Capítulo 17
Llamé a mamá a pesar de la hora, si alguien sabía sobre temas sobre cuidar al resto, hacerlos felices y ayudarlos con el poder de la comida, esa era la mujer que me parió, no dejaría el brownie que se comerá mi mujer en manos de un youtuber desconocido.
— Can ¿Qué sucede? Pensé en no llamarte para no distraerte de tu viaje con Nisa ¿Va todo bien? ¿Cómo está mi nieto o nieta?
La preocupación le tiñe la voz, le preocupa, lo sé, la ilusiona un montón el embarazo de mi mujer, como a todos por supuesto.
— Nisa está fabuloso mamá, está anímicamente mejor, psicológicamente más estable, le hace bien aquí, sus terapias, las clases, todo fabuloso, y salió todo bien en la ecografía, así que tranquila.
Sonriendo a la nada, me gusta la Nisa feliz.
— Me alegro que las cosas le resulten a nuestro pequeño Ángel, Nisa ya lo ha pasado suficientemente mal en la vida, y esta sigue castigándola, así que... cuídala Can, no la hagas llorar, no le rompas el corazón, decidiste quedarte con ella, cumple tu palabra.
— Un Vural no rompe su palabra, tranquila, la cuidaré como mi posesión más valiosa, quiero ligar mi vida a la suya para siempre, me haré cargo de todos los hijos que quiera darme y de ella.
Y lo digo muy en serio, quiero ser el hombre que necesite, al que llame cuando no se sienta bien, la primera persona en la que piense cuando alcance sus logros, a quien llame cuando esté feliz, eso quiero.
— Me alegro que pienses así, me alegro mucho, hijo, pero ahora dime ¿Para qué me llamaste?
— Ah, sí es cierto, casi lo olvido — rascándome la nuca— Nisa habla dormida, quiere comer los brownies de Asya... me encontré con sus roomies de camino a la cocina y dicen que Nisa ha intentado hacerse sus brownies muchas veces, pero no es capaz de sacar los ingredientes cuando ya está llorando, tiene antojos, y pena.
— Y tú quieres preparárselos — más afirmación que respuesta, con un deje de orgullo en su tono de voz— Y quieres que te ayude.
— Así es mamá, quiero hacer algo por ella...
— Bien, yo te ayudo entonces, has una video llamada, manos a la obra, Can.
Hice la video llamada y apoyé el móvil en un lugar cómodo, comenzando a buscar los ingredientes que ella me mencionaba, anotando las proporciones en caso de que necesitara hacerlos en otra ocasión.
Para hacer 16 pastelitos aproximadamente usamos: 4 huevos, 2 tazas de azúcar o 400 gramos, 2 cucharaditas de extracto de vainilla, 250 ml de mantequilla sin sal derretida, 125 gramos de cacao amargo, 64 gramos de harina y una cucharadita de sal, con eso es más que suficiente.
Luego vinieron las instrucciones más difíciles, mi madre dijo que pusiera los cuatro huevos en el bol y los batiera hasta que estuviesen de un amarillo claro y crecieran aproximadamente al doble de su tamaño, pero ¿Tiene que ser literalmente el doble? ¿Cuándo sé yo que eso está listo? ¿Qué clase de amarillo debe tener?
Fue buena idea tenerla en llamada, así, ella iba diciéndome cuando era suficiente o cuando faltaba más, así que luego de los huevos agregué el azúcar y mezclé, ella dice que la clave es en hacer que se junten las cosas nada más, no batir de más, y como sus brownies quedan deliciosos, le creí y continué añadiendo la vainilla y la mantequilla, batiendo sólo para integrar todo, poniendo dentro el cacao y la harina, mezclando todo muy bien, colocando el chocolate que piqué con mucha paciencia, un toque mío, para que quede más delicioso.
— Bien Can, eso tiene buena pinta — felicitó mi madre— Ahora toma un molde, ponle un poco de mantequilla por todas partes y luego un poco de harina, bota el exceso, de esa manera no se te pegará el brownie.
— Ok mamá ¿Y el horno?
— Mientras preparas el molde, pon el horno en 150 grados, unos 50 minutos aproximadamente, lo sacas cuando insertes un palo de brocheta y este salga limpio, y probablemente no quieras esperar a que se enfríen, pero normalmente se deja enfriar alrededor de tres horas, aunque calentitos son exquisitos también, llévale su trozo con un té, te aseguro que le encantará el detalle, a las mujeres les encantan los detalles.
— Gracias mamá, por ayudarme con esto, puedo seguir por mi cuenta ahora.
Tomando una servilleta para ponerle mantequilla al molde, viendo cómo se adhiere bien.
— Cuando me necesites cariño, tú tranquilo, mamá siempre estará para cuando lo necesites.
Antes, daba por sentado que ella siempre estaría para mí, pero luego de perder a Asya, comencé a valorarla más, a cuidarla más, a... agradecer sus palabras que antes pasaba por alto porque sentía que las cursilerías no eran para mí, ahora agradezco todo eso.
— Gracias mamá, por siempre apoyarme.
— Es mi deber de madre, cariño, y lo hago con todo mi amor, así que ahora termina esas delicias, cuéntame mañana que le parecieron a Nisa.
— Te contaré, gracias de nuevo, buenas noche.s
Corté la llamada y me puse manos a la obra otra vez, lavando y limpiando todo lo que ensucié mientras el famoso brownie se hace, mirando impaciente fuera del vidrio si crecía o tomaba otra consistencia, metiéndole un palito de brocheta 60 minutos después de haberlo puesto, estaba limpia y el aroma era exquisito.
Saqué el molde del horno con los guantes de cocina dejándolo sobre la superficie de goma para no dañar los muebles y lo dejé ahí mientras tomo una taza, un plato y una cuchara, preparando el té de Nisa, su favorito, eso sí lo sé, té de luna que compra sólo en luna llena por internet, tiene sabor a arándano y si le pongo unas gotitas de limón, en vez de azul, se pone morado, a ella le gusta ese color, así que será morado, con cinco gotitas de endulzante.
Corté el brownie y lo puse con una servilleta sobre un plato pequeño, monté todo en una bandeja para la cama y subí los escalones en silencio, haciendo oídos sordos al festival de gemidos de nuestros vecinos en el pasillo, entrando con Nisa, cerrando la puerta con suavidad con el pie, acercándome a la cama, dejando la bandeja en la mesa de noche junto a su cama, acariciándole el cabello a la mujer con el ceño fruncido, abrazando con mucha fuerza las sábanas, parece... asustada ¿Estará teniendo una pesadilla? ¿Dolor?
— Nisa. Nisa despierta — moviéndola con suavidad— Nisa, oye huesos, estoy contigo ¿Recuerdas? Está todo bien.
Tomando asiento en la cama, llevándola conmigo, sobre mis piernas, abrazándola, frotando su espalda con cariño.
— Montón de huesos, despierta...
Abrió los ojos de golpe, mirándome con pánico, apretando mi camiseta con sus manos en puño, jadeante y sudada.
— No podía despertar, yo... yo no podía... en mi sueño estaba de regreso en ese sótano y no podía salir... yo... me estaba muriendo y no... no podía...
— Shh... no lo recuerdes, no vuelvas ahí — acariciando su cabello para que apoyara su cabeza en mi pecho— Conmigo Nisa, no te pasará nada, no volverá a sucederte nada nunca, prefiero perder la vida antes de que tú o nuestros hijos sufran de alguna manera, te juro que te protegeré siempre, ustedes serán mi prioridad, siempre.
Apoyando mi mano en su panza, me tranquiliza sentir ese pequeño bulto ahí, me hace feliz saber que tendré una familia con esta mujer.
— Gracias... gracias por preocuparte por mí, gracias por... por...
Levantó la cabeza y como sabueso, comenzó a oler, reparando en el brownie grande que corté para ella, aún humea un poco, pero admito que huele exquisito.
— ¿Está... recién hecho?
Asentí sonriendo mientras le quito los cabellos del rostro y seco su sudor con mi mano.
— Lo hornee para ti, es la receta de mi familia, espero te guste. Yo... — esto me da un poco de vergüenza— Es la primera vez que cocino para alguien porque... cuando un hombre turco de mi tipo, ya sabes, crecí en un mundo machista en el que la cocina era sólo para la mujer... cuando un hombre cocina es porque se está entregando a la mujer, le dice de forma indirecta que cuidará de ella y que le pertenece, que es capaz de proveerla y alimentarla, le demuestra que servimos... yo... sirvo. Puedo serte de utilidad, si te casas conmigo, serás la reina de tu propio castillo, no tendrás que mover un solo dedo nunca porque me encargaré de darte la mejor vida de todas.
Retrocedió muy lento, mirándome sin expresión alguna, parece seguir pensando y me asusta lo que ella pueda pensar de las costumbres de los hombres como yo, quizá se ría, quizá lo encuentra, patético y muy antiguo.
— ¿Nisa?
Pestañeó varias veces, regresando a la normalidad, cómo si hubiese estado pensando todo este tiempo.
— Yo... Can, quiero que me conozcas primero — tomando mi mano— Te estás apresurando.
— Te he visto en tus mejores y peores momentos, te vi muy mal, Nisa, no creo verte así de mal alguna vez más, ya lo vi todo, quiero que nuestros hijos crezcan en un matrimonio sólido.
— Pero si comenzamos a planear... yo... no tendré nadie que me lleve al altar, no tendré una noche de Henna porque no tengo familia ni amigos, tampoco podremos hacer el ritual de los anillos porque no tengo una madre que corte la cinta roja. Sabes las tradiciones, en la noche de henna, el novio tiene que ir a buscar a la novia a casa de su padre y hay un montón de otras cosas que no podré hacer porque no tengo familia, no tengo nada que ofrecer, no puedo hacer la dote yo sola, me volvería loca consiguiendo todo lo que la lista pide, yo... ese es mi gran pero, no tengo nada para ti cuando tú podrías dármelo todo ¿Lo entiendes? Es por vergüenza, siento vergüenza de mí.
¿Ese era su pero? ¿Por eso no quiere casarse conmigo?
— Nisa, yo no te estoy pidiendo nada, podemos hacer una ceremonia simple, podemos...
Sollozó y yo comencé a preocuparme.
— Es que yo sé que a Asya le hubiese gustado que tuviese una boda con todas las de la ley, con cada tradición, con... con todo, y yo también la quería así, pero ahora...
Secándose las lagrimas mientras sus hombros suben y bajan con cada sollozo.
— Todo es solucionable, Nisa, mira, si alguien te entrega al altar, ese será Engin, sabes que mi padre te adora, lo sabes, mi mamá puede ayudarte con la dote, papá me ayudará con la mía, haremos equipos ¿De acuerdo? En cuanto a la fiesta de la Noche de Henna, llamamos a Alexander, Jelena, a Ivanna, Delano y a quienes quieran venir de esa familia, te aseguro que te daré la mejor fiesta de tu vida, todas las tradiciones las haremos, lo que tú quieras ¿Bien?
— ¿Y tus padres qué dirán? ¿A quién le pedirán mi mano? — Llorando con un poquito más de ganas— ¿Le darán la mano de su hijo a una chica sin familia? Soy huérfana.
Mirándome con sus bellos ojos anegados en lágrimas, enrojecidos de tanto llorar, y eso hace que se me estruje el corazón, me duele.
— Ok, ok. Tranquila, no te presionaré — secando sus lagrimas con mis pulgares— Si no te quieres casar conmigo aún, está bien, lo haremos más adelante, no te agobies, llorar no te hace bien.
— ¿Seguro no te molesta? ¿Seguro puedes esperarme?
— Puedo hacerlo, así que no te agobies, mejor... come algo dulce, eso te hará sentir mejor, huesos, bebe algo de té.
Tomando la bandeja, esperé a que se acomodara y la puse sobre ella para que comience a comer, viéndola que fue directo por el brownie, tomó un trozo y comenzó a comer mientras llora, sorbiéndose los mocos en el proceso, se ahoga, pero sigue tragando la muy tonta.
— Está muy rico... muy rico... — dijo soltando un sollozo— Asya me los hacía siempre, y estos... estos tienen prácticamente el mismo sabor de los suyos... no como brownies desde que la perdí, y he tenido tantas ganas de probarlos, pero no podía hacerlos... no me atrevía... gracias Can... muchas gracias...
Quité el cabello de su rostro para que coma con tranquilidad, tomando una servilleta para sonarle la nariz cuando terminó de comer, guardando la servilleta en mi bolsillo, ya la desecharé más tarde.
— Bebe algo o te vas a atorar.
— Está bien.
Tomando la taza de té, obedeciendo sin chistar, bebiendo de a pequeños sorbos, comiendo otro poco de brownie, gimoteando mientras lo miraba, no deja de llorar, pero parece feliz, no sé cómo tomarlo.
¿Es esta una semi victoria?
***
Para cuando se durmió, no fui capaz de conciliar el sueño, llamé a Alexander, y para mi sorpresa, este respondió, un poco adormilado y todo ¿Cómo no? Si eran más de las cuatro de la mañana.
— Amigo, necesito salir a beber, necesito... salir y despejar mi cabeza, Nisa... ella... lloró mucho ahora, me quiero casar, quiero casarme con esa mujer antes de que le crezca la panza, quiero honrarla, no que la miren mal en la calle por estar soltera y embarazada, me gusta mucho, me gusta y no sé cómo hacer que ella entienda que voy en serio, yo... necesito consejo de un amigo que ya se casó, por favor.
Bostezó largos segundos, al otro lado de la línea podía sentir el movimiento sutil de la tela ser corrida, y la puerta cerrarse.
— Me estoy vistiendo — dijo por fin— Envíame la dirección, llegaré dentro de poco, mi mujer está un poco especial estos días así que voy a escaparme, tomaré el riesgo de ser degollado por ella, por ti.
— El gran Boss de la Bratva le teme a su esposa — carcajee dejando la casa atrás, tomando el auto— ¿Quién lo diría?
— Primera regla del matrimonio, para que dure, la esposa siempre tiene la razón, no tienes idea de la capacidad que tienen para cambiar las cosas a su favor, ten miedo de Nisa cuando te diga que sí, ten mucho miedo.
Carcajee.
— Si te soy sincero, no me interesa dejar que ella sea la única que me domine si me dice que sí, sólo quiero casarme, quiero hacerme responsable de ella, de mi nueva familia, quiero demostrarle que le sirvo.
— Servimos amigo, pero son ellas las que tienen que darse cuenta que son suficientes, Lena tenía el mismo dilema, Delano no le dio muchas opciones, pero afortunadamente ya me casé — soltando un suspiro de alivio— Jelena podría ayudarte con Nisa para que le haga entender que no importa lo que tengan para ofrecernos, sólo las queremos a ellas, queremos hacerlas felices, eso necesitamos.
— Te agradecería eso, quiero casarme antes de que Nisa tenga el vientre muy abultado, ella es prejuiciosa y no querrá verse "Gorda" cuando yo muero por verla embarazada.
— Es el sueño de todo padre, créeme.
Terminó cortándome la llamada cuando se vio en la obligación de salir del guardarropa y pasar por dónde estaba su mujer, al parecer, Jelena está siendo tema serio estos días ¿Nisa será igual? Porque sinceramente no me molestaría tolerarla día y noche, quiero quedarme aquí, con ella.
***
Alexander entró al bar cuando yo ya llevaba dos copas encima, y apenas se sentó, comencé a hablarle casi con desesperación de por qué quería que Nisa fuera mi esposa y me dijera que sí, incluso, le mostré el anillo de matrimonio que reservé para ella en cuanto me enteré de que sería padre, ese mismo día fui a la joyería más cara de la ciudad, sólo lo mejor.
— ¿Crees que es demasiado?
Le pregunté cuando ya llevábamos unas buenas horas y varias botellas vacías sobre la mesa a nuestro lado.
— ¿Demasiado qué?
— El anillo ¿Crees que le guste o es demasiado?
— ¿Qué características tiene el anillo?
Preguntó este tan borracho como yo pidiendo otra ronda para ambos.
— Es un anillo de oro blanco 18 quilates, y el diamante central, junto a los diamantes que lo rodean y los que se reparten por la circunferencia, todos son calidad vvs2, la mejor calidad en diamantes, tomé la medida de los anillos que se dejó en casa, es costoso, muy costoso, pero sigue siendo tan poca cosa... ¿Crees que le guste? ¿Debería comprarlo otro más grande?
Negó palmeando mi hombro.
— No seas tonto, mi amigo, es más que suficiente, le va a encantar porque lo elegiste pensando en ella, eso es lo importante, el detalle, porque bueno... hay mujeres aprovechadoras, pero hay otras que realmente no les interesa lo material y Nisa tiene toda la pinta de ser de esas, sólo dale tiempo, dale apoyo, dile que estará todo bien a pesar de todo.
— Ella no quiere casarse porque dice que es huérfana, que no tiene a nadie que participe con ella en las celebraciones antes de la boda, se siente sola ¿Me entiendes? ¿Podría... podría Jelena ayudarla si logro convencerla? Los turcos tenemos una fiesta pre matrimonio, la noche de henna en la que las mujeres y los hombres se reúnen por separado para celebrar, se hacen un montón de tradiciones, Nisa quiere ser tradicionalista y quiere esa fiesta, pero no tiene amigo sin familia, entonces pensé que quizá tu esposa...
— Jelena estará encantada, le tomó cariño a tu chica, así que apenas te diga que sí, le contaré a mi esposa, ella e Ivanna se movilizarán para ayudar a tu mujer, ellas tienen un grupo muy peculiar de amigos, te aseguro que Nisa tendrá la mejor despedida de solteras de su vida, y por supuesto yo me encargo de la tuya, nos divertiremos.
— Gracias por venir aquí y escucharme, no tienes idea de lo agobiado que estoy, sólo quiero que nada le pase, estoy preocupado todo el tiempo, mi hermano... quiero que ese bastardo se muera, no hace más que darle sufrimiento a mi familia, sólo sabe lastimar y generar problemas.
— Lo mataremos pronto, tranquilo, el primero que lo encuentre, no desperdiciará el tiempo y lo matará.
Dijo él, tan decidido como yo a eliminarlo de este mundo, ya me arreglaré luego con Engin, pero Aslan no puede seguir respirando, no si es un riesgo para Nisa y mis hijos.
***
El sol salió hace unos minutos, Alexander y yo nos asustamos un poco, eso significa que a uno de los dos, los dos, o más probablemente él, termine colgado de los huevos, razón por la cual pagamos y cada quien se subió al auto a como pudo, prometiendo que nos veríamos la siguiente vez que coincidiéramos en el mismo país.
Mantuve mis sentidos bien abiertos mientras estaba sentado tras el volante, temo tener algún accidente y que eso me retrase para volver con Nisa, confundí dos veces el acelerador con el freno, pero afortunadamente logré estacionar fuera de la casa pequeña que tiene esta gente con la que mi chica vive, bajando y golpeando la puerta, siendo recibido por Alén en uniforme, está por irse a trabajar.
— Está en la cocina — avisó— Se está comiendo todo el brownie que le hiciste, le dolerá el estómago, quítaselo, a mí ya me amenazó con morderme. Pete sigue dormido, sale a medio día, no hagan mucho ruido para que siga descansando, que tengas buen día, nos vemos.
— Sí... buen día...
Arrastrando las palabras, pasando por su lado, haciendo mi recorrido hacia la cocina, siendo guiado por el aroma chocolatoso del brownie y el de café recién preparado, huele de maravilla, pero si como o bebo algo más, terminaré vomitando, me siento muy mareado y hasta con un poco de asco.
— Ay carajo ¿Qué demonios te pasó? Llevo una hora llamándote.
Me regañó Nisa, quitando las manos del brownie, yendo a lavárselas.
— Yo fui a beber con Alexander para contarle las buenas y las malas noticias.
— Las buenas serían los dos bebés ¿No? ¿Cuál es la mala?
— Que no te quieres casar conmigo — tropezándome con el taburete de la barra del desayuno, cayendo contra este— Carajo ¿Quién puso esa cosa ahí?
Riéndome.
— Estás muy borracho, creo que tienes que ir a la cama ¿Tienes nauseas? ¿Quieres vomitar?
— Estoy bien, estoy bien, sólo tengo que esperar a que todo deje de dar vueltas.
Sonriéndole a las tres Nisa frente a mí, una más enojada que la otra, pero prefiero mirar a la que parece preocupada por mí.
***
NISA.
Sequé mis manos y rodee la barra del desayuno hasta ir por él, está muy borracho, demasiado, y espero que no sea un mal habito, porque no pienso convivir con un alcohólico.
— Joder cómo pesas — haciendo que se cargara en mí— ¿Bebes seguido, Can?
— Ni una gota de alcohol desde que te fuiste, hasta hoy — dijo— Quería celebrar, y se me pasó la mano, uy... Nisa... ¿Dónde está el baño?
Lo miré, viéndolo pálido, hasta medio verde, cubriéndose la boca con la mano libre, la que no estaba sujetándome los hombros.
— Quieres vomitar, carajo, vamos, más rápido.
Arrastrándolo con dificultad por los escalones, guiándolo hasta el baño en el cuarto, se puso de cuclillas, abrió la tapa y vomitó un montón de liquido ambar, con razón se siente tan mal, si el muy tonto no comió nada.
¿Cómo no comes si vas a beber grandes cantidades de alcohol? Es una regla básica.
— Nisa vete afuera, no me veas, se supone que debo verme varonil y capaz, no así de vulnerable ¿Qué mujer querría casarse con un hombre así de vulnerable?
Ignoré sus palabras, viendo la cajita que se le cayó del bolsillo, parece una cajita importante.
— Tienes derecho a sentirte mal, vomitar te ayudará, continua, jefe.
Frotándole la espalda, tomando la caja con una mano, abriéndola con los dedos con un poco de dificultad, viendo un anillo de oro y diamantes que a simple vista es muy costoso por la cantidad de diamantes que lo rodea.
Santa mierda, él no bromeaba anoche con el matrimonio, realmente quiere casarse.
Cerré la caja y me lo pensé bien mientras él sigue devolviendo lo que se tragó, y me parece asombrosa la cantidad de alcohol que tiene su cuerpo, claramente quedaría en estas deplorables condiciones.
— ¿Cómo te sientes?
Acercando el papel higiénico, tomé un poco y le limpié la boca, usando mi pulgar para limpiarle los ojos, se le saltan las lágrimas por las arcadas.
— Mejor ahora que devolví un poco de lo que bebí, uugh... que asco... — cerrando la tapa, tirando la cadera— Debo verme tan patético.
— No, te ves humano. El gran Can Vural, un Dios, mi jefe, inalcanzable, también vive cosas mundanas, me hace sentir que quizá tú y yo no somos tan diferentes.
— Es que no lo somos, no somos nada diferentes, Nisa, tú eres... Eres increíble, todo lo que haces, lo haces a la perfección, no dudo que tendremos bebés hermosos si eres tú su madre.
Me levanté para botar el papel higiénico y acercarle su cepillo de dientes con pasta cuando reparé en mi error, sigo teniendo la cajita entre las manos y él la está mirando, pálido y sin quitarle la vista.
— Lo... viste.
Tomando el cepillo, llevándoselo a la boca casi por inercia.
— Sí, lo vi — suspiré arrodillándome a su lado— ¿Cuándo lo compraste?
— Apenas me contaste que sería padre, tenía pensado proponerme, pero todavía no — quitándomelo— No quiero pedírtelo... otra vez, luego de haber vomitado y en un baño, quiero que sea especial, algo que recuerdes como algo bonito.
— Yo... recordaría esto como algo bonito — consciente de que me arden las mejillas por el sonrojo— El recuerdo del día en el que te me propusiste a pesar de saber que no tengo nada, ni siquiera familia, nada para darte, y aun así, me elegiste.
Sonriéndole.
— Estás queriendo decir...
— Bueno, dijiste que encontraríamos la manera de hacer valer las tradiciones, así que... quiero hacerlo, hagámoslo.
— ¿Por hacerlo quieres decir que... que nos casamos?
Sonriendo cada vez más amplio.
— Sí, así es, Can. Lo pensé por la mañana, me escuché cuando le conté a los chicos lo sucedido, Alén y yo llegamos a la misma conclusión, sería una tonta si no te dijera que sí cuando yo ya te estoy queriendo. No quiero perder más tiempo por mis miedos, estos me jugarán en contra en ciertos puntos, pero... si estarás conmigo, sé que podré seguir adelante.
— Gracias Nisa, gracias yo...
— Primero los dientes, luego los besos.
Reí poniendo mi brazo extendido como barrera entre nosotros, viéndolo levantarse y lavarse los dientes con gran rapidez, por todas partes, luego escupió, tomó el enjuague bucal e hizo gárgaras, se limpió la boca y vino por mí para besarme con mimo, acunando mi rostro.
— ¿Qué te parece si sellamos nuestro compromiso con un poco de sexo, huesos?
Tomando el anillo de la caja, deslizándolo por mi dedo.
— ¿Te sientes en condiciones o vas a vomitarme, Can?
Muero por tener sexo con él, muero por sentirlo más cerca.
— Maldita sea ¿Quién viene a joder a estas horas?
Esa era la voz de Pete, y ahora que se reventó nuestra burbuja, fuimos capaces de escuchar los fuertes golpes en la puerta principal, ambos, tanto Can como yo nos preocupamos, dejando el cuarto con rapidez, bajando las escaleras.
Ahí estaba el protagonista de mis pesadillas, Ilias, cara a cara con Pete, un bombero normal, corriente, bueno, que no tiene idea la clase de escoria que tiene en frente.
— Contigo quería hablar, maldita sea ¿Por qué no te quedaste muerta? ¿Tienes idea del caos que provocaste?
Me señaló. Y más que furioso, parece preocupado, pero ¿Por qué?
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BUENAS BUENAS BELLAAAAS
DEJARLAS CON LA INTRIGA ES MI PARTE FAVORITA DEL CAPITULO JAJAJAJAJA QUÉ QUIEREN QUE LES DIGA
A CAN LE FUE BIEN TAMBIÉN, NADIE QUISO MATARLO... AUN
CAN Y ALEXANDER HABLADORES, HABLANDO MAL DE SUS MUJERES CUANDO ESTAS SON TODO UN AMOR ¿QUÉ SE CREEN?
CAN SE RE PREOCUPA POR NISA, ÉL LE COCINÓ, Y AHORA QUE SABEMOS DEL SIGNIFICADO DE SU COCINA, TOMA OTRO SIGNIFICADO
CAN SE ESFUERZA
NISA ESTÁ INTENTANDO AVANZAR
COMO DIJERON, AMBOS INTENTAN SEGUIR ADELANTE A PESAR DE TODO
Y YO ESPERO QUE LA LLEGADA DE ILIAS NO SEA PROBLEMATICA PARA NUESTRA JOVEN MADRE
NOS LEEMOS EN EL SIGUIENTE CAPITULO MIS AMORES
BESITOS EN LA COLIS
😀😌😌❤❤❤😍🤭👑
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