No me conoces

Hoy tenía que asistir a la academia y por primera vez no estaba para nada emocionada; no sabía que me depararía el día y no tenía ni idea como podría soportar a Aspen. Me vestí y me arreglé mientras escuchaba música y cuando estuve lista bajé de prisa y me senté en el comedor a desayunar.

- Parece que alguien amaneció de mal humor - dijo Brandon

- Claro que no querido; si yo soy un rayo de alegría- dije dándole la sonrisa más falsa que tenía

- Ya Lía, tu problema no es conmigo; anda dime que pasa

- Nada, solo problemas en la escuela

- ¿Tu? La gran niña perfecta tiene problemas – preguntó con falsa sorpresa

- Vete al diablo niño, no estoy de humor para soportarte

- Debe ser un gran problema para que estés así de furiosa; pareces a punto de explotar - dijo riendo

- Mira quien lo dice - dije recordando la cara que ponía cuando discutía con nuestro padre

- Que falta de respeto - dijo tocándose el pecho y haciéndose el ofendido - si yo soy un amor, tú eres la amargada

- Yo no soy amargada, tú eres el berrinchudo - dije sonriendo un poco

- Yo no hago berrinches, solo hago respetar mis derechos

- Claro – dije sonriendo aún más - veremos donde quedan esos derechos cuando papá te envíe al internado

- Nunca podrán retenerme en ese lugar; además, sé que me extrañarías

- Claro que sí, si no estuvieras ¿a quién molestaría en las mañanas?, mi día sería muy aburrido sin ti

- Yo sé que me amas - dijo haciendo su versión de una cara seria

- Claro que si mocoso, aunque a veces eres un dolor de cabeza - dije riendo - pero de verdad no quiero que te vayas

- No pasará Lía, eso tenlo por seguro - dijo guiñándome un ojo

- Tenemos que irnos ya, llegaremos tarde - dije mirando el reloj en mi muñeca y me puse ansiosa

El trayecto a la academia paso normal, pero yo me sentía más nerviosa cada vez que nos acercábamos a nuestro destino; tenía ganas de vomitar, me dolía el estómago y no podía dejar de mover las manos en mi regazo; cuando llegamos me apresuré a sacar las cosas de mi taquilla mientras Blaire me hablaba, le dije que iría al baño un momento y que la vería en el salón; ella se fue y yo comencé a caminar al baño, realmente necesitaba calmarme.

Trate de respirar lentamente, me moje el rostro y las manos, vi mi reflejo en el espejo y acomodé mi cabello para luego salir hacia mi salón

Cuando entré la maestra ya se encontraba en el salón, así que solo me senté en silencio en mi lugar; voltee mi cuerpo para hablar con Blaire y me lleve una gran sorpresa al notar que ella ya no estaba sentada detrás mío, sino que en su lugar se encontraba Aspen

- Señorita Krenscky, creo que hay un problema

- Señorita Bramson, si se refiere al cambio de asiento del señor Cleventton; me tomé la molestia de cambiarlo de lugar para que le fuese más fácil a usted ayudarlo, realmente agradezco que se haya ofrecido a ser su tutora; sé que logrará llevarlo por el buen camino

Después de eso, la maestra regreso a sus labores y yo me gire con la clara intención de asesinar a Aspen

- ¿Qué paso, bonita? ¿Te sorprendí? - dijo sonriendo sarcásticamente

- ¿Qué ganas con esto, Aspen? - pregunté fulminándolo con la mirada

- Es una buena forma de mantener nuestro trato ¿no lo crees?

- No – dije molesta

- Deberías animarte un poco, además terminarás añorando mi presencia

- Nunca me gustara tenerte cerca, Aspen – dije sin cambiar la expresión de molestia en mi rostro - pero cumpliré con el trato

- Perfecto, bonita - dijo sonriéndome – además, si te portas bien quizá te haga el favor de volver a besarte

- Ni muerta volvería a besarte, idiota - dije asegurándome que nadie pudiera oírnos

- Yo sé que lo deseas, bonita

- Escúchame bien Aspen Cleventton porque solo lo diré una vez, cumpliré con hacerte de niñera un mes, pero luego de eso, espero que desaparezcas; besarte fue y siempre será mi peor error, así que no nos hagas esto más difícil, porque puedo ser un ángel, pero también puedo ser tu peor pesadilla - después de decir eso me di la vuelta y me centre en Blaire, que ahora estaba a dos asientos de mí y me observaba expectante, pidiéndome con la mirada, muchas explicaciones.

Las primeras clases pasaron y me encontraba tranquila; solo había tenido que ayudar a Aspen con algunos ejercicios de cálculo y explicarle unas cuantas cosas en biología, realmente se estaba comportando muy bien, pero las cosas buenas duran poco tiempo y apenas sonó la campana que anunciaba el receso, tenía delante de mi asiento a un Aspen muy desesperado

- ¿Ya?

- ¿Qué quieres?

- Vendrás conmigo al receso, así que podrías darte prisa - pidió

- Calma si - dije y luego me dirigí a Blaire - prometo explicarte todo, pero ahora tenemos que ir con Aspen

- Si, ya sé; ese - dijo señalando a Aspen - ya se encargó de informarme que serás su acompañante este mes

- ¿Qué? - dije mirando a Aspen - ¿Cuándo?

- Solo le escribí una nota – dijo Aspen elevando sus hombros – podrían darse prisa

- Ya - dije molesta y acompañándolo a regañadientes

Junto a Blaire seguimos a Aspen hasta el patio y nos dirigimos a la banca donde siempre estaban él y sus amigos; jamás pensé que acabaría aquí, con ellos.

- Bueno, bonita te presento a mis muchachos

- ¿Qué tuyos, idiota? Yo me debo a mi público

- Ese idiota es Lucas, que no te intimide, bonita, solo sabe ladrar - dijo Aspen y Lucas puso mala cara

- Este otro que parece imbécil es Matt, que no te engañe su actitud fría e inocente, es el peor de todos y no hay chica que se le resista

- ¿Porque a mí me presentas como un perro inútil y a este idiota como todo un don juan? - dijo Lucas ofendiéndose y empujando a Aspen

- Porque Matt no está todo el día molestando para que solucione sus problemas

- Por lo menos yo no voy detrás de todo lo que tiene un par piernas - contesto Lucas refiriéndose claramente a Aspen

- Ese eres tu bastardo

- Yo me se controlar, tu solo vas detrás de todas, pareciera que quieres ganar un premio, compañero

- Bueno, ya basta, no ven que las ponen incomodas - dijo Matt mirando mal a ambos chicos

- No jodas Matt, tú no te quedas atrás

- Ya basta trio de idiotas, si quieren hablar de quien consigue más chicas pueden hacerlo, pero nosotras nos largamos; no perderé mi receso escuchándolos discutir - dije y tomé la mano de Blaire totalmente decidida a irme

- Lía, tenemos un trato lo olvidas - dijo Aspen sonriéndome

- Bien, pues entonces me quedare aquí y te ignorare hasta que acabe el receso

- Bueno bonita así no son las cosas

- Estas equivocado, bonito, el trato dice que debo estar cerca de ti, pero no dice nada de que estoy obligada a hablarte

- Ya, que tal un cambio de tema – dijo Aspen cediendo - ¿Qué planes tienen para este fin de semana? ¿A qué fiesta vas a llevarnos, bonita?

- Mierda, deja de llamarme bonita y no iremos a ningún lado, no soy tu niñera

- Entonces yo te llevaré, aunque quizá mis elecciones no te gusten mucho

- Podemos ir al club Firelight - dijo Blaire y todos los ojos se centraron en ella - Nuestros amigos irán

- Blaire - dije pidiéndole con los ojos que no dijera nada mas

- Lía, solo será un mes, de verdad quieres amargarte un mes y sacrificarlo todo, porque no podemos llevar la fiesta en paz y ya

- Eso bon... Lía, solo vamos a divertirnos, te prometo que nos comportaremos con tus amiguitos, no espantaremos a los ratones de biblioteca - dijo Aspen y yo pensé en cómo le asombraría ver a Dylan y a los chicos en la fiesta

- Está bien, iremos el viernes a FireLight y si te portas bien quizá te saqué a pasear el sábado y el domingo - dije ganándome una mirada divertida de todos excepto de Aspen

Luego de acordar que todos nos encontraríamos en la puerta del club deje que los chicos hablaran y mientras Blaire se incorporaba a la conversación, solo me quedé pensando; que tan malo podía ser convivir con ellos, al fin y al cabo, solo sería un mes y luego todo volvería a la normalidad, ¿Qué era lo peor que podía pasar?

Regresamos a clase unos minutos más tarde y Aspen no volvió a molestarme, me concentre en anotar todo lo que dictaba la maestra hasta que antes de terminar la clase borro toda la pizarra y pidió que prestáramos atención

- Bueno chicos, les dejare un trabajo en parejas; la lista de compañeros la dejare en el escritorio, no quiero quejas ni reclamos; además no habrá ningún cambio. Recuerden que este trabajo valdrá la mitad de la calificación del curso, así que espero me sorprendan

Diciendo esto, tomo sus cosas y se retiró del aula, yo me levante de mi asiento y me acerque a su escritorio, tome la hoja y comencé a leer los grupos de trabajo hasta que llegue a Blaire quien estaba emparejada con Matt y luego como si el destino quisiera jugarme una vez más en contra, yo haría el trabajo con Aspen.

- Entonces bonita, lo quieres hacer en mi casa o en la tuya

- En la mía, a las tres, sé puntual - dije y tomé a Blaire del brazo para marcharnos

- Lía, me haces daño - dijo Blaire quitando su brazo cuando ya estábamos a unos metros de los chicos - está bien que te enojes con Aspen, pero yo no tengo ninguna culpa

- Lo siento Blaire, solo que ese idiota me cansa; pero tienes razón, no es tu culpa

- Ay niña, en el lío que te metiste - dijo Blaire riendo ante mi enojo - ¿Por qué accediste a llevarlos a la fiesta?

- Me sentí acorralada y acepté; además será divertido ver la cara de impresión de Aspen cuando vea a nuestros muchachos

- Dylan no estará muy contento, Lía

- Que se joda, si no me detuvo cuando me metí en este problema, que se aguante

- Bueno... cambiando un poco de tema, tengo una pregunta, pero promete que no me mataras, sabes que te amo verdad, pero... ¿Qué tal besa Aspen? ¿Es cierto todo lo que se dice de él? ¿tan bueno es? - dijo Blaire e hizo un gesto de gusto con sus labios

- Blaire, querida te amo, pero no voy a responder esa pregunta, solo te diré que no es para tanto

- ¿De verdad? - dijo Blaire dudosa - por cómo se comporta, yo diría que debe de hacerlo muy bien y no solo hablo de besar - dijo mirándome perspicazmente

- Solo es un idiota, egocéntrico y orgulloso chico; no es para tanto

Después de esas últimas palabras, ambas nos separamos y cada una se marchó a su respectiva casa

Mientras el auto avanzaba, a mi mente vino Aspen, estaba claro que era un idiota, pero no podía mentir, realmente me había gustado besarlo.

No me di cuenta cuando llegue a mi casa, subí corriendo y me puse algo simple; hoy solo tenía una clase de latín y luego solo tendría que soportar a Aspen todo el tiempo que demorara terminar el trabajo. ¿Qué podía pasar? Solo era un trabajo y luego él se iría.

Espere unos minutos hasta que llegó mi tutor de latín y así pase la mayor parte de la clase intentando aprender, pero con la cabeza en las nubes, acaso era miedo, era ansiedad, ¿porque sentía que el aire me faltaba?, ¿porque estaba tan nerviosa?

Cuando el maestro de latín se marchó, comencé a sentirme aún más nerviosa; tener a Aspen en mi casa podría salir muy mal o podría usarlo a mi favor, cada decisión que tomará a partir del momento en que él ingresará por esa puerta, podía hacer la diferencia y eso era angustiante.

Estaba en mi recámara leyendo cuando escuché el sonido de la campana retumbar por toda la casa y esperé a que una de las mucamas abriera y enviara a Aspen a mi habitación

- Adelante – dije al escuchar los leves golpes en mi puerta

- Hola - dijo Aspen entrando a mi habitación

- Hola - dije sin mucho ánimo- sería bueno empezar ya el trabajo, así terminaremos pronto - dije levantándome de mi cama y yendo a mi escritorio por mis libros de texto

- Tranquila, bonita, tenemos todo el tiempo del mundo

- A diferencia de ti, otros tienen responsabilidades, pendientes; así que no, no tenemos todo el tiempo del mundo

- Ya, calma - dijo mirándome y sonriendo

- Bueno empecemos; el trabajo es sobre la revolución francesa; ya tengo los libros necesarios, podrías ir haciendo las fichas bibliográficas mientras yo recopilo más información de internet; así podremos acabar más rápido

Aspen se sentó en el escritorio y comenzó a hacer justo lo que le había pedido; después de media hora trabajando realmente estaba aburrida

- ¿Podemos tomar un descanso? - pidió Aspen levantándose y caminando por mi habitación

- Está bien - dije acomodándome sobre cama

- Realmente pensé que tu habitación sería diferente

- ¿Qué?

- Imaginaba que todo era rosa; lleno de joyas y cosas de niña mimada

- No sabes nada de mí, Aspen

La verdad es que Aspen no era el único que pensaba que yo era mimada y caprichosa; casi todos creían que era una chica rosa que lo tenía todo y que podía esperar de un mundo de apariencias.

Los que en verdad me conocían eran muy pocos; esencialmente mis mejores amigos y los únicos que se habían tomado el trabajo de conocer a la verdadera Lía, la que existía debajo de toda la falsedad, el miedo y la perfección que aparentaba ser.

- ¿Qué es esto? - pregunto Aspen tomando en sus manos una pequeña medalla que estaba en una caja de cristal en mi librero

- Déjalo donde estaba por favor - pedí cerrando los ojos y respirando pesadamente

Esa medalla significaba mucho para mí; era el último regalo que me había dado mi abuelo antes de morir; él había sido el único que realmente me entendía, que me apoyaba y cuidaba. Mi abuelo leía conmigo siempre que podía y me traía un libro clásico antiguo de cada uno de sus viajes; mi abuelo se emocionaba cuando cantaba para él, siempre había ido a las presentaciones de la academia a vernos a Brandon y a mí.

La noche antes de morir, yo había ido a visitarlo; él estaba muy feliz de verme, recuerdo como me abrazo y me pidió que le cantará Je Vole, la canción que según él yo cantaba como un ángel; luego de eso me quede leyéndole unas horas hasta que fue momento de irme y él me pidió que abriese uno de sus cajones y le pasara una caja con un listón verde esmeralda; me dio la caja y me pidió que no la abriese hasta que fuera el momento correcto. Después de su muerte entendí a lo que se refería y cuando abrí aquella caja; encontré un libro, una carta y una hermosa medalla de obsidiana.

La carta hizo que rompiera en llanto por no poder abrazarlo una vez más y al abrir el libro que me había dejado me di cuenta que era una edición antigua de Sentido y Sensibilidad de Jane Austen; por último, tomé la medalla en mis manos, era realmente hermosa, tan oscura pero tan preciosa y con una belleza resplandeciente.

- Lía, ¿Qué es lo que más te gusta?

- ¿Qué? – pregunte mirando a Aspen y dejando de a un lado mis recuerdos

- ¿Qué es lo que más te gusta hacer? Debes haber hecho muchas cosas, pero para ti, ¿Qué es lo que te hace sentir viva?

- Pues no lo sé, quizá leer; tal vez suene estúpido para ti, pero créeme, leer me hace sentir viva, libre y feliz

- No es estúpido – dijo Aspen seriamente – un buen libro a veces hace la diferencia

- No sabía que pensabas así

- Tampoco sabes mucho de mi, bonita – dijo Aspen sonriendo de lado - todos solo juzgan quien soy porque decidí elegir mi propio camino, porque elegí mandar a la mierda todos los protocolos, las reglas que oprimían mi forma de ser; porque no quise seguir con su estúpido mundo de fantasía

- No es perfecto, pero es un buen mundo, una gran vida Aspen

- ¿Eres feliz con tu gran vida? Porque, realmente no lo creo

- Soy feliz – dije intentando sonar segura

- Feliz obedeciendo a todos sin poner objeción, sacrificándote para que otros disfruten y presuman de ti; realmente crees que hay alguien verdaderamente feliz en esa farsa – dijo Aspen mirándome fijamente

- Cada quien elige su camino y vive su vida como quiere vivirla

- ¿Y cómo quieres vivirla tú?, siendo eternamente esclava de lo que piensen los demás, cuidando tu espalda para que nadie descubra alguno de tus secretos; déjame decirte que esa no es vida

Después de esa pequeña charla, ambos continuamos el trabajo en silencio y no volvimos a hablar excepto para algunos detalles del trabajo; casi a las ocho de la noche, por fin Aspen se marchó de mi casa y acostándome en mi cama me puse a pensar

¿Y si él tenía razón? ¿De verdad quería vivir de esta manera? ¿Podría soportar seguir sosteniendo los muros a mi alrededor o terminarían aplastándome? 

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