01: Primer encuentro
01: PRIMER ENCUENTRO
—¡Mi'ite!—sus oídos se elevan al oír la risueña voz de su gemela.
—Tsireya—la nombra con reprensión, aunque se puede percibir aún la dulzura de su trato—. Estamos entrenando—señala con un leve movimiento de cabeza a su escuadrón que se encuentra atrás suyo.
—Lo siento—murmura su gemela aún con la sonrisa en su rostro hacia el grupo de guerreros—. Pero prometiste que irías conmigo a nadar.
Inmediatamente las orejas de Mi'ite descienden cuando es en aquel momento donde recién se acuerda que le había prometido tal cosa a su hermana.
—¿Crees que podemos nadar más tarde?—su corazón tiembla cuando ve la sonrisa de Tsireya flaquear—Te prometo que nadaremos las horas que quieras, hasta me dejaré peinar por ti.
Lo ultimó hace que la sonrisa de la menor regrese. Y es que Mi'ite odiaba que agarraran su cabello a menos que no fuera su madre o ella misma.
—¿En serio? ¿Lo prometes?—el entusiasmo se hace notar en su voz, recibiendo una respuesta afirmativa de su gemela.
Cuando Tsireya desaparece rumbo al mar, se gira de nuevo hacia su escuadrón, encontrándolos mirándola con diversión en sus ojos.
—Dejen de ser chismoso y sigan entrenando—eleva la voz para parecer dura, pero no puede evitar que el tono rojizo se instale en sus mejillas dándole una imagen adorable.
Para restarle su vergüenza, se pone a entrenar junto a ellos, tomado una compañera como rival. Inmediatamente se enfrentan sin temor a los daños colaterales que pueda causar los golpes que se propinan. Y a pesar de que su compañera sea dos años mayor que ella y sea centímetros más alta, no se deja vencer y es ella quien deja a su contrincante derrotara en la arena.
—¡Esa es nuestra líder!—el abucheo de sus guerreros hace que sonría.
Extiende su mano hacia su compañera para ayudarle a pararse en símbolo de compañerismo.
—Lo hiciste bien, Moari.
—Aprendo cada vez más que me enfrento a usted, líder.
En aquel grupo de guerreros no hay tensiones. Mi'ite lo siente como su segunda familia. Son en total un grupo de 20 guerreros Metkayina, entre mujeres y varones que tienen un intervalo de edad entre los 13 a 18 años.
A lo lejos, casi cerca de los marui, puede visualizar a su papá quien la mira con orgullo, este asiente con la cabeza en su dirección y Mi'ite sabe que eso significa un "Bien hecho".
—El entrenamiento termina por hoy, chicos. Mañana temprano los espero al borde de la playa, donde siempre nos encontramos para ir a pescar.
Con un movimiento de mano, se despide de su escuadrón y se encamina hacia la playa, donde seguro Tsireya se encuentra esperándola para ir a nadar con los Ilu fuera del arrecife.
Es casi cuando llega al borde de la playa donde escucha el sonido de la corneta que significa visitantes sin autorización a pasar.
Desde lejos puede visualizar que son cinco grandes aves de los bosques quienes se acercan a toda prisa donde se encuentra ella.
—¡Ao'nung!—llama a su hermano menor al verlo cerca—Llama a papá y a mamá y diles que vengan hacia acá, parece que van a aterrizar cerca al borde.
Ao'nung asiente hacia la orden de su hermana y llama a Roxto para traer a sus padres, aunque está muy seguro de que ambos ya escucharon la señal de alerta de la corneta.
Los habitantes retroceden ante las gigantescas aves con temor a ser atacados, especialmente las madres, quienes se apresuran a correr hacia sus hijos menores para alejarlos de los intrusos.
—¡Mi'ite!—escucha su nombre hacia la derecha, allí observa a su escuadrón corriendo hacia ella con sus lanzas en mano. Moari es quien carga dos lanzas y le pasa una de ellas cuando llega a su costado.
—¡No ataquen a menos que se muestren agresivos!—ordena mientras a pasos rápidos rodean a lo que parece ser una familia del clan Omaticaya—¡Descansen!—manda tras ver que los seis integrantes de aquella familia no portaban armas.
Su escuadrón los había rodeado por completo, siendo cuidadosos con las bestias aladas quienes no se alejaban de sus jinetes.
—Miren, ¿Qué es eso? ¿Se supone que es una cola?—escucha la voz de Roxto, así que gira hacia el lugar donde se encuentra al saber que su hermano estaría junto a el Metkayina.
Se acerca hacia él con la lanza en mano y sin una palabra su hermano asiente como respuesta a su pregunta no formulada sobre si avisó a sus padres.
Pronto Tsireya se les une tras escuchar todo el alboroto causado por los intrusos, callando de una vez por todas las burlas de Roxto y de su hermano menor.
—¿No crees que los vas a asustar con tu lanza?—le susurra Tsireya por lo bajo a su gemela.
—Y por qué crees que la cargo—una sonrisa ladeada se instala en su rostro tras ver a su hermana rodar los ojos.
—Pues no parece, creo que llamaste la atención de uno de los hermanos—señala con un leve movimiento de cabeza hacia el frente donde se encuentra uno de los Omaticaya observándola, aunque rápidamente el susodicho apartó la mirada de ella cuando se ha dado cuenta que ha sido descubierto.
—No digas tonterías.
Los hermanos Sully a las justas salen de su ensoñación cuando un pez volador pasa sobre ellos. Y es que estaban tan embobados con aquellas gemelas Metkayina que se habían olvidado de que hace casi 24 horas habían abandonado su hogar.
Lo'ak pudo ver que a pesar de que el parecido era ciertamente impresionante, había ciertas diferencias. La más notoria era el tatuaje que tenía una de ellas en la parte izquierda de su cara y era esa misma quien era más alta que su otra hermana, quien parecía mucho más gentil al no llevar ninguna lanza en sus manos.
Neteyam tuvo que obligar a su hermano a que observara hacia adelante cuando la Tsahik y el Olo'eyktan se presentaron en el lugar. Era obvio que habría resistencia en ofrecerle refugio para ellos, empezando con que la Tsahik se puso a revisar sus colas y sus manos.
—Sus brazos son delgados. Sus colas son débiles. Serán lentos en el agua. Estos niños no son verdaderos na'vi. ¡Tienen sangre demoniaca!—la mano de aquel muchacho fue levantado para evidenciar los cinco dedos de su mano.
A Mi'ite no le gustó como aquel chico bajaba la cabeza, como si estuviera avergonzándose de lo que realmente era. Por otro lado, Tsireya sintió pena por aquel muchacho, más tarde le pediría perdón por las acciones de su madre.
Una sonrisa casi se le escapa a Mi'ite cuando la matriarca de aquella familia salió a defender a sus hijos y a su esposo por ser lo que eran.
"Digna de una guerrera". Pensó Mi'ite.
Pero no podía olvidarse que su mamá también podía responder, y ella lo hacía con el doble de fuerza.
—¿Ha esto llaman victoria? Ocultarse en un pueblo extraño—su madre se acercó hacia aquella mujer—. Parece que Eywa te dio la espalda.
Definitivamente era muy malo hacer enojar a su mamá.
Los tres hijos de los lideres pudieron observar cómo su madre no quería a aquellos forasteros en su hogar, pero su padre era un tema totalmente diferente. Fue con silenciosas miradas donde tuvieron comunicación, saliendo ganador su padre.
—Toruk Makto y su familia se quedarán con nosotros—anunció el Olo'eyktan para todo su clan—. Trátenlos como hermanos y hermanas. No conocen el océano, así que serán como bebés dando su primer respiro. Enséñeles nuestras costumbres para que no sufran la vergüenza de ser INUTILES—remarcó la palabra a propósito.
La pequeña de aquella familia formuló un "Gracias" muy tierno que terminó por sacarle una sonrisa tanto Tsireya como a Mi'ite.
—Que mi hijo Ao'nung y mis hijas Mi'ite y Tsireya les digan a sus hijos que hacer.
—Padre—trató Ao'nung de quitarse la tarea de sus manos.
—Está decidido.
Mi'ite tuvo que agarrar del brazo a Ao'nung para que no siguiera insistiendo a su padre a menos que quisiera que después lo regañara en el marui.
Mi'ite entendió porque su hermano suspiró con pesadez. Al ser los mayores de los lideres, tenían obligaciones que cumplir que llegaban a ser asfixiantes algunas veces. Con la llegada de aquellos Omaticaya, el número de tareas había aumentado.
"Genial."
El entrenamiento con los niños del bosque —como les decía Ao'nung— comenzó al día siguiente de su llegada. Lo primero que hicieron fue sumergirlos al agua para que aprendiesen de la flora y fauna del lugar.
—Nadan gracioso—se burló Au'nong con su lenguaje de señas con Roxto sobre los niños Sully.
—Cállate, Ao'nung. Papá lo dijo, ellos iban a ser como bebés.
—Ya paren los dos—salió en defensa Tsireya como siempre.
Ciertamente, para Mi'ite, a los niños Sully les tomaría varias clases para que aprendan a respirar debajo del agua y no terminen ahogándose; sin embargo, la adolescente, Kiri, parecía tener un talento nato en contener la respiración, pues logró con éxito quedarse bastante tiempo en el agua mientras visualizaba a los peces.
Estuvieron en el agua hasta que vieron que los niños del bosque ya no podían más, así que se quedaron hasta ahí y propusieron para la siguiente clase algo diferente.
Al día posterior a los hermanos Sully se les instruyó para montar los Ilu, los cuales eran comunes en los arrecifes montar uno como medio de transporte.
—La otra chica no está—murmuró Neteyam hacia su hermana.
—¿Te refieres a la chica del tatuaje?—preguntó Kiri tras echarle un vistazo a su alrededor para buscar a la chica, pues había muchos Metkayina adolescentes a su alrededor—Está allá—señaló a un grupo de Metkayina alejados y con lanzas en manos mientras montaban aquellos peces voladores.
—¿Qué crees que harán?—cuestionó Neteyam al visualizar a Mi'ite dando órdenes hacia aquel grupo de na'vi.
—Cazarán del modo difícil—respondió Tsireya para sorpresa de ambos, acercándose a pasos lentos hacia los dos—. Es su entrenamiento matutino, por así decirlo. Arrojar las lanzas en el agua y dar a un pez es muy difícil, y todavía más cuando montas un Skimwing. No son fáciles de montar—les dijo cuando vio sus caras de ignorancia.
A Neteyam le había impresionado Mi'ite desde que habían llegado; quizás por su vestimenta, su cabello o simplemente la forma en que defendió su hogar de ellos. El chico había jurado sentir un cosquilleo en el estómago cuando en el día de ayer se acercó a él a recalcarle que estaba nadando mal.
—Parece que nuestro hermanito mayor está enamorado—se burló Lo'ak después de escuchar a Kiri contar la cara de bobo que puso cuando miró a Mi'ite montar a su Skimwing.
—Oh, tú cállate. Te he visto también como te comportas alrededor de Tsireya.
Quien se hubiera imaginado que los hermanos Sully hubieran caído embobados a los pies de las gemelas Metkayina.
Quizás parecían ser mismos rostros y similar siluetas de sus cuerpos, pero eran diferentes personalidades que atraían a diferentes hombres.
Pero el universo juega conlos hilos destino. Durante un periodo de tiempo te puede gustar una chica, y alotro puedes amar locamente a otra.
┎─────«❀»─────┒
¡Annyeonghaseyo!
❝안녕하세요❞
┖─────«❀»─────┚
Los hermanos se están fijando en personas que el destino no tiene previsto para ellos 😔
Habrá tantito de drama, ¿pero que historia no es buena con un poco de ella?
Al menos, ya sabemos que Mi'ite es toda una guerrera, ¿será casi similar a lo que era Neytiri de joven?
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