su obligación elegir sus nombres, ambos, y yo se lo permití, después de todo, mantenerlas a salvo es mi razón de ser, elegir nombre y que... no lleguen a conocer el día sería algo... terrible, por lo que decidí que Can se hará cargo de los nombres y yo de que logren nacer, luego del nacimiento, ya veremos.

Siempre he dicho que no importa lo que suceda conmigo, pero las bebés es otra historia, ellas deben sobrevivir.

— ¿Quieres comer algo? ¿Agua fría? ¿Un helado? ¿Quieres... descansar? Quizá ir a recostarte un momento te ayude, podrías tomar asiento en el sofá de masaje que te compró Can, debe tenerte agotada el peso, podemos ir a la piscina, el agua te ayudará a no sentir ese peso molesta.

Propuso buscando diferentes panoramas que quizá podrían parecer atractivos, últimamente está más atento, y eso que antes ya lo era demasiado.

— Sí, la piscina puede funcionar, quiero sentirme liviana y ágil, últimamente no puedo hacer nada y eso me molesta.

Suspiré agotada.

— Vamos entonces — extendiendo su mano hacia mí— Tus bañadores están en el probador de la piscina para que no tengas que subir escaleras, te dejaré allá y luego me iré para que tengas privacidad.

— Gracias Engin, por estar atento siempre.

Tomando su mano, agradeciendo el que jale ligeramente de mí para ayudar a ponerme de pie, esta panza me hace inútil.

— Claramente me preocupo por ti, niña tonta, eres mi familia.

Di tres pasos antes de sentirme ya en la piscina, ambos miramos el piso justo a mis pies, y el terror en su cara me confirmó lo que yo ya sabía.

— ¡Pero si faltan tres semanas aún!

Preocupándome.

— Al hospital, tenemos que ir al hospital — dijo Engin tomando su móvil— Llamaré a Can, no querrá perdérselo.

La verdad es que el terror se le pasó rápido y la felicidad se abrió paso por ese rostro mayor, rodeando mis hombros para ayudarme a caminar mientras ladraba ordenes al personal, pidiéndole que suban mi bolso y el de las bebés al auto, nos vamos al hospital, pero ya.

— ¡Can! ¡Ya van a nacer! — le dijo el hombre mayor con entusiasmo— La niña rompió fuente.

A pesar del dolor punzante que me atravesó, carcajee.

Es gracioso que me vea como una niña cuando estoy a punto de parir a sus nietos, de niña ya no tengo nada.

— ¡¿Qué ella qué?!

Me imagino su rostro todo espantado, Can hoy está trabajando, bueno... en su trabajo ilícito, pero trabajando después de todo.

— Sí, ya van a nacer, voy de camino al hospital con ella, más te vale apresurarte.

Desde mi distancia fui capaz de escuchar la ráfaga de disparos, probablemente la tortura para sacar información se fue a la mierda, él sólo quiere volver.

Agradezco a Engin que puso el altavoz mientras me subía al auto y colocaba el cinturón, todo mientras cargan el auto con las maletas.

— Voy saliendo justo ahora, dile a ese par de mocosas que no se les ocurra nacer sin que yo esté ahí, elegí los nombres perfectos y quiero ponérselos mientras las cargo por primera vez.

Cerré los ojos y me quejé ante la fuerte contracción, yo pensé que era tolerante al dolor, pero esta mierda me supera.

— ¿Estás bien, huesos?

Su preocupación es palpable en su tono de voz.

— Sí, estoy bien, pero estaré mejor cuando estés aquí.

Cerrando los ojos, respirando como me enseñaron en los controles, lo cual no sirve de una mierda, el dolor hace que incluso me cueste respirar.

— Voy de camino al hospital, estaré ahí cuando lleguen, no te preocupes, no te dejaré sola.

Asentí y dejé que Engin se hiciera cargo de la platica mientras yo me encargo de estrujarle los dedos y abrazarme la panza, el chofer conduce como un loco, la cantidad de sujetos que nos escoltan es absurda, pero lo prefiero, prefiero ser sobreprotegida en este momento de vulnerabilidad.

Al llegar al hospital, rápidamente me pusieron en una silla de ruedas, llevándome al interior, Can llegó a medio camino, tomó mi mano y me acompañó por las puertas dobles dónde nos separaron para prepararnos, al parecer, mi parto gemelar se adelantó y estás niñas están ansiosas por nacer, tengo nueve centímetros de dilatación por lo que dijo mi médico, quien amablemente me puso la epidural, una aguja gigante por mi espalda que dolió como la mierda, pero al menos ayudó a que el dolor menguara ¿Lo malo? Dejé de sentir las piernas, lo cual me pone increíblemente ansiosa, pensando en todos los escenarios terribles.

Mi ansiedad disminuyó considerablemente cuando lo vi aparecer con ropas parecidas a las de mi doctor, acercándose para besarme en la boca, tomando mi mano.

— ¿Cómo te sientes, huesos?

Acariciando mi cabello para quitarlo de mi frente, por el sudor, se adhirió a mi frente.

— Estoy bien, no siento nada, eso me asusta un poco — buscando su mano para sujetarla— Pero ya van a nacer — solté una risita cargada de nervios— Muero por saber sus nombres, espero que tengas unos buenos y no les pongas algo estúpido.

— Estúpido es una mala palabra, mujer, tendremos hijas, deberías cuidar esa boquita.

Se mofó de mí, besándome en los labios de nuevo.

— Señor y señorita Vural, ya vamos a comenzar — anunció el doctor— Gracias a la anestesia, no sentirá la necesidad de pujar, pero nosotros le diremos cuando hacerlo ¿De acuerdo, señorita?

Asentí sintiendo los nervios a flor de piel.

— De acuerdo.

Tomando la mano de Can más fuerte.

— Muy bien — dijo el doctor, colocándose entre mis piernas— Puje señorita.

Hice el intento tal y como me enseñaron en los controles, dijeron que iba todo bien y tomamos un descanso, luego volví a pujar, no me duele, pero los nervios hicieron que me pusiera a llorar, quería cargarlas, quería ver que respiraran, yo solo... quería que ellas estuvieran bien, ya todo después me da igual.

— Estoy contigo, huesos, saldrá todo bien. Un ultimo intento y conoceremos a nuestras hijas.

Asentí y según las indicaciones del médico, pujé otra vez, dijo que podía ver la cabeza de una de ellas, tomé un breve descanso y pujé con todas mis fuerzas, escuchando el primer llanto llenar el quirófano.

Las enfermeras la limpiaron y revisaron si había liquido en sus pulmones, todo estaba perfecto con ella, una pequeña, rubia y hermosa que apoyaron en mi pecho, miré a Can y me reí mientras lloraba, acariciando la pequeña espalda de nuestra hija mientras el hombre a mi lado hace lo mismo y besa mi frente.

— Es hermosa, Nisa... gracias, muchas gracias.

— El nombre, Can, dime cuál será su nombre.

— Te lo diré cuando nazcan ambas, ansiosa.

Besando mi frente y la de nuestra bebé.

El médico me hizo pujar otra vez, seguí sus indicaciones, descansé poco e hice nuevamente el intento de pujar, pude relajarme por fin cuando escuché un segundo llanto, las enfermeras tomaron a la pequeña y la limpiaron tal y como a la primera, se encargaron de que todo estuviese bien y la pusieron en mi pecho, ambas bebés bebiendo por primera vez de mi pecho, la sensación es extraña, pero... me gusta.

— ¿Y los nombres, jefe?

Sonrió y besó a cada una, mirándome.

— Ella es Melek, significa ángel, por ti, preciosa. Y ella es Milenka, haciendo honor a tus raíces rusas, significa mi niña, ambas son mis mayores tesoros.

No pude aguantar el llanto él realmente lo pensó, pensó detenidamente en cómo se llamarían nuestras hijas.

— Son hermosos, Can, nombres hermosos.

Una de las enfermeras se acercó y miró a Can, entregándole unas tijeras.

— Es hora de cortar el cordón, papá.

Le dijeron.

— ¿No les dolerá? No sé cómo funciona esto.

Se puso nervioso, mi hombre de acero estaba muy nervioso.

— No les dolerá, usted tranquilo.

Can asintió y miró atentamente cuando las enfermeras cargaron a las niñas, pinzaron los cordones y le señalaron a Can dónde debía cortar, este lo hizo temeroso de lastimarlas, la primera bebé, Melek, no lloró y eso lo tranquilizó, cortando el de Milenka con más seguridad, cargando a ambas entre sus brazos acunándolas.

— Les prometo lo mismo que a su madre, pequeñas, siempre voy a estar con ustedes, nada nunca les va a pasar.

El cansancio hace que las ganas de dormirme sean inmensas, estoy tan feliz, tan tranquila ahora que cumplí con mi más grande propósito, traerlas vivas y a salvo, ahora puedo dejar de estar tan alerta, Yakov puede venir a buscarme pelea cuando quiera, voy a matarlo al primer avistamiento.

— Ahora llevaremos a las niñas a darles su primer baño — anunció la enfermera— Se les colocarán sus vacunas, se les realizará el control, se vestirán y demás cosas, el padre debe estar presente en todo momento para supervisar la actividad, además, debe inscribirlas, es parte del protocolo.

Can me miró contrariado, se ve que quiere ir, pero tampoco quiere dejarme.

— Yo dormiré un ratito, estaré bien, cuida de nuestras hijas — le dije en el limbo, estaba quedándome dormida— Nos vemos más tarde.

— Están cuidándote, descansa tranquila, huesos, lo hiciste perfecto.

— Lo sé, siempre están cuidándome, gracias.

— Nos vemos más tarde, Nisa.

— Nos vemos, Can Vural.

Dejó el pabellón en conjunto con nuestras bebés y las enfermeras, se ve tan feliz que fácilmente podría ir flotando

¿Qué dirá Engin y Ceren cuando las vean? Tienen el cabello rubio de su hijo, no pude ver sus ojos, me hubiese gustado detallar más en sus facciones, bueno, tendré toda una vida para buscar en ellas rasgos de Can y de mí.

— Quitaremos la placenta ahora — dijo el doctor— La sensibilidad regresará aproximadamente en dos horas, puede sentir dolor en la cadera, la espalda o la vagina — comenzando a trabajar ahí abajo— No puede tener relaciones sexuales durante cuarenta días, su útero debe recuperarse, puede haber heridas internas, puede tener una horrible infección, por lo que es muy importante que siga estas indicaciones, así que...

El sonido del disparo y la sorpresa del cirujano fue lo que despertó mis sentidos, el resto del personal cayó muerto también, el olor a pólvora me picó en la nariz, hombres que no conocía entraron al quirófano, y tras todos estos... Yakov y Aslan, ambos sonrientes, tanto, que me cuestionaba que no les dolieran las mejillas.

— Vaya, vaya, vaya ¿Debería felicitarte, perra turca?

Dijo Yakov, acercándose.

En estos momentos me encantaría haberme negado a la anestesia.

— Sí, felicítame, parí dos criaturas vivas — me forcé a sonreír a pesar de mi cansancio— Soy espectacular ¿Vienes a matarme? Ya no me interesa.

Cumplí con mi objetivo, no tenía nada pensado para después del parto.

— Oh no, querida, tengo algo mucho peor pensado para ti, la muerte es una bendición para las personas de nuestro rubro, un descanso eterno, adiós a las ordenes molestas, no más dolor, no más sufrimiento, y yo quiero que sufras, quiero que sufras por el resto de tu vida.

Casi temblé, casi, pero he estado entrenando mi papel de perra fría, soy una reina y las reinas no temblamos por basura como esta.

— ¿Qué esperas entonces? Has lo que quieras.

— Oh sólo espera, mis planes están apenas comenzando contigo, primero, te quitaré el útero y las trompas porque no me servirá de nada que quedes preñada otra vez — sonrió malicioso al ver mis cejas temblar, el único indicio de miedo que le mostraré— Después, te llevaré a Rusia y verás por ti mismo lo que tengo planeado para ti. Por supuesto que moldearé tu cuerpo para que sea el capricho que todo hombre quiera poseer, me harás ganar mucho dinero.

El equipo medico nuevo cruzó las puertas y comenzó a preparar todo.

— Esto será rápido, no contamos con mucho tiempo — avisó una mujer— Te aseguro que quedarás perfecta, las mujeres del lugar al que irás deben ser perfectas.

— Le llevaré un regalito a mi hermano de tu parte — dijo Aslan— Encontré una mujer de complexión similar a la tuya, la hice picadillos — carcajeó malicioso— Él pensará que eres tú, te lanzaré a la casa para ver cómo todos pierden la cabeza, será mi venganza.

Quise responder, quise levantarme y matarlo con mis propias manos, pero algo inyectaron en el suero que va directo a la vía en mi brazo, el sueño me invadió en cosa de segundos.

No soy religiosa, pero recé por morir en la mesa y no caer en manos de Yakov, algo me dice que lo que me espera no es nada bonito, será poco soportable y me hará desear a diario estar muerta.

Estúpidamente me permití tener esperanzas, si continuo viva, quizá, sólo quizá, logre ver a mi familia otra vez.

Me aseguraré de seguir con vida sólo por ese deseo.

***

Para cuando desperté... más bien, para cuando me despertaron, estaba sentada en una mesa redonda frente a tres sujetos, todos visten como oficiales condecorados, estrellas sobre sus hombros, medallas en su pecho, lado izquierdo, todos tienen cara de sádicos hijos de puta, y en una esquina... Yakov, sonriendo malicioso, vistiendo un traje a la medida.

— Hay varias cosas que debes saber, niña, este lugar está lleno de reglas que, de no seguir, terminarás colgada frente a la multitud y eso servirá como advertencia para el resto.

Me esforcé por no temblar y mantener el rostro sereno, mirando a estas personas frente a mí, me obligué a no mirar a Yakov.

— ¿Qué es exactamente este lugar? Si se puede saber, señor.

Debo mantenerme a raya, tal parece que Yakov no tiene voz aquí ¿Me estará vendiendo? ¿Es esto una trata de personas?

— Esto es La Academia, niña — explicó otro de ellos— Aquí se genera la trata de personas más grande de Rusia. Aquí compramos mujeres y hombres a buenos precios, reclutamos personas que ven lo que no tienen que ver, los doblegamos, los rompemos y los armamos a nuestras preferencias.

— Prostitutas por lo general, no importa tu nivel, no importa tu especialidad, vas a ser la perra de todo oficial que quiera tomarte.

Tragué grueso, pero no temblé.

— Si es lo que desean de mí, lo seré.

Intercambiaron miradas confundidas, no entienden mi actitud sumisa, posiblemente les llegan personas rebeldes que exigen su liberación, pero yo ya fui la cosa de alguien más, yo ya fui vendida una vez, nunca me maltrataron, pero sé cómo les gusta que los traten, sé lo que se espera de mi comportamiento.

— ¿Qué hiciste antes de llegar aquí? ¿Cuál es tu nombre?

— Me compró otra persona antes — expliqué— Fui la sicaria de una mafia grande, sólo sigo instrucciones, yo no pienso, no exijo, no pregunto, sólo ejecuto, señor. No tengo nombre, solían llamarme Ángel, el ángel de la muerte. No tengo familia, no tengo obligaciones, no tengo nada, por lo que nadie va a buscarme.

— Yakov no interfirió con mi mentira, no parece importarle, quizá no quiera meterse con Las Águilas, Can destruirá todo esto si se entera.

— ¿Qué sabes hacer?

— Sé matar, señor. Era la jefa de mi división, sé matar muy bien sin dejar rastros, sé hacer escándalos cuando me lo piden y matar a lo grande, manejo cinco idiomas, turco, ruso, inglés, español y chino, soy tolerante al veneno, mi jefe me hizo beber cantidades pequeñas hasta que logré tolerar dosis mortales, puedo conseguir información fácilmente, el cerebro de un hombre es fácil de manipular, sé hacer muchas cosas, lo que usted desee yo puedo hacerlo.

— Pareces entender de lo que va esto, niña — dijo el tercero de los oficiales— Tú desde hoy eres una Liars, una mujer que utilizará su cuerpo como arma, personas sin voluntad que sólo sirven para seguir ordenes y doblegarse a la voluntad de su oficial, desde hoy no eres nada, eres una cosa de la que dispondrán, lo equivalente a Liars en masculino es Players, mismas condiciones ¿Está claro?

— Sí señor.

— Firma el contrato, desde hoy eres posesión de La Academia — empujando el documento hacia mí— Te daríamos una buena bienvenida, pero recibiste una operación hace pocas horas, no queremos que todo ese trabajo se estropee, por lo tanto, se pospondrá, no te tocaremos... por ahora.

Mi mano tembló ligeramente al firmar las hojas señaladas, tengo miedo, sí, pero también me duele el cuerpo, estoy fajada, vendada y por lo que escuché antes de desmayarme, Yakov me quitó la posibilidad de poder tener hijos otra vez, modificó mi cuerpo, me quitó algo importante, me cambió y eso no se lo voy a perdonar.

Tal parece, tendré que esperar un tiempo para tomar su cabeza, pero cueste lo que me cueste, a Yakov lo mataré.

Me llevaron en silla de ruedas por los pasillos, estoy en una fortaleza de cristal oscuro, hay muchos sujetos vestidos de oficiales, chicos y chicas vestidos diferente, conté cinco tipos diferentes de vestimenta, todos expuestos, todos temerosos y sumisos, ojos sin vida, Liars y Players supongo, me miraron con lastima, como si supieran que desde hoy compartiremos destino.

La primera parada fue un estudio de tatuaje que ocupa un cuarto dentro de esta fortaleza, tatuaron una L y una S entrelazadas en mi muñeca, la marca de lo que ahora soy, luego me llevaron directo a una habitación, me dejaron sobre la cama y se marcharon diciendo que mañana me informarán sobre lo que haré aquí, hay muchas cosas que debo aprender aún.

Me permití respirar profundo y mirar a mi alrededor para asimilar los últimos acontecimientos, debería estar aterrorizada, pero más que eso... me eché a reír, la vida ya me había dado demasiados momentos buenos, era hora ya de regresar a mi miseria o me acostumbraría a la buena vida ¿Yo, reina de algo? ¿Esposa de alguien? ¿Madre de alguien? No, esa vida era para alguien que es amigo del destino, yo viví en la mierda desde siempre, debí saber que estar con Can no estaba destinado para mí, la muerte de mi abuela debió ser un indicio de que cosas malas estaban por venir, pero no quise hacer caso a la advertencia, fui tonta y me cegué pensando que por una vez iba a poder vivir tranquila.

Que puto error.

Voltee con rapidez la cabeza al escuchar la ventana ser abierta, estamos en un tercer piso ¿Qué diablos?

Confundida, miré a los dos hombres que se lanzaron dentro de mi habitación, los dos se ríen y se incorporan con lentitud, cargando una botella de vodka entre las manos, una cada uno.

— Vaya, vaya, vaya. Así que no eras de mentira, mujer momia, los rumores dicen que llegó una chica nueva a esta mierda de lugar, chica que llegó en nivel tres, cuando a mí me tomó dos años llegar a nivel tres — dijo el rubio— una Liars arma que según, sabe lo que hace, te recomendó Yakov, ese hijo de puta te vendió aquí y yo quiero saber qué historia comparten.

— Por si no te das cuenta, hay algo un poco personal aquí con Yakov, ese hijo de puta va a morir en manos de mi amigo en cualquier momento. Por cierto, hacer estas entradas por las ventanas está prohibido, si le dices a alguien, terminaremos en la sala de castigos, con la espalda hecha mierda y trabajo pesado al día siguiente, así que valoraríamos que guardes el secreto, desconocida, no nos cuelgan porque somos buenos en lo que hacemos, pero eso no impide que nos castiguen hasta desear estar muertos.

Ladee la cabeza con confusión, entiendo la mitad de lo que dicen, más bien, no entendí nada de lo que dijo el rubio.

— Ok, primero que todo ¿Quién joder son? Primero se presentan, les explico por si este lugar hizo que olvidaran como es el tema de los modales. Segundo, no tengo idea de qué es eso de nivel tres y los años, toda esa mierda, no tengo idea, a mi me dijeron qué era ser una Liars y que prácticamente soy una puta sin mente, así que... espero una introducción un poco más clara de lo que pasará desde ahora.

— Bueno, desconocida, desde ahora vas a vivir en el infierno — dijo el rubio acercándose— Te explicaremos cómo sobrevivir a este lugar, si llegaste como nivel tres es porque eres valiosa y eso me conviene. Mi nombre es Alexei Petrova, tengo veinte años, si necesitas un polvo, soy justo lo que necesitas, te haré olvidar esta mierda de lugar por unas buenas horas.

Extendí mi mano y estreché la suya, este era ruso, su arrogancia y aspecto lo delata.

— Mi nombre es Jeff Parker — dijo el pelinegro de ojos grises— Mismo ofrecimiento, el sexo conmigo es sublime, te haré un gran favor.

Estreché su mano y miré a ambos detenidamente, son guapos, sí, pero no son Can.

— ¿Qué esperan? Háblenme de lo que debo hacer para sobrevivir, así sabremos por qué llegué en nivel tres, y así sabré yo qué significa ser eso.

Ambos se sentaron en mi cama, Jeff me extendió su botella, la cual no dudé en tomar y probar un buen trago, necesito alcohol, y ya que no podré amamantar, bebería hasta la inconciencia, quizá así logre dormir algo, tengo muchas cosas en la cabeza ahora, la palabra "Pesadilla" resumiría muy bien todas ellas.




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BUENAS BUENAS BELLAAAAAS

BUENO, PARECE QUE NO TAN BUENAS

TODO IBA BIEN

ENGIN UN AMOR COMO SIEMPRE

NISA IBA A DAR A LUZ A SUS BEBÉS

CAN ESTABA AHÍ

EL NOMBRE DE LAS BEBÉS, PERFECTO, TODO PERFECTO

HAAAASTA QUE YAKOV HIZO SU APARICIÓN, ASLAN NO SE HIZO ESPERAR TAMPOCO

LE QUITARON LA POSIBILIDAD DE VOLVER A SER MADRE A NISA

LA MOLDEARON PARA QUE FUESE EXQUISITA A LA VISTA

ALGO QUE NO ES BUENO EN EL LUGAR AL QUE LA MANDARON

LA ACADEMIA, LUGAR QUE VARIAS DE NOSOTRAS YA CONOCEMOS

LUGAR EN EL QUE ESTÁN ALEXEI EL DESPIADADO Y JEFF EL ROMPE HUESOS, DOS PERSONAJES OSCUROS, VIVIENDO SUS PEORES DÍAS DENTRO DE ESE INFIERNO

YA VEREMOS QUE OCURRE CON ESTE TRIO Y QUÉ PASARÁ CON CAN Y LAS NIÑAS

NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO

BESITOS EN LA COLA

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