xi. the final match
xi. el partido final
El día de la final de quidditch Margaery se autodenominó imparcial. Saludó a Harry y a Alyssane, deseándoles suerte a ambos y se dirigió al campo con Electra, Hannah y Susan a su lado.
—Tengo que contarte algo, pero después —le susurró Electra a Margaery, procurando que nadie la escuchara.
Tres cuartas partes de los espectadores llevaban escarapelas rojas, agitaban banderas rojas con el león de Gryffindor o enarbolaban pancartas con consignas como «ÁNIMO, GRYFFINDOR» y «LA COPA PARA LOS LEONES». Detrás de los postes de Slytherin, sin embargo, unas doscientas personas llevaban el verde; la serpiente plateada de Slytherin brillaba en sus banderas. El profesor Snape se sentaba en la primera fila, de verde como todos los demás y con una sonrisa macabra.
—¡Y aquí llegan los de Gryffindor! —comentó Lee Jordan, que hacía de comentarista, como de costumbre—. ¡Potter, Bell, Johnson, Spinnet, los hermanos Weasley y Wood! Ampliamente reconocido como el mejor equipo que ha visto Hogwarts desde hace años. —Los comentarios de Lee fueron ahogados por los abucheos de la casa de Slytherin—. ¡Y ahora entra en el terreno de juego el equipo de Slytherin, encabezado por su capitán Flint! Ha hecho algunos cambios en la alineación y parece inclinarse más por el tamaño que por la destreza. —Más abucheos de los hinchas de Slytherin. Margaery, sin embargo, pensó que Lee tenía razón. Malfoy y Alyssane eran los más pequeños del equipo de Slytherin. Los demás eran enormes.
—¡Capitanes, daos la mano! —ordenó la señora Hooch.
Flint y Wood se aproximaron y se estrecharon la mano con mucha fuerza, como si intentaran quebrarle al otro los dedos.
—¡Montad en las escobas! —dijo la señora Hooch—. Tres... dos... uno...
El silbato quedó ahogado por el bramido de la multitud, al mismo tiempo que se levantaban en el aire catorce escobas.
Alyssane estaba exactamente detrás de Harry, quién se lanzó en busca de la snitch.
—Y Gryffindor tiene la quaffle. Alicia Spinnet, de Gryffindor, con la quaffle, se dirige hacia la meta de Slytherin. Alicia va bien encaminada. Ah, no. Warrington intercepta la quaffle. Warrington, de Slytherin, rasgando el aire. ¡ZAS! Buen trabajo con la bludger por parte de George Weasley. Warrington deja caer la quaffle. La coge Johnson. Gryffindor vuelve a tenerla. Vamos, Angelina. Un bonito quiebro a Montague. ¡Agáchate, Angelina, eso es una bludger! ¡HA MARCADO! ¡DIEZ A CERO PARA GRYFFINDOR!
Angelina golpeó el aire con el puño, mientras sobrevolaba el extremo del campo. El mar escarlata que se extendía debajo de ella vociferaba de entusiasmo.
—¡AY!
Angelina casi se cayó de la escoba cuando Marcus Flint chocó contra ella.
—¡Perdón! —se disculpó Flint, mientras la multitud lo abucheaba—. ¡Perdona, no te vi!
Un momento después, Fred Weasley lanzó el bate hacia la nuca de Flint. La nariz de Flint dio en el palo de su propia escoba y comenzó a sangrar.
—¡Basta! —gritó la señora Hooch, metiéndose en medio a toda velocidad—. ¡Penalti para Gryffindor por un ataque no provocado sobre su cazadora! ¡Penalti para Slytherin por agresión deliberada contra su cazador!
—¡No diga tonterías, señora! —gritó Fred. Pero la señora Hooch pitó y Alicia retrocedió para lanzar el penalti.
—¡Vamos, Alicia! —gritó Lee en medio del silencio que de repente se había hecho entre el público—. ¡SÍ, HA BATIDO AL GUARDIÁN! ¡VEINTE A CERO PARA GRYFFINDOR!
Margaery vio que Flint, que seguía sangrando, volaba hacia delante para ejecutar el penalti. Wood estaba delante de la portería de Gryffindor, con las mandíbulas apretadas.
—¡Wood es un soberbio guardián! —dijo Lee Jordan a la multitud, mientras Flint aguardaba el silbato de la señora Hooch—. ¡Soberbio! Será muy difícil parar este golpe, realmente muy difícil... ¡SÍ! ¡NO PUEDO CREERLO! ¡LO HA PARADO!
Margaery sabía que era esencial mantener a Alyssane apartada de la snitch hasta que Gryffindor sacara a Slytherin más de cincuenta puntos, de lo contrario ganarían el partido, pero perderían la copa.
—Gryffindor tiene la quaffle, no, la tiene Slytherin. ¡No! ¡Gryffindor vuelve a tenerla, y es Katie Bell, Katie Bell lleva la quaffle! Va rápida como un rayo... ¡ESO HA SIDO INTENCIONADO!
Montague, un cazador de Slytherin, había hecho un quiebro delante de Katie y en vez de coger la quaffle, le había cogido a ella la cabeza. Katie dio una voltereta en el aire y consiguió mantenerse en la escoba, pero dejó caer la quaffle.
El silbato de la señora Hooch volvió a sonar, mientras se dirigía a Montague gritándole. Un minuto después, Katie metía otro gol de penalti al guardián de Slytherin.
—¡TREINTA A CERO! ¡CHÚPATE ÉSA, TRAMPOSO!
—¡Jordan, si no puedes comentar de manera neutral...!
—¡Lo cuento como es, profesora!
Margaery, que estaba buscando la snitch, la encontró brillando a los pies de uno de los postes de la meta de Gryffindor.
Harry dio la vuelta con la Saeta de Fuego y se dirigió a toda velocidad hacia el extremo de Slytherin. Pero Alyssane no era tonta y no cayó el en truco. Todo lo contrario a lo que Harry estaba pensando, ella se dirigió hacia donde estaba la snitch verdaderamente.
—Buen truco, Harry, pero Alyssane Potter es la mejor buscadora del último siglo, no cae en esas cosas ¡Fui imparcial, profesora!
Harry, que claramente había escuchado a Lee, no tardó en posicionarse delante de Alyssane.
¡ZUUUM!
Una de las bludgers, desviada por Derrick, el gigantesco golpeador de Slytherin, se aproximó y le pasó a Harry rozando el oído derecho. Al momento siguiente...
¡ZUUUM!
La segunda bludger le había arañado el codo. El otro golpeador, Bole, se aproximaba. Margaery vio a Bole y a Derrick, que se acercaban muy aprisa con los bates en alto. En el último segundo viró con la Saeta, y Bole y Derrick se dieron un batacazo.
—¡Ja, ja, ja! —rió Lee Jordan mientras los dos golpeadores de Slytherin se separaban y alejaban, tambaleándose y agarrándose la cabeza—. Es una lástima, chicos. ¡Tendréis que espabilar mucho para vencer a una Saeta de Fuego! Y Gryffindor vuelve a tener la quaffle, porque Johnson la ha recogido. Flint va a su lado. ¡Métele el dedo en el ojo, Angelina! ¡Era una broma, profesora, era una broma! ¡Oh, no! ¡Flint lleva la quaffle, va volando hacia la meta de Gryffindor! ¡Ahora, Wood, párala!
Pero Flint ya había marcado. Hubo un ovación en la parte de Slytherin y Lee lanzó una expresión tan malsonante que la profesora McGonagall quiso quitarle el megáfono mágico.
—¡Perdón, profesora, perdón! ¡No volverá a ocurrir! Veamos, Gryffindor va ganando por treinta a diez y ahora Gryffindor está en posesión de la quaffle
Se estaba convirtiendo en el partido más sucio que Margaery había visto. Indignados porque Gryffindor se hubiera adelantado tan pronto en el marcador, los de Slytherin estaban recurriendo a cualquier medio para apoderarse de la quaffle. Bole golpeó a Alicia con el bate y arguyó que la había confundido con una bludger. George Weasley, para vengarse, dio a Bole un codazo en la cara. La señora Hooch castigó a los dos equipos con sendos penaltis, y Wood logró evitar otro tanto espectacular, consiguiendo que la puntuación quedara en 40 a 10 a favor de Gryffindor.
La snitch había vuelto a desaparecer. Alyssane seguía de cerca a Harry, mientras éste sobrevolaba el campo de juego buscándola. En cuanto Gryffindor le sacara a Slytherin cincuenta puntos...
Katie marcó: 50 a 10. Fred y George Weasley bajaron en picado para situarse a su lado, con los bates en alto por si a alguno de Slytherin se le ocurría tomar represalias. Bole y Derrick aprovecharon la ausencia de Fred y George para lanzar a Wood las dos bludgers. Le dieron en el estómago, primero una y después la otra. Wood dio una vuelta en el aire, sujetándose a la escoba, sin resuello. La señora Hooch estaba fuera de sí.
—¡Sólo se puede atacar al guardián cuando la quaffle está dentro del área! —gritó a Boyle y a Derrick—. ¡Penalti para Gryffindor!
Y Angelina marcó: 60 a 10. Momentos después, Fred Weasley lanzaba a Warrington una bludger, quitándole la quaffle de las manos. Alicia la cogió y volvió a marcar: 70 a 10.
La afición de Gryffindor estaba ronca de tanto gritar. Gryffindor sacaba sesenta puntos de ventaja. Y si Harry cogía la snitch, la copa era suya. Cientos de ojos seguían los movimientos de Harry mientras sobrevolaba el campo por encima del nivel de juego, con Alyssane siguiéndolo a toda velocidad.
Harry aceleró con el viento rugiendo en sus orejas. Estiró la mano, pero de repente la Saeta de Fuego redujo la velocidad. Malfoy se había lanzado hacia delante, había cogido la cola de la Saeta y tiraba de ella.
—¡Serás...!
Alyssane empujó a Draco, para sacarlo del camino
—¡Ve a hacer tu trabajo! —le gritó, bastante enojada.
—¡Penalti! ¡Penalti a favor de Gryffindor! ¡Nunca he visto tácticas semejantes! —chilló la señora Hooch, saliendo disparada hacia el punto donde Malfoy volvía montar en su Nimbus 2001.
—¡SO CERDO, SO TRAMPOSO! —gritaba Lee Jordan por el megáfono, alejándose de la profesora McGonagall—.¡ASQUEROSO HIJ...!
La profesora McGonagall ni siquiera se molestó en decirle que se callara. La verdad es que levantaba el puño en dirección a Malfoy. Se le había caído el sombrero y también ella gritaba furiosa.
Alicia lanzó el penalti de Gryffindor, pero estaba tan enfadada que lo envió fuera.
El equipo de Gryffindor perdía concentración, y los de Slytherin, entusiasmados por la falta de Malfoy contra Harry, cada vez se atrevían a más.
—Slytherin en posesión de la quaffle, Slytherin se dirige a la meta... Montague marca —gruñó Lee—: 70 a 20 a favor de Gryffindor...
Harry marcaba en ese momento a Alyssane desde tan cerca que sus rodillas chocaban. Harry no iba a dejar que Alyssane se acercara a la snitch...
—¡Quítate de en medio! —gritó Alyssane cuando intentó dar la vuelta, pero encontró a Harry bloqueándole el paso.
—Angelina Johnson coge la quaffle. ¡Vamos, Angelina! ¡VAMOS!
Excepto Alyssane, todos los jugadores de Slytherin, incluido el guardián, habían salido disparados contra Angelina. Iban a bloquearla.
Harry dio la vuelta a la Saeta de Fuego, se agachó hasta quedar paralelo al palo de la escoba y se lanzó hacia delante. Como una bala, se dirigió en dirección a los de Slytherin.
Se dispersaron cuando la Saeta de Fuego se lanzó contra ellos como un torpedo. El camino de Angelina quedó despejado.
—¡HA MARCADO!, ¡HA MARCADO! ¡Gryffindor en cabeza por 80 a 20!
Harry, que casi salió despedido hacia las gradas, frenó en el aire bruscamente, dio la vuelta y regresó veloz al centro del campo. Y entonces vio algo como para pararle el corazón. Alyssane bajaba a toda velocidad con una expresión de triunfo en la cara. Allí, a unos metros del suelo, había un resplandor dorado.
Harry orientó hacia abajo el rumbo de su saeta, pero su hermana le llevaba muchísima ventaja.
—¡Entiendo los problemas familiares, Harry, pero TIRALA DE LA ESCOBA SI ES NECESARIO! —gritó Lee, haciendo reír a Alyssane.
Harry se pegó al palo de la escoba cuando Bole le lanzó una bludger... estaba ya ante los tobillos de Alyssane... a su misma altura... Harry se echó hacia delante, soltando las dos manos de la escoba. Desvió de un golpe el brazo de Alyssane y...
—¡SÍ!
Recuperó la horizontal, con la mano en el aire, y el estadio se vino abajo. Harry sobrevoló a la multitud con un extraño zumbido en los oídos. La pequeña pelota dorada estaba fuertemente sujeta en su puño, batiendo las alas desesperadamente contra sus dedos. Wood se acercó a él a toda velocidad, casi cegado por las lágrimas; cogió por el cuello a Harry y sollozó en su hombro irrefrenablemente.
—¡Hemos ganado la copa! ¡Hemos ganado la copa!
Atrapado en un abrazo colectivo, el equipo de Gryffindor bajó a tierra dando gritos con la voz quebrada. Los grupos de hinchas del equipo escarlata saltaban ya las barreras y entraban en el terreno de juego. Multitud de manos palmeaban las espaldas de los jugadores.
Margaery estaba aturdida por el ruido y la multitud de cuerpos que lo apretaban. La afición los subió en hombros a todo el equipo. Cuando pudo ver algo, vio a Hagrid cubierto de escarapelas rojas:
—¡Los has vencido, Harry! ¡Los has vencido! ¡Cuando se lo cuente a Buckbeak...!
Allí estaba Percy, dando saltos como un loco, olvidado de su dignidad. La profesora McGonagall sollozaba incluso más sonoramente que Wood, y se secaba los ojos con una enorme bandera de Gryffindor. Margaery, Catherine, Victoria, Electra, Hermione y Ron se abrían paso por la multitud. A la única que pudo abrazar fue a Catherine, mientras que los otros se limitaron a sonreír. Alyssane, por más de haber perdido, le estrechó la mano a todo el equipo de Gryffindor y abrazó a Harry fuertemente.
Margaery sonrió. Había olvidado algo en su soledad: tenía a Harry y a Alyssane, jamás estaría sola.
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